5.1: Introducción
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El oxígeno es esencial para sostener la vida. Los sistemas cardiovascular y respiratorio son los encargados de abastecer las demandas de oxígeno del organismo. La sangre se oxigena a través de los mecanismos de ventilación, perfusión y transporte de gases respiratorios (Potter, Perry, Ross-Kerr, & Wood, 2010).
La respiración es óptima cuando se produce suficiente oxigenación a nivel celular y cuando los desechos celulares y el dióxido de carbono se eliminan adecuadamente a través del torrente sanguíneo y los pulmones. Si este sistema se interrumpe, por ejemplo, por daño del tejido pulmonar, inflamación o exceso de moco en las vías respiratorias, o deterioro de la ventilación, se requiere intervención para apoyar al cliente y evitar que la afección empeore o, potencialmente, para evitar que ocurra la muerte (Perry, Potter y Ostendorf, 2014).
El oxígeno es el medicamento más utilizado en la medicina de emergencia, y cuando se usa adecuadamente en el tratamiento de la hipoxemia (un suministro inadecuado de oxígeno en la sangre arterial), potencialmente salva vidas (Kane, Decalmer, & O'Driscoll, 2013). En este capítulo se describen los principios de la oxigenoterapia, las causas y el manejo de la hipoxia (la reducción del suministro de oxígeno a nivel tisular) y el uso óptimo de la oxigenoterapia y las modalidades de tratamiento.
Objetivos de aprendizaje
- Describir los principios de oxigenación
- Comprender las funciones y limitaciones de la oximetría de pulso
- Describir las causas de la hipoxia
- Identificar cuándo se necesita oxigenoterapia
- Describir el manejo de la hipoxia
- Enumerar peligros, precauciones y complicaciones de la oxigenoterapia
- Describir cómo realizar la succión oral