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4.4: Neurociencia Integrativa y Contemplativa

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    La neuroplasticidad es la propiedad innata del cerebro para alterar su estructura y función dependiendo de nuestras experiencias. El marco teórico de la neuroplasticidad a menudo se asocia con el aprendizaje de una nueva habilidad, como hacer malabares o hablar un nuevo idioma. Un nuevo campo de estudio científico, la ciencia contemplativa, se ocupa de cómo entrenar la mente a través de la meditación puede inducir la neuroplasticidad. En este capítulo, exploramos cómo las prácticas contemplativas, como la meditación mindfulness, influyen en la actividad neuronal y en la arquitectura del cerebro. Las prácticas contemplativas implican entrenar una compleja gama de procesamiento cognitivo, incluyendo la regulación atencional y emocional. En este capítulo, analizaremos más de cerca la metodología utilizada para comprender los efectos de la meditación en el cerebro y el comportamiento, así como la implementación de la meditación en psicoterapia.

    Meditación

    La práctica de la meditación tiene raíces ricas que se remontan a tradiciones centenarias de las religiones orientales. En la sociedad occidental, la práctica de la meditación ha sido adoptada y utilizada como una herramienta de autoayuda para la reducción del estrés (Cutwill et al., 2011). Tanto las formas seculares como las no seculares de meditación implican la regulación de la atención y las emociones, utilizando las técnicas de atención enfocada (FA) y monitoreo abierto (OM). La FA requiere que los individuos dirijan activamente su atención a un objeto, sensación o idea (es decir, un mantra). La OM implica atender la transitoriedad de los pensamientos y sensaciones corporales a medida que cambian de momento a momento (Lutz et al., 2009).

    La forma de meditación más practicada es la meditación mindfulness (MM), la cual se basa en el concepto de que la atención plena es la capacidad de; prestar atención, a propósito, a pensamientos y sensaciones en el momento presente, sin prejuicios (Kabat-Zinn, 1994). La meditación Mindfulness se ha integrado en terapias utilizadas para tratar trastornos psiquiátricos como la depresión mayor y la ansiedad (Shonin & Van Gordon, 2016).

    Haciendo la conexión entre la meditación y la neurociencia

    Identificación de efectos sobre la actividad neuronal

    La investigación inicial sobre meditación se centró en identificar cómo la práctica a largo plazo influyó en la actividad cortical mediante electroencefalografía (EEG). Obra seminal de Lutz et al. (2004), descubrió que los practicantes budistas a largo plazo exhibieron patrones de EEG en el área frontoparietal lateral que eran indicativos de sincronía de fase de la actividad oscilatoria de banda gamma (25-70 Hz). Este patrón de actividad cortical se ha asociado con la integración de información a través de redes neuronales a través de cambios sinápticos a corto y largo plazo que subyacen a procesos de regulación cognitiva y afectiva. Estos hallazgos sugieren que la práctica de la meditación puede promover cambios funcionales de actividad en el cerebro, consistentes con la naturaleza dependiente de la experiencia de la neuroplasticidad (Pascual-Leone et al. 2005; Travis & Arenander 2004).

    Aunque estos estudios proporcionaron evidencia para la conexión meditación-cerebro, es importante considerar las limitaciones de utilizar EEG para caracterizar los cambios neuronales asociados con la práctica de la meditación. El EEG es un método que mide la actividad cortical mediante el uso de electrodos colocados en el cuero cabelludo para detectar corrientes extracelulares producidas por dendritas apicales postsinápticas de neuronas piramidales. Estas señales eléctricas sin embargo, se distorsionan a medida que pasan por el cráneo. Como resultado, el uso de EEG dificulta inferir la fuente de actividad cortical observada. A este punto, también es difícil detectar cambios en la actividad neural en estructuras corticales más profundas debido a su distancia de los electrodos superficiales. Estas limitaciones son referidas como el problema inverso del EEG. La ventaja del EEG es que la técnica ofrece un alto grado de resolución temporal, ya que puede ser utilizada para detectar cambios en cortical del orden de los milisegundos (Grech et al. 2008).

    Para abordar las limitaciones del EEG, estudios posteriores utilizaron técnicas como la resonancia magnética funcional (fMRI) para medir los cambios locales en la oxigenación sanguínea como nivel de actividad neuronal, denominada respuesta BOLD. Se encontró que los individuos que practicaban meditación exhibieron actividad reducida en la red de modo predeterminado (DMN) durante la práctica de la meditación en comparación con el descanso. El DMN es una colección de estructuras corticales que incluyen; la corteza cingulada posterior, la corteza prefrontal medial y la circunvolución angular. El DMN también ha sido referido como una red de tareas negativas, ya que la actividad en estas regiones se asocia con el procesamiento autorreferencial y el vagabundeo mental que desvía la atención mientras completa una tarea. Considerando esto, se ha planteado la hipótesis de que la práctica de la regulación atencional a través de la práctica de la meditación suprime la actividad de esta red para mejorar el enfoque en tareas fuera de la práctica de meditación (Garrison et al. 2015; Pagnoni 2012).

    Punto de control del conocimiento

    • ¿Qué cambios en la actividad neuronal se pueden observar en los practicantes de meditación y a qué se asocian estos patrones de actividad?
    • ¿Cuáles son las limitaciones del uso de EEG para inferir la localización de los cambios en la actividad cortical?
    • ¿Qué técnica de imagen se puede utilizar para mejorar la resolución espacial para determinar los cambios en la actividad de las estructuras cerebrales que ocurren durante la práctica de la meditación?

    Identificación de efectos sobre la estructura de la materia gris cortical

    Mediante resonancia magnética (MRI), se encontró que los meditadores experimentados exhiben un aumento del grosor cortical en la corteza prefrontal y la corteza insular anterior derecha, lo que se correlacionó con su nivel de experiencia (Lazar et al., 2005). Se ha demostrado que la corteza prefrontal integra la emoción y la cognición, una habilidad que se supone que se desarrolla a través de la práctica de la meditación (Gray et al. 2002). Además, un aumento en el grosor de la corteza insular anterior derecha se relaciona con la conciencia visceral que se desarrolla atendiendo las sensaciones corporales a través de la OM. Estos hallazgos apoyan la teoría de que las prácticas de meditación a largo plazo inducen cambios en la estructura cortical. El diseño transversal de este estudio no permitió la observación de cómo la práctica de meditación cambia la estructura del cerebro a lo largo de un período de tiempo, especialmente en meditadores ingenuos.

    Se realizó un estudio longitudinal realizado por Holtzel et al., (2011) para observar cambios en el volumen de materia gris en todo el cerebro después de que los individuos completaron un programa de reducción del estrés basado en la atención plena (MBSR) de 8 semanas de duración. Se encontró que después de la finalización del programa, los individuos exhibieron un aumento del volumen de materia gris en regiones del cerebro incluyendo la corteza cingulada posterior, parte del DMN. Otros estudios han encontrado un aumento del volumen de materia gris en las regiones reguladoras y procesadoras de emociones, incluyendo la insula, la corteza cingulada anterior (ACC) y las amígdalas de los meditadores (Marchand, 2014).

    Identificación de efectos en las estructuras de la materia blanca

    Además de examinar los cambios en el volumen de la materia gris en el cerebro después de la práctica de meditación, los tractos de materia blanca que integran información a través de las regiones del cerebro también han sido un foco de estudio. Usando imágenes de tensor de difusión (DTI), se encontró que después de un corto período de práctica de meditación, los individuos exhibieron un aumento en la conectividad de la materia blanca desde la corteza cingulada anterior (ACC) a través de la corona radiata a otras regiones del cerebro. Esto apoya que la meditación aumente la conectividad en una región del cerebro que está involucrada en la autorregulación, una habilidad que es fundamental para la práctica de la meditación. Este hallazgo es extremadamente interesante porque las alteraciones observadas en la estructura de la sustancia blanca se observaron después de un corto periodo de entrenamiento (11 horas), mientras que en estudios previos que examinaron los efectos de la materia blanca del entrenamiento de habilidades, se requirieron meses a años para inducir cambios en la estructura de la materia blanca (Tang et al., 2010).

    Punto de control del conocimiento

    • Explique qué tipo de diseño de estudio se puede utilizar para medir los cambios en la estructura cerebral que ocurren a lo largo de un período de tiempo y en qué se diferencia este de otros diseños de estudio.
    • ¿Qué técnicas de neuroimagen pueden utilizar para alteraciones en el volumen de la materia gris y la estructura de la materia blanca

    Aplicaciones de la Meditación

    Psicoterapia

    Dado que se ha encontrado que la meditación induce cambios neuroplásicos en la estructura cerebral y la actividad neuronal, se han realizado extensas investigaciones centradas en los efectos psicológicos de estos cambios. Por ejemplo, las intervenciones de atención plena se han integrado en las terapias cognitivo-conductuales tradicionales para tratar a individuos que padecen trastornos afectivos. Esta forma de psicoterapia informada por la atención plena se conoce como terapia cognitiva basada en la atención plena (MBCT). Un estudio de Ives-Deliperi et al. (2013), examinó cómo una intervención de MBCT influyó en la actividad cerebral de los pacientes con trastorno bipolar, utilizando fMRI, y cómo estos cambios se asociaron con factores conductuales como la ansiedad y la regulación emocional. Después del tratamiento, se encontró que los pacientes habían mejorado la ansiedad y la regulación emocional. Además, los pacientes mostraron una disminución en la activación de mPFC durante una tarea de atención plena en comparación con los controles. Esto indica que la práctica de mindfulness suprime la actividad dentro de la red de modo predeterminado para mejorar la regulación atencional durante la práctica del mindfulness.

    Una revisión sistemática reciente sobre la eficacia de las terapias basadas en la atención plena encontró que esta terapia tiene una eficacia similar a la tradicional cognitivo-conductual (TCC), terapias conductuales y tratamientos farmacológicos. Esto indica que la atención plena es una intervención terapéutica válida para el tratamiento de trastornos relacionados con la ansiedad y trastornos afectivos (Khoury et al., 2013). Aunque estos hallazgos son prometedores, poco se sabe sobre la eficacia a largo plazo de las terapias basadas en la atención plena en la prevención de recaídas. Estudios recientes han demostrado que la MBCT es importante para la prevención de pacientes con recaída de depresión mayor (Matthew et al., 2010), sin embargo se deben completar más estudios de esta naturaleza.

    Punto de control del conocimiento

    • ¿Cuáles son los cambios conductuales y funcionales observados después de las intervenciones basadas en la atención plena?
    • ¿Cuál es la limitación de los estudios realizados sobre la eficacia de las intervenciones basadas en la atención plena?

    Conclusión

    Como se describe en este capítulo, la práctica de la meditación induce cambios neuroplásicos en el cerebro al igual que practicar otras habilidades. Los cambios inducidos por la meditación ocurren a nivel de la materia gris y la materia blanca, así como la actividad neuronal. Estos cambios están asociados con regiones del cerebro que están involucradas en la regulación de la atención y la emoción, habilidades que se desarrollan a través de una práctica regular de meditación. Estos hallazgos tienen importantes implicaciones clínicas para complementar las terapias cognitivo-conductuales tradicionales para tratar trastornos psiquiátricos como depresión mayor, ansiedad y trastorno bipolar. El campo de la ciencia contemplativa, sin embargo, aún requiere una mejora en la metodología utilizada para estudiar los cambios en el cerebro y el comportamiento que se producen como resultado de la práctica de la meditación.


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