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6.7: Diferencias individuales- El papel de las prácticas culturales de cuidado infantil

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    Cultura y prácticas de cuidado infantil

    A pesar de una secuencia común de adquisición de habilidades motoras, existen diferencias individuales en la edad para la adquisición de habilidades motoras, destacando la importancia del entorno físico y las prácticas del cuidador. Desde que los gráficos de hitos intentaron documentar cuáles son las edades “normales” para lograr hitos motores, se han reportado variaciones en el tipo y el momento del desarrollo motor (Karasik et al., 2015). Por ejemplo, se encontró que el desarrollo motor en países no occidentales difería de las normas occidentales y estas diferencias se relacionaron con diferencias en las prácticas de cuidado (Adolph et al., 2010; Cintas, 1995; Karasik et al., 2015). Incluso dentro del 'mundo occidental', existe variabilidad cultural en el momento del logro de hitos motores (e.g., De Kegel et al., 2013; Steenis et al., 2015; WHO Multicentro Growth Reference Study Group y de Onis, 2006). [1]

    Cuidador que apoya a un bebé sosteniendo a los bebés de las manos sobre la cabeza mientras el bebé practica caminar
    Figura\(\PageIndex{1}\): Cuidador que apoya la práctica de caminar de un bebé. ([2])

    Las diferencias en las creencias culturales y las prácticas de cuidado conducen a diferencias en el momento en que los niños alcanzan hitos motores (Oudgenoeg-Paz, Atun-Einy & van Schaik, 2020). Por ejemplo, existen diferencias entre los cuidadores holandeses e israelíes en sus creencias sobre el desarrollo motor (Van Schaik et al., 2018), de tal manera que los cuidadores israelíes atribuyen más importancia a fomentar el desarrollo motor en el orden “correcto” y obtener asesoramiento experto. Los cuidadores holandeses, por otro lado, atribuyen mayor importancia a permitir que los niños sigan su propio ritmo en el desarrollo motor (Van Schaik et al., 2018). Los estudios muestran que el desarrollo motor de los niños holandeses se retrasa en comparación con los niños de otros países occidentales, entre ellos Israel (Shapira & Harel, 1983; Steenis et al., 2015). [3]

    Madre de Sierra Leona en África Occidental lleva un bebé en la espalda mientras trabaja y otro niño mira
    Figura\(\PageIndex{1}\): Madre de Sierra Leona en África Occidental con un bebé en la espalda. ([4])

    El cuerpo de investigación intercultural apoya aún más la perspectiva de que el desarrollo motor no es un proceso universal, ya que el entorno social y físico tiene un papel importante. Por ejemplo, practicar de pie y sentado, y aplicar masajes o estiramientos de las extremidades es común en las culturas africanas y caribeñas pero menos común en las culturas occidentales (Adolph et al., 2010; Super & Harkness, 2015). [5]

    En Tayikistán y otras partes de Asia Central, una práctica tradicional de cuidado implica el acunamiento “gahvora”. Los niños desde el nacimiento hasta los 20 meses de edad son atados en la espalda en un envoltorio apretado con los brazos extendidos a lo largo de los lados del torso y las piernas enderezadas y atadas entre sí durante más de 20 horas diarias para algunos niños (Karasik et al., 2018). Los bebés no se desenvuelven para alimentarlos porque las madres se inclinan sobre la cuna para amamantar y no se los retira para ir al baño porque los bebés orinan a través de un catéter externo y defecan a través de un orificio en la parte inferior de la cuna. [6]

    Según la visión predominante entre pediatras y psicólogos, la restricción severa del movimiento en la infancia podría tener efectos nocivos, especialmente a lo largo de los dos primeros años de ife, un periodo crítico en la salud y el desarrollo de los niños (Cunha, Leite & Almeida, 2015). Por ejemplo, la posición extendida y abducida de las piernas, especialmente en los primeros meses, podría conducir a displasia de cadera o andar con dedos de paloma (Clarke, 2014; Van Sleuwen et al., 2007). El tiempo prolongado en posición supina podría conducir a braquicefalia (aplanamiento de la parte posterior de la cabeza (Graham et al., 2005; van Vlimmeren et al., 2017). El movimiento restringido, especialmente en bebés mayores, podría retrasar el desarrollo de las habilidades posturales y locomotoras (Adolph & Robinson, 2015). [6]

    Gahvora con detalles intrincadamente tallados, fijaciones elegantes y revestimientos.
    Gahvora de apariencia sencilla de un hogar menos próspero.
    Figura\(\PageIndex{1}\): (A) Gahvora con detalles intrincadamente tallados, fijaciones elegantes y revestimientos. (B) Gahvora de apariencia sencilla de un hogar menos próspero ([7])

    Como muestra la Figura #, los infantes más pequeños pasaron más horas en un gahvora que los niños mayores; sin embargo, el veinte por ciento de los bebés mayores (de 12 a 24 meses) continuaron acunados por más de 15 horas diarias. Es importante señalar que en las familias tayikas, los niños son apreciados y el centro de la vida familiar. Los cuidadores tayikos respondieron de inmediato a las vocalizaciones de sus bebés acunados alimentándolos, balanceándolos o cantándoles. Madres, abuelas, tías, vecinos y hermanos mayores estaban disponibles, intercambiables y receptivos y niños tayikos de todas las edades, incluidos hermanos y niños del pueblo, rodearon al gahvora e interactuaron con el infante. [5] [6]

    Acunamiento acumulado durante las 24 horas a través de los 7 grupos de edad. Este gráfico muestra los datos proporcionados en el título de la figura
    Figura\(\PageIndex{1}\): Número de horas que los niños pasaron en la cuna gahvora a diferentes edades. Los 27 infantes del Grupo 1 (puntos amarillos) pasaron largos periodos en el gahvora, acumulando M = 19.13 horas, distribuidas a lo largo de las 24 horas. En efecto, 10 infantes del Grupo 1 pasaron ≥ 20 horas en la cuna. Para los 44 infantes del Grupo 2 (puntos rojos) el tiempo en el gahvora ocurrió en ráfagas cortas, principalmente entre las 10 a.m. y las 10 p.m. M = 6.09. Para nuestra sorpresa, los infantes del Grupo 2 estaban fuera del gahvora por la noche. Los 76 infantes del Grupo 3 (puntos azules) pasaron la mayor parte de su tiempo en el gahvora entre las 9 p.m. y las 7 a.m., acumulando M = 13.82 horas/día ([7])

    Un valor de un enfoque cultural es el descubrimiento de nuevos fenómenos que desafían supuestos generalizados sobre las prácticas de cuidado y el curso “natural” del desarrollo infantil. Las creencias culturales, costumbres y prácticas, la geografía, el clima y los recursos de las aldeas obligan a los cuidadores a encontrar formas de mantener a sus hijos sanos y seguros. El acunamiento de gahvora es una práctica cultural muy extendida en Tayikistán y presumiblemente en otras partes de Asia Central. Sin embargo, la práctica va en contra de las normas occidentales, teorías e incluso estándares de la OMS. Como cuidadores de bebés y niños pequeños, es esencial ser conscientes y respetar las diferencias culturales en las prácticas de cuidado. [6]


    [1] Oudgenoeg-Paz, Atun-Einy & van Schaik (2020). Dos modelos culturales sobre el desarrollo motor infantil: los padres de clase media en Israel y los Países Bajos. Fronteras en Psicología, 11, 119. CC por 4.0

    [2] Imagen de Nathan Dumlao está en Unsplash.

    [3] Oudgenoeg-Paz, Atun-Einy & van Schaik (2020). Dos modelos culturales sobre el desarrollo motor infantil: los padres de clase media en Israel y los Países Bajos. Fronteras en Psicología, 11, 119. CC por 4.0

    [4] Imagen de Annie Spratt en Unsplash.

    [5] Oudgenoeg-Paz, Atun-Einy & van Schaik (2020). Dos modelos culturales sobre el desarrollo motor infantil: los padres de clase media en Israel y los Países Bajos. Fronteras en Psicología, 11, 119. CC por 4.0

    [6] Karasik et al., (2018). Los lazos que unen: El acunamiento en Tayikistán. PLoS One, 13 (10), e0204428. CC por 4.0

    [7] Horas de cuna y edad infantil de Karasiket al., (2018). Los lazos que unen: El acunamiento en Tayikistán. PLoS One, 13 (10), e0204428. CC por 4.0


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