15.8: Desarrollo del Sentido del Ser
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Reconocer a uno mismo
Los niños comienzan a reconocerse a sí mismos durante el segundo año de vida a medida que adquieren un sentido de sí mismos separados de su cuidador principal. En un experimento clásico de Lewis y Brooks (1978), los niños de 9 a 24 meses fueron colocados frente a un espejo luego de que se les colocara una mancha de rouge en la nariz y sus madres fingieron limpiarse algo de la cara del niño. Si el niño reaccionó tocándose la nariz en lugar del “bebé” en el espejo, sugirió que el niño reconocía el reflejo como él o ella misma. Lewis y Brooks descubrieron que entre 15 y 24 meses, la mayoría de los bebés desarrollaron un sentido de autoconciencia. [1]
En 2003, tras un extenso análisis de investigaciones existentes, Phillippe Rochat estableció una teoría en torno a Las 5 Etapas de la Autoconciencia. Estas etapas describen cómo los niños aprenden a identificarse a sí mismos y a los cuidadores en sus vidas como entidades separadas y distintas. Las 5 etapas abarcan desde el nacimiento hasta los 5 años (Rocat, 2003).
Etapas de la adquisición de la autoconciencia
Etapa 1 — Diferenciación (desde el nacimiento)
Inmediatamente después del nacimiento, los infantes demuestran un sentido de su propio cuerpo como entidad diferenciada: una entidad entre otras entidades del entorno (Rochan, 2003). Pueden diferenciar el yo del no-yo. Un recién nacido sabe que existe una diferencia entre su imagen y las imágenes de fondo en un espejo y entre su entorno. Otro signo de diferenciación ocurre cuando los bebés entran en contacto con objetos al alcanzarlos. El infante reconoce la diferencia entre él y el medio ambiente y también adquiere una idea de cómo se sitúa su cuerpo en relación con ese ambiente (Krisch, 2021).
Etapa 2 — Situación (por 2 meses)
Además de la diferenciación, los infantes en esta etapa también pueden situarse en relación con una persona. En un experimento, los infantes imitaron la orientación de la lengua de un modelo adulto.
Etapa 3 — Identificación (por 2 años)
En esta etapa entra en juego la definición más común de autoconciencia, donde los infantes pueden identificarse en un espejo a través de la “prueba de rouge” y comenzar a usar el lenguaje para referirse a sí mismos. Entre las edades de 18 meses y 2 años, los niños aprenden que la imagen en el espejo no sólo es distinta del resto del ambiente (Nivel 1) y no sólo distinta del entorno en el espejo (Nivel 2), sino una representación de sí mismos (Nivel 3, “identificación”). A los 18 meses, un infante alcanzará una marca pintada en su cuerpo, utilizando únicamente la imagen en el espejo como indicación de que algo sobre sí misma está mal (Kirsch, 2021).
Etapa 4 — Permanencia (2 - 3 años)
Esta etapa ocurre después de la infancia cuando los niños saben que su sentido de sí mismo existe a través del tiempo y el espacio. Rochan describe el estado de permanencia como el dilema “Me-pero-no-yo”. A medida que los niños pequeños caminan hacia la plena autoconciencia, identifican la imagen en el espejo como “yo” pero con frecuencia vuelven a ver la imagen como una extraña versión de sí mismo en tercera persona. Eso puede ser difícil de entender (y un poco aterrador de imaginar) (Kirsch, 2021). Es importante señalar que la permanencia de la Etapa 4 se desarrolla lentamente. Los infantes aún oscilan entre una conciencia del yo y una conciencia de ver a alguien más enfrentándolos (Rochat 2003).
Etapa 5 — (4 a 5 años) Autoconciencia o metaautoconciencia
En la etapa 5, el niño pequeño primero se da cuenta de que la imagen en el espejo no es solo “yo” (Nivel 3) y no solo “yo” permanentemente (Nivel 4) sino el “yo” que todos los demás ven. Los niños de 4 años suelen responder a esta realización volviéndose tímidos al espejo, ocultando sus rostros cada vez que ven sus reflejos. Ahora que saben lo que todos ven, están inestables (Kirsch, 2021).
[1] Crecimiento y Desarrollo Infantil de Jean Zaar tiene licencia CC-BY-NC
[2] Imagen de Rachel Klippenstein-Gutierrez tiene licencia CC BY-NC