15.9: Empatía

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Amanda Taintor

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Desarrollando Empatía

Durante los primeros 3 años de vida, los niños comienzan a desarrollar la capacidad de experimentar el estado emocional o psicológico de otra persona (ZahnWaxler & Radke-Yarrow, 1990). Las siguientes definiciones de empatía se encuentran en la literatura de investigación: “saber lo que siente otra persona”, “sentir lo que otra persona siente” y “responder compasivamente a la angustia de otra persona” (Levenson & Ruef 1992, p. 234). El concepto de empatía refleja la naturaleza social de la emoción, ya que vincula los sentimientos de 2 o más personas (Levenson & Ruef, 1992). Dado que la vida humana se basa en las relaciones, una función de vital importancia de la empatía a lo largo de la vida es fortalecer los lazos sociales (Anderson y Keltner, 2002). La investigación ha demostrado una correlación entre la empatía y el comportamiento prosocial (Eisenberg, 2000). Los comportamientos prosociales como ayudar, compartir, reconfortar y mostrar preocupación por los demás ilustran el desarrollo de la empatía (Zahn, Waxler, et al., 1992). Se piensa que la experiencia de la empatía está relacionada con el desarrollo del comportamiento moral (Eisenberg, 2000). Los adultos modelan comportamientos prosociales/empáticos para infantes de diversas maneras. Los comportamientos se modelan a través de interacciones afectuosas con los demás y nutriendo al lactante. Quann y Wien (2006) sugieren que una forma de apoyar el desarrollo de la empatía en los niños pequeños es crear una cultura de cuidado en el entorno de la primera infancia. “Ayudar a los niños a comprender los sentimientos de los demás es un aspecto integral del plan de estudios de convivencia. Las relaciones entre maestros, entre niños y maestros, y entre niños se fomentan con interacciones cálidas y solidarias” (p.28). [1]

[1] Departamento de Educación de California (Prensa CDE). Fundamentos del Desarrollo: Desarrollo Social-Emocional. Se utiliza con permiso