Si la tecnología es la respuesta, ¿cuál es la pregunta? La paradoja de la educación potenciada por la tecnología es que la tecnología cambia muy rápidamente y los seres humanos muy lentamente. Parecería tener sentido que los proponentes del e-learning comiencen por los aprendices. (Bates & Poole, 2003, p. xiii)
Muchas instituciones y organizaciones están adoptando la tecnología en un esfuerzo por apoyar la transformación de cómo, cuándo y dónde se brinda la instrucción, y cómo se organiza el aprendizaje dentro de un entorno digital. Las tecnologías educativas conectan a estudiantes e instructores en diferentes ubicaciones geográficas, transformando el ambiente de aprendizaje y las nociones tradicionales sobre la educación y capacitación dirigida por instructores. En los programas de aprendizaje electrónico, los alumnos ahora eligen cuándo participar en la lección y desde qué lugar: hogar, escuela, trabajo o en el extranjero. Las tecnologías digitales entregan lecciones a los alumnos, reemplazando al instructor tradicional frente a un aula. Los programas de aprendizaje electrónico se utilizan para proporcionar entornos en línea a su propio ritmo que cambian el aprendizaje desde la entrega de información hasta el coaching facilitado, la tutoría y el aprendizaje entre pares. El aprendizaje se está transformando del modelo de “sabio en el escenario” a un modelo de “guía en el lado” centrado en el alumno.
La investigación sobre el uso de las tecnologías educativas indica que pueden ser un medio poderoso para transformar la enseñanza y el aprendizaje, particularmente en la forma en que ambos están organizados (Crichton & Kinsel, 2000; Dexter, Anderson & Becker, 1999) y el uso de las nuevas tecnologías tiene el potencial de afectar la enseñanza y el aprendizaje positivamente (Bennett, McMillan-Culp, Honey, Tally & Spielvogel, 2000). Sin embargo, la integración y el uso de tecnologías en los complejos entornos organizacionales actuales exigen cambios significativos, y la literatura es clara sobre el papel central del liderazgo (Fullan, 1993, 2001, 2003; Leithwood & Duke, 1999; Sergiovanni, 1994, 2001; Creighton, 2003). Si bien el liderazgo y la gestión del cambio han sido bien estudiados y documentados, poco se ha escrito sobre el papel que juegan los líderes en el éxito o fracaso de adoptar tecnologías educativas e implementar programas de e-learning.
La teoría del liderazgo transformacional, descrita por primera vez por Burns (1978) y Bass (1985), y posteriormente elaborada por Leithwood y colegas (Leithwood & Riel, 2003; Leithwood & Jantzi, 2005; Silins & Mulford, 2002), se presta a describir y comprender los procesos involucrados en la implementación de tecnologías educativas en entornos de e-learning. El liderazgo es un factor central en el uso exitoso de las tecnologías educativas (Creighton, 2003; Coleman, 2003; Davidson, 2003; Foster & St. Hilaire, 2003; Hughes & Zachariah, 2001; National Center for Education Statistics, 2000). El liderazgo transformacional en este contexto consiste en implementar tecnologías para lograr los objetivos organizacionales básicos para lograr una visión compartida lo suficientemente convincente como para transformar la práctica. Dicho de otra manera, implementar tecnologías educativas requiere que resolvamos importantes cuestiones instructivas, pedagógicas y tecnológicas, todas las cuales deben equilibrarse con los propósitos del aprendizaje. Este tipo de gestión del cambio requiere liderazgo. La teoría del liderazgo transformacional puede ofrecer información sobre los supuestos fundamentales sobre el cambio, el control, el orden, las organizaciones y las personas, y proporcionar una base más útil a partir de la cual examinar el liderazgo y la adopción del programa de aprendizaje electrónico.
