La documentación y evaluación deben realizarse de manera colaborativa con las familias. Las familias no son solo receptoras de información de los educadores. Los padres y otros miembros de la familia aportan una amplia gama de información, sentimientos, creencias y expectativas relevantes para la experiencia del niño en el programa, incluido el plan de estudios:
el temperamento, el historial de salud y el comportamiento del niño en el hogar
expectativas familiares, miedos y esperanzas sobre el éxito o fracaso del niño
creencias culturalmente arraigadas sobre la crianza de los hijos
experiencias escolares de los padres y creencias sobre su papel en relación con los profesionales
el sentido de control y autoridad de los padres y otras influencias personales y familiares
Los educadores tienen información y perspectiva únicas que pueden compartir con las familias. El personal del programa aporta sus propios conocimientos, creencias y actitudes a su trabajo con las familias:
información educativa y de desarrollo sobre el niño basada en la observación y evaluación
información sobre el desempeño del niño en el programa
información sobre el plan de estudios y metas de aprendizaje para el niño
conocimiento sobre el próximo entorno educativo del niño
personalidad y temperamento únicos propios del personal, historia familiar y cultura
descripción de su trabajo, políticas de agencia y la supervisión que reciben
su propia formación, experiencia y filosofía profesional
El objetivo de compartir información con los padres sobre su hijo no es hacer que los padres hagan lo que el personal del programa piensa que se debe hacer, ni ver al niño como lo hace el personal. En cambio, este proceso ayuda al personal del programa a ver al niño como lo hacen los padres. Esto amplía su comprensión del niño y la familia, para que puedan ajustar la enseñanza y el apoyo familiar en consecuencia. Cuando el personal del programa puede ver al niño como lo hacen los padres, los padres saben que pueden confiar en ellos. Como resultado, es más probable que estén abiertos a las perspectivas del personal del programa sobre su hijo. La información sobre el niño fluirá de manera más efectiva, de los padres al personal, y del personal a los padres. Entonces, los padres también tendrán información más rica sobre su hijo para agregar a su apoyo al aprendizaje y desarrollo de su hijo en el hogar.
Compartir respetuosamente estas diferentes perspectivas es un paso esencial hacia entornos de aprendizaje saludables para los niños. La supervisión regular y con propósito puede ayudar al personal del programa a reconocer cuándo sus propias perspectivas se basan en reacciones personales, sesgos y culturas, y guiarlos hacia estrategias de comunicación efectivas. [11]
Figura 17.16: Este educador está compartiendo información con este padre. [12]
Pausa para reflexionar
¿Qué sucede cuando los padres y el personal tienen perspectivas muy diferentes sobre un niño?
