Aunque nuestra percepción es muy precisa, no es perfecta. Las ilusiones ocurren cuando los procesos perceptuales que normalmente nos ayudan a percibir correctamente el mundo que nos rodea son engañados por una situación particular para que veamos algo que no existe o que es incorrecto. La figura\(\PageIndex{1}\) presenta dos situaciones en las que nuestras percepciones normalmente precisas de la constancia visual han sido engañadas.
Otra ilusión bien conocida es la ilusión de Mueller-Lyer (ver Figura\(\PageIndex{2}\)). El segmento de línea en la flecha inferior nos parece más largo que el de arriba, a pesar de que ambos son en realidad de la misma longitud. Es probable que la ilusión sea, en parte, el resultado del fracaso de las señales de profundidad monocular: la línea de fondo parece un borde que normalmente está más lejos de nosotros, mientras que el superior parece un borde que normalmente está más cerca.
La ilusión lunar se refiere al hecho de que se percibe que la luna es aproximadamente 50% más grande cuando está cerca del horizonte que cuando se ve arriba, a pesar de que ambas lunas son del mismo tamaño y proyectan la imagen retiniana del mismo tamaño. Las señales de profundidad monocular de posición y perspectiva aérea crean la ilusión de que las cosas que son más bajas y más nebulosas están más lejos. El horizonte del horizonte (árboles, nubes, contornos de edificios) también da una señal de que la luna está muy lejos, com- tada a una luna en su cenit. Si miramos una luna horizonte a través de un tubo de papel enrollado, quitando las señales del horizonte circundante, la luna aparecerá inmediatamente más pequeña.
La ilusión Ponzo opera sobre el mismo principio. Como puedes ver en la Figura\(\PageIndex{3}\), la barra amarilla superior parece más larga que la inferior, pero si las mides verás que son exactamente de la misma longitud. La señal de profundidad monocular de perspectiva lineal nos lleva a creer que, dados dos objetos similares, el distante solo puede proyectar la imagen retiniana del mismo tamaño que el objeto más cercano si es más grande. La barra superior allí- anterior aparece más larga.
Las ilusiones demuestran que nuestra percepción del mundo que nos rodea puede estar influenciada por nuestro conocimiento previo. Pero el hecho de que existan algunas ilusiones en algunos casos no significa que el sistema perceptivo sea generalmente impreciso, de hecho, los humanos normalmente se ponen tan estrechamente en contacto con su entorno que el cuerpo físico y el ambiente particular que percibimos y percibimos se encarnan, es decir, construido y vinculados con nuestra cognición, de tal manera que los mundos que nos rodean se convierten en parte de nuestro cerebro (Calvo & Gomila, 2008). La estrecha relación entre las personas y sus entornos hace que, aunque se puedan crear ilusiones en el laboratorio y bajo algunas situaciones únicas, pueden ser menos comunes con observadores activos en el mundo real (Runeson, 1988).