17.6: Huracán Katrina (y otros)
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La ola de calor o sequía en 1988 es considerada como una de las olas de calor más costosas en la historia de Estados Unidos. En el verano de ese año, las olas de calor cercanas a los 90˚ Fahrenheit o más se extendieron por Sureste a Noreste en Estados Unidos, esto dejó daños de 120 mil millones de dólares (2014 USD, inflación ajustada) y aproximadamente 6 mil a 10 mil personas habían muerto. Antes de eso, el calentamiento global y el cambio climático advertidos por expertos no captaron el interés público ni los titulares de los medios (Massey 2012). No obstante, cuando ocurrió la sequía, la gente y los políticos buscaban respuestas de los meteorólogos y climatólogos, las cuales habían dado explicación del cambio de temperatura durante ese tiempo (Massey 2012). Con eso, la gente estaba preocupada por este cambio de temperatura pero sólo temporalmente, a medida que la temperatura cambia a la normalidad, la atención al cambio de las actividades humanas y la preocupación por el efecto invernadero disminuyen (Massey 2012).
Además de la ola de calor mencionada anteriormente, el huracán Katrina es uno de los huracanes más mortíferos en Estados Unidos además del huracán Ike y el huracán Sandy. El huracán Katrina comenzó en el sureste de Bahamas y continuó hacia el Golfo de México hasta llegar a Estados Unidos. Las ciudades que fueron impactadas incluyeron Florida, Mississippi, Nueva Orleans y otras partes fuera del país como Cuba y Bahamas. Apenas dentro de Estados Unidos, dañó hasta 108 mil millones de dólares (USD 2005) incluidos los efectos económicos y ambientales y al menos 1,833 personas murieron. Por impacto ambiental, causó erosión y hundimiento en los humedales y bayos de Luisiana. La pérdida de humedales y bayous fue el hogar de muchos mamíferos marinos diferentes como pelícanos pardos, tortugas y peces (Wikipedia sobre el huracán Katrina).