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2.00: Preludio a Sócrates y Platón

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    Sócrates 13

    Sócrates fue un filósofo griego clásico (ateniense) acreditado como uno de los fundadores de la filosofía occidental. Es una figura enigmática conocida principalmente a través de los relatos de escritores clásicos, especialmente los escritos de sus alumnos Platón y Jenofón y las obras de sus Aristófanes contemporáneos. Los diálogos de Platón se encuentran entre los relatos más completos de Sócrates para sobrevivir desde la antigüedad, aunque no está claro hasta qué punto Sócrates mismo está “escondido detrás de su 'mejor discípulo', Platón”.

    A través de su interpretación en los diálogos de Platón, Sócrates se ha hecho famoso por su contribución al campo de la ética, y es este Sócrates platónico quien presta su nombre a los conceptos de la ironía socrática y el método socrático, o elénquus. Esta última sigue siendo una herramienta de uso común en una amplia gama de discusiones, y es un tipo de pedagogía en la que se plantea una serie de preguntas no sólo para sacar respuestas individuales, sino también para fomentar una visión fundamental del tema que nos ocupa. Sócrates de Platón también hizo importantes y duraderas contribuciones al campo de la epistemología, y sus ideologías y enfoque han demostrado ser una base sólida para gran parte de la filosofía occidental que ha seguido.

    Problema socrático

    No queda nada escrito por Sócrates. En consecuencia, la información sobre él y sus filosofías depende de fuentes secundarias. Además, la estrecha comparación entre los contenidos de estas fuentes revela contradicciones, creando así preocupaciones sobre la posibilidad de conocer en profundidad el Sócrates real. Este tema se conoce como el problema socrático, o la cuestión socrática.

    Para entender a Sócrates y su pensamiento, hay que recurrir principalmente a las obras de Platón, cuyos diálogos se consideran la fuente más informativa sobre la vida y filosofía de Sócrates, y también Xenofón. Estos escritos son los sokratikoi logoi, o diálogos socráticos, que consisten en reportajes de conversaciones que aparentemente involucran a Sócrates.

    En cuanto a descubrir el Sócrates de la vida real, la dificultad es que las fuentes antiguas son en su mayoría textos filosóficos o dramáticos, aparte de Xenofón. No hay historias sencillas, contemporáneas con Sócrates, que trataran de su propio tiempo y lugar. Un corolario de esto es que las fuentes que sí mencionan a Sócrates no necesariamente pretenden ser históricamente precisas, y a menudo son partidistas. Por ejemplo, quienes procesaron y condenaron a Sócrates no han dejado testamento alguno. Por lo tanto, los historiadores se enfrentan al desafío de conciliar las diversas evidencias de los textos existentes para intentar un relato preciso y consistente de la vida y obra de Sócrates. El resultado de tal esfuerzo no es necesariamente realista, aunque sea consistente.

    En medio de todo el desacuerdo derivado de las diferencias dentro de las fuentes, surgen dos factores de todas las fuentes pertenecientes a Sócrates. Parecería, pues, que era feo, y que Sócrates tenía un intelecto brillante.

    Sócrates como figura

    El personaje de Sócrates tal como se expone en Apología, Crito, Fedo y Simposio concuerda con otras fuentes hasta el punto en que parece posible apoyarse en el Sócrates platónico, como se demuestra en los diálogos, como representación del Sócrates actual como vivió en la historia. Al mismo tiempo, sin embargo, muchos estudiosos creen que en algunas obras, Platón, al ser un artista literario, empujó su versión declaradamente iluminada de “Sócrates” mucho más allá de cualquier cosa que el Sócrates histórico pudiera haber hecho o dicho. Además, Xenofón, al ser historiador, es un testigo más confiable del histórico Sócrates. Es un tema de mucho debate sobre qué Sócrates es a quien Platón está describiendo en un momento dado: la figura histórica, o la ficcionalización de Platón. Como lo ha dicho el filósofo británico Martin Cohen, “Platón, el idealista, ofrece un ídolo, una figura maestra, para la filosofía. Un Santo, un profeta de 'el Dios-Sol', un maestro condenado por sus enseñanzas como hereje”.

    También queda claro de otros escritos y artefactos históricos, que Sócrates no era simplemente un personaje, ni una invención, de Platón. El testimonio de Jenofón y Aristóteles, junto con algunas de las obras de Aristófanes (especialmente Las nubes), es útil para desarrollar una percepción de Sócrates más allá de la obra de Platón.

    Sócrates como filósofo

    El problema de discernir las opiniones filosóficas de Sócrates se deriva de la percepción de contradicciones en declaraciones hechas por los Sócrates en los diferentes diálogos de Platón. Estas contradicciones producen dudas sobre las doctrinas filosóficas reales de Sócrates, dentro de su entorno y como lo registran otros individuos. Aristóteles, en su Magna Moralía, se refiere a Sócrates en palabras que lo hacen patente que la doctrina virtud es conocimiento fue sostenido por Sócrates. Dentro de la Metafísica, afirma que Sócrates estaba ocupado con la búsqueda de virtudes morales, siendo el 'primero en buscar definiciones universales para ellas'.

    El problema de entender a Sócrates como filósofo se muestra en lo siguiente: En el Simposio de Xenofón, se informa que Sócrates dice que se dedica sólo a lo que considera como el arte u ocupación más importante, la de discutir la filosofía. No obstante, en Las nubes, Aristófanes retrata a Sócrates como aceptando el pago por enseñar y dirigir una escuela sofista con Chaerephon. También, en Disculpa y Simposio de Platón, así como en las cuentas de Xenofón, Sócrates niega explícitamente aceptar el pago por docencia. Más específicamente, en la Disculpa, Sócrates cita su pobreza como prueba de que no es un maestro.

    Existen dos fragmentos de los escritos de Timón de Filio pertenecientes a Sócrates, aunque se sabe que Timón escribió al ridículo y a la filosofía de lampoon.

    Biografía

    Los detalles sobre la vida de Sócrates pueden derivarse de tres fuentes contemporáneas: los diálogos de Platón y Jenofón (ambos devotos de Sócrates), y las obras de Aristófanes. Ha sido representado por algunos estudiosos, entre ellos Eric Havelock y Walter Ong, como un campeón de los modos orales de comunicación, enfrentándose a la difusión fortuita de la escritura.

    En la obra de Aristófanes Las nubes, Sócrates se convierte en una especie de payaso, particularmente inclinado hacia la sofistería, que enseña a sus alumnos a hacer trampa para salir de la deuda. No obstante, dado que la mayoría de las obras de Aristófanes funcionan como parodias, se presume que su caracterización en esta obra tampoco fue literal.

    Vida temprana

    Sócrates nació en Alopeke, y pertenecía a la tribu Antíoquis. Su padre era Sóphroniscus, escultor, o cantero. Su madre era una partera llamada Phaenarete. Sócrates se casó con Xanthippe, quien es especialmente recordado por tener un temperamento indeseable. Ella dio a luz para él tres hijos, Lamprocles, Sófronisco y Menexeno.

    Sócrates trabajó primero como cantero, y había una tradición en la antigüedad, no acreditada por la erudición moderna, de que Sócrates elaboraba las estatuas de las Tres Gracias, que estuvieron cerca de la Acrópolis hasta el siglo II d.C.

    Xenofón reporta que debido a que a los jóvenes no se les permitía ingresar al Ágora, solían reunirse en talleres que lo rodeaban. Sócrates frecuentaba estas tiendas para conversar con los comerciantes. El más notable de ellos fue Simón el Zapatero.

    Legado

    Influencia inmediata

    De inmediato, los estudiantes de Sócrates se pusieron a trabajar tanto en el ejercicio de sus percepciones sobre sus enseñanzas en la política como en el desarrollo de muchas nuevas escuelas filosóficas de pensamiento. Algunos de los tiranos polémicos y antidemocráticos de Atenas eran estudiantes contemporáneos o póstumos de Sócrates, entre ellos Alcibíades y Critias. Platón, primo de Cricias, fundaría la Academia en 385 a.C., que ganó tanto renombre que “Academia” se convirtió en la palabra estándar para las instituciones educativas en lenguas europeas posteriores como el inglés, el francés y el italiano. El protegido de Platón, otra figura importante de la época clásica, Aristóteles pasó a ser tutor de Alejandro Magno y también a fundar su propia escuela en el 335 BC —el Liceo— cuyo nombre ahora también significa una institución educativa.

    Si bien “Sócrates se ocupó de los asuntos morales y no se dio cuenta en absoluto de la naturaleza en general”, en sus Diálogos, Platón enfatizaría las matemáticas con matices metafísicos que reflejan el de Pitágoras —la primera que dominaría el pensamiento occidental hasta bien entrado el Renacimiento. El mismo Aristóteles era tanto filósofo como científico con una amplia labor en los campos de la biología y la física.

    El pensamiento socrático que desafiaba las convenciones, especialmente al enfatizar una forma de vida simplista, se divorció de las actividades más desapegadas y filosóficas de Platón. Esta idea fue heredada por uno de los estudiantes mayores de Sócrates, Antístenes, quien se convirtió en el creador de otra filosofía en los años posteriores a la muerte de Sócrates: el cinismo.

    La idea de que el ascetismo está de la mano de una vida ética o de piedad, ignorada por Platón y Aristóteles y de alguna manera tratada por los cínicos, formó el núcleo de otra filosofía en el 281 a.C. el estoicismo cuando Zenón de Citio descubriría las obras de Sócrates y luego aprendía de Crates, un filósofo cínico.

    Influencia histórica posterior

    Si bien algunas de las contribuciones posteriores de Sócrates a la cultura y filosofía de la Era Helenística así como a la época romana se han perdido con el tiempo, sus enseñanzas comenzaron un resurgimiento tanto en la Europa medieval como en el Medio Oriente islámico junto a las de Aristóteles y el estoicismo. Sócrates es mencionado en el diálogo Kuzari por el filósofo y rabino judío Yehuda Halevi en el que un judío instruye al rey jázar sobre el judaísmo. Al-Kindi, un conocido filósofo árabe, introdujo y trató de conciliar Sócrates y la filosofía helenística con una audiencia islámica, refiriéndose a él con el nombre de 'Suqrat'.

    La estatura de Sócrates en la filosofía occidental regresó con toda su fuerza con el Renacimiento y la Era de la Razón en Europa cuando la teoría política comenzó a resurgir bajo aquellos como Locke y Hobbes. Voltaire llegó incluso a escribir una obra satírica sobre el Juicio de Sócrates. Había una serie de pinturas sobre su vida, entre ellas Sócrates Lágrimas Alcibíades del abrazo del placer sensual de Jean-Baptiste Regnault y La muerte de Sócrates de Jacques-Louis David a finales del siglo XVIII.

    Hasta el día de hoy, el Método Socrático se sigue utilizando en el discurso del aula y de la facultad de derecho para exponer cuestiones subyacentes tanto en la materia como en el orador. Ha sido reconocido con reconocimientos que van desde frecuentes menciones en la cultura pop (como la película Bill & Ted's Excellent Adventure y una banda de rock griega llamada Sócrates Drank the Conium) hasta numerosos bustos en instituciones académicas en reconocimiento a su contribución a la educación.

    A lo largo del siglo pasado, numerosas obras sobre Sócrates también se han centrado en la vida y la influencia de Sócrates. Una de las más recientes ha sido Sócrates on Trial, una obra basada en Nubes de Aristófanes y Disculpa de Platón, Crito y Fedo, todas adaptadas para la interpretación moderna.

    Crítica

    La evaluación y reacción a Sócrates ha sido realizada por historiadores y filósofos desde el momento de su muerte hasta nuestros días con multitud de conclusiones y perspectivas. A pesar de que no fue procesado directamente por su conexión con Critias, líder de los Treinta Tiranos respaldados por espartanos, y “mostró considerable coraje personal al negarse a someterse a [ellos]”, algunos lo vieron como una figura que asesoraba a oligarcas que se convirtieron en tiranos abusivos, y socavó la democracia ateniense. El movimiento sofista al que criticó en la vida le sobrevivió, pero en el siglo III a.C., fue rápidamente superado por las muchas escuelas filosóficas de pensamiento en las que Sócrates influyó.

    La muerte de Sócrates se considera icónica y su condición de mártir de la filosofía ensombrece la mayor parte de la crítica contemporánea y póstuma. No obstante, Xenophon menciona la “arrogancia” de Sócrates y que era “un experto en el arte del proxenetismo” o “la autopresentación”. La crítica directa a Sócrates el hombre casi desaparece después de este tiempo, pero hay una notable preferencia por Platón o Aristóteles sobre los elementos de la filosofía socrática distintos de los de sus alumnos, incluso en la Edad Media.

    Algunos eruditos modernos sostienen que, con tanto de su propio pensamiento oscurecido y posiblemente alterado por Platón, es imposible obtener una imagen clara de Sócrates en medio de todas las pruebas contradictorias. El hecho de que tanto el cinismo como el estoicismo, que llevaban una fuerte influencia del pensamiento socrático, fueran diferentes o incluso contrarios al platonismo, ilustra aún más esto. La ambigüedad y la falta de fiabilidad sirven como la base moderna de la crítica, que es casi imposible conocer al verdadero Sócrates. También existe cierta controversia sobre la actitud de Sócrates hacia la homosexualidad y sobre si creía o no en los dioses olímpicos, era monoteísta, o tenía algún otro punto de vista religioso. Sin embargo, todavía se enseña comúnmente y se sostiene con poca excepción que Sócrates es el progenitor de la filosofía occidental posterior, hasta el punto de que los filósofos antes que él son referidos como presocráticos.

    Platón 14

    Platón (/ˈpleɪto/; Griego: πλτΩν Plátōn, pronunciado [plá.tɔːn] en Ático Clásico; 428/427 ó 424/423 — 348/347 a.C.) fue un filósofo en la Grecia Clásica y el fundador de la Academia en Atenas, la primera institución de la superior aprendizaje en el mundo occidental. Es ampliamente considerado como la figura más fundamental en el desarrollo de la filosofía, especialmente la tradición occidental. A diferencia de casi todos sus contemporáneos filosóficos, se cree que toda la obra de Platón ha sobrevivido intacta durante más de 2.400 años.

    Junto con su maestro, Sócrates, y su alumno más famoso, Aristóteles, Platón sentó las bases mismas de la filosofía y la ciencia occidentales. Alfred North Whitehead señaló una vez: “la caracterización general más segura de la tradición filosófica europea es que consiste en una serie de notas al pie de página a Platón”. Además de ser una figura fundamental para la ciencia, la filosofía y las matemáticas occidentales, Platón también ha sido citado a menudo como uno de los fundadores de la religión y la espiritualidad occidentales. Friedrich Nietzsche, entre otros estudiosos, llamó al cristianismo “platonismo para el pueblo”. A menudo se piensa que la influencia de Platón en el pensamiento cristiano está mediada por su gran influencia en San Agustín de Hipona, uno de los filósofos y teólogos más importantes de la historia del cristianismo.

    Platón fue el innovador del diálogo escrito y las formas dialécticas en la filosofía, que se originan con él. Platón parece haber sido el fundador de la filosofía política occidental, con su República, y Leyes entre otros diálogos, proporcionando algunos de los primeros tratamientos existentes de las cuestiones políticas desde una perspectiva filosófica. Por lo general, se piensa que las influencias filosóficas más decisivas de Platón fueron Sócrates, Parménides, Heráclito y Pitágoras, aunque pocas de las obras de sus predecesores siguen existiendo y gran parte de lo que conocemos de estas figuras hoy en día deriva del mismo Platón.

    La Enciclopedia de Filosofía de Stanford describe a Platón como “... uno de los escritores más deslumbrantes de la tradición literaria occidental y uno de los autores más penetrantes, amplios e influyentes de la historia de la filosofía.... No fue el primer pensador o escritor al que se le debía aplicar la palabra “filósofo”. Pero era tan consciente de cómo debía concebirse la filosofía, y cuáles son sus alcances y ambiciones propiamente dichos, y transformó tanto las corrientes intelectuales con las que se enfrentaba, que el sujeto de la filosofía, como a menudo se concibe, un examen riguroso y sistemático de las cuestiones éticas, políticas, metafísicos y epistemológicos, armados con un método distintivo, pueden llamarse su invención. Pocos otros autores en la historia de la filosofía occidental lo aproximan en profundidad y alcance: quizás solo Aristóteles (que estudió con él), Aquino y Kant estarían generalmente de acuerdo en ser del mismo rango”.

    Biografía

    Vida temprana

    Debido a la falta de relatos sobrevivientes, poco se sabe sobre los primeros años de vida y educación de Platón. El filósofo provenía de una de las familias más ricas y políticamente activas de Atenas. Fuentes antiguas lo describen como un niño brillante aunque modesto que sobresalió en sus estudios. Su padre aportó todo lo necesario para darle a su hijo una buena educación y, por lo tanto, Platón debió haber sido instruido en gramática, música, gimnasia y filosofía por algunos de los maestros más distinguidos de su época.

    Nacimiento y familia

    Se desconocen la hora y el lugar exactos del nacimiento de Platón, pero es cierto que pertenecía a una familia aristocrática e influyente. Con base en fuentes antiguas, la mayoría de los estudiosos modernos creen que nació en Atenas o Egina entre 429 y 423 a.C. Su padre era Ariston. Según una tradición en disputa, reportada por Diógenes Laertius, Ariston rastreó su descendencia del rey de Atenas, Codrus, y del rey de Mesenia, Melanto. La madre de Platón era Perictione, cuya familia se jactaba de una relación con el famoso legislador ateniense y poeta lírico Solón. Perictione era hermana de Charmides y sobrina de Critias, ambas figuras prominentes de los Treinta Tiranos, el breve régimen oligárquico, que siguió al colapso de Atenas al final de la Guerra del Peloponeso (404—403 BCE). Además del propio Platón, Ariston y Perictione tuvieron otros tres hijos; estos fueron dos hijos, Adeimantus y Glaucon, y una hija Potone, la madre de Speusipo (el sobrino y sucesor de Platón como cabeza de su Academia filosófica). En la República se menciona a los hermanos Adeimantus y Glaucon como hijos de Ariston, y presumiblemente hermanos de Platón, pero algunos han argumentado que eran tíos. Pero en un escenario en los Memorabilia, Xenophon confundió el tema al presentar un Glaucon mucho más joven que Platón.

    La fecha tradicional del nacimiento de Platón (428/427) se basa en una dudosa interpretación de Diógenes Laertius, quien dice: “Cuando [Sócrates] se fue, [Platón] se unió a Cratylus el Heracleíteo y Hermógenes, quienes filosofaron a la manera de Parménides. Entonces, a los veintiocho, dice Hermodor, [Platón] fue a Euclides en Megara”. Como argumenta Debra Nails, “El texto en sí no da ninguna razón para inferir que Platón se fue inmediatamente a Megara e implica todo lo contrario”. En su Séptima Carta, Platón señala que su mayoría de edad coincidió con la toma del poder por los Treinta, remarcando: “Pero un joven menor de veinte años se convirtió en hazmerreír si intentaba ingresar a la arena política”. Así, Nails data del nacimiento de Platón al 424/423.

    Según algunos relatos, Ariston intentó forzar sus atenciones a Perictione, pero falló en su propósito; entonces el dios Apolo se le apareció en una visión, y como resultado, Ariston dejó a Perictione sin ser molestado. Otra leyenda relató que, cuando Platón era un infante, las abejas se posaron en los labios mientras dormía: un augurio de la dulzura del estilo en el que hablaría sobre la filosofía.

    Ariston parece haber muerto en la infancia de Platón, aunque la datación precisa de su muerte es difícil. Perictione luego se casó con Pyrilampes, hermano de su madre, quien había servido muchas veces como embajadora en la corte persa y era amigo de Pericles, el líder de la facción democrática en Atenas. Las pirilampas tuvieron un hijo de un matrimonio anterior, Demus, quien era famoso por su belleza. Perictiona dio a luz al segundo hijo de Pirilámpas, Antiphon, el medio hermano de Platón, quien aparece en Parménides.

    En contraste con la reticencia sobre sí mismo, Platón a menudo introducía a sus distinguidos familiares en sus diálogos, o se refería a ellos con cierta precisión: Charmides tiene un diálogo que lleva su nombre; Critias habla tanto en Charmides como en Protágoras; y Adeimantus y Glaucon toman prominencia partes en la República. Estas y otras referencias sugieren una cantidad considerable de orgullo familiar y nos permiten reconstruir el árbol genealógico de Platón. Según Burnet, “la escena de apertura de los Charmides es una glorificación de toda la conexión [familiar]... Los diálogos de Platón no sólo son un monumento a Sócrates, sino también los días más felices de su propia familia”.

    Nombre

    De acuerdo con Diógenes Laërtius, el filósofo fue nombrado Aristócles (ριστοκλς) en honor a su abuelo. Era común en la sociedad ateniense que los niños llevaran el nombre de abuelos (o padres). Pero solo hay un registro inscripcional de un Aristócles, un Arconte temprano de Atenas en 605/4 a.C. No hay registro de una línea de Aristócles al padre de Platón, Ariston. Sin embargo, si Platón no recibió el nombre de un antepasado llamado Platón (no hay registro de uno), entonces el origen de su cambio de nombre como Platón se convierte en un enicilio.

    Las fuentes de Diógenes dan cuenta de este hecho al afirmar que su entrenador de lucha libre, Ariston de Argos, lo apodó Platón, que significa “amplio”, a causa de su robusta figura o que Platón derivó su nombre de la amplitud (πλατοτης, platytēs) de su elocuencia, o bien porque era muy ancho (πλατς, platýs) a través de la frente. Recientemente un erudito ha argumentado que incluso el nombre de Aristócles para Platón fue un invento mucho más tarde. Si bien Platón era un nombre bastante común (se conocen 31 instancias solo de Atenas), el nombre no aparece en la conocida línea familiar de Platón. Otro erudito, sin embargo, afirma que “hay buenas razones para no descartar [la idea de que Aristócles era el nombre de pila de Platón] como una mera invención de sus biógrafos”, señalando cuán prevalente es ese relato en nuestras fuentes. El hecho de que el filósofo en su madurez se llamara Platón es indiscutible, pero el origen de esta denominación debe permanecer discutible a menos que se haga el registro para dar más información.

    Educación

    Apuleio nos informa que Speusippus elogió la rapidez mental y la modestia de Platón cuando era niño, y los “primeros frutos de su juventud infundidos de trabajo duro y amor por el estudio”. Platón debió haber sido instruido en gramática, música y gimnasia por los maestros más distinguidos de su tiempo. Dicaearchus llegó a decir que Platón luchó en los juegos isthmianos. Platón también había asistido a cursos de filosofía; antes de conocer a Sócrates, se familiarizó por primera vez con Cratylus (un discípulo de Heráclito, un destacado filósofo griego presocrático) y las doctrinas heracliteanas. W. A. Borody sostiene que una apertura ateniense hacia una gama más amplia de sexualidad puede haber contribuido a la apertura de los filósofos atenienses hacia una gama más amplia de pensamiento, una situación cultural que Borody describe como “polimorfamente discursiva”.

    Vida posterior

    Platón pudo haber viajado por Italia, Sicilia, Egipto y Cirene. Se dice que regresó a Atenas a la edad de cuarenta años, Platón fundó una de las primeras escuelas organizadas conocidas en la Civilización Occidental en una parcela de tierra en la Arboleda de Hecademus o Academus. La Academia era un gran recinto de terreno a unos seis estadios a las afueras de Atenas propiamente dicha. Una historia es que el nombre de la Academia proviene del antiguo héroe, Academus. Otra historia es que el nombre provino de un supuesto ex dueño, un ciudadano de Atenas también llamado Academus. Otro relato más es que recibió el nombre de un miembro del ejército de Castor y Pollux, un arcadiano llamado Echedemus. La Academia operó hasta que fue destruida por Lucio Cornelio Sulla en el 84 a.C. Los neoplatonistas revivieron la Academia a principios del siglo V, y operó hasta el año 529 CE, cuando fue cerrada por Justiniano I de Bizancio, quien la vio como una amenaza para la propagación del cristianismo. Muchos intelectuales fueron educados en la Academia, siendo el más destacado Aristóteles.

    A lo largo de su vida posterior, Platón se enredó con la política de la ciudad de Siracusa. Según Diógenes Laertius, Platón visitó inicialmente Siracusa mientras estaba bajo el gobierno de Dionisio. Durante este primer viaje el cuñado de Dionisio, Dion de Siracusa, se convirtió en uno de los discípulos de Platón, pero el propio tirano se volvió contra Platón. Platón casi se enfrentó a la muerte, pero fue vendido como esclavitud. Entonces Anniceris compró la libertad de Platón por veinte minas, y lo mandó a casa. Después de la muerte de Dionisio, según la Séptima Carta de Platón, Dion solicitó a Platón regresar a Siracusa para ser tutor de Dionisio II y guiarlo para convertirse en un rey filósofo. Dionisio II parecía aceptar las enseñanzas de Platón, pero sospechó de Dion, su tío. Dionisio expulsó a Dion y mantuvo a Platón contra su voluntad. Finalmente Platón dejó Siracusa. Dion volvería a derrocar a Dionisio y gobernó Siracusa por poco tiempo antes de ser usurpado por Calipo, compañero discípulo de Platón.

    Muerte

    Diversas fuentes han dado relatos de la muerte de Platón. Una historia, basada en un manuscrito mutilado, sugiere que Platón murió en su cama, mientras que una joven tracia le tocaba la flauta. Otra tradición sugiere que Platón murió en una fiesta de bodas. El relato se basa en la referencia de Diógenes Laertius a un relato de Hermippus, un alejandrino del siglo III. Según Tertuliano, Platón simplemente murió mientras dormía.

    Influencias intelectuales en Platón

    Platón y Pitágoras

    Aunque Sócrates influyó directamente en Platón como relacionado en los diálogos, la influencia de Pitágoras sobre Platón también parece tener discusión significativa en la literatura filosófica. Pitágoras, o en un sentido más amplio, los pitagóricos, presuntamente ejercieron una influencia importante en la obra de Platón. Según R. M. Hare, esta influencia consta de tres puntos: (1) La República platónica podría estar relacionada con la idea de “una comunidad estrechamente organizada de pensadores afines”, como la establecida por Pitágoras en Croton. (2) Hay evidencias de que Platón posiblemente tomó de Pitágoras la idea de que matemáticas y, en términos generales, el pensamiento abstracto es una base segura para el pensamiento filosófico así como “para tesis sustanciales en ciencia y moral”. (3) Platón y Pitágoras compartieron un “enfoque místico del alma y su lugar en el mundo material”. Es probable que ambos fueron influenciados por el orfismo.

    Aristóteles afirmó que la filosofía de Platón siguió de cerca las enseñanzas de los pitagóricos, y Cicerón repite esta afirmación: “Dicen que Platón aprendió todas las cosas pitagóricas” (Platonem ferunt didicisse Pythagorea omnia).

    Platón y Sócrates

    La relación precisa entre Platón y Sócrates sigue siendo un área de discusión entre los estudiosos. Platón deja claro en su Disculpa de Sócrates, que era un devoto joven seguidor de Sócrates. En ese diálogo, Sócrates se presenta como mencionar a Platón por su nombre como uno de esos jóvenes lo suficientemente cercanos a él como para haber sido corrompido, si de hecho fuera culpable de corromper a los jóvenes, y cuestionando por qué sus padres y hermanos no dieron un paso adelante para testificar en su contra si efectivamente era culpable de tal crimen (33d-34a). Posteriormente se menciona a Platón junto con Crito, Critóbolo y Apolodoro como ofrecieron pagar una multa de 30 minas en nombre de Sócrates, en lugar de la pena de muerte propuesta por Meleto (38b). En el Faedo, el personaje del título enumera a quienes estuvieron presentes en el penal el último día de Sócrates, explicando la ausencia de Platón diciendo: “Platón estaba enfermo”. (Faedo 59b)

    Platón nunca habla con su propia voz en sus diálogos. En la Segunda Carta, dice, “ninguna escritura de Platón existe ni existirá jamás, pero las que ahora se dice que son suyas son las de un Sócrates que se vuelve hermoso y nuevo” (341c); si la Carta es de Platón, la calificación final parece poner en tela de juicio la fidelidad histórica de los diálogos. En cualquier caso, Xenofón y Aristófanes parecen presentar un retrato algo diferente de Sócrates del que pinta Platón. Algunos han llamado la atención sobre el problema de tomar Sócrates de Platón como su portavoz, dada la reputación de Sócrates de ironía y el carácter dramático de la forma de diálogo.

    Aristóteles atribuye una doctrina diferente respecto a las Formas a Platón y Sócrates (Metafísica 987b1—11). En pocas palabras, Aristóteles simplemente sugiere que la idea de Sócrates de las formas se puede descubrir a través de la investigación del mundo natural, a diferencia de las Formas de Platón que existen más allá y fuera del rango ordinario de la comprensión humana.

    Diálogos

    Tradicionalmente se han atribuido a Platón treinta y cinco diálogos y trece letras (las Epístolas), aunque la erudición moderna duda de la autenticidad de al menos algunas de ellas. Los escritos de Platón han sido publicados de varias maneras; esto ha dado lugar a varias convenciones sobre el nombramiento y la referencia de los textos de Platón.

    El sistema habitual para hacer referencias únicas a secciones del texto de Platón deriva de una edición del siglo XVI de las obras de Henricus Stephanus de Platón. Una visión general de los escritos de Platón según este sistema se puede encontrar en el artículo de paginación de Stephanus.

    Una tradición en cuanto a la disposición de los textos de Platón es según las tetralogías. Este esquema es atribuido por Diógenes Laertius a un antiguo erudito y astrólogo de la corte de Tiberio llamado Trasyllus.

    Las obras suelen agruparse en Período Temprano (a veces por algunos en Transitorio), Medio y Tardío. Esta elección de agrupar cronológicamente es considerada digna de crítica por algunos (Cooper et al), dado que se reconoce que no hay un acuerdo absoluto en cuanto a la verdadera cronologicidad, ya que los hechos del orden temporal de la escritura no se conocen con confianza.

    Temprano: Disculpa (de Sócrates), Charmides, Crito, Eutifro, Gorgias, Hipias (menores) (menores), Hipias (mayores) (mayores), Ion, Laches, Lisis, Protágoras

    Medio/Transicional: Cratylus, Eutidemo, Meno, Parménides, Fedo, Fedro, República, Simposio,

    Medio/Tarde: Theaetetus

    Tarde: Critias, Sofista, Estadista/Politicus, Timaeus, Filebus, Leyes

    La cronologicidad no era una consideración en la antigüedad, en esa agrupación de esta naturaleza están prácticamente ausentes (Tarrant) en los escritos existentes de los antiguos platonistas.

    Escritos de dudosa autenticidad

    Jowett menciona en su Apéndice a Menexeno, que las obras que llevaban el carácter de escritor fueron atribuidas a ese escritor incluso cuando el autor real era desconocido.

    Para abajo:

    (*) si no hay consenso entre los estudiosos sobre si Platón es el autor, y (‡) si la mayoría de los estudiosos coinciden en que Platón no es el autor de la obra.

    Primeras Alcíbíades (*), Segundas Alcíbíades (‡), Clitofón (*), Epinomis (‡), Epístolas (*), Hiparco (‡), Menexeno (*), Minos (‡) (Rival) Amantes (‡), Teatros (‡)

    Escritos espurios

    Las siguientes obras fueron transmitidas bajo el nombre de Platón, la mayoría de ellas ya consideradas espurias en la antigüedad, y así no fueron incluidas por Trasyllus en su arreglo tetralógico. Estas obras están etiquetadas como Notheuomenoi (“espurio”) o apócrifos.

    • Axioco, Definiciones, Demodocus, Epigramas, Erixias, Halcyon, Sobre la Justicia, Sobre la Virtud, Sísifo.

    Composición de los diálogos

    Nadie sabe el orden exacto en que se escribieron los diálogos de Platón, ni la medida en que algunos podrían haber sido revisados y reescritos posteriormente. Una distinción significativa de los primeros Platón y el posterior Platón ha sido ofrecida por estudiosos como E.R. Dodds y ha sido resumida por Harold Bloom en su libro titulado Agon: “E.R. Dodds es el erudito clásico cuyos escritos iluminaron más la ascendencia helénica (en) Los griegos y lo irracional [...] En su capítulo sobre Platón y el Alma Irracional [...] Dodds rastrea la evolución espiritual de Platón desde el racionalista puro de los Protágoras hasta el psicólogo trascendental, influenciado por los pitagóricos y los huérfanos, de las obras posteriores que culminaron en las Leyes”.

    Lewis Campbell fue el primero en hacer un uso exhaustivo de la estilometría para demostrar objetivamente que las Critias, Timaeus, Leyes, Filebus, Sophist y Statesman estaban todos agrupados como un grupo, mientras que los Parménides, Fedro, República y Teeteto pertenecen a un grupo separado, que debe ser anterior (dada la declaración de Aristóteles en su Política de que las Leyes fueron escritas después de la República; cf. Diógenes Laertius Vive 3.37). Lo que es notable de las conclusiones de Campbell es que, a pesar de todos los estudios estilométricos que se han realizado desde su época, quizás el único hecho cronológico sobre las obras de Platón que ahora se puede decir que están probadas por la estilometría es el hecho de que Critias, Timaeus, Laws, Filebus, Sophist y Statesman son los últimos de los diálogos de Platón, los otros anteriores.

    Cada vez más en la más reciente beca Platón, los escritores se muestran escépticos sobre la noción de que el orden de los escritos de Platón se puede establecer con cualquier precisión, aunque las obras de Platón todavía se caracterizan a menudo por caer al menos aproximadamente en tres grupos. Lo siguiente representa una división relativamente común de este tipo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchas de las posiciones en el ordenamiento siguen siendo muy disputadas, y también que la noción misma de que los diálogos de Platón pueden o deben ser “ordenados” no es de ninguna manera universalmente aceptada.

    Entre quienes clasifican los diálogos en periodos de composición, Sócrates figura en todos los “diálogos tempranos” y son considerados las representaciones más fieles del Sócrates histórico. Incluyen La disculpa de Sócrates, Charmides, Crito, Eutifro, Ion, Laches, Hipias Menores, Lisis, Menexeno y Protágoras (a menudo considerado uno de los últimos de los” diálogos tempranos”). A menudo se consideran tres diálogos “transitorios” o “premedios”: Eutidemus, Gorgias y Meno.

    Mientras que los clasificados como “diálogos tempranos” a menudo concluyen en aporía, los llamados “diálogos medios” proporcionan enseñanzas positivas más claramente declaradas que a menudo se atribuyen a Platón como la teoría de las Formas. Estos diálogos incluyen Cratylus, Fedo, Fedro, República, Simposio, Parménides y Theaetetus. Los defensores de dividir los diálogos en periodos suelen considerar que los Parménides y Teetetos llegan tarde en este periodo y son transitorios al siguiente, ya que parecen tratar la teoría de las formas críticamente (Parménides) o solo indirectamente (Theaetetus). El análisis estilométrico de Ritter coloca a Fedro como probablemente después de Theaetetus y Parménides, aunque no se relaciona con la teoría de las Formas de la misma manera. A menudo se piensa que el primer libro de la República fue escrito significativamente antes que el resto de la obra, aunque posiblemente haya sido objeto de revisiones cuando se le adjuntaron los libros posteriores.

    Los diálogos restantes se clasifican como “tardíos” y generalmente se acuerdan que son piezas filosóficas difíciles y desafiantes. Esta agrupación es la única comprobada por el análisis estilométrico. Si bien buscó las respuestas “maduras” de Platón a las preguntas planteadas por sus obras anteriores, esas respuestas son difíciles de discernir. Algunos estudiosos indican que la teoría de las formas está ausente de los diálogos tardíos, ha sido refutada en los Parménides, pero no hay consenso total de que los Parménides en realidad refuten la teoría de las formas. Los llamados “diálogos tardíos” incluyen Critias, Leyes, Filebus, Sofista, Estadista y Timaeus.

    Narración de los diálogos

    Platón nunca se presenta como participante en ninguno de los diálogos, y con excepción de la Disculpa, no hay ninguna sugerencia de que haya escuchado alguno de los diálogos de primera mano. Algunos diálogos no tienen narrador pero tienen una forma pura “dramática” (ejemplos: Meno, Gorgias, Fedro, Crito, Eutifro), algunos diálogos son narrados por Sócrates, donde habla en primera persona (ejemplos: Lisis, Charmides, República). Un diálogo, Protágoras, comienza en forma dramática pero rápidamente procede a la narración de Sócrates de una conversación que mantuvo anteriormente con el sofista por quien se nombra el diálogo; esta narración continúa ininterrumpida hasta el final del diálogo.

    Dos diálogos Fedo y Simposio también comienzan en forma dramática pero luego proceden a la narración prácticamente ininterrumpida por parte de seguidores de Sócrates. Fedo, un relato de la conversación final de Sócrates y el consumo de cicuta, es narrado por Fedo a Echecrates en una ciudad extranjera poco después de que se llevara a cabo la ejecución. El Simposio es narrado por Apolodoro, un discípulo socrático, aparentemente a Glaucon. Apolodoro asegura a su oyente que está contando la historia, la cual tuvo lugar cuando él mismo era un infante, no de su propia memoria, sino como lo recordó Aristodemo, quien le contó la historia años atrás.

    El Teeteto es un caso peculiar: un diálogo en forma dramática incrustado dentro de otro diálogo en forma dramática. Al inicio del Teeteto (142c-143b), Euclides dice que compiló la conversación a partir de notas que tomó en base a lo que Sócrates le dijo de su conversación con el personaje titular. El resto del Teeteto se presenta como un “libro” escrito en forma dramática y leído por uno de los esclavos de Euclides (143c). Algunos estudiosos toman esto como un indicio de que Platón para esta fecha se había cansado de la forma narrada. A excepción del Teeteto, Platón no da ninguna indicación explícita de cómo llegaron a escribirse estas conversaciones transmitidas oralmente.


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