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4.2: Thomas Hobbes

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    LEVIATÁN O LA MATERIA,
    FORMA Y PODER DE UNA RIQUEZA COMÚN
    ECLESIÁSTICA Y CIVILL

    Impreso para Andrew Crooke,
    en el Dragón Verde
    en el Churchyard de San Pablo,
    1651.

    Thomas Hobbes, 1588 — 1679 d.C., fue un filósofo inglés que es considerado uno de los fundadores de la filosofía política moderna. Hobbes es mejor conocido por el libro Leviatán, que estableció la teoría del contrato social que ha servido como base para la mayor parte de la filosofía política occidental. La teoría del contrato social establece que los individuos han consentido en renunciar a algunas de sus libertades y someterse a la autoridad del jefe de Estado, o a la decisión de una mayoría, a cambio de seguridad, y con la condición de que el Estado pueda someter a otras personas a sus acuerdos, como en un contrato. Hobbes también desarrolló algunos puntos de vista que todavía se mantienen comúnmente hoy en día en la filosofía occidental. Enfatizó los derechos sociales y políticos de cada individuo, la igualdad natural de todas las personas, la opinión de que todo poder político legítimo debe ser representativo y fundamentado en el consentimiento del pueblo, y una interpretación del derecho que deje a las personas libres de hacer lo que la ley no haga explícitamente prohibir.

    Se aferra a estas cuatro realidades:

    1. Que todos los humanos son iguales y tienen las mismas necesidades (alimentos, agua, refugio, etc)
    2. Que los recursos son limitados. La gente compite por ellos.
    3. Que ninguna persona es más poderosa que el resto. Un grupo siempre puede derribar a un tirano.
    4. Que los humanos sólo son altruistas de formas limitadas. El yo es central para el interés humano.

    Puede que esta sea una forma sencilla y algo divertida de comenzar a acercarse a la obra de Thomas Hobbes:

    Hobbes y el contractarismo

    CAPÍTULO XIII. DE LA CONDICIÓN NATURAL DE LA HUMANIDAD,

    EN CUANTO A SU FELICIDAD, Y MISERIA

    La naturaleza ha hecho a los hombres tan igualitarios, en las facultades del cuerpo y de la mente; como si hubiera abejas que encontraran a un hombre a veces manifiestamente más fuerte en cuerpo, o de mente más rápida que en otro; sin embargo, cuando todo se cuenta juntos, la diferencia entre el hombre y el hombre, no es tan considerable, como que un hombre puede entonces reclamarse a sí mismo cualquier beneficio, a lo que otro no podrá pretender, así como él. Porque en cuanto a la fuerza del cuerpo, el más débil tiene la fuerza suficiente para matar al más fuerte, ya sea por maquinación secreta, o por confederación con otros, que están en el mismo peligro consigo mismo.

    Y en cuanto a las facultades de la mente, (apartando las artes fundadas en las palabras, y especialmente esa habilidad de proceder sobre generall, y reglas infalibles, llamadas Ciencia; que muy pocas tienen, y pero en pocas cosas; como no ser una facultad nativa, nacida con nosotros; ni alcanzada, (como Prudencia,) mientras cuidamos algo els,) Encuentro aún una mayor igualdad entre los hombres, que la de la fuerza. Para Prudencia, no es sino Experiencia; que igual tiempo, otorga igualmente a todos los hombres, en esas cosas a las que se aplican igualmente. Aquello que tal vez haga increíble tal igualdad, no es más que un vano conceipt de unos propios wisdome, que casi todos los hombres piensan que tienen en mayor grado, que el Vulgar; es decir, que todos los hombres menos ellos mismos, y algunos otros, a quienes por Fama, o por concurrir consigo mismos, aprueban. Porque tal es la naturaleza de los hombres, que cualquiera que reconozca que muchos otros son más ingeniosos, o más elocuentes, o más eruditos; Sin embargo, difícilmente creerán que haya muchos tan sabios como ellos mismos: Porque ven a mano su propio ingenio, y otros hombres a distancia. Pero esto demuestra más bien que los hombres están en ese punto igual, que inigualable. Porque normalmente no hay un signo mayor de la distribución igualitaria de ninguna cosa, que el de que cada hombre esté contento con su parte.

    De la igualdad procede la difidencia

    De esta igualdad de habilidad surge la igualdad de esperanza en el logro de nuestro Fin s. Y por lo tanto, si alguno de los dos hombres desean lo mismo, que sin embargo no pueden disfrutar ambos, se convierten en enemigos; y en el camino a su Fin, (que es principalmente su propia conservación, y a veces su sólo la deleción,) esforzarse por destruir, o someter unos a otros. Y de ahí viene a pasar, que donde un invasor no tiene más que temer, que otro hombre solo poder; si una planta, siembra, construye, o posee un asiento conveniente, probablemente se puede esperar que otros vengan preparados con fuerzas unidas, para desposeerlo, y privarlo, no sólo del fruto de su trabajo, sino también de su vida, o libertad. Y el Invasor otra vez está en el peligro similar de otro.

    De Diffidence Warre

    Y de esta difidencia el uno del otro, no hay manera de que ningún hombre se asegure, tan razonable, como Anticipación; es decir, por la fuerza, o artimañas, de dominar las personas de todos los hombres que pueda, tanto tiempo, hasta que no vea otro poder lo suficientemente grande como para ponerlo en peligro: Y esto no es más que el suyo propio requisito de conservación, y generalmente está permitido. También porque hay algunos, que tener el placer de contemplar su propio poder en los actos de conquista, que persiguen más allá de lo que requiere su seguridad; si otros, que de otra manera estarían contentos de estar a gusto dentro de límites modestos, no deberían por invasión aumentar su poder, no podrían, largo tiempo, permaneciendo sólo en su defensa, para subsistir. Y por consecuencia, tal aumento de dominio sobre los hombres, siendo necesario para la conservación de un hombre, se le debería permitir.

    Againe, los hombres no tienen placer, (sino por el contrario un gran esfuerzo de aflicción) en hacer compañía, donde no hay poder capaz de sobrepasarlos a todos. Porque todo hombre mira que su compañero lo valore, al mismo ritmo que se pone sobre sí mismo: Y sobre todas las señales de desprecio, o subvaloración, naturalmente se esfuerza, hasta donde se atreve (que entre ellos que no tienen poder común, para mantenerlos callados, está lo suficientemente lejos como para hacerlos destruirse unos a otros,) extorsionar un mayor valor a sus contendientes, por dommage; y de otros, con el ejemplo.

    Para que en la naturaleza del hombre, encontremos tres causas principales de riña. Primero, Competencia; Segundo, Difidencia; Tercero, Gloria.

    El primero, hace que los hombres invadan por Ganancia; el segundo, por Seguridad; y el tercero, por Reputación. El primero usa Violencia, para hacerse Maestros de otras personas masculinas, esposas, hijos y cattell; el segundo, para defenderlos; el tercero, por bagatelas, como una palabra, una sonrisa, una opinión diferente, y cualquier otro signo de subvalor, ya sea directo en sus Personas, o por reflexión en sus Familiares, sus Amigos, su Nación, su Profesión, o su Nombre.

    Fuera de los Estados Civiles,

    Siempre hay guerra de cada uno contra cada uno Por el presente se manifiesta, que durante el tiempo los hombres viven sin un Poder común para mantenerlos a todos asombrados, están en esa condición que se llama Warre; y tal guerra, como es de cada hombre, contra cada hombre. Para WARRE, no consiste solo en Battell, ni en el acto de luchar; sino en un lapso de tiempo, en el que la Voluntad a contender por Battell es suficientemente conocida: y por lo tanto la noción de Tiempo, ha de considerarse en la naturaleza de Warre; como lo es en la naturaleza del Tiempo. Porque como la naturaleza del clima de Foule, no yace en un espectáculo o dos de lluvia; sino en una inclinación a ello de muchos días juntos: Así que la naturaleza de la Guerra, no consiste en la lucha real; sino en la disposición conocida a la misma, durante todo el tiempo no hay garantía de lo contrario. Todo el otro tiempo es PAZ.

    Los inmercantites de tal guerra

    Todo lo que, por tanto, es consecuencia de un tiempo de guerra, donde cada hombre es Enemigo de cada hombre; lo mismo es consecuencia del tiempo, en el que los hombres viven sin otra seguridad, que lo que su propia fuerza, y su propia invención los proveerá de todos. En tal condición, no hay lugar para la Industria; porque el fruto de la misma es incierto; y consecuentemente no hay Cultura de la Tierra; ni Navegación, ni uso de las mercancías que puedan ser importadas por el Mar; ningún Edificio mercantil; no hay Instrumentos de movimiento, y remoción de cosas que requieran mucha fuerza; ningún Conocimiento de la faz de la Tierra; ninguna cuenta del Tiempo; ni Artes; ni Letras; ninguna Sociedad; y que es lo peor de todo, continuall feare, y peligro de muerte violenta; Y la vida del hombre, solitario, poore, desagradable, brutish, y corto.

    Llave para llevar

    Todo lo que, por tanto, es consecuencia de un tiempo de Warre, donde cada hombre es Enemigo de cada hombre;... Y la vida del hombre, solitario, pobre, desagradable, brutal, y corto.

    Puede parecerle extraño a algún hombre, que no haya pesado bien estas cosas; que la Naturaleza así se disocie, y haga que los hombres sean aptos para invadirse, y destruirse unos a otros: y por lo tanto, no confiando en esta Inferencia, hecha a partir de las Pasiones, desee tal vez tener lo mismo confirmado por la Experiencia. Que, pues, considere consigo mismo, al realizar un viaje, se arma, y busca ir bien acompañado; al irse a dormir, encierra sus dores; cuando incluso en su casa encierra sus pechos; y esto cuando sabe que hay abeja Lawes, y oficiales publike, armados, para vengar todas las heridas le harán abeja ; qué opinión tiene de sus compañeros súbditos, cuando cabalga armado; de sus conciudadanos, cuando encierra sus dores; y de sus hijos, y sirvientes, cuando encierra sus pechos. ¿No acusa tanto a la humanidad por sus acciones, como yo por mis palabras? Pero ninguno de los dos acusan a la naturaleza del hombre en ella. Los Deseos, y otras Pasiones del hombre, no son en sí mismos Pecado. Ya no son las Acciones, que proceden de esas Pasiones, hasta que conozcan una Ley que las prohíba; que hasta que se hagan las Leyes no pueden saber: ni se puede hacer ninguna Ley, hasta que hayan acordado a la Persona que la hará.

    Puede que por aventura se piense, nunca hubo tal tiempo, ni condición de guerra como esta; y creo que nunca fue generalmente así, en todo el mundo: pero hay muchos lugares, donde viven así ahora. Para el pueblo salvaje de muchos lugares de América, excepto el gobierno de las familias pequeñas, cuya concordia depende de la lujuria natural, no tienen ningún gobierno; y viven en este día de esa manera brutales, como dije antes. Como sea, se pueda percibir qué forma de vida habría, donde no había Poder común para sentir; por la forma de vida, que los hombres que antes han vivido bajo un gobierno pacífico, utilizan para degenerar en, en una guerra civil.

    Pero aunque nunca había habido ningún tiempo, en el que hombres particulares estuvieran en condiciones de guerra unos contra otros; sin embargo, en todos los tiempos, los reyes y las personas de autoridad soveraigne, por su independencia, están en continuos celos, y en el estado y la postura de los gladiadores; teniendo sus armas apuntando, y sus ojos fijos el uno en el otro; es decir, sus Fuertes, Guarniciones y Armas en las Fronteras de sus Reinos; y las Espías continuas sobre sus vecinos; que es una postura de Guerra. Pero porque sostienen con ello, la Industria de sus Sujetos; no se desprende de ella, esa miseria, que acompaña a la Libertad de hombres particulares.

    Batalla normanda en 1066 que condujo a la conquista normanda.En semejante guerra, nada es injusto

    A esta guerra de cada hombre contra cada hombre, esto también es consecuente; que nada puede ser Injusto. Las nociones de Bien y Mal, Justicia e Injusticia no tienen cabida. Donde no hay Poder común, no hay Ley: donde no hay Ley, no hay Injusticia. Fuerza, y Fraude, están en guerra las dos vertuas cardenales. Justicia, e Injusticia no son ninguna de las Facultades ni del Cuerpo, ni de la Mente. Si lo fueran, podrían estar en un hombre que estaba solo en el mundo, así como sus Sentidos, y Pasiones. Son Cualidades, que se relacionan con los hombres en la Sociedad, no en la Soledad. Es consecuencia también de la misma condición, que no haya Propiedad, ni Dominio, ni Mío y Tuyo distintos; sino solo eso ser cada hombre que pueda conseguir; y por tanto tiempo, como pueda conservarlo. Y así mucho por el mal estado, en el que el hombre por meer la Naturaleza se coloca realmente; aunque con la posibilidad de salir de ella, que consiste en parte en las Pasiones, en parte en su Razón.

    Las pasiones que inclinan a los hombres a la paz

    Las Pasiones que encierran a los hombres a la Paz, son Feare de la Muerte; Deseo de las cosas que sean necesarias para la vida mercantil; y una Esperanza por su Industria para obtenerlas. Y la Razón sugiere Artículos de Paz convenientes, sobre los cuales se puede llegar a un acuerdo a los hombres. Estos Artículos, son ellos, que de otra manera se denominan las Leyes de la Naturaleza: de los cuales hablaré más particularmente, en los dos Capítulos siguientes.

    CAPÍTULO XIV. DE LA PRIMERA Y SEGUNDA LEY NATURAL, Y DE CONTRATOS

    Derecho De La Naturaleza Qué

    El DERECHO DE LA NATURALEZA, que los Escritores comúnmente llaman Jus Naturale, es la Libertad que cada hombre tiene, de usar su propio poder, como él mismo, para la preservación de su propia Naturaleza; es decir, de su propia Vida; y consecuentemente, de hacer cualquier cosa, que en su propio Juicio, y Razón, ji concebirá ser los medios más adecuados para ello.

    Libertad Qué

    Por LIBERTAD, se entiende, según la significación propia de la palabra, la ausencia de impedimentos externos: que Impedimentos, a menudo pueden quitarle parte del poder de un hombre para hacer lo que ji haría; pero no pueden impedirle usar el poder que le dejó, según su juicio, y la razón le dictará.

    Una Ley De La Naturaleza Qué

    UNA LEY DE LA NATURALEZA, (Lex Naturalis,) es un Precepto, o Regla generall, descubierto por la Razón, por el cual se prohíbe a un hombre hacer, aquello, que es destructivo de su vida, o quitarle los medios para preservarla; y omitir, aquello, por lo que piensa que puede conservarse mejor. Porque aunque los que hablan de este tema, utilizan para confundir a Jus, y Lex, Derecho y Ley; sin embargo, deben distinguirse; porque DERECHO, consiste en la libertad de hacer, o de perdonar; mientras que el DERECHO, determina y se une a uno de ellos: de modo que la Ley, y el Derecho, difieren tanto, como Obligación, y Libertad; que en uno y el mismo asunto son inconsistentes.

    Naturalmente, todo hombre tiene derecho a todo

    Y porque la condición del Hombre, (como se ha declarado en el Capítulo precedente) es una condición de Guerra de cada uno contra cada uno; en cuyo caso cada uno se rige por su propia Razón; y no hay nada de lo que pueda hacer uso, que no le sea una ayuda, para preservar su vida contra sus enemigos; sigue, que en tal condición, todo hombre tiene derecho a todo; incluso a un cuerpo de otro. Y por lo tanto, mientras este derecho natural de todo hombre a todo perdure, no puede haber seguridad para ningún hombre, (cuán fuerte o sabio sea que sea) de vivir el tiempo, que la Naturaleza ordinariamente permite que los hombres vivan.

    La Ley Fundamental de la Naturaleza

    Y en consecuencia es un precepto, o regla general de la Razón, “Que todo hombre, debe esforzarse por la Paz, tan farre como tenga esperanza de obtenerla; y cuando no pueda obtenerla, que busque, y use, todas las ayudas y ventajas de Warre”. La primera rama, de la cual Regla, contiene la primera, y la Ley Fundamental de la Naturaleza; que es, “Buscar la Paz, y seguirla”. El Segundo, la suma del Derecho de la Naturaleza; que es, “Por todos los medios podemos, para defendernos a nosotros mismos”.

    La Segunda Ley de la Naturaleza

    De esta Ley Fundamental de la Naturaleza, por la cual se manda a los hombres a procurar la Paz, se deriva esta segunda Ley; “Que un hombre esté dispuesto, cuando los demás también lo están, tan lejanos, como para la Paz, y la defensa de sí mismo, pensará necesario, para imponer este derecho a todas las cosas; y estar contento con tanto libertad contra otros hombres, ya que permitiría a otros hombres contra sí mismo”. Mientras todo hombre tenga este Derecho, de hacer cualquier cosa que le guste; siempre y cuando todos sean hombres en la condición de Warre. Pero si otros hombres no van a poner su Derecho, así como él; entonces no hay Razón para que nadie, devorarse a sí mismo de su: Porque eso era para exponerse a Presa, (a la que ningún hombre está obligado) en lugar de disponerse a la Paz. Esta es esa Ley del Gospell; “Todo lo que requieras que otros te hagan, eso hacedles a ellos”. Y esa Ley de todos los hombres, “Quod tibi feiri non vis, alteri ne feceris”.

    Qué es establecer un Derecho

    Lay Downe a mans Derecho a cualquier cosa, es devorarse a sí mismo de la Libertad, de obstaculizar otro de beneficio propio Derecho a lo mismo. Porque el que renuncia, o pasa a su Derecho, no da a ningún otro hombre un Derecho que no tenía antes; porque no hay nada a lo que todo hombre no tuviera Derecho por naturaleza: sino que solo se aparta de su camino, para que goce de su propio derecho originall, sin impedimento de él; no sin impedimento de otro. De manera que el efecto que redoundeth a un hombre, por otro hombre defecto de Derecho, no es sino tanta disminución de impedimentos para el uso de su propio derecho originall.

    Renunciar (o) Transferir lo correcto; Obligación Deber Justicia

    El derecho se deja a un lado, ya sea simplemente renunciando a él; o transfiriéndolo a otro. Por Simplemente RENUNCIANDO; cuando no le importa a quien redoble el beneficio de los mismos. Por TRANSFERENCIA; cuando pretenda el beneficio de la misma a alguna persona determinada, o personas. Y cuando un hombre de cualquier manera ha abandonado, o concedido su Derecho; entonces se dice que está OBLIGADO, u OBLIGADO, a no obstaculizar a aquellos, a quienes tal Derecho es concedido, o abandonado, en beneficio de éste: y que debería, y es su DEBER, no hacer voyd ese acto voluntario propio: y que tal obstáculo es INJUSTICIA, y LESIÓN, como Sine Jure; siendo el Derecho antes renunciado, o trasladado. Entonces esa Lesión, o Injusticia, en las controversias del mundo, es algo así, que en las disputaciones de Scholers se llama Absurdity. Porque como se llama un Absurdo, para contradecir lo que uno mantenía en el Comienzo: así en el mundo, se llama Injusticia, y Lesión, voluntariamente para deshacer eso, que desde el principio había hecho voluntariamente. La manera por la que un hombre o simplemente renuncia, o transfiere su Derecho, es una Declaración, o Significación, por algún signe voluntario y suficiente, o firma, que así renuncia, o Transferre; o ha Renunciado así, o Trasladado lo mismo, al que lo acepta. Y estos Signos son o bien Palabras solo, o Acciones únicas; o (como sucede más a menudo) tanto Palabras como Acciones. Y lo mismo son los BONOS, por los cuales los hombres están atados, y obligados: Vínculos, que tienen su fuerza, no de su propia Naturaleza, (porque nada se rompe más fácilmente que una palabra de hombre,) sino de Feare de alguna consecuencia maligna sobre la ruptura.


    No todos los derechos son alienables

    Cuando un hombre Transfiere su Derecho, o Renuncia a él; o bien es en consideración de algún Derecho recíprocamente transferido a sí mismo; o por algún otro bien que espera para ello. Porque es un acto voluntario: y de los actos voluntarios de cada hombre, el objeto es algún Bien Para Él Mismo. Y por lo tanto hay algunos Derechos, que ningún hombre puede ser entendido por ninguna palabra, u otros signes, por haber abandonado, o transferido. Como primero un hombre no puede imponer el derecho de resistirlos, que lo asalten a la fuerza, a quitarle la vida; porque no se le puede entender ayme con ello, en ningún Bien a sí mismo. Lo mismo puede decirse de Heridas, y Chayns, y Encarcelamiento; tanto porque no hay beneficio como consecuencia de tal paciencia; como hay a la paciencia de sufrir a otro para ser herido, o encarcelado: como también porque un hombre no puede decir, cuando ve que los hombres proceden contra él por la violencia, si pretenden su muerte o no. Y por último el motivo, y fin por el que se introduce esta renuncia, y traslado o Derecho, no es otra cosa que la seguridad de una persona del hombre, en su vida, y en los medios de preservar así la vida, para no cansarse de ella. Y por tanto, si un hombre por palabras, u otros signos, parece despojarse del Fin, para el que se pretendían esos signos; no se le debe entender como si lo hubiera querido decir, o que era su voluntad; sino que ignoraba cómo iban a interpretarse tales palabras y acciones.

    El libro electrónico Project Gutenberg de Leviathan, de Thomas Hobbes

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    Título: Leviathan

    Autor: Thomas Hobbes

    Fecha de Lanzamiento: 11 de octubre de 2009 [eBook #3207]

    Última actualización: 25 Enero, 2013

    Idioma: inglés


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