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8.4: Falsos recuerdos

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    Una cosa es mal recordar los detalles de algo; otra muy distinta es pensar que recuerdas algo que nunca sucedió en absoluto. Afortunadamente, el primero es mucho más común que el segundo, pero el segundo sí ocurre. Por ejemplo, hay personas que piensan recordar haber sido secuestradas por extraterrestres o haber tenido una vida pasada o (más cerca de casa) eventos de su infancia que nunca ocurrieron. Un recuerdo falso es aquel que es muy inexacto; incluso puede ser un “recuerdo” de algo que no sucedió en absoluto.

    La corroboración por otra persona es una de las causas más potentes de los recuerdos falsos. Muchos otros factores, incluso imaginar algo o contar historias al respecto, pueden llevar a recuerdos falsos. Por ejemplo, Maryanne Garry preguntó a los estudiantes sobre diversos tipos de eventos que ocurrieron cuando eran niños. Dos semanas después, hizo que los estudiantes imaginaran vívidamente que habían experimentado diversos eventos ocurriendo de niños, por ejemplo, que chocaron contra una ventana, rompieron el cristal y se cortaron la mano. Algunos de los estudiantes llegaron a creer que realmente habían vivido tales eventos, luego de imaginar que habían hecho estas cosas años antes. Uno de los principales problemas para evaluar la precisión de los recuerdos es que los recuerdos falsos a menudo se sienten como recuerdos precisos.

    Mal recordar motivado

    Nuestros deseos y motivos también a veces nos llevan a mal recordar las cosas. A la mayoría de nosotros nos gusta vernos bajo una buena luz, por lo que es probable que recordemos las cosas de una manera que proteja nuestra autoimagen y autoestima. Para ver qué tan común es esto, solo recuerda alguna situación en la que dos personas que conviven discuten sobre algo, por ejemplo, quién hizo su parte justa de las tareas del hogar, o quién tiene la culpa de diversos problemas. Probablemente las dos personas tenían recuerdos bastante diferentes sobre quién hacía qué, y cada una recordaba las cosas de una manera que las ponía en una mejor luz. A menudo las afirmaciones de ambas personas son sinceras —realmente piensan que sus recuerdos son precisos— pero ambas no pueden tener razón.

    Sigmund Freud pensó que utilizamos mecanismos de defensa para proteger nuestra visión de nosotros mismos. Un mecanismo de defensa es algo que hacemos (normalmente inconscientemente) para evitar reconocer nuestras acciones, motivos o rasgos que podrían disminuir la autoestima o mejorar la ansiedad. Algunos mecanismos de defensa implican distorsiones de la memoria. El caso más extremo es la represión, olvidando cosas que son desagradables de recordar o enfrentar. Esto es lo contrario de una falsa memoria. En lugar de recordar algo que no sucedió, borramos el recuerdo de algo que sí. No está claro con qué frecuencia ocurre la represión, pero nuestros recuerdos suelen ser claramente egoístas. Reconstruimos el pasado de una manera que nos pone en una buena luz.

    Trauma Infantil y Síndrome de Falsa Memoria

    En los últimos años, algunos psicólogos han argumentado que ciertos eventos infantiles (por ejemplo, el abuso sexual) pueden ser tan traumáticos que las personas los reprimen. Los recuerdos serían tan dolorosos que las víctimas simplemente olvidan que alguna vez sucedieron. Pero aunque no pueden llevar la experiencia a la conciencia, sus huellas aún persisten de alguna forma que conduce a problemas a largo plazo como baja autoestima, depresión y disfunción sexual.

    Muchas personas, a menudo con la ayuda de la terapia, han descubierto lo que piensan que son recuerdos de traumas infantiles como el abuso sexual. ¿Qué tan precisos son estos recuerdos? Se sabe que los niños son abusados sexualmente con más frecuencia de lo que solía suponer la sociedad, y en algunos casos se olvidan hechos muy traumáticos. Entonces, algunos de estos recuerdos son probablemente precisos.

    Recientemente, sin embargo, algunos psicólogos han argumentado que muchos de los recuerdos despertados son recuerdos falsos, y argumentan que la víctima en realidad está sufriendo de síndrome de falsa memoria. El síndrome de la falsa memoria es un patrón de sentimientos, emociones y pensamientos basados en recuerdos distorsionados o completamente falsos.

    Este fenómeno se ve claramente en el Pánico Satánico que arrasó Estados Unidos y Canadá en las décadas de 1980 y 1990. En Martensville, Saskatchewan por ejemplo, más de una docena de personas fueron acusadas de más de 100 delitos derivados de la acusación de estar involucradas en un culto satánico. Sin embargo, cuando la Real Policía Montada de Canadá se hizo cargo de la investigación, concluyeron que literalmente no se cometieron delitos. ¿Cómo sucedió esto? Una combinación de investigadores policiales poco capacitados, psicólogos que hacen preguntas a los niños encabezando preguntas, reforzamiento positivo que se da cuando se hicieron acusaciones, y la fragilidad de la memoria de la primera infancia son algunas de las razones (aunque también entran en juego muchos otros sesgos que discutiremos más adelante).

    Los expertos en el síndrome de la falsa memoria se apresuran a señalar que aunque a veces se olvidan los eventos traumáticos, generalmente se recuerdan demasiado bien. Además, los recuerdos infantiles de eventos ocurridos antes de los tres años son muy poco confiables (las partes del cerebro necesarias para almacenar recuerdos simplemente no se han desarrollado lo suficiente antes de entonces). Los recuerdos posteriores de la infancia suelen ser precisos, pero la mala atribución de fuentes y los efectos de desinformación nos afectan a todos. Se ha demostrado que los niños son particularmente sugestionables, y a menudo reciben sugerencias sutiles-y a veces no tan sutiles—de un padre, terapeuta u otras figuras de autoridad. La sugestionabilidad es una amenaza menos grave en los pacientes mayores, pero cualquiera podría tener una motivación para recordar mal de maneras que nos ayuden a dar sentido a nuestras experiencias y preservar nuestra identidad propia.


    This page titled 8.4: Falsos recuerdos is shared under a CC BY-NC 4.0 license and was authored, remixed, and/or curated by Jason Southworth & Chris Swoyer via source content that was edited to the style and standards of the LibreTexts platform; a detailed edit history is available upon request.