Saltar al contenido principal
LibreTexts Español

8.8: La ciudad tiránica

  • Page ID
    99096
  • \( \newcommand{\vecs}[1]{\overset { \scriptstyle \rightharpoonup} {\mathbf{#1}} } \) \( \newcommand{\vecd}[1]{\overset{-\!-\!\rightharpoonup}{\vphantom{a}\smash {#1}}} \)\(\newcommand{\id}{\mathrm{id}}\) \( \newcommand{\Span}{\mathrm{span}}\) \( \newcommand{\kernel}{\mathrm{null}\,}\) \( \newcommand{\range}{\mathrm{range}\,}\) \( \newcommand{\RealPart}{\mathrm{Re}}\) \( \newcommand{\ImaginaryPart}{\mathrm{Im}}\) \( \newcommand{\Argument}{\mathrm{Arg}}\) \( \newcommand{\norm}[1]{\| #1 \|}\) \( \newcommand{\inner}[2]{\langle #1, #2 \rangle}\) \( \newcommand{\Span}{\mathrm{span}}\) \(\newcommand{\id}{\mathrm{id}}\) \( \newcommand{\Span}{\mathrm{span}}\) \( \newcommand{\kernel}{\mathrm{null}\,}\) \( \newcommand{\range}{\mathrm{range}\,}\) \( \newcommand{\RealPart}{\mathrm{Re}}\) \( \newcommand{\ImaginaryPart}{\mathrm{Im}}\) \( \newcommand{\Argument}{\mathrm{Arg}}\) \( \newcommand{\norm}[1]{\| #1 \|}\) \( \newcommand{\inner}[2]{\langle #1, #2 \rangle}\) \( \newcommand{\Span}{\mathrm{span}}\)\(\newcommand{\AA}{\unicode[.8,0]{x212B}}\)

    Ver 562a-569c. “Cuando alguien se apropia de las posesiones de los ciudadanos, por otro lado, y luego secuestra y esclaviza también a los poseedores, en lugar de estos vergonzosos nombres se le llama feliz y bendecido: no sólo por los propios ciudadanos, sino incluso por todos los que aprenden que ha cometido toda la injusticia. Porque no es el miedo a hacer la injusticia, sino a sufrirla, lo que provoca los reproches de quienes insultan la injusticia. Entonces ya ves, Sócrates, la injusticia, si es a una escala lo suficientemente grande, es más fuerte, más libre y más magistral que la justicia”. Así habló Trasimachus en el Libro I, a los 344b-c. Aquí al final del Libro VIII, Sócrates explica cómo una persona así puede llegar al poder. La libertad es el único valor primordial en la ciudad democrática, pero es una libertad que viene a costa de la autoridad. Los padres aspiran a ser como sus hijos, mientras que los hijos no muestran respeto por sus padres. Los maestros halagan a sus alumnos, mientras que los alumnos desprecian a sus maestros. “En general, los jóvenes son las imágenes escupidas de sus mayores y compiten con ellos en palabras y hechos, mientras que los viejos se agachan al nivel de los jóvenes y están llenos de ingenio e indulgencia, imitando a los jóvenes por temor a que se les considere desagradable y magistral”. Extranjeros residentes y ciudadanos, hombres y mujeres, esclavos y dueños de esclavos, todos llegan a tener la misma libertad. En este ambiente de libertad e igualdad, la clase de los “drones”, que en la ciudad oligárquica fueron marginados como mendigos o delincuentes, entran en la suya y dominan la asamblea pública. Se erigieron como defensores del pueblo contra lo que representan como el injusto éxito material de los ricos, a quienes etiquetan como “oligarcas”, y se encargan de que tanto “miel” sea gravada de los ricos como sea posible. Parte de este dinero público lo reduce a la gente común, pero los líderes-drones “se quedan con la mayor parte para sí mismos”. Los ricos se ofenden al ser abusados a manos de estas personas y así “realmente se convierten en oligarcas”, es decir que se mueven a reformar el gobierno para que las personas de buen sentido (los que hacen dinero sensatos) tengan el control. En reacción, la gente elige un dron “como su líder especial”, un hombre de dones raros —inteligente, feroz y carismático— y recurre a él para su defensa. Entonces pasa algo. “Al nivelar los habituales cargos falsos y llevar a la gente a los tribunales, comete asesinato. Y al secarle la vida a un hombre, su lengua y labios impíos saborean sangre afín. Después destierra y mata y deja caer pistas sobre la cancelación de deudas y la redistribución de la tierra”. En este ambiente de contienda civil, el pueblo, temiendo por la seguridad de su campeón y protector, le otorga un guardaespaldas, que procede a fortalecer hasta que no quede nadie que se le oponga en la ciudad. En este punto, un tipo diferente de persona podría renunciar a la posición de dictador y regresar, como Cincinnatus, al arado. Pero este campeón del pueblo ya no es un hombre con alguna apariencia de templanza en su alma. Habiendo probado “sangre afín”, se ha convertido en un lobo entre los hombres, un tirano. Una de las primeras cosas que hace el tirano recién establecido es poner en marcha una guerra, pues la gente siente que más necesita un líder fuerte cuando está en guerra. Mientras continúa la guerra, trabaja para consolidar su poder. A medida que el más valiente de quienes lo ayudaron a llegar al poder comienzan a criticar a su régimen, los tiene incautados y asesinados. Sigue apuntando a esas personas “hasta que se quede sin ningún amigo o enemigo que valga nada en absoluto”. Sócrates contrasta este tipo de purga con la que realizan los médicos: “sacan lo peor y dejan lo mejor, pero él hace todo lo contrario”. El tirano encuentra que cuanto más crece la gente de la ciudad para odiarlo, más necesita un cuadro fuerte y leal de guardaespaldas. Por lo que contrata a un ejército privado, reclutando gente de otras ciudades (“drones extranjeros”) así como de las filas de esclavos emancipados, la ciudad, por supuesto, cogiendo la cuenta. Luego se entrega al mantenimiento despiadado del poder y al tipo de juerga que viene de estar por encima de la ley.

    • ¿Te imaginas a un tirano llegando al poder en Estados Unidos? ¿Cómo se podría lograr esto? ¿Qué condiciones sociales harían que tal cosa fuera más probable?


    This page titled 8.8: La ciudad tiránica is shared under a CC BY license and was authored, remixed, and/or curated by Douglas Drabkin.