9.4: La carga del hombre blanco
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Rudyard Kipling
Toma la carga del Hombre Blanco—
Envía a los mejores que crías—
Ve y ata a tus hijos al exilio Para servir
a la necesidad de tus cautivos;
Esperar en arneses pesados,
Sobre gente revoloteada y salvaje—
Tus pueblos recién capturados y hoscos,
Mitad diablo y mitad niño.
Toma la carga del Hombre Blanco—
En paciencia para aguantar,
Para tapar la amenaza del terror
Y comprobar la muestra de orgullo;
Por discurso abierto y sencillo,
Cien veces aclarado
Para buscar el beneficio de otro,
Y trabajar otro de ganancia.
Toma la carga del Hombre Blanco—
Las salvajes guerras de paz—
Llena la boca del Hambruna
Y haz que cese la enfermedad;
Y cuando tu meta esté más cerca
El fin para los demás buscó,
Mira la pereza y la locura pagana
Traer todas tus esperanzas a la nada.
Toma la carga del Hombre Blanco—
No hay reglas de mal gusto de los reyes,
Pero el trabajo de servidumbre y barrendero—
La historia de las cosas comunes.
A los puertos no entrarás,
Los caminos no pisarás,
Ve marcarlos con tu vida,
Y marcarlos con tus muertos.
Toma la carga del Hombre Blanco—
Y cosechar su vieja recompensa:
La culpa de los que mejor,
El odio de los que guardas—
El grito de anfitriones tu humor
(¡Ah, despacio!) hacia la luz: —
“¿Por qué nos trajo de la esclavitud,
Nuestra amada noche egipcia? [1]”
Toma la carga del Hombre Blanco—
No te atrevas a rebajarte a menos—
Ni llamar demasiado fuerte
a la Libertad Para cubrir tu cansancio;
Por todos lloráis o susurros,
Por todos os vayáis o hacéis,
Los pueblos silenciosos y hosmos
pesarán tus dioses y tú.
Toma la carga del Hombre Blanco— Lo
han hecho con días infantiles—
El laurel ligeramente proferido [2],
El elogio fácil, sin rencor.
Viene ahora, a buscar tu hombría
A través de todos los años ingratos
Frío, bordeado de sabiduría querida comprada, ¡
El juicio de tus compañeros!
—1899
Colaboradores y Atribuciones
- En Éxodo 16:2-3, los israelitas, que padecían hambre en el desierto, criticaron a Moisés y a Aarón por sacarlos del relativo consuelo de la esclavitud en Egipto.
- Símbolo clásico de victoria y paz.