Imagina una playa poblada de bañistas y nadadores. A medida que los que toman el sol se ponen demasiado calientes y quieren refrescarse, se dirigen a las olas para nadar. A medida que los nadadores se cansan, se dirigen a la playa a descansar. Si estas dos tasas de transferencia (bañistas que entran al agua, nadadores que salen del agua) son iguales, el número de bañistas y nadadores sería constante, o en equilibrio, aunque las identidades de las personas cambian constantemente de tomar el sol a nadador y de regreso. Una situación análoga ocurre en las reacciones químicas. Las reacciones pueden ocurrir en ambas direcciones simultáneamente (reactivos a productos y productos a reactivos) y eventualmente alcanzar un estado de equilibrio.
Estas reacciones bidireccionales equilibradas ocurren a nuestro alrededor e incluso en nosotros. Por ejemplo, ocurren en nuestra sangre, donde la reacción entre el dióxido de carbono y el agua forma ácido carbónico\(\ce{(HCO3- )}\) (Figura\(\PageIndex{1}\)). La fisiología humana se adapta a la cantidad de productos ionizados producidos por esta reacción (\(\ce{HCO3-}\)y H +). En este capítulo, aprenderá a predecir la posición de la balanza y el rendimiento de un producto de una reacción en condiciones específicas, cómo cambiar las condiciones de una reacción para aumentar o reducir el rendimiento, y cómo evaluar la reacción de un sistema de equilibrio a las perturbaciones.