13.3.1: Estrategias que apoyan el desarrollo del lenguaje-capacidad de respuesta y sensibilidad
- Page ID
- 150029
Capacidad de respuesta y sensibilidad
La capacidad de respuesta se refiere a la capacidad del cuidador para detectar y responder a las señales conductuales de un niño durante las interacciones compartidas (Landry et al., 2001). La sensibilidad se refiere a los cuidadores que son conscientes y capaces de comprender los comportamientos de un niño y que responden a las necesidades del niño de manera oportuna y apropiada (Grossmann, Bretherton, Waters & Grossmann, 2013). Así, la capacidad de respuesta y la sensibilidad son constructos relacionados que cuando se implementan, apoyan el desarrollo del lenguaje de infantes y niños pequeños (Alvarenga et al., 2021; Madigan et al., 2019). [1]
Los bebés y niños pequeños se benefician al interactuar con cuidadores sensibles y sensibles. Por ejemplo, eliminar la retroalimentación social de las interacciones entre cuidadores y bebés conduce a menos vocalizaciones de bebés de 5 meses (Goldstein, Schwade & Bornstein, 2009), mientras que proporcionar retroalimentación social en respuesta a vocalizaciones de 8 meses da como resultado un mayor número de vocalizaciones (Goldstein , King & West, 2003). Un estudio encontró que cuando los niños tenían 9 y 13 meses de edad, la capacidad de respuesta de los cuidadores predijo cuándo los niños alcanzaron varios hitos del lenguaje, como cuando los niños produjeron sus primeras palabras y las primeras cincuenta palabras (Tamis-LeMonda, Bornstein & Baumwell, 2001). Tanto la capacidad de respuesta como la sensibilidad del cuidador están relacionadas con el desarrollo de habilidades de lenguaje expresivo en niños pequeños (Bruce, Panneton & Taylor, 2022; Prime, Wade & Gonzalez, 2020) y los niveles más altos de sensibilidad del cuidador durante la infancia se relacionan con mayores habilidades en la comprensión del lenguaje en infancia (Baumwell, Tamis-lemonda & Bornstein, 1997). [3] [4]
Para apoyar el desarrollo del lenguaje, los cuidadores deben participar en sesiones de capacitación que practiquen y mejoren su capacidad para brindar atención receptiva y sensible e interacciones con bebés y niños pequeños. Cuando los cuidadores reciben dicho entrenamiento, su capacidad de respuesta mejora y se vincula con una mejora en las habilidades de comunicación de los infantes (Alvarenga et al., 2021). Participar en interacciones sensibles y receptivas no solo requiere práctica, sino también un tiempo enfocado ininterrumpido con los niños. Para ser receptivo, un cuidador debe prestar mucha atención a las señales de un niño y para ser sensible, un cuidador debe responder a sus señales de manera oportuna y adecuada.
[1] Caldas et al., (2018). El desarrollo socio-comunicativo de los recién nacidos prematuros es resistente a los efectos negativos de la paridad en la respuesta materna. Fronteras en Psicología, 9, 43. CC por 4.0
[2] Imagen de Alina Ryabchenko en Unsplash.
[1] Marklund et al., (2021). Una asociación entre la complejidad fonética de las vocalizaciones infantiles y la hiperarticulación de las vocales parentales. Fronteras en Psicología, 2873. CC por 4.0
[2] Dickinson et al., (2012). Cómo la lectura de libros fomenta el desarrollo del lenguaje en todo el mundo. Investigación en Desarrollo Infantil. CC por 3.0