Saltar al contenido principal
LibreTexts Español

19.7: Temperamento y Desarrollo del Lenguaje

  • Page ID
    149900
    • Amanda Taintor
    \( \newcommand{\vecs}[1]{\overset { \scriptstyle \rightharpoonup} {\mathbf{#1}} } \) \( \newcommand{\vecd}[1]{\overset{-\!-\!\rightharpoonup}{\vphantom{a}\smash {#1}}} \)\(\newcommand{\id}{\mathrm{id}}\) \( \newcommand{\Span}{\mathrm{span}}\) \( \newcommand{\kernel}{\mathrm{null}\,}\) \( \newcommand{\range}{\mathrm{range}\,}\) \( \newcommand{\RealPart}{\mathrm{Re}}\) \( \newcommand{\ImaginaryPart}{\mathrm{Im}}\) \( \newcommand{\Argument}{\mathrm{Arg}}\) \( \newcommand{\norm}[1]{\| #1 \|}\) \( \newcommand{\inner}[2]{\langle #1, #2 \rangle}\) \( \newcommand{\Span}{\mathrm{span}}\) \(\newcommand{\id}{\mathrm{id}}\) \( \newcommand{\Span}{\mathrm{span}}\) \( \newcommand{\kernel}{\mathrm{null}\,}\) \( \newcommand{\range}{\mathrm{range}\,}\) \( \newcommand{\RealPart}{\mathrm{Re}}\) \( \newcommand{\ImaginaryPart}{\mathrm{Im}}\) \( \newcommand{\Argument}{\mathrm{Arg}}\) \( \newcommand{\norm}[1]{\| #1 \|}\) \( \newcommand{\inner}[2]{\langle #1, #2 \rangle}\) \( \newcommand{\Span}{\mathrm{span}}\)\(\newcommand{\AA}{\unicode[.8,0]{x212B}}\)

    La influencia del lenguaje en el temperamento

    El papel evolutivo del temperamento se ha estudiado principalmente en el dominio socioemocional, donde generalmente se asocia con problemas externos e internos, comportamientos desafiantes (es decir, Ullsperger et al., 2016; Rubin et al., 2017) y competencia social (i.e., Baer et al. al., 2015; Penela et al., 2015). Sin embargo, el temperamento también juega un papel en la adquisición del lenguaje y explica parcialmente la variabilidad en la cantidad de lenguaje que tiene un niño y cómo se adquiere el lenguaje (por ejemplo, la edad de la primera palabra y la tasa de desarrollo del vocabulario y emergencia sintáctica) durante los primeros 2 años de vida (Bates et al., 1991; Lieven, 1997). La investigación en el dominio del lenguaje se centró en las contribuciones del cuidador (típicamente los padres), con una gran parte investigando la calidad de la madre y la entrada del lenguaje. Estos estudios encuentran resultados consistentes sobre el impacto de esos factores en los resultados del lenguaje infantil (ver Soderstrom, 2007 para una revisión). Existen menos estudios sobre cómo un niño contribuye al desarrollo del lenguaje, como la influencia de los rasgos temperamentales en la adquisición del lenguaje. Una posible explicación de las diferencias en los estudios de investigación disponibles es el hecho de no considerar un enfoque (Sameroff, 1975) que incluya tanto las contribuciones del niño al desarrollo del lenguaje (es decir, el temperamento) como el papel del cuidador (por ejemplo, la calidad del aporte materno). [1]

    El primer año de vida se caracteriza por la rápida aparición de la capacidad del infante para decodificar las corrientes del habla dirigidas a ellos y comenzar a asociar los sonidos con el significado simbólico. Dos características basadas en el temperamento, el control atencional y la capacidad de autorregulación, se piensa que apoyan o inhiben el desarrollo del lenguaje (Canfield y Saudino, 2016). Sin embargo, la investigación no ha coincidido universalmente en este punto. Los infantes que demostraron mejores habilidades atencionales también demostraron mayor comprensión del lenguaje al final del primer año (Dixon y Smith, 2000; Morales et al., 2000) y mayor vocabulario lingüístico a los 21 meses (Dixon y Shore, 1997; Dixon y Smith, 2000; Salley et al., 2013). Estos hallazgos sugieren que una mayor atención sostenida al ambiente podría facilitar las habilidades del niño para enfocarse en eventos ricos en lenguaje, contribuyendo al desarrollo del vocabulario. Sin embargo, otras investigaciones arrojaron hallazgos contradictorios (Kubicek y Emde, 2012; Pérez-Pereira et al., 2016). Estas disparidades indican la necesidad de investigación adicional. En general, la literatura sugiere que mayores expresiones de afecto positivo pueden fomentar intercambios sociales más significativos en la infancia (un período crítico de desarrollo del lenguaje), ayudando a facilitar el desarrollo del lenguaje en el periodo lactante y niño pequeño (Ver Pérez-Pereira et al., 2016, Morales et al., 2000, Laake y Bridgett, 2014, Slomkowski et al., 1992 y Kubicek y Emde, 2012). Otro cuerpo de literatura sugiere que un temperamento difícil se asocia adversamente con el desarrollo del lenguaje. McNally y Quigley (2014) encontraron que los infantes calificados como de temperamento más difícil a los 9 meses tenían puntuaciones de lenguaje global más bajas a los 3 años de edad, con asociaciones similares demostradas para infantes a los 21 meses de edad (Dixon y Smith, 2000; Salley y Dixon, 2007 ). Una posible explicación sostiene que el temperamento difícil de un bebé puede interferir con su capacidad para controlar la atención necesaria para procesar información relevante para el lenguaje, afectando su desarrollo durante un período crítico de adquisición del lenguaje. [1]

    A pesar de investigaciones que sugieren una asociación entre la regulación emocional y el desarrollo del lenguaje, la literatura adicional ha demostrado hallazgos contradictorios. Algunos estudios no han podido encontrar una asociación entre el afecto negativo en la infancia (por ejemplo, la escala de angustia a las limitaciones y el temperamento difícil) y las competencias lingüísticas en los años pequeños (Dixon y Smith, 2000; Morales et al., 2000; Westerlund y Lagerberg, 2008 ; Canfield y Saudino, 2016). Añadiendo a la complejidad de la asociación entre la regulación emocional y el lenguaje, Moreno y Robinson (2005) encontraron que mayores expresiones de alegría y mayores expresiones de ira a los 8 meses se asociaron con un mejor lenguaje expresivo a los 30 meses. Este estudio indica que la expresión emocional (tanto positiva como negativa) puede facilitar el desarrollo del lenguaje al brindar oportunidades para que el bebé desarrolle el lenguaje a través de intercambios con su cuidador (Molfese et al., 2010). [1]

    Estos hallazgos contradictorios sugieren que si bien los aspectos atencionales y temperamentales emocionales pueden desempeñar un papel en el fomento de interacciones que potencien el desarrollo del lenguaje, se necesitan más investigaciones para aclarar la asociación entre la atención, la regulación emocional y el desarrollo de las competencias del lenguaje. [1]


    [1] Spinelli M, Fasolo M, Shah PE, Genovese G y Aureli T (2018) La influencia del temperamento temprano en el desarrollo del lenguaje: el papel moderador del aporte materno. CC BY.


    This page titled 19.7: Temperamento y Desarrollo del Lenguaje is shared under a mixed 4.0 license and was authored, remixed, and/or curated by Amanda Taintor.