8.15: Amistades

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Adultos de todas las edades que informaron tener un confidente o amigo cercano con el que pudieran compartir sentimientos e inquietudes personales, creyeron que estos amigos contribuían a un sentido de pertenencia, seguridad y bienestar general (Dunér & Nordstrom, 2007). Tener un amigo cercano es un factor en las probabilidades significativamente menores de morbilidad psiquiátrica, incluyendo depresión y ansiedad (Harrison, Barrow, Gask, & Creed, 1999; Newton et al., 2008). También se ha demostrado que la disponibilidad de un amigo cercano disminuye los efectos adversos del estrés en la salud (Kouzis & Eaton, 1998; Hawkley et al., 2008; Tower & Kasl, 1995). Además, la mala conexión social en la edad adulta se asocia con un mayor riesgo de mortalidad prematura que el tabaquismo, la obesidad y el consumo excesivo de alcohol (Holt-Lunstad, Smith, & Layton, 2010).

Las amistades femeninas y las redes de apoyo social en la mediana edad contribuyen significativamente al sentimiento de satisfacción y bienestar de una mujer (Borzumato-Gainey, Kennedy, McCabe, & Degges-White, 2009). Degges-White y Myers (2006) encontraron que las mujeres que tienen personas solidarias en su vida experimentan una mayor satisfacción con la vida que las que viven una vida más solitaria. Una red de amistad o la presencia de un confidente han sido identificadas por su importancia para la salud mental de las mujeres (Baruch & Brooks-Gunn, 1984). Desafortunadamente, con numerosas responsabilidades de cuidado en el hogar, puede ser difícil para las mujeres encontrar tiempo y energía para mejorar las amistades que proporcionan una mayor sensación de satisfacción con la vida (Borzumato-Gainey et al., 2009). Emslie, Hunt y Lyons (2013) encontraron que para los hombres en la mediana edad, el consumo compartido de alcohol era importante para crear y mantener amigos varones. Beber con amigos estaba justificado como una forma para que los hombres se platicaran entre ellos, brinden apoyo social, se relajen y mejoren el estado de ánimo. Aunque el apoyo social que se brinda cuando los hombres beben juntos puede ser útil, el papel del alcohol en las amistades masculinas puede llevar a comportamientos dañinos para la salud por el consumo excesivo de alcohol.

La importancia de las relaciones sociales comienza a principios de la edad adulta sentando las bases para una fuerte conexión social y facilitando la comodidad con la intimidad (Erikson, 1959). Para determinar el impacto de la cantidad y calidad de las relaciones sociales en la edad adulta joven en la adultez media, Carmichael, Reis y Duberstein (2015) evaluaron a individuos a los 50 años en medidas de conexión social (tipos de relaciones y calidad de amistad) y resultados psicológicos (soledad, depresión, bienestar psicológico). Los resultados indicaron que la cantidad de interacciones sociales a los 20 años y la calidad, no la cantidad, de la interacción social a los 30 años predijeron interacciones sociales de mediana edad. Aquellos individuos que tuvieron altos niveles de búsqueda de información social (cantidad) a los 20 años seguidos de menor cantidad en las relaciones sociales pero mayor cercanía emocional (calidad), resultaron en un ajuste psicosocial positivo en la mediana edad. Seguir socializando ampliamente a los 30 años parecía afectar negativamente el desarrollo de la intimidad y, en consecuencia, resultó en peores resultados psicológicos a los 50 años.

Amistades en Internet: ¿Qué influencia tiene Internet en las amistades? No es de extrañar que la gente use Internet con el objetivo de conocer y hacer nuevos amigos (Fehr, 2008; McKenna, 2008). Los investigadores se han preguntado si el tema de no estar cara a cara reduce la autenticidad de las relaciones, o si Internet realmente permite a las personas desarrollar conexiones profundas y significativas. Curiosamente, la investigación ha demostrado que las relaciones virtuales suelen ser tan íntimas como las relaciones en persona; de hecho, Bargh y sus colegas encontraron que las relaciones en línea a veces son más íntimas (Bargh, McKenna, & Fitsimons, 2002). Esto puede ser especialmente cierto para aquellos individuos que están más ansiosos y solitarios socialmente, ya que tales individuos tienen más probabilidades de recurrir a Internet para encontrar relaciones nuevas y significativas (McKenna, Green y Gleason, 2002). McKenna y sus colegas sugieren que para las personas que tienen dificultades para reunirse y mantener relaciones, debido a la timidez, ansiedad o falta de habilidades sociales cara a cara, Internet proporciona un lugar seguro y no amenazante para desarrollar y mantener relaciones. De igual manera, Benford (2008) encontró que para los individuos autistas de alto funcionamiento, Internet facilitó la comunicación y el desarrollo de relaciones con otros, lo que habría sido más difícil en contextos presenciales, llevando a la conclusión de que la comunicación por Internet podría ser empoderadora para quienes sentirse frustrado al comunicarse cara a cara.

Amistades en el lugar de trabajo: Las amistades a menudo se arraigan en el lugar de trabajo, debido a que las personas pasan tanto, o más, tiempo en el trabajo que con sus familiares y amigos (Kaufman & Hotchkiss, 2003). A menudo, es a través de estas relaciones que las personas reciben mentores y obtienen apoyo social y recursos, pero también pueden experimentar conflictos y el potencial de mala interpretación cuando la atracción sexual es un problema. En efecto, Elsesser y Peplau (2006) encontraron que muchos trabajadores informaron que las amistades surgieron a partir de proyectos de trabajo colaborativo, y estas amistades hicieron que sus días fueran más agradables.

Screen Shot 2019-01-21 at 7.28.09 PM.png — Figura 8.37. Fuente.

Además de esos beneficios, Riordan y Griffeth (1995) encontraron que las personas que trabajaban en un ambiente donde las amistades podían desarrollarse y mantenerse tenían más probabilidades de reportar mayores niveles de satisfacción laboral, participación laboral y compromiso organizacional, y tenían menos probabilidades de dejar ese trabajo. De igual manera, una encuesta de Gallup reveló que los empleados que tenían amigos cercanos en el trabajo estaban casi 50% más satisfechos con sus trabajos que los que no lo hicieron (Armour, 2007).