Para observar verdaderamente a un niño, debes estar presente, conocedor, inquisitivo e intencional. Con cada observación, perfeccionarás tus habilidades a medida que aprendes a recopilar de manera efectiva evidencia objetiva y datos detallados.
Estar presente: Para capturar todos los manierismos individuales, sutiles matices sociales, lenguaje corporal no verbal y conversaciones dinámicas que ocurren a lo largo del día debes estar atento, enfocado y listo para ir en cualquier momento dado. Los niños se mueven rápido. Cuando parpadeamos, estamos obligados a perder algún pequeño detalle o momento precioso, eso es un hecho. Estar presente requiere un esfuerzo considerable y una planeación cuidadosa.
Estar bien informado: Comprender los conceptos básicos de la educación infantil es extremadamente importante si desea establecer expectativas razonables y planificar experiencias de aprendizaje apropiadas para el desarrollo. Familiarizarse con las teorías del desarrollo infantil le ayudará a comprender y apreciar por qué los niños hacen lo que hacen. Aprender sobre los principios clave en el cuidado y la educación temprana le proporcionará una base sólida y una amplia gama de estrategias de instrucción para apoyar el desarrollo de un niño.
Sea inquisitivo: Piense en usted mismo como investigador. Su misión principal es investigar a los niños a su cuidado mediante la recolección rutinaria de pruebas, utilizando una variedad de métodos y herramientas de observación. Como buen investigador necesitarás hacer algunas preguntas reflexivas. Estas preguntas te guiarán a medida que planeas observaciones con propósito y a medida que selecciones tu método de observación. Aquí te presentamos algunas preguntas de muestra que te puedes hacer: ¿Qué actividades interesan a Max? ¿Cuántas veces pegó Stevie hoy? ¿Qué habilidades dominó Hazel hoy con esta actividad y qué habilidades necesitan más apoyo? ¿Cuánto tiempo estuvo ocupada Zoey mientras jugaba en el arenero? ¿Qué hitos apoyará esta actividad? Mediante preguntas reflexivas, aprenderá más sobre los niños a su cargo y hará un mejor trabajo al apoyar las necesidades individuales de cada niño. En lugar de fijarse en el comportamiento de un niño, con el tiempo comenzarás a usar observaciones enfocadas para tratar de averiguar las razones por las que un niño actúa de la manera que lo hace.
Sea intencional: A medida que organiza experiencias de aprendizaje, configura el aula y el ambiente exterior, evalúa el progreso del desarrollo de los niños, participa en actividades e interactúa con sus hijos y familias, debe tener un plan de acción reflexivo en su lugar. “La enseñanza intencional significa que todo lo que haces como profesor tiene un objetivo y propósito específicos” (Gordon & Browne, 2016 p. 103). Aun cuando surjan situaciones espontáneas, los maestros intencionales deben aprovechar al máximo los momentos enseñables. Los maestros intencionales realizan observaciones periódicas y recopilan datos de documentación objetiva para rendir cuentas de las acciones que realizan, los planes que generan y las evaluaciones que realizan.