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7.1: Conciencia

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    Por Ken Paller y Satoru Suzuki

    Universidad Northwestern

    La conciencia es el misterio último. ¿Qué es y por qué lo tenemos? Estas preguntas son difíciles de responder, a pesar de que la conciencia es tan fundamental para nuestra existencia. Quizás el mundo natural podría existir en gran medida como es sin la conciencia humana; pero quitarle la conciencia esencialmente quitaría nuestra humanidad. La ciencia psicológica ha abordado preguntas sobre la conciencia en parte distinguiendo las funciones neurocognitivas aliadas con la experiencia consciente de aquellas que transpiran sin experiencia consciente. La investigación continua de este tipo de distinciones está dando una base empírica para nuevas hipótesis sobre los precursores de la experiencia consciente. Así se están construyendo conceptualizaciones más ricas, combinando perspectivas en primera persona y tercera persona para proporcionar nuevas pistas sobre el misterio de la conciencia.

    objetivos de aprendizaje

    • Comprender los enfoques científicos para comprender la conciencia.
    • Estar familiarizado con la evidencia sobre la visión humana, la memoria, la conciencia corporal y la toma de decisiones relevantes para el estudio de la conciencia.
    • Apreciar algunas teorías contemporáneas sobre la conciencia.

    Experiencias Conscientes

    ¡Contempla la experiencia única de ser tú en este momento! Tú, y solo tú, tienes conocimiento directo de tus propias experiencias conscientes. Al mismo tiempo, no se puede conocer la conciencia desde el interior de nadie más. ¿Cómo podemos comenzar a entender esta fantástica capacidad de tener experiencias privadas y conscientes?

    Un hombre sonríe con los ojos cerrados.
    En el nivel más básico, toda la experiencia consciente es única para cada individuo. [Imagen: Étienne Ljóni Poisson, https://goo.gl/mbo5VJ, CC BY-NC-SA 2.0, goo.gl/toc0zf]

    En cierto sentido, todo lo que sabes es desde tu propio punto de vista, con tu propia conciencia en el centro. Sin embargo, el estudio científico de la conciencia enfrenta el reto de producir una comprensión general que vaya más allá de lo que se puede conocer desde la perspectiva de un individuo.

    Para ahondar en este tema, primero hay que considerar alguna terminología. El término conciencia puede denotar la capacidad de una persona para generar una serie de experiencias conscientes una tras otra. Aquí incluimos experiencias de sentir y comprender la entrada sensorial, de una secuencia temporal de eventos autobiográficos, de imaginación, de emociones y estados de ánimo, de ideas, de recuerdos, toda la gama de contenidos mentales abiertos a un individuo.

    La conciencia también puede referirse al estado de un individuo, como en un estado agudo o aburrido de conciencia, un estado inducido por drogas como euforia, o un estado disminuido debido a somnolencia, sueño, anormalidad neurológica o coma. En este módulo, no nos enfocamos en los estados de conciencia ni en la autoconciencia, sino más bien en el proceso que se desarrolla en el transcurso de una experiencia consciente —un momento de conciencia — el ingrediente esencial de la conciencia.

    Otras Mentes

    Probablemente hayas experimentado la sensación de saber exactamente lo que piensa un amigo. Diversos signos pueden guiar nuestras inferencias sobre la conciencia en otros. Podemos tratar de inferir lo que está pasando en la mente de otra persona confiando en la suposición de que sienten lo que imaginamos que nosotros sentiríamos en la misma situación. Podríamos dar cuenta de las acciones o expresiones emocionales de alguien a través de nuestro conocimiento de ese individuo y nuestras cuidadosas observaciones de su comportamiento. De esta manera, a menudo mostramos una visión sustancial de lo que están pensando. Otras veces estamos completamente equivocados.

    Al medir la actividad cerebral utilizando diversas tecnologías neurocientíficas, podemos adquirir información adicional útil para descifrar el estado mental de otra persona. En circunstancias especiales tales inferencias pueden ser muy precisas, pero persisten limitaciones en la lectura de la mente, destacando la dificultad de entender exactamente cómo surgen las experiencias conscientes.

    Una ciencia de la conciencia

    Los intentos de comprender la conciencia han sido generalizados a lo largo de la historia humana, dominados principalmente por análisis filosóficos enfocados en la perspectiva en primera persona. Ahora tenemos un conjunto más amplio de enfoques que incluyen filosofía, psicología, neurociencia, ciencia cognitiva y ciencia contemplativa (Blackmore, 2006; Koch, 2012; Zelazo, Moscovitch, & Thompson, 2007; Zeman, 2002).

    Una estatua de Buda
    La conciencia es un tema que ha sido abordado por eruditos religiosos, filósofos, psicólogos y neurocientíficos. [Imagen: CC0 Dominio público, goo.gl/m25gce]

    El reto para esta combinación de enfoques es dar una explicación integral de la conciencia. Esa explicación incluiría describir los beneficios de la conciencia, particularmente para las capacidades conductuales que permiten las experiencias conscientes, que prevalecen sobre los comportamientos automáticos. Las experiencias subjetivas también deben describirse de una manera que muestre lógicamente cómo resultan de eventos precursores en el cerebro humano. Además, un relato completo describiría cómo la conciencia depende de factores biológicos, ambientales, sociales, culturales y de desarrollo.

    De entrada, una cuestión central es cómo concebir la conciencia relativa a otras cosas que conocemos. Los objetos en nuestro entorno tienen una base física y se entiende que están compuestos por constituyentes, de tal manera que se pueden descomponer en moléculas, elementos, átomos, partículas, etc. Sin embargo, también podemos entender las cosas de manera relativa y conceptual. A veces, un fenómeno puede concebirse mejor como un proceso y no como una entidad física (por ejemplo, la digestión es un proceso por el cual los alimentos se descomponen). ¿Cuál es entonces la relación entre nuestros pensamientos conscientes y el universo físico, y en particular, nuestro cerebro?

    La posición de René Descartes, el dualismo, era que lo mental y lo físico son, en esencia, sustancias diferentes. Esta visión se puede contrastar con las opiniones reduccionistas de que los fenómenos mentales pueden explicarse a través de descripciones de fenómenos físicos. Si bien el debate sobre dualismo/reduccionismo continúa, hay muchas maneras en las que se puede demostrar que la mente depende del cerebro.

    Una orientación destacada para el estudio científico de la conciencia es buscar la comprensión de estas dependencias, para ver cuánta luz pueden arrojar sobre la conciencia. Así se han logrado avances significativos en nuestro conocimiento sobre la conciencia, como se ve en los siguientes ejemplos.

    Experiencias Conscientes de Percepción Visual

    Supongamos que conoces a tu amigo en una estación de tren abarrotada. Podrán notar una sutil sonrisa en su rostro. En ese momento probablemente no esté al tanto de muchas otras cosas que suceden dentro de su punto de vista. ¿Qué te hace consciente de algunas cosas pero no de otras? Probablemente tengas tus propias intuiciones al respecto, pero los experimentos han demostrado ser erróneos muchas intuiciones comunes sobre lo que genera conciencia visual.

    Por ejemplo, puedes pensar que si miras atentamente un punto brillante, debes ser consciente de ello. No es así. En un fenómeno conocido como ceguera inducida por movimiento, los discos brillantes desaparecen por completo de tu conciencia con plena atención. Para experimentar esto por ti mismo, consulta la sección de Recursos externos de este módulo para una demostración de la ceguera inducida por el movimiento.

    Una estación de tren abarrotada con arroyos de personas que pasan en direcciones opuestas.
    ¿Realmente eres consciente de todo lo que sucede a tu alrededor? En el contexto de una estación de tren abarrotada puede ser visualmente consciente de ciertas cosas mientras que esencialmente es ciego a muchas otras que están justo frente a usted. [Imagen: Diego Torres Silvestre, https://goo.gl/ZkCWEC, CC BY 2.0, goo.gl/BRVSA7]

    Puedes pensar que si analizas profundamente una imagen, decodificando su significado y tomando una decisión al respecto, debes estar al tanto de la imagen. No necesariamente. Cuando un número se destella brevemente y se reemplaza rápidamente por un patrón aleatorio, es posible que no tengas conciencia de ello, a pesar de que tu cerebro te permite determinar que el número es mayor que 5, y luego preparar tu mano derecha para presionar una tecla si eso es lo que te indicaron que hicieras (Dehaene et al., 1998).

    De esta manera, ni el brillo de una imagen, prestarle toda la atención, ni analizarla a fondo garantiza que serás consciente de ello. ¿Cuál es entonces el ingrediente crucial de la conciencia visual?

    Una respuesta contemporánea es que nuestra conciencia de una característica visual depende de un cierto tipo de intercambio recíproco de información a través de múltiples áreas cerebrales, particularmente en la corteza cerebral. En apoyo de esta idea, activar directamente tu área de movimiento visual (conocida como V5) con un campo magnético aplicado externamente (estimulación magnética transcraneal) te hará ver puntos en movimiento. Esto no es sorprendente. Lo sorprendente es que activar tu área de movimiento visual por sí sola no te permite ver movimiento. No verá puntos móviles si la señal de retroalimentación de V5 a la corteza visual primaria se ve interrumpida por otro pulso de estimulación magnética transcraneal (Pascual-Leone & Walsh, 2001). El intercambio recíproco reverberante de información entre las áreas visuales de nivel superior y la corteza visual primaria parece ser esencial para generar conciencia visual.

    Esta idea también puede explicar por qué las personas con ciertos tipos de daño cerebral carecen de conciencia visual. Considera a un paciente con daño cerebral limitado a la corteza visual primaria que afirma no ver nada, un problema denominado ceguera cortical. Otras áreas de la corteza visual aún pueden recibir entrada visual a través de proyecciones de estructuras cerebrales como el tálamo y el cólico superior, y estas redes pueden mediar algunas habilidades visuales conservadas que tienen lugar sin conciencia. Por ejemplo, un paciente con ceguera cortical puede detectar estímulos móviles a través de la activación de V5 pero aún no tener experiencias conscientes de los estímulos, porque el intercambio recíproco reverberante de información no puede tener lugar entre V5 y la corteza visual primaria dañada. La capacidad conservada para detectar movimiento podría ser evidente solo cuando se requiere una suposición (“adivina si algo se movió hacia la izquierda o hacia la derecha”); de lo contrario la respuesta sería “no vi nada”. Este fenómeno de la ceguera se refiere a la ceguera por una causa neurológica que preserva las habilidades para analizar y responder a estímulos visuales que no se experimentan conscientemente (Lamme, 2001).

    Si los intercambios de información a través de las áreas cerebrales son cruciales para generar conciencia visual, la sincronización neuronal debe jugar un papel importante porque promueve la comunicación neuronal. La excitabilidad de una neurona varía con el tiempo. La comunicación entre las poblaciones neuronales se mejora cuando se sincronizan sus ciclos oscilatorios de excitabilidad. De esta manera, la información transmitida de una población en su fase excitable es recibida por la población objetivo cuando también se encuentra en su fase excitable. De hecho, la sincronización neuronal oscilatoria en las frecuencias de banda beta y gamma (identificadas según el número de oscilaciones por segundo, 13—30 Hz y 30—100 Hz, respectivamente) parece estar estrechamente asociada con la conciencia visual. Esta idea se destaca en la Teoría de la Conciencia del Espacio de Trabajo Neuronal Global (Dehaene & Changeux, 2011), en la que se postula que el intercambio de información entre las regiones prefrontal, parietal inferior y occipital de la corteza cerebral es especialmente importante para generar conciencia.

    Una visión relacionada, la Teoría de la Conciencia de Integración de la Información, es que la información compartida en sí misma constituye conciencia (Tononi, 2004). Un organismo tendría una conciencia mínima si la estructura de la información compartida es simple, mientras que tendría ricas experiencias conscientes si la estructura de la información compartida es compleja. En términos generales, la complejidad se define como el número de unidades informativas intrincadamente interrelacionadas o ideas generadas por una red de intercambio local y global de información. El grado de conciencia en un organismo (o una máquina) sería alto si surgieran numerosas y diversamente ideas interrelacionadas, bajo si solo surgen algunas ideas o si hay numerosas ideas pero son aleatorias y no asociadas. Los análisis computacionales proporcionan perspectivas adicionales sobre tales propuestas. En particular, si cada neurona está conectada a cada otra neurona, todas las neuronas tenderían a activarse juntas, generando pocas ideas distintivas. Con un nivel muy bajo de conectividad neuronal en el otro extremo, todas las neuronas tenderían a activarse de forma independiente, generando numerosas pero no asociadas ideas. Para promover un rico nivel de conciencia, entonces, se necesitaría una mezcla adecuada de conexiones neuronales de corto, medio y largo alcance. De hecho, la corteza cerebral humana puede tener una estructura tan óptima de conectividad neural. Dado cómo se conceptualiza la conciencia en esta teoría como graduada en lugar de todo o ninguno, un enfoque cuantitativo (por ejemplo, Casali et al., 2013; Monti et al., 2013) podría posiblemente usarse para estimar el nivel de conciencia en especies no humanas y seres artificiales.

    Experiencias Conscientes de la Memoria

    El pináculo de las funciones de la memoria humana consciente se conoce como recuerdo episódico porque permite revivir el pasado, revivir virtualmente un evento anterior. Las personas que sufren de amnesia por daño neurológico en ciertas áreas críticas del cerebro tienen poca memoria por eventos y hechos. Su déficit de memoria interrumpe el tipo de memoria denominada memoria declarativa y hace que sea difícil recordarla conscientemente. Sin embargo, los insultos amnésicos suelen ahorrar un conjunto de funciones de memoria que no implican recordar conscientemente. Estos otros tipos de memoria, que incluyen diversos hábitos, habilidades motoras, habilidades cognitivas y procedimientos, se pueden demostrar cuando un individuo ejecuta diversas acciones en función del aprendizaje previo, pero en estos casos no se incluye necesariamente una experiencia consciente de recordar.

    Manos tamizando a través de una caja de fotografías antiguas.
    La memoria es una base para la conciencia consciente. [Imagen: CC0 Dominio público, goo.gl/m25gce]

    La investigación sobre la amnesia ha apoyado así la propuesta de que el recuerdo consciente requiere de un conjunto específico de operaciones cerebrales que dependen de redes de neuronas en la corteza cerebral. Algunos de los otros tipos de memoria involucran solo regiones cerebrales subcorticales, pero también hay notables excepciones. En particular, el cebado perceptual es un tipo de memoria que no conlleva la experiencia consciente de recordar y que normalmente se conserva en la amnesia. Se piensa que el cebado perceptual refleja una fluidez de procesamiento producida por una experiencia previa, incluso cuando el individuo no puede recordar esa experiencia previa. Por ejemplo, una palabra o rostro podría percibirse de manera más eficiente si se hubiera visto minutos antes que si no lo hubiera hecho, mientras que una persona con amnesia puede demostrar esta fluidez específica del ítem debido a cambios en las áreas corticales correspondientes, sin embargo se vería afectada si se le pidiera que reconociera las palabras o rostros que previamente vivieron. Una conclusión razonable sobre la base de esta evidencia es que recordar un episodio es una experiencia consciente no solo por la afectación de una porción de la corteza cerebral, sino más bien por la configuración específica de la actividad cortical involucrada en el intercambio o integración de información.

    Otros estudios neurocientíficos de recuperación de memoria han arrojado luz adicional sobre los pasos necesarios para el recuerdo consciente. Por ejemplo, almacenar recuerdos para los eventos que experimentamos cada día parece depender de las conexiones entre múltiples regiones corticales, así como de una estructura cerebral conocida como hipocampo. El almacenamiento de la memoria se vuelve más seguro debido a las interacciones entre el hipocampo y la corteza cerebral que pueden ocurrir durante largos períodos de tiempo después del registro inicial de la información. Por lo tanto, la recuperación consciente depende de la actividad de conjuntos elaborados de redes en la corteza. La recuperación de la memoria que no incluye el recuerdo consciente depende de porciones restringidas de la corteza o de regiones cerebrales separadas de la corteza.

    Las formas en que las expresiones de memoria que incluyen la conciencia de recordar difieren de aquellas que no resaltan así la naturaleza especial de las experiencias de memoria consciente (Paller, Voss, & Westerberg, 2009; Voss, Lucas, & Paller, 2012). De hecho, el almacenamiento de memoria en el cerebro puede ser muy complejo para muchos tipos diferentes de memoria, pero existen requisitos fisiológicos específicos para el tipo de memoria que coincide con el recuerdo consciente.

    Experiencias Conscientes de Conciencia Corporal

    El cerebro puede generar conciencia corporal registrando sensaciones coincidentes. Por ejemplo, cuando te frotas el brazo, ves tu mano frotándote el brazo y simultáneamente sientes la sensación de roce tanto en tu mano como en tu brazo. Esta simultaneidad te dice que es tu mano y tu brazo. Los infantes utilizan el mismo tipo de sensaciones coincidentes para desarrollar inicialmente la distinción de uno mismo/no yo que es fundamental para nuestra interpretación del mundo.

    El hecho de que tu cerebro construya la conciencia corporal de esta manera se puede experimentar a través de la ilusión de la mano de goma (ver Outside Resource sobre esto). Si ves que se frota una mano de goma y al mismo tiempo sientes la sensación de frotamiento correspondiente en tu propio cuerpo fuera de la vista, sentirás momentáneamente una extraña sensación: que la mano de goma es tuya.

    La construcción de nuestra conciencia corporal parece estar mediada por mecanismos cerebrales específicos que involucran una región de la corteza conocida como la unión temporoparietal. El daño a esta región cerebral puede generar una conciencia corporal distorsionada, como sentir un torso sustancialmente alargado. La actividad neuronal alterada en esta región a través de la estimulación artificial también puede producir una experiencia fuera del cuerpo (consulte la sección Recursos externos de este módulo), en la que sientes que tu cuerpo está en otra ubicación y tienes una perspectiva novedosa sobre tu cuerpo y el mundo, como desde el techo de la habitación.

    Sorprendentemente, los mecanismos cerebrales comparables también pueden generar la conciencia normal del sentido del yo y la sensación de estar dentro de un cuerpo. En el contexto de la realidad virtual esta sensación se conoce como presencia (la experiencia convincente de estar realmente ahí). Nuestra localización normal del yo puede ser igualmente artificial, ya que no es un aspecto dado de la vida sino que se construye a través de un mecanismo cerebral especial.

    Una teoría de la conciencia de la neurociencia social (Graziano & Kastner, 2011) atribuye un papel importante a nuestra capacidad de localizar nuestro propio sentido de sí mismo. La premisa principal de la teoría es que te va mejor en un entorno social en la medida en que puedas predecir lo que va a hacer la gente. Entonces, el cerebro humano ha desarrollado mecanismos para construir modelos de atención e intención de otras personas, y para localizar esos modelos en las cabezas de las personas correspondientes para hacer un seguimiento de ellos. La propuesta es que se adaptara el mismo mecanismo cerebral para construir un modelo de atención e intención propias, que luego se localiza en la propia cabeza y se percibe como conciencia. Si es así, entonces la función primaria de la conciencia es permitirnos predecir nuestro propio comportamiento. Se necesita investigación para probar las principales predicciones de esta nueva teoría, como si los cambios en la conciencia (por ejemplo, debido a fluctuaciones normales, enfermedad psiquiátrica, daño cerebral) están estrechamente asociados con cambios en los mecanismos cerebrales que nos permiten modelar la atención e intención de otras personas.

    Experiencias Conscientes de Toma de Decisiones

    Elegir entre múltiples acciones posibles, el sentido de la volición, está estrechamente asociado con nuestro sentimiento subjetivo de conciencia. Cuando tomamos muchas decisiones, podemos sentirnos especialmente conscientes y luego sentirnos agotados, como si nuestra energía mental se hubiera agotado.

    Una mujer en un pasillo de supermercado sostiene dos tipos diferentes de Doritos y lee cuidadosamente los paquetes.
    Al tomar una decisión, podrías considerar cuidadosamente tus elecciones o simplemente “ir con tu instinto”. [Imagen: Daniel Lee, https://goo.gl/aJi3jx, CC BY-NC-SA 2.0, goo.gl/toc0zf]

    Tomamos decisiones de dos maneras distintas. A veces analizamos y sopesamos cuidadosamente diferentes factores para llegar a una decisión, aprovechando al máximo el modo consciente de procesamiento de la información del cerebro. Otras veces tomamos una decisión instintiva, confiando en el modo inconsciente del procesamiento de la información (aunque todavía depende del cerebro). El modo inconsciente es experto en considerar simultáneamente numerosos factores en paralelo, lo que puede dar una impresión general de la suma total de evidencias. En este caso, no tenemos conciencia de las consideraciones individuales. En el modo consciente, en contraste, podemos escrutar cuidadosamente cada factor, aunque el acto de enfocarnos en un factor específico puede interferir con la ponderación de otros factores.

    Se podría tratar de optimizar la toma de decisiones tomando en cuenta estas dos estrategias. Una decisión consciente cuidadosa debe ser efectiva cuando solo hay unos pocos factores conocidos a considerar. Una decisión intestinal debe ser efectiva cuando se debe considerar simultáneamente una gran cantidad de factores. De hecho, las decisiones intestinales pueden ser precisas en ocasiones (por ejemplo, adivinar cuál de muchos equipos ganará una competencia cerrada), pero solo si estás bien versado en el dominio relevante (Dane, Rockmann, & Pratt, 2012).

    A medida que aprendemos de nuestras experiencias, parte de esta acumulación gradual de conocimiento es inconsciente; no sabemos que lo tenemos y podemos usarlo sin saberlo. Por otro lado, la información adquirida conscientemente puede ser beneficiosa de manera única al permitir etapas adicionales de control (de Lange, van Gaal, Lamme, & Dehaene, 2011). A menudo es útil controlar qué nuevos conocimientos adquirimos y qué información almacenada recuperamos de acuerdo con nuestras metas y creencias conscientes.

    Ya sea que elija confiar en su instinto o analizar cuidadosamente los factores relevantes, siente que alcanza libremente su propia decisión. ¿Es real este sentimiento de libre elección? Las técnicas experimentales contemporáneas no responden a esta pregunta existencial. No obstante, es probable que al menos el sentido de inmediatez de nuestras decisiones sea una ilusión.

    En un experimento, se pidió a la gente que considerara libremente si presionar el botón derecho o el botón izquierdo, y que lo presionaran cuando tomaran la decisión (Soon, Brass, Heinze, & Haynes, 2008). A pesar de que indicaron que tomaron la decisión inmediatamente antes de presionar el botón, su actividad cerebral, medida mediante resonancia magnética funcional, predijo su decisión tanto como 10 segundos antes de que dijeran que tomaron la decisión libremente. De la misma manera, cada experiencia consciente es probablemente precedida por eventos cerebrales precursores que por sí mismos no implican conciencia sino que culminan en una experiencia consciente.

    En muchas situaciones, las personas generan una razón para una acción que no tiene nada que ver con la base real de la decisión de actuar de una manera particular. Todos tenemos una propensión a producir retrospectivamente una explicación razonable para nuestro comportamiento, sin embargo, nuestro comportamiento suele ser el resultado de un procesamiento mental inconsciente, no de la volición consciente.

    ¿Por qué sentimos que cada una de nuestras acciones va precedida inmediatamente por nuestra propia decisión de actuar? Esta ilusión puede ayudarnos a distinguir nuestras propias acciones de las de otros agentes. Por ejemplo, mientras caminaba de la mano con un amigo, si sentiste que tomaste la decisión de girar a la izquierda inmediatamente antes de que ambos giraran a la izquierda, entonces sabes que iniciaste el giro; de lo contrario, sabrías que tu amigo lo hizo.

    Aunque algunos aspectos del proceso de toma de decisiones sean ilusorios, ¿hasta qué punto nuestras decisiones están determinadas por condiciones previas? Ciertamente parece que podemos tener el control total de algunas decisiones, como cuando creamos una intención consciente que lleve a una acción específica: Puedes decidir ir a la izquierda o ir a la derecha. Para evaluar tales impresiones, la investigación adicional debe desarrollar una mejor comprensión de la base neurocognitiva de la volición, que es una tarea complicada, dado que las decisiones son posiblemente influenciadas por el procesamiento inconsciente, el ruido neuronal y la imprevisibilidad de una vasta red interactiva de neuronas en el cerebro.

    Sin embargo, se ha demostrado que la creencia en la libre elección promueve el comportamiento moral, y es la base de las nociones humanas de justicia. El sentido de libre elección puede ser un rasgo benéfico que se hizo prevalente porque nos ayudó a florecer como seres sociales.

    Entendiendo la Conciencia

    Nuestra conciencia humana colorea inevitablemente todas nuestras observaciones y nuestros intentos de obtener comprensión. Sin embargo, las investigaciones científicas han proporcionado perspectivas útiles sobre la conciencia. Los avances descritos anteriormente deberían generar optimismo sobre las diversas estrategias de investigación aplicadas hasta la fecha y sobre las perspectivas de una mayor comprensión de la conciencia en el futuro.

    Debido a que las experiencias conscientes son inherentemente privadas, a veces han sido tomadas para estar fuera del ámbito de la investigación científica. Esta visión idealiza la ciencia como un esfuerzo que implica solo observaciones que pueden ser verificadas por múltiples observadores, apoyándose completamente en la perspectiva de tercera persona, o la visión de la nada (desde ninguna perspectiva particular). Sin embargo, dirigir la ciencia es una actividad humana que depende, como otras actividades humanas, de los individuos y de sus experiencias subjetivas. Un relato científico racional del mundo no puede evitar el hecho de que las personas tengan experiencias subjetivas.

    La subjetividad tiene así un lugar en la ciencia. Las experiencias conscientes pueden ser sometidas a análisis sistemáticos y pruebas empíricas para producir una comprensión progresiva. Quedan muchas otras preguntas por abordar por parte de los científicos del futuro. ¿La perspectiva en primera persona de una experiencia consciente es básicamente la misma para todos los seres humanos, o los individuos difieren fundamentalmente en sus experiencias y capacidades introspectivas? ¿Debe la ciencia psicológica centrarse únicamente en experiencias ordinarias de conciencia, o son también relevantes las experiencias extraordinarias? ¿La formación en introspección puede conducir a un tipo específico de pericia con respecto a la experiencia consciente? Un individuo con entrenamiento, como a través de la práctica extensiva de la meditación, podría ser capaz de describir sus experiencias de una manera más precisa, lo que podría apoyar caracterizaciones mejoradas de la conciencia. Tal persona podría ser capaz de entender sutilezas de experiencia que otros individuos no notan, y con ello hacer avanzar significativamente nuestra comprensión de la conciencia. Estas y otras posibilidades esperan futuras investigaciones científicas sobre la conciencia.

    Recursos Externos

    1. Video: Demostración de ceguera inducida por movimiento - Observe de manera constante el patrón de movimiento azul. Una o más de las manchas amarillas pueden desaparecer.

    2. Web: Conoce más sobre la ceguera inducida por movimiento en el sitio web de Michael Bach
    http://www.michaelbach.de/ot/mot-mib/index.html
    3. Video: Clip que muestra a un paciente con ceguera, del documental\\\ "Fantasmas en el cerebro. \\”

    4. Video: Clip en la ilusión de la mano de goma, de la serie científica de la BBC\\\ "Horizonte. \\”

    5. Video: Clip de experiencias extracorporales inducidas mediante la realidad virtual.

    6. App: Ilusiones visuales para el iPad.
    http://www.exploratorium.edu/explore...olor-uncovered
    7. Web: Definiciones de Conciencia
    http://www.consciousentities.com/definitions.htm
    8. Video: El problema mente-cuerpo - Una entrevista con Ned Block

    9. Video: Imaginando el cerebro, leyendo la mente - Una charla de Marsel Mesulam.

    Video: Ted Talk - Simon Lewis: No des por sentado la conciencia
    http://www.ted.com/talks/simon_lewis...r_granted.html

    Preguntas de Discusión

    1. ¿Por qué ha evolucionado la conciencia? Presumiblemente proporciona algunas capacidades beneficiosas para un organismo más allá de comportamientos que se basan únicamente en desencadenantes automáticos o procesamiento inconsciente. ¿Cuáles son los probables beneficios de la conciencia?
    2. ¿Cómo explicarías a una persona congénitamente ciega la experiencia de ver rojo? Explicaciones detalladas de la física de la luz y la neurobiología del procesamiento del color en el cerebro describirían los mecanismos que dan lugar a la experiencia de ver rojo, pero no transmitirían la experiencia. ¿Cuál sería la mejor manera de comunicar la propia experiencia subjetiva?
    3. Nuestras experiencias visuales parecen ser una lectura directa de información del mundo que nos llega a los ojos, y solemos creer que nuestras representaciones mentales nos dan una recreación precisa y exacta del mundo. ¿Es posible que lo que percibimos conscientemente no sea verídico, sino que sea una visión limitada y distorsionada, en gran parte una función de las capacidades sensoriales y de procesamiento de información específicas que brinda el cerebro?
    4. ¿Cuándo eres más consciente, mientras estás tranquilo, enojado, feliz o conmovido; mientras estás absorto en una película, videojuego o actividad atlética; mientras estás involucrado en una conversación enérgica, tomando decisiones, meditando, reflexionando, tratando de resolver un problema difícil, soñando de día o sintiéndote creativo? ¿Cómo estas consideraciones arrojan luz sobre lo que es la conciencia?
    5. La conciencia puede ser un fenómeno biológico natural y una función principal de un cerebro, pero considere las muchas formas en que también depende de (i) un cuerpo vinculado con un cerebro, (ii) un mundo exterior, (iii) un entorno social, y (iv) una trayectoria de desarrollo. ¿Cómo enriquecen estas consideraciones nuestra comprensión de la conciencia?
    6. Las experiencias conscientes no pueden limitarse a los seres humanos. Sin embargo, la dificultad de inferir la conciencia en otros seres pone de manifiesto las limitaciones de nuestra comprensión actual de la conciencia. Muchos animales no humanos pueden tener experiencias conscientes; los dueños de mascotas a menudo no tienen dudas sobre lo que piensan sus mascotas. Computadoras con suficiente complejidad podrían en algún momento ser conscientes, pero ¿cómo lo sabríamos?

    El vocabulario

    Conciencia
    Una experiencia consciente o la capacidad de tener experiencias conscientes, que es distinta de la autoconciencia, la comprensión consciente de la propia existencia e individualidad.
    Experiencia Consciente
    La perspectiva en primera persona de un evento mental, como sentir alguna entrada sensorial, un recuerdo, una idea, una emoción, un estado de ánimo o una secuencia temporal continua de acontecimientos.
    Ciencia contemplativa
    Un área de investigación dedicada a comprender cómo las prácticas contemplativas como la meditación pueden afectar a los individuos, incluyendo cambios en su comportamiento, su reactividad emocional, sus habilidades cognitivas y sus cerebros. La ciencia contemplativa también busca conocimientos sobre la experiencia consciente que se puede obtener a partir de observaciones en primera persona por individuos que han adquirido una experiencia extraordinaria en introspección.
    Perspectiva en primera persona
    Observaciones hechas por individuos sobre sus propias experiencias conscientes, también conocidas como introspección o punto de vista subjetivo. La fenomenología se refiere a la descripción e investigación de tales observaciones.
    Perspectiva en tercera persona
    Observaciones hechas por individuos de manera que puedan ser confirmadas independientemente por otros individuos para conducir a una comprensión general y objetiva. Con respecto a la conciencia, las perspectivas de tercera persona hacen uso de medidas conductuales y neuronales relacionadas con experiencias conscientes.

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