4.2: La percepción es selectiva
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Filtrado y Selección
Están pasando muchas cosas en el mundo que nos rodea. Pero no estamos constantemente abrumados por la sobrecarga sensorial, porque la percepción es selectiva. Parte de la selección y filtrado ocurre a nivel neural. Por ejemplo, el sistema visual humano solo es sensible a una pequeña banda del espectro electromagnético, en el intervalo entre la radiación electromagnética ultravioleta e infrarroja. No podemos ver información transmitida por rayos X (como las personas en las historias de ciencia ficción que pueden ver a través de las paredes) o por la luz infrarroja (a menos que usemos gafas especiales, como las que nos permiten distinguir formas por la noche). Del mismo modo, no podemos escuchar los sonidos agudos que los perros pueden escuchar, o dar sentido al intrincado patrón de chillidos emitidos por los murciélagos para navegar en la oscuridad.
Atención: Filtrado adicional
Alguna selectividad perceptual está “cableada”, pero algunas también dependen de nuestras creencias, emociones, deseos y otros factores que no forman parte de nuestra fisiología innato. Cuando entras a una habitación grande llena de gente ruidosa, es solo un estruendo fuerte. Pero una vez que entablas una conversación interesante con alguien, desconectas la mayor parte del ruido que te rodea y te enfocas en él. No tienes idea de lo que dice la gente del otro lado de la habitación —hasta que uno de ellos menciona tu nombre. Entonces, de repente, sus palabras te saltan.
Los experimentos muestran que este tipo de fenómenos es común. Filtramos mucha información, pero cuando es relevante para nosotros, a menudo la volvemos a sintonizar. Algunos de los factores que nos llevan a enfocarnos en algunas cosas mientras ignoramos a otras —cosas como expectativas y emociones y deseos— inciden en nuestro tema de razonamiento, pero aquí nos enfocaremos en una conexión aún más directa.