12.27: Estados en la Baja Edad Media y el Renacimiento

A medida que Europa transitaba hacia el siglo XV, dos de los estados más organizados de Europa permanecieron encerrados en una guerra destructiva. El rey de Inglaterra Enrique V (r. 1413 — 1422) estuvo a punto de conquistar toda Francia, ayudado en gran medida por el hecho de que la propia Francia estaba plagada por una guerra civil entre dos poderosas casas de nobles, los Armagnacs y los borgoñeses. Eventualmente, sin embargo, cuando las casas rivales de Francia terminaron con sus diferencias, la nación unificada pudo expulsar a las tropas inglesas, utilizando infantería entrenada y disciplinada financiada por un aparato centralizado de impuestos. La Guerra de los Cien Años terminó así en 1453. La pérdida de Inglaterra en Francia fue seguida por una guerra civil (generalmente conocida como las Guerras de las Rosas porque las facciones rivales utilizaron una rosa roja y una blanca, respectivamente, como emblemas) que duró de 1455 a 1485.

En el norte de Italia, al mismo tiempo que los brillantes logros artísticos del Renacimiento italiano, las ciudades-estado de Italia se vieron encerradas en una guerra casi continua hasta que el Tratado de Lodi de 1454 trajo casi medio siglo de paz a la península italiana. Esa paz llegaría a su fin, sin embargo, en 1494, cuando el rey Carlos VIII de Francia (r. 1483 — 1498) convirtió el poder del recién consolidado estado francés en una invasión de Italia. En las guerras que siguieron, los cañones utilizados por el ejército francés pudieron batear sin esfuerzo las murallas medievales de las ciudades y castillos italianos. Empezaba una nueva era de guerra.