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LibreTexts Español

2.4: Utopía

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    (1516)

    EL PREFACIO

    No hay manera de escribir tan apropiada, para el refinamiento y pulido de una Lengua, como la traducción de Libros a ella, si el que la emprende, tiene una habilidad competente de una Lengua, y es Maestro de la otra. Cuando un Hombre escribe sus propios Pensamientos, el calor de su Fancy, y la rapidez de su Mente, lo llevan tanto después de las Nociones mismas, que en su mayor parte es demasiado cálido para juzgar la idoneidad de las Palabras, y la justicia de las Figuras; de modo que o descuida estos demasiado, o los exagera: Pero cuando un Hombre traduce, no tiene ninguno de estos Calientes sobre él: y por lo tanto los franceses no tomaron mal Método, cuando pretendían reformar y embellecer su Lenguaje, al establecer sus mejores Escritores sobre Obra para traducir a los Autores Griegos y Latinos en ella. Hay tan poco elogio recibido por Traducciones, que un Hombre no se puede comprometer con él por Vanidad, porque ha pasado por una señal de una Mente lenta, que puede divertirlo con un Entretenimiento tan malo; pero comenzamos a hacernos más sabios, y aunque los Traductores ordinarios deben triunfar mal en la estima del Mundo, sin embargo algunos tienen apareció últimamente que va, espero, traer esa forma de escribir en crédito. El idioma inglés lo ha forjado a sí mismo, tanto de la fulosa Pedantería bajo la que trabajó hace mucho tiempo, como la manera insignificante de ingenio oscuro e ininteligible que vino después de eso, y fuera del curso extravagancia de Canting que lo logró: pero como un Extream comúnmente produce otro, así fuimos comenzando a volar a un terreno sublime, de una retórica fuerte pero falsa, que había corrompido mucho, no solo el Escenario, sino incluso el Púlpito; dos lugares, que aunque no deberían ser nombrados juntos, mucho menos para parecerse entre sí; sin embargo, no se puede negar, sino que generalmente se toma la Regla y Medida de la Expresión de ellos: pero esa cepa florida está casi bastante desgastada, y ahora se vuelve tan ridícula como antes se admiraba. Para que sin el Gasto o el Trabajo que han sufrido los franceses, nuestra Lengua, como un vino rico, ha forjado su tártaro, y [ha] traído insensiblemente a una Pureza que no podría haber sido compasiva sin mucho trabajo, si no hubiera sido por la gran ventaja que tenemos de un Príncipe, que es tan gran Juez, que su única aprobación o aversión tiene casi tan grande Autoridad sobre nuestro Idioma, como su Prerrogativa le da sobre nuestra Moneda. Ahora estamos tan refinados, que cuán defectuosos sean cuales sean nuestras Imaginaciones o Razonamientos, sin embargo, nuestro Lenguaje tiene menos Fallas, y es más natural y apropiado, que nunca antes lo fue en cualquier momento. Cuando se compara a los mejores Escritores de la última Era, con estos que sobresalen en esto, la diferencia es muy discernible: incluso el gran Sir Francis Bacon, ese fue el primero que redactó nuestro Lenguaje correctamente; como sigue siendo nuestro mejor Autor, sin embargo en algunos lugares tiene Figuras tan fuertes, que no pudieron pasar ahora ante un Juez severo. No voy a provocar a los actuales Maestros del Escenario, al preferirles a los Autores de la última Era: porque aunque todos reconocen que están muy por debajo de B. Ioinson, Beamont y Fletcher, sin embargo, creo que es mejor que ellos mismos digan esto, que de tenerlo observado por otros. Su Lenguaje es ahora ciertamente más apropiado, y más natural de lo que era antes, principalmente desde la corrección que le dio el Ensayo; y es de esperar, que el Ensayo sobre Poesía, que bien puede estar emparejado con las mejores Piezas de su tipo que produjo incluso la Era de Augusto, tendrá un Operación, si claro sentido, unido con el hogar pero suaves Reproofs, puede trabajar más en nuestros Escritores, que esa despiadada exposición de ellos ha hecho.

    Ahora tengo mucho ocio, y quiero distracción, así que he otorgado algunas de mis horas a Traducciones, en las que no me he propuesto ningún mal Patrones: pero el Lector podrá juzgar mejor si he copiado hábilmente después de tales Originales. Este pequeño Volumen que ahora publico, al ser escrito por uno de los Hombres más grandes que ha producido esta Isla, me pareció que contenía tantas Nociones finas y bien digeridas, que pensé que podría no ser poco amable ni mal entretenimiento para la Nación, poner un Libro en sus Manos, al que tienen tan buen Título, y que tiene un destino muy común sobre él, ser más conocido y admirado en todo el mundo, que aquí en Casa. Una vez fue traducido al inglés poco después de que se escribiera; y alguna vez fui apto a pensar que podría haberlo hecho el mismo Sir Thomas More: porque como está en el inglés de su época, y no diferente a su Stile; así que el Traductor se ha tomado una libertad que parece demasiado grande para cualquiera que no sea el propio Autor, que es Maestro de su propio Libro, y así puede dejar fuera o alterar su Original como le plazca: que es más de lo que debería hacer un Traductor, estoy seguro que es más de lo que he presumido hacer.

    Fue escrito en el año 1516, como aparece por la Fecha de la Carta de Peter Giles, en la que dice, Que le fue enviado pero unos días antes del Autor, y eso lleva fecha el primero de noviembre de ese año; pero no puedo imaginar cómo llega a llamarse Sheriff de Londres en el Título del Libro, porque en todos nuestros Catálogos impresos de alguaciles, su Nombre no se encuentra. No creo que mi yo se preocupe en la Materia de su Libro, no más que cualquier otro Traductor esté en su Autor: ni creo que el mismo Más entró de corazón a lo que es la principal Base de su Utopía, la apropiación de toda la Propiedad, y la nivelación del Mundo; sino que sólo pretendía establecer muchas Nociones a su manera de Lector; y que tal vez no le parezca demasiado serio, se fue tan lejos de todos los Caminos para hacerlo cuanto menos sospechada: la seriedad con la que recomienda la precaución utilizada en Matrimonios entre los utópicos, hace pensar que tuvo una desgracia en su propia elección, y que por lo tanto era tan cauteloso en esa Cabeza; por la rigurosidad de su Vida lo cubre de severas Censuras: Su puesta en marcha de una práctica tan bárbara, como la contratación de Asesinos para despegar a Enemigos, es tan salvaje y tan inmoral ambos, que no admite nada para ablandarlo o excusarlo, y mucho menos para justificarlo; y el asesoramiento Hombres en algunos casos para poner fin a sus Vidas, a pesar de toda la Precaución con la que la guarda, es una pieza de Filosofía ruda y feroz. La parte más tierna de toda la Obra, fue la representación que da de la Corte de Enrique el Séptimo; y sus Discursos sobre ella, hacia el final del primer Libro, en el que su Disfraz es tan delgado, que la Materia no habría sido mucho más clara si le hubiera nombrado: Pero cuando se aventuró a escribir tan libremente del Padre en el reinado del hijo, y para dar tal Idea de Gobierno bajo el príncipe más altivo, y la más impaciente de las Restricciones inquietas que jamás reinó en Inglaterra, quien aún estaba tan lejos de estar disgustado con él por ello, que como le hacía largo su particular Amigo, así lo empleó en todos sus asuntos después, y lo crié para que fuera L. canciller, pensé que podría aventurarme a ponerlo en un inglés más moderno: porque como los Traductores de Plutarc's Hero's, o de Tullies Offices, no se preocupan, ni en las Máximas, ni en las Acciones que relatan; así que yo, que sólo digo, en el mejor inglés que pueda, lo que señor Thomas More escrito en latín muy elegante, debe dejar sus Pensamientos y Nociones a la censura del Lector, y sí me creo responsable de nada más que de la fidelidad de la Traducción, y de la corrección del inglés; y por eso sólo puedo decir, que he escrito con el mayor cuidado, y lo mejor que pueda.

    LA EPISTLA DEL AUTOR A PETER GIL

    Casi me da vergüenza, mi querido Peter Giles, de enviarte este Libro de la Utopía Común-Riqueza, después de casi un Años de retraso; mientras que sin duda lo buscas dentro de seis Semanas: porque como sabéis no tuve ocasión de usar mi Invención, ni de esforzarme por poner las cosas en cualquier método, porque no tenía nada que hacer , sino para repetir exactamente esas cosas que oí relatar a Rafael en tu presencia; así tampoco hubo ocasión alguna para una elocuencia estudiada: ya que como nos entregó cosas de lo repentino, y en un Stile descuidado; así siendo, como ustedes saben, un mayor Maestro del griego, que del latín; cuanto más claro mi las palabras son, se asemejarán más a su sencillez: y serán por consecuencia cuanto más cerca de la Verdad, y eso es todo lo que pienso que recae sobre mí: y de hecho es lo único en lo que pensé que me preocupaba. Confieso, me quedaba muy poco en esta Materia, pues de lo contrario la invención y ordenación de tal Esquema, habría puesto a un Hombre de un tono ordinario, ya sea de Capacidad, o de Aprendizaje, a algunos dolores, y le hubiera costado algún tiempo; pero si hubiera sido necesario que se hubiera hecho esta Relación, no sólo verdaderamente, pero elocuentemente, nunca podría haber sido realizada por mí, incluso después de todos los dolores y el tiempo que podría haberle otorgado. Mi parte en ella era tan pequeña, que no me podía dar muchos problemas, todo lo que me pertenecía siendo solo para dar un relato verdadero y completo de las cosas que había escuchado: pero aunque esto requirió muy poco de mi tiempo; sin embargo, incluso ese poco me fue negado hace mucho tiempo por mis otros Asuntos, que me presionan mucho: porque mientras en suplicar, y escuchar, y en juzgar o componer de Causas, en esperar a algunos Hombres sobre Negocios, y en otros por Respeto, la mayor parte del Día se gasta en otros Asuntos de Hombres, el resto de la misma debe ser entregada a mi Familia en casa: Para que no pueda reservarme ninguna parte de ella a mí mismo, eso es, a mi Estudio: Debo platicar con mi Esposa, y platicar con mis Hijos, y tengo algo que decir a mis Siervos; por todas estas cosas que considero como parte de los Negocios, excepto un Hombre resolverá ser un Extraño en Casa: y con quien sea Naturaleza, Oportunidad, o Elección haya contratado a un Hombre, en cualquier Comercio, debe esforzarse por hacerse lo más aceptable a estos sobre él, como posiblemente pueda; usando todavía tal temperamento en él, que no los estropee por una dulzura excesiva, para que sus Siervos no se conviertan en sus Maestros. En cosas como te he nombrado, ¿se escapan Días, Meses y Años? ¿Qué queda entonces para Escribir? y sin embargo no he dicho nada de ese tiempo que deba ir por el Sueño, o por la Carne: en el que muchos hacen perder casi tanto de su tiempo, como en el Sueño, que consume muy cerca de la mitad de nuestra Vida; y de hecho todo el tiempo que puedo ganar para mí mismo, es lo que me robo de mi Sueño y mis Comidas; y porque eso es no mucho, he hecho sino un lento progreso; sin embargo, porque es algo, por fin he llegado a un fin de mi Utopía, que ahora te envío, y espero que después de haberla leído, me avises si me puedes poner en mente de cualquier cosa que se me haya escapado; porque aunque me pensaría muy feliz, si tuviera pero tanto Invención y Aprendizaje como sé tengo Memoria, lo que generalmente me hace depender mucho de ella, sin embargo no me baso tan enteramente en ella, como pensar que no puedo olvidar nada.

    Mi Siervo John Clemente ha comenzado algunas cosas que me sacuden: Sabes que estuvo presente con nosotros, como creo que debería estar en cada Conversación que pueda ser de utilidad para él, porque me prometo a mi auto grandes Materias a partir del progreso que tan temprano ha hecho en el Aprendizaje Griego y Romano. Por lo que me sirve mi Memoria, el Bridg sobre Anider en Amaurot, tenía 500 pasos de ancho, según cuenta de Rafael; pero Juan me asegura, él habló sólo de 300 pasos; por lo tanto, ruego que recuerdes lo que puedas recordar de esto, porque si estás de acuerdo con él, creeré que me he equivocado; pero si tú no recuerden nada de eso, no voy a alterar lo que he escrito, porque es según lo mejor de mi recuerdo: porque como me encargaré de que no haya nada falsamente puesto; así que si hay algo dudoso, aunque tal vez pueda decir una mentira, sin embargo estoy seguro de que no voy a hacer uno; porque prefiero pasar por un buen hombre, que para un hombre sabio: pero será fácil corregir este Error, si puedes o bien reunirte con el mismo Rafael, o saber escribirle.

    Tengo otra Dificultad que me presiona más, y hace que tu escritura a él sea más necesaria: no sé a quién debo culpar de ello, ya sea Rafael, tú, o yo mismo; porque como no pensamos en pedirlo, así tampoco él de decirnos, en qué parte de la recién descubierta Utopía Mundial está situada; esto fue tal omisión que con mucho gusto lo redimiría en todo caso: Me avergüenzo, que después de haber dicho tantas cosas concernientes a esta Isla, no puedo dejar que mis Lectores sepan en qué Mar se encuentra. Hay algunos entre nosotros que tienen un poderoso deseo de ir allá, y en particular, un Divino piadoso es muy serio en ello, no tanto por una vana curiosidad de ver Países desconocidos, como para que pueda avanzar nuestra Religión, que tan felizmente se empieza a plantar ahí; y para que haga esto regularmente, él pretende procurar una Misión del Papa, y ser enviada allí como su Obispo. En un caso como éste, no hace escrúpulos de aspirar a ese Personaje, y piensa que es más bien meritorio ser ambicioso de él, cuando uno lo desea sólo por avanzar en la Religión Cristiana, y no por ningún Honor o Ventaja que pueda tener por él, sino que es actuado con cautela por un celo piadoso. Por lo tanto, te lo ruego fervientemente, si posiblemente puedas reunirte con Rafael, o si sabes escribirle, que te complacerá informarte de estas cosas, que no quede falshood en mi Libro, ni ninguna Verdad importante que quiera. Y tal vez no sea inapropiado dejarle ver el Libro él mismo: porque como ningún Hombre puede corregir los Errores que puedan haber en él, tan bien como él; así al leerlo, podrá dar un juicio más perfecto del mismo que lo que puede hacer sobre cualquier Discurso que le concierne: y de igual manera podrás descubrir si esto Emprendimiento mío le es aceptable o no; porque si pretende escribir una Relación de sus Viajes, quizá no le complacerá que yo le impida, en esa parte que pertenece a la Utopía Común-Riqueza; ya que si lo hiciera, su Libro no sorprenderá al Mundo con el placer que esta nueva Descubrimiento dará la Era. Y tan poco me gusta aparecer impreso en esta ocasión, que si no le gusta, lo dejaré a un lado; y aunque debiera aprobarlo, no estoy decidida positivamente en cuanto a la publicación de la misma. Los gustos de los hombres difieren mucho; algunos son de tan malhumorado un temperamento, tan agrio un Disposición, y hacen tan absurdos pensamientos de las cosas, que Hombres de temperamentos alegres y animados, que complacen a su Genio, parecen mucho más felices, que aquellos que pierden su tiempo y fuerza para publicar algún Libro, que aunque de sí mismo podría ser útil o agradable, pero en lugar de ser bien recibido, seguramente será odiado o censurado. Muchos no saben nada de Aprender, y otros lo desprecian: un Hombre que está acostumbrado a un rumbo y duro Sile, piensa que todo es rudo que no es bárbaro. Nuestros insignificantes Pretendientes al Aprendizaje, piensan que todo es leve que no está descansado en palabras que están gastadas fuera de uso; a algunos les encantan solo las cosas viejas, y a muchos les gusta nada más que lo que es lo suyo. Algunos son tan amargos, que no pueden permitir Jests, y otros son tan aburridos que no pueden soportar nada que sea agudo; y algunos tienen tanto miedo de cualquier cosa que sea rápida o viva, como un Hombre mordido con un perro loco es de Agua; otros son tan ligeros e inalterados, que sus Pensamientos cambian tan rápido como lo hacen sus Posturas: y algunos, cuando se encuentran en Tabernas, los toman entre sus Copas para pasar Censuras muy libremente a todos los Escritores; y con una libertad superciliosa para condenar todo lo que no les gusta: en el que tienen la ventaja que tiene un Hombre calvo, que puede agarrar a otro por el Pelo, mientras que el otro no puede devolverle lo similar. Están a salvo por así decirlo de Gunshot, ya que no hay nada en ellos lo suficientemente considerable como para ser agarrados. Y algunos son tan ingratos, que incluso cuando están bien satisfechos con un Libro, sin embargo piensan que no le deben nada al Autor; y son como esos invitados groseros, que después de haber estado bien entretenidos en una buena Cena, se van cuando han glaseado sus apetitos, sin ni siquiera darle las gracias que los trató . Pero, ¿quién se pondría al cargo de hacer una Fiesta para Hombres de tan bonitos Palats, y tan diferentes Gustos; quiénes son tan olvidadizos de las Civilidades que se les hacen? Pero, una vez aclaras esos Puntos con Rafael, y entonces será tiempo suficiente para considerar si es apto para publicarlo o no; porque desde que me he esforzado por escribirlo, si él consiente en publicarlo, seguiré el Consejo de mi Amigo, y principalmente el tuyo. Adiós mi querido Pedro, encoméndeme amablemente a tu buen Sabio, y amarme todavía como solías hacer, porque te aseguro que te amo cada vez más a diario.

    LOS DISCURSOS DE RAPHAEL YTÍTLODAY, DEL MEJOR ESTADO DE UNA RIQUEZA

    Escrito por Sir Thomas More, Ciudadano y Sheriff de Londres.

    Enrique el 8, el rey inconquistado de Inglaterra, un príncipe adornado con todas las Vertues que se convierten en un gran Monarca; teniendo algunas Diferencias de no poca Consecuencia con Carlos el príncipe más sereno de Castilla, me envió a Flandes como su embajador, por tratar y componer Asuntos entre ellos. Yo fui Collegue y Compañero de ese incomparable Hombre Cuthbert Tonstal, a quien el Rey hizo últimamente Maestro de los Rollos, con tal Aplausos Universales; del cual no diré nada, no porque me asusta que se sospeche del Testimonio de un Amigo, sino porque su Aprendizaje y Vertues son mayores que eso ellos pueden ser establecidos con ventaja por mí, y son tan conocidos, que no necesitan mis elogios, a menos que yo, según el Proverbio, Muestre el Sol con un Lanthorn. Los que fueron designados por el Príncipe para tratar con nosotros, nos recibieron en Brujas, según Acuerdo: todos eran hombres dignos. El Markgrave de Brujas era su Cabeza, y el hombre principal entre ellos; pero el que se estimaba el más sabio, y que hablaba por lo demás, era George Temse el preboste de Casselseo; tanto el Arte como la Naturaleza habían concurrido para hacerlo elocuente: Era muy erudito en la Ley; y como tenía una gran Capacidad, así por un largo práctica en Asuntos, era muy diestro con ellos. Después de que nos habíamos visto una y otra vez, y no pudimos llegar a un Acuerdo, fueron algunos días a Bruselas para recibir el Placer del Príncipe. Y como nuestro Negocio sí lo admitió, fui a Amberes: Mientras estuve allí, entre muchos que me visitaron, hubo uno que me fue más aceptable que cualquier otro; Peter Giles nacido en Amberes, quien es un Hombre de gran Honor, y de un buen Rango en su Pueblo; sin embargo, no es tal como se merece: porque no sé si haya alguna donde se encuentre un aprendiz y un joven mejor criado: porque como es a la vez una Persona muy digna, y un Hombre muy conocedor; así es tan civilizado con todos los Hombres, y sin embargo tan particularmente amable con sus Amigos, y está tan lleno de franqueza y afecto, que no hay tal vez por encima de uno o dos que se pueda encontrar ninguno donde, eso es en todos los aspectos tan perfecto un Amigo como él: Es extraordinariamente modesto, no hay artificio en él; y sin embargo ningún Hombre tiene más de una simplicidad prudente que la que tiene: Su Conversación fue tan agradable y tan inocentemente alegre, que su Compañía hizo en gran medida disminuir cualquier anhelo de volver a mi País, y a mi Esposa e Hijos, que una ausencia de cuatro meses había velado mucho. Un día cuando regresaba a casa de la misa en Santa María, que es la Iglesia principal, y la más frecuentada de todas en Amberes, lo vi por accidente platicando con un Extraño, que parecía más allá de la flor de su Era; su Cara estaba bronceada, tenía una Barba larga, y su Capa colgaba descuidadamente de él, de manera que por su Apariencia y Hábito, concluí que era un Marinero. En cuanto Pedro me vio, vino y me saludó; y cuando yo estaba devolviendo su Civilidad, me llevó a un lado, y señalando a aquel con quien había estado desanimando, me dijo: ¿Ves a ese Hombre? Estaba pensando en traértelo a ti. Yo le respondí, debió haber sido muy bienvenido por tu cuenta: Y por su cuenta también, respondió él, si conociste al Hombre; porque no hay ninguno vivo que te pueda dar un relato tan copioso de Naciones y Países desconocidos como él puede hacer; lo cual sé que tanto deseas. Entonces dije yo, no adiviné mal, porque a primera vista lo tomé por marinero: Pero te equivocas mucho, dijo él, porque no ha navegado como marinero, sino como Viajero, o más bien como Filósofo; para este Rafael, que de su Familia lleva el Nombre de Hythloday, ya que no es ignorante de la Lengua Latina, entonces es eminentemente aprendido en el griego, habiéndose aplicado más particularmente a eso que a lo primero, porque se había entregado mucho a la Filosofía, en la que sabía que los romanos no nos han dejado nada que sea valioso, excepto lo que se encuentra en Séneca y Cicerón. Es portugués de nacimiento, y estaba tan deseoso de ver el Mundo, que dividió su patrimonio entre sus hermanos, y dirigió Fortunas con Américo Vespucio, y llevó una parte en tres de sus cuatro Viajes, que ahora se publican: solo que no regresó con él en su último, sino que obtuvo licencia de él casi por fuerza, para que pudiera ser uno de esos cuatro y veinte que quedaron en el lugar más lejano en el que tocaron, en su último Viaje a Nueva Castilla. El dejarle así, no gratificaba un poco a uno que le gustaba más viajar que a regresar a casa, a ser enterrado en su propio País: pues solía decir muchas veces, Que el camino al Cielo era el mismo desde todos los lugares; y el que no tenía Tumba, tenía los Cielos todavía sobre él. Sin embargo, esta disposición de la Mente le había costado caro, si Dios no le hubiera sido muy amable; porque después de que él, con cinco castellanos, había viajado por muchos países, al fin, por una extraña buena fortuna, llegó a Ceilán, y de allí a Calicut, y allí encontró muy felizmente algunos Barcos portugueses; y así, más allá todas las expectativas del Mens, volvió a su propio País. Cuando Pedro me lo había dicho, le di las gracias por su amabilidad, al intentar darme el conocimiento de un Hombre, cuya Conversación sabía que sería tan aceptable para mí; y sobre eso Rafael y yo nos abrazamos: Y después de que esas Civilidades fueran pasadas, que son ordinarias para los Extraños en su primera reunión, Fuimos todos a mi Casa, y entramos al Jardín, nos sentamos en un banco verde, y nos entretuvimos unos a otros en Discurso. Nos dijo, que cuando Vespucio se había marchado, él y sus Compañeros que se quedaron atrás en NewCastilla, se insinuaron por grados en el Pueblo del País, reuniéndose a menudo con ellos, y tratándolos suavemente: y al fin crecieron no solo para vivir entre ellos sin peligro, sino para conversar familiarmente con ellos; y se metió tan lejos en el Corazón de un Príncipe, cuyo Nombre y País me he olvidado, que ambos los amparó abundantemente con todas las cosas necesarias, y también con las comodidades de viajar; tanto Barcos cuando pasaban por Agua, como Vagones cuando viajaban sobre Tierra; y envió con ellos un Guía muy fiel, que iba a presentarlos y recomendarlos a otros Príncipes como tenían la mente para ver: y después de muchos días Viaje, llegaron a Pueblos, y Ciudades, y a Common-Riqueths, que estaban a la vez felizmente gobernados, y bien poblados. Bajo el Aequator, y hasta donde se mueve el Sol a ambos lados, yacían vastos Desiertos que estaban resecados con el calor perpetuo del Sol; el Suelo estaba marchitado, todas las cosas parecían desmesuradas, y todos los Lugares estaban bastante deshabitados, o abundaban en Bestias Salvajes y Serpientes, y algunos pocos Hombres, que eran ni menos salvajes, ni menos crueles que las propias Bestias. Pero a medida que iban más lejos, se abrió una nueva Escena, todas las cosas se hicieron más suaves, el Aire menos ardiendo, el Suelo más verde, e incluso las Bestias eran menos salvajes: Y por fin hay Naciones, Pueblos y Ciudades, que no solo tienen comercio mutuo entre ellos, y con sus Vecinos, sino comercio tanto por Mar como por Tierra, a países muy remotos. Ahí encontraron las Conveniencias de ver muchos Países en todas las Manos, pues ningún Barco fue ningún Viaje en el que él y sus Compañeros no fueron muy bienvenidos. Los primeros Vasos que vieron fueron de Fondo Plano, sus Velas estaban hechas de Cañas y Mimbre entrelazadas juntas, solo algunas fueron hechas de Cuero; pero después encontraron Barcos hechos con Quillas redondas, y Velas de Lonas, y en todas las cosas como nuestras Naves: y los Marineros entendieron tanto Astronomía como Navegación. Se puso maravillosamente a su favor, mostrándoles el uso de la Aguja, de la que hasta entonces eran completamente ignorantes; y mientras navegaban antes con mucha cautela, y solo en verano, ahora cuentan todas las estaciones por igual, confiando totalmente en la Loadstone, en la que quizás están más seguros que seguro; para que haya razones para temer, que este Descubrimiento que se pensaba demostraría tanto a su Ventaja, pueda por su imprudencia convertirse en una ocasión de mucha travesura para ellos. Pero fue demasiado tiempo para detenernos en todo lo que nos dijo que había observado en todos los lugares, sería una digresión demasiado grande de nuestro propósito actual: y lo que sea necesario que se diga, principalmente en lo que respecta a las sabias y prudentes Instituciones que observó entre las Naciones civilizadas, tal vez pueda ser relatado por nosotros en un ocasión más propiamente dicha. Le hacemos muchas preguntas sobre todas estas cosas, a las que respondió de buena gana; solo que no hicimos indagaciones después de Monstruos, de lo que nada es más común; por cada donde se puede oír hablar de perros y lobos voraces, y crueles comedores de hombres; pero no es tan fácil encontrar Estados que estén bien y sabiamente gobernado.

    Pero como nos contó de muchas cosas que estaban mal en esas Naciones recién fundadas, así calculó no pocas cosas, de las cuales se podrían tomar Patrones para corregir los Errores de estas Naciones entre las que vivimos; de las cuales se puede dar cuenta, como ya he prometido, en algún otro momento; porque en la actualidad yo pretendemos únicamente relatar estos Particulares que nos habló de los Modales y Leyes de los Utopianos: pero comenzaré con la Ocasión que nos llevó a hablar de esa Riqueza Común. Después de que Rafael hubiera desalentado con gran juicio de los Errores que estaban tanto entre nosotros como entre estas Naciones, de los cuales no había pocos números, y había tratado de las sabias Instituciones tanto aquí como allá, y había hablado como claramente de las Aduanas y Gobierno de cada Nación a través de la cual tenía pasado, como si él había pasado toda su Vida en ella; Pedro siendo golpeado de admiración, dijo, me pregunto, Rafael, cómo viene que no entras en ningún Servicio de Rey, porque estoy seguro que no hay ninguno a quien no seas muy aceptable: para tu Aprendizaje y Conocimiento, tanto de Hombres como de Cosas, es tal, que no solo entretendrías ellos muy gratamente, pero sean de buena utilidad para ellos, por los Ejemplos que podrías poner ante ellos, y los Consejos que podrías darles; y por este medio ambos servirías a tu propio Interés, y serían de gran utilidad para todos tus Amigos. En cuanto a mis Amigos, respondió él, no necesito preocuparme mucho, habiendo hecho ya todo lo que me correspondía hacia ellos; porque cuando no sólo estaba en buena salud, sino fresca y joven, distribuí eso entre mis Familiares y Amigos, de los que otras Personas no se separan hasta que son viejos y enfermos; y luego ellos de mala gana dan entre ellos, aquello de lo que ya no pueden disfrutar ellos mismos. Creo que mis Amigos deberían descansar contentos con esto, y no esperar que por su bien me esclavice a cualquier Rey que sea. Suave y justo, dijo Peter, no quiero decir que debas ser Esclavo de cualquier Rey, sino solo que debes asistirlos, y ser útiles para ellos. El cambio de la Palabra, dijo él, no altera la Materia. Pero llámelo como quieras, respondió Peter, no veo otra manera en la que puedas ser tan útil, tanto en privado a tus Amigos, como al Público, y por la que puedas hacer tu propia Condición más feliz. ¡Más feliz! respondió Rafael, ¿es eso ser compasivo de una manera tan aborrecible para mi Genio? Ahora vivo como quiero, a lo que creo que pocos cortesanos pueden fingir: y hay tantos que cortejan el Favor de los Grandes Hombres, que no habrá gran pérdida, si no están molestos ni conmigo, ni con otros de mi temperamento. Sobre esto, dije, percibo a Rafael que no deseas Riqueza ni Grandeza; y de hecho valoro y admiro mucho más a tal Hombre que a cualquiera de los grandes Hombres del Mundo. Sin embargo, creo que harías algo bien volviéndote tan generoso y tan filosófico como el tuyo es un Alma, si aplicaras tu Tiempo y Pensamientos a los Asuntos Públicos, aunque te pueda pasar a encontrar eso un poco incómodo para ti mismo; y esto nunca podrás hacer con tanta ventaja, como al ser llevado al Concilio de algún gran Príncipe, y poniéndolo en cosas nobles y dignas, lo que sé que harías si estuvieras en tal Post; porque los manantiales, tanto del Bien como del Mal, fluyen sobre toda una Nación, del Príncipe, como de una Fuente duradera. Tanto Aprendizaje como usted tiene, incluso sin práctica en Asuntos; o una práctica tan grande como la que ha tenido, sin ningún otro Aprendizaje, le convertiría en un Consejero muy apto para cualquier Rey en absoluto, se equivoca doblemente, dijo él, señor More, tanto en su Opinión de mí, como en el Juicio que haga de las cosas: porque como no tengo esa Capacidad que te apetece estar en mí; así que si la tuviera, el Público no sería ni una jota mejor, cuando le había sacrificado mi tranquilidad. Para la mayoría de los Príncipes se aplican más a las Materias bélicas, que a las útiles Artes de la Paz; y en éstas no tengo ningún conocimiento, ni lo deseo mucho: Generalmente están más decididos a adquirir nuevos Reinos, bien o mal, que en gobernar aquellos bien que tienen: y entre los Ministros de Príncipes, no hay ninguno que o no sean tan sabios como para no necesitar ninguna ayuda, o al menos que no se consideren tan sabios, que imaginen que no necesitan ninguno; y si hacen cortejo alguno, son sólo aquellos para quienes el Príncipe tiene mucho Favor personal, a quienes por sus Faunings y adulaciones se esfuerzan por fijar sus propios intereses: y de hecho la naturaleza nos ha hecho tanto, que a todos nos encanta ser halagados, y complacernos a nosotros mismos con nuestras propias Nociones. El viejo Cuervo ama a su Joven, y al Simio a sus Cachorros. Ahora bien, si en una Corte así, conformada por Personas que envidian a todos los demás, y que solo se admiran a sí mismas, uno no debería sino proponer cualquier cosa que haya leído en la Historia, u observado en sus Viajes, el resto pensaría que la Reputación de su Sabiduría se hundiría, y que sus Intereses estarían muy deprimidos, si no lo pudieron atropellar: Y si todas las demás cosas fallaban, entonces volarían a esto, Que tal o tal cosas complacieron a nuestros Ancestros, y estuvo bien para nosotros si pudiéramos sino igualarlos. Ellos establecerían su Descanso en tal Respuesta, como una confutación suficiente de todo lo que se pudiera decir; como si esto fuera una gran Travesura, que cualquiera se encontrara más sabio que sus Ancestros: Pero aunque voluntariamente soltaron todas las cosas buenas que estaban entre las de épocas anteriores; sin embargo, si se proponen cosas mejores, se cubren obstinadamente con esta excusa, de reverencia a los tiempos pasados. Me he encontrado con estos orgullosos, malhumorados y absurdos Juicios de las Cosas en muchos lugares, particularmente una vez en Inglaterra. ¿Alguna vez estuviste ahí, dije yo? Sí, lo estaba, le respondí, y me quedé ahí algunos meses, no mucho después de que se suprimiera la Rebelión en Occidente, con una gran matanza de los pobres Gente que se dedicaba a ella.

    Yo estaba entonces muy obligado a ese reverendo Prelado Iohn Morton Arzobispo de Canterbury, Cardenal, y Canciller de Inglaterra; un Hombre, dijo él, Peter (para el señor More sabe bien lo que era) que no era menos venerable por su Sabiduría y Vertues, que por el alto Carácter que llevaba: Era de estatura media, no roto con la Edad; sus miradas engendraron Reverencia en lugar de Miedo; su Conversación fue fácil, pero seria y grave; a veces se complació probar la fuerza de aquellos que le venían como Suiteros sobre Negocios, hablando bruscamente, aunque decentemente a ellos, y por eso descubrió su Espíritu y presencia de Mente; con el que estaba muy encantado, cuando no creció hasta un descaro, como portando un gran parecido con su propio temperamento; y miraba a esas Personas como el Hombre para Asuntos más apto. Habló con gracia y peso; era eminentemente hábil en la Ley, y tenía una vasta Comprensión, y una Memoria prodigiosa: y esos excelentes Talentos con los que la Naturaleza le había proporcionado, fueron mejorados por Estudio y Experiencia. Cuando yo estaba en Inglaterra, el Rey dependía mucho de sus Consejos, y el Gobierno parecía estar apoyado principalmente por él; porque desde su juventud hasta, había sido practicado todo el tiempo en los asuntos; y habiendo pasado por muchos Traverses de la Fortuna, había adquirido a su gran costo, un vasto stock de Sabiduría: que no es pronto perdió, cuando se compra tan querida. Un día, cuando estaba cenando con él, había dicho estar en la Mesa uno de los Abogados Ingleses, quien aprovechó para salir corriendo en un alto elogio de la severa ejecución de Justicia a Ladrones, quienes, como dijo, fueron ahorcados entonces tan rápido, que a veces había 20 en una Gibbet; y tras eso dijo, pudo no me pregunto lo suficiente como llegó a pasar, que como tan pocos escaparon, aún quedaban tantos Ladrones que seguían robando en todos los lugares. Sobre esto, yo que tomé la audacia de hablar libremente ante el Cardenal, dije: No había razón para preguntarse por la Materia, ya que esta forma de castigar a los Ladrones, no estaba ni solo en ella Yo, ni buena para el Público; porque como la Severidad era demasiado grande, entonces el Remedio no fue efectivo; simple Robo no siendo tan grande un Crimen, que le debería costar la vida a un Hombre; y ningún castigo cuán severo sea, siendo capaz de impedir que los roben, que no pueden encontrar otra forma de sustento; y en esto, dije yo, no solo tú en Inglaterra, sino una gran parte del Mundo, imitar a algunos Maestros enfermos, que están más listos para castigar a sus Eruditos, que enseñarles. Hay castigos espantosos promulgados contra Ladrones, pero era mucho mejor hacer tan buenas Provisiones, por las cuales todo Hombre podría ser puesto en un Método de cómo vivir, y así ser preservado de la fatal necesidad de robar, y de morir por ello. Se ha cuidado lo suficiente para eso, dijo él, hay muchas Manualidades, y hay Ganadería, por la cual pueden hacer un turno para vivir, a menos que tengan una mente mayor para seguir malos Cursos. Eso no servirá a tu turno, dije yo, para muchos pierden sus Miembros en Guerras Civiles o Forreign, como últimamente en la Rebelión de Cornualles, y hace algún tiempo en tus Guerras con Francia, quienes siendo así mutilados al servicio de su Rey y País, ya no pueden seguir sus antiguos Oficios, y son demasiado viejos para aprender Nuevos: Pero ya que las Guerras son solo Cosas accidentales, y tienen Intervalos, consideremos esas Cosas que se caen todos los días. Entre ustedes hay un gran número de Hombres Noble, que viven no solo ociosos como Drones, subsistiendo por otros Laborales Masculinos, que son sus Inquilinos, y a los que paran al rápido, y con ello elevan sus Ingresos; siendo esta la única instancia de su Frugalidad, pues en todas las demás cosas son Pródigos, incluso a la mendicidad de sí mismos: Pero además de esto, llevan consigo una enorme cantidad de Compañeros ociosos, que nunca aprendieron ningún Arte por el que puedan ganarse la Vida; y estos, tan pronto como su Señor muere, o ellos mismos caen enfermos, se vuelven de Puertas; porque tus Señores están más listos para alimentarse ociosos La gente, que cuidar a los enfermos; y muchas veces el Heredero no es capaz de mantener unida a una Familia tan grande como lo hizo su Predecesor: Ahora cuando los Estómagos de los que están así salidos de Puertas, se afianzan, roban no menos agudamente; y ¿qué más pueden hacer? porque después de eso, al vagar, han desgastado tanto su Salud como sus Paños, y están andrajosos, y se ven espantosos, Hombres de Calidad no los entretendrán, y los pobres Hombres no se atreven a hacerlo; sabiendo que aquel que ha sido criado en la ociosidad y el Placer, y que solía andar con su Espada y Buckler, despreciando a todo el Barrio con un insolente Desprecio, como muy por debajo de él, no es apto para el Spade y Mattock: Tampoco le servirá a un pobre Hombre por tan pequeña una Contratación, y en tan baja una Dieta como pueda permitirse. A esto respondió: Este tipo de Hombres debe ser particularmente apreciado entre nosotros, porque en ellos consiste la Fuerza de los Ejércitos para los que podemos tener ocasión; desde su Nacimiento los inspira con un sentido de Honor más noble, que el que se encuentra entre los comerciantes o los aradores. También puedes decir, respondí yo, que debes apreciar a Ladrones por cuenta de Guerras, porque nunca querrás al uno, mientras tengas al otro; y como Ladrones demuestran a veces galantes Souldiers, así que los Souldiers demuestran a menudo valientes Ladrones; tan cerca de una Alianza hay entre esos dos tipos de Vida. Pero esta mala costumbre de mantener a muchos Siervos, que es tan común entre ustedes, no es peculiar de esta Nación. En Francia hay todavía un tipo de Gente más pestifera, porque todo el País está lleno de Souldiers, que todavía se mantienen en tiempo de Paz; si tal estado de una Nación puede llamarse Paz: y estos se guardan en Pagar por la misma cuenta que suplicas por esos Retenedores ociosos sobre los Hombres Noble: siendo esto un Maxim de esos estadistas fingidos, Que es necesario que el Público Seguridad, tenga un buen Cuerpo de Souldiers Veteranos siempre en disposición. Piensan que no hay que depender de los hombres crudos, y a veces buscan Ocasiones para hacer Guerra, para que puedan entrenar a sus Souldiers en el Arte de cortarle gargantas, o como observó Salust, para mantener sus Manos en uso, que tal vez no se vuelvan opacos por un intermedio demasiado largo. Pero Francia ha aprendido, a su costo, lo peligroso que es alimentar a tales Bestias. El destino de los romanos, cartagineses, sirios, y muchas otras naciones y ciudades, que ambos fueron volcados, y bastante arruinados por esos Ejércitos en pie, debería hacer que otros fueran más sabios: y la locura de esta Maxim de los franceses, aparece claramente incluso de esto, que sus entrenados Souldiers encuentran a tus hombres crudos prueban muchas veces demasiado duro para ellos; de lo cual no voy a decir mucho, para que no piensen que halago a la Nación Inglesa. La Experiencia de cada día demuestra, que los Mecánicos en los Pueblos, o los Payasos en el País, no tienen miedo de pelear con esos señores ociosos, si no son incapacitados por alguna desgracia en su Cuerpo, o desalentados por extream Want. Para que no tengas que temer, que esos Hombres bien formados y fuertes, (porque sólo es tal que a los Nobles les encanta mantenerse cerca de ellos, hasta que los mimen) que ahora se debilitan con facilidad, y se suavizan con su afeminado modo de Vida, serían menos aptos para la Acción si estuvieran bien criados y bien empleados. Y parece muy irrazonable, que para la perspectiva de una Guerra, que nunca necesitas tener pero cuando te plazca, debes mantener tantos Hombres ociosos, como siempre te perturbará en tiempo de Paz, que siempre va a ser más considerado que Guerra. Pero no creo que esta necesidad de Robar, surja sólo de ahí, hay otra Causa de ello que es más peculiar de Inglaterra. ¿Qué es eso? dijo el Cardenal: El pliegue de Pasto, dije yo, por el cual sus Ovejas, que son naturalmente suaves, y fáciles de mantener en orden, se puede decir ahora para devorar a los Hombres, y a las personas, no sólo Pueblos, sino Pueblos: Para dondequiera que se encuentre, que las Ovejas de cualquier Suelo rinden una Lana más suave y rica que la ordinaria, ahí la Nobleza y Gentry, e incluso esos Santos Hombres los Abades, no contentos con los viejos Rentas que cedieron sus Granjas, ni pensándolo lo suficiente como para que vivan a su gusto, no le hagan ningún bien al Público, resuelvan a hacerlo Herido en lugar de Bien. Detienen el curso de la Agricultura, encierran Terrenos, y destruyen Casas y Pueblos, reservando solo las Iglesias, para que puedan albergar sus Ovejas en ellas: Y como si Forrest y Parques se hubieran tragado muy poco Suelo, esos dignos paisanos convierten los mejores Lugares habitados en Soledades; para cuando alguno insaciable Desgraciado, que es una Plaga para este País, resuelve incluir muchos mil Acres de Tierra, los Propietarios, así como los Inquilinos, son sacados de sus Posesiones, por Trucos, o por Fuerza principal, o al estar cansados de mal Uso, se ven obligados a venderlos. Entonces esas Personas miserables, tanto Hombres como Mujeres, Casados, Solteros, Viejos y Jóvenes, con sus Pobres, pero numerosas Familias, (ya que el País-Negocios requiere de muchas Manos) están todos obligados a cambiar sus Asientos, sin saber a dónde ir; y deben vender por casi nada, sus cosas Houshold, que no pudieron traer ellos mucho Mony, aunque puedan quedarse por un Comprador: cuando ese pequeño Mony está a su fin, porque pronto se gastará; ¿qué les queda por hacer, pero ya sea para robar, y así ser ahorcado, (Dios sabe con justicia) o ir por ahí y mendigar? Y si hacen esto, son puestos en la Cárcel como vagabundos ociosos; mientras que trabajarían de buena gana, pero pueden encontrar ninguno que los contrate; pues ya no hay ocasión para el Trabajo Campestre, al que han sido criados, cuando no queda tierra cultivable. Un Pastor puede cuidar de un Rebaño, que abastecerá una extensión de Tierra que requeriría muchas manos, si fuera a ser arada y cosechada. Esto también eleva el precio del Maíz en muchos lugares. También está tan subido el precio de la Lana, que los pobres Las personas que no estaban acostumbradas a hacer Tela, ya no son capaces de comprarla; y esto igualmente hace que muchas de ellas estén ociosas: Porque desde el incremento de Pasto, Dios ha castigado a la Avaricia de los Dueños, por una Podredumbre entre las Ovejas, que ha destruido a un gran número de ellas, pero que tenía se han colocado más justamente sobre los propios Propietarios. Pero supongamos que las Ovejas deben acrecentar siempre tanto, su Precio no es como caer; ya que aunque no se les puede llamar Monopolio, porque no están absortos por una Persona, sin embargo están en tan pocas manos, y estas son tan ricas, que como no son prest para venderlas antes de lo que tienen una mente para ello, entonces ellos nunca lo hagan hasta que hayan subido el Precio lo más alto posible. Y en la misma cuenta es, que las otras clases de Cattel son tan queridas, y tanto más, porque que tantos Pueblos siendo derribados, y todos los País-Laboristas siendo muy descuidados, no hay ninguno que cuide de la cría de ellos. Los ricos no crían Cattel como lo hacen Ovejas, sino las compran Lean, y a Precios bajos; y después de que los han engordado en sus Terrenos, los vuelven a vender a altas tasas. Y no creo que todos los Inconvenientes que esto producirá, todavía se observen; porque como venden el ganado querido, así que si se consumen más rápido entonces los países reproductores de los que son traídos, pueden permitírselos; entonces el stock más disminuye, y esto debe necesitar terminar en una gran Escasez; y por esto significa que esta tu Isla, que parecía en cuanto a este particular, la más feliz del Mundo, sufrirá mucho por la maldecida Avaricia de unas pocas Personas; además de eso, el levantamiento del Maíz hace que todas las Personas disminuyan a sus Familias tanto como puedan; y ¿qué pueden hacer los que son despedidos por ellos, pero ya sea Suplicar o Robar? Y para esto último, un Hombre de una gran Mente se siente atraído mucho antes que por el primero. De igual manera, el lujo irrumpe a buen ritmo sobre ustedes, para poner adelante su Pobreza y Miseria; hay una vanidad excesiva en la vestimenta, y un gran Costo en la Dieta; y eso no sólo en las Familias Noblemens, sino incluso entre los comerciantes, y entre los mismos Agricultores, y entre todos los Rangos de Personas. También tienes muchas Casas infames, y además de las que se conocen, las Tabernas y Alehouses no son mejores; sumar a estas, Dados, Cartas, Mesas, Fútbol, Tenis, y Coits, en los que Mony huye rápido; y las que se inician en ellas, deben en conclusión, devolverse a robar por un abasto. Desterrar esas Plagas, y dar orden para que estos que tanto han despoblado Suelo, puedan o reconstruir los Pueblos que han derribado, o dejar salir sus Terrenos a tales como lo harán: Restringir esos engrosings de los ricos, que son tan malos casi comoMonopolios; dejar menos Ocasiones a la ociosidad; dejar Se vuelva a montar la agricultura, y se regule la Manufactura del Wooll, que así pueda haber Trabajo encontrado para estas Empresas de Gente Inactiva, que quieren que las Fuerzas sean Ladrones, o que ahora siendo vagabundos ociosos, o Sirvientes inútiles, ciertamente crecerán Ladrones por fin. Si no encuentras un Remedio a estos Malos, es vano presumir de tu Severidad de castigar el Robo; que aunque pueda tener la apariencia de Justicia, sin embargo en él mismo no es ni justo ni conveniente: porque si sufres que tu Pueblo esté enfermo Educado, y sus modales sean corrompidos desde su Infancia, y luego castigarlos por esos Delitos a los que su primera Educación los dispuso, ¿qué más se va a concluir de esto, sino que primero haga Ladrones, y luego los castigue?

    [Dos páginas que faltan].. permitir de ello; sobre los mismos motivos, se pueden hacer leyes para permitir el adulterio y el perjurio en algunos casos: porque Dios nos ha quitado el Derecho de disponer, ya sea de los nuestros, o de otros Pueblos Vive, si se pretende que el mutuo Consentimiento de los Hombres en la elaboración de Leyes, permitiendo de Homicidio en Casos en los que Dios no nos ha dado Ejemplo, libera a la Gente de la Obligación de la Ley Divina, y así hace del Asesinato una Acción lícita; ¿Qué es esto, sino dar preferencia a las Leyes Humanas ante lo Divino? Y si esto alguna vez es admitido, por la misma Regla Los hombres pueden en todas las demás cosas poner las Restricciones que les plazca a las Leyes de Dios. Si por la Ley Mosaica, aunque fue rudo y severo, como un Yugo puesto sobre una Nación obstinada y servil, los Hombres solo fueron multados, y no condenados a muerte por Robo; no podemos imaginar que en esta nueva Ley de Misericordia, en la que Dios nos trata con la ternura de un Padre, nos ha dado una Licencia mayor a la Crueldad, de lo que le hizo a los judíos. Sobre estas Razones es, que creo que el poner a muerte a Ladrones no es lícito; y es claro y obvio que es absurdo, y de mala Consecuencia a la Riqueza Común, que un Ladrón y un Asesino sean igualmente castigados: porque si un Ladrón ve que su Peligro es el mismo, si es condenado por Robo, como si fuera culpable de Asesinato, esto naturalmente lo pondrá en matar a la Persona a quien de otra manera solo habría robado, ya que si el Castigo es el mismo, hay más seguridad, y menos peligro de descubrimiento, cuando el que mejor puede hacerlo se pone fuera del camino; para que los terroríficos Ladrones demasiado, provoque ellos a la crueldad.

    Pero en cuanto a la Pregunta, ¿Qué forma más conveniente de Castigo se puede encontrar? Creo que es mucho más fácil averiguarlo, que inventar cualquier cosa que sea peor; ¿por qué deberíamos dudar pero la forma que tanto tiempo estuvo en uso entre los viejos romanos, que entendían tan bien las Artes de Gobierno, era muy propio para su Castigo? condenaron como los declararon culpables de grandes Delitos, a trabajar toda su Vida en Canteras, o a cavar en Minas con Cadenas a su alrededor. Pero el Método que más me gustó, fue el que observé en mis Viajes en Persia, entre los Polylerits, que son un Pueblo considerable y bien gobernado. Hacen un Homenaje anual al Rey de Persia; pero en todos los demás aspectos son una Nación libre, y gobernada por sus propias Leyes. Se encuentran lejos del Mar, y están ambientados con Colinas; y al estar contentos con las Producciones de su propio País, lo cual es muy fructífero, tienen poco comercio con cualquier otra Nación; y como ellos, según el Genio de su País, no tienen apetito de dilatar sus Fronteras; así sus Montañas, y la Pensión que pagan al persa, asegurarlos de todas las Invasiones. Así no tienen Guerras entre ellos; viven más bien convenientemente que espléndidamente, y pueden llamarse más bien Nación Feliz, que Eminentes o Famosos; porque no creo que sean conocidos tanto como por Nombre a cualquiera que no sea a sus próximos Vecinos. Los que son declarados culpables de Robo entre ellos, están obligados a hacer restitución al Propietario, y no como es en otros lugares, al Príncipe, pues consideran que el Príncipe no tiene más derecho a los Bienes estolados que el Ladrón; pero si lo que fue robado ya no está en ser, entonces los Bienes de los Ladrones son estimado, y de ellos se les hace Restitución, el Resto se da a sus Esposas, e Hijos: Y ellos mismos están condenados a servir en las Obras Públicas, pero no están encarcelados, ni encadenados, a menos que haya alguna circunstancia extraordinaria en sus Delitos. Van por ahí sueltos y libres, trabajando para el Público: Si son ociosos o atrasados para trabajar, son whipp'd; pero si trabajan duro, son bien utilizados y tratados sin ninguna marca de reproche, sólo las Listas de ellos se llaman siempre de noche, y luego se callan, y no sufren otra inquietud, pero esto del Trabajo constante; porque como trabajan para el Público, así están bien entretenidos fuera del Stock Público, lo que se hace de manera diferente en diferentes lugares: En algunos lugares, lo que se les otorga, es levantado por una Contribución caritativa; y aunque así pueda parecer incierto, pero tan misericordioso son los Inclinaciones de esa Gente, que son abundantemente abastecidas por ella; pero en otros lugares los Ingresos Públicos se apartan para ellos; o hay un Impuesto constante de un Poll-mony recaudado para su Mantenimiento. En algunos lugares están puestos a ninguna Obra Pública, pero cada Hombre privado que tiene ocasión de contratar a Obreros, va a los Market-places y los contrata del Público, un poco más bajo de lo que haría un Freeman: Si van perezosamente sobre su Tarea, puede que los acelere con el Látigo. Por este medio siempre hay alguna pieza de Obra u otra por hacer por ellos; y además de su Livelyhood, ganan algo aún para el Público. Llevan todo un Hábito peculiar, de cierto color, y su Pelo se recorta un poco por encima de sus Orejas, y se corta un poco de una de sus Orejas. A sus Amigos se les permite darles Carne, Bebida o Ropa, por lo que son de su propio Color; pero es la Muerte, tanto al Dador como al Tomador, si les dan Mony; tampoco es menos penal que ningún Hombre Libre les quite Mony, por cualquier razón: Y también es Muerte para alguno de estos Esclavos ( así se les llama) para manejar Brazos. Los de cada División del País, se distinguen por una marca peculiar: Y es capital dejar eso a un lado, y así también es salir de sus límites, o hablar con un Esclavo de otra Jurisdicción; y el intento mismo de una fuga, no es menos penal que un escape él mismo; es Muerte para cualquier otro Esclavo para ser accesario a ella: Si un Hombre Libre se involucra en ella, está condenado a la esclavitud: Los que la descubren son recompensados; si los Hombres Libres, en Mony; y si Esclavos, con Libertad, junto con un Perdón por ser accesarios a ella; para que encuentren su Cuenta, más bien en arrepentirse de su adhesión a tal diseño, que en persistir en él.

    Estas son sus Leyes y Reglas en esta Materia; en las que tanto la Mansedumbre como las Ventajas de las mismas son muy obvias; ya que por estos Medios, como se destruyen los Vicios, así se preserva a los Hombres; pero son tan tratados, que ven la necesidad de ser buenos: y por el resto de su Vida hacen reparación por el Travesuras que antes habían hecho. Tampoco hay peligro de que vuelvan a caer a sus viejas Costumbres: Y tan poco los Viajeros les aprehenden la Travesura, que generalmente las hacen uso de ellas para Guías, de una Jurisdicción a otra; pues no les queda nada por lo que puedan robar, o ser lo mejor para ello, ya que como están desarmados , por lo que el tener mismo de Mony es una Convicción suficiente: y como ciertamente son castigados si se descubren, así no pueden esperar escapar: porque su Hábito está en todas las partes del mismo diferente de lo que comúnmente se usa, no pueden volar, a menos que se vayan desnudos, e incluso entonces su cosecha de Oreja lo haría traicionarlos. El único peligro que hay que temer de ellos, es su conspiración contra el Gobierno: pero los de una División y Barrio no pueden hacer nada con ningún propósito, a menos que se pusiera una Conspiración general entre todos los Esclavos de las diversas Jurisdicciones, lo cual no se puede hacer, ya que no pueden reunirse ni platicar juntos; ni ninguna incursión en un Diseño donde el Ocultamiento sería tan peligroso, y el Descubrimiento tan rentable: y ninguno de ellos es del todo desesperado de recuperar su Libertad, ya que por su Obediencia y Paciencia, y al dar motivos para creer que van a cambiar su forma de Vida para el futuro, pueden esperan por fin obtener su Libertad: y algunos son todos los Años restaurados a ella, sobre el buen Carácter que se le da de ellos. Cuando había relatado todo esto, agregué, Que no vi por qué tal Método podría no seguirse con más ventaja, de lo que jamás podría esperarse de esa Justicia severa que tanto magnificaba el Consejero. A todo esto le contestó, Que nunca podría ser tan ambientada en Inglaterra, sin poner en peligro a toda la Nación por ella; y como decía eso, sacudió la Cabeza, e hizo algunas muecas, y así mantuvo la paz; y toda la Compañía parecía estar en su mente: solo dijo el Cardenal, No es fácil adivinar si sería triunfar bien o mal, ya que no se ha hecho juicio alguno de ello: Pero si cuando la Sentencia de Muerte fuera pasada sobre un Ladrón, el Príncipe lo indultaría por un tiempo, y realizaría el Experimento sobre él, negándole el privilegio de un Santuario; entonces si tuvo un buen efecto sobre él, podría tener lugar; y si tuvo éxito no, lo peor sería, para ejecutar la Sentencia a las Personas condenadas por fin. Y no veo, dijo él, por qué sería injusto o inconveniente, o en absoluto peligroso, admitir tal retraso: Y creo que los vagabundos deben ser tratados de la misma manera, contra los cuales aunque hemos hecho muchas Leyes, sin embargo, no hemos podido ganar nuestro fin por todos ellos. Cuando el Cardenal había dicho esto, entonces todos cayeron para encomiar la Moción, aunque la habían despreciado cuando vino de mí; pero sí encomiaron más particularmente lo relativo a los vagabundos, porque había sido agregado por él.

    No sé si valdrá la pena contar lo que siguió, pues fue muy ridículo; pero me aventuraré en ello, porque como no es forreign a esta Materia, así se puede hacer algún buen uso de ella. Había un bufón esperando, que falsificó al Loco de manera tan natural, que parecía ser realmente uno. Los Jests a los que ofrecía eran tan fríos y aburridos, que nos reímos más de él que de ellos; sin embargo a veces decía, por así decirlo por casualidad, cosas que no eran desagradables; para justificar el viejo Proverbio, Que el que lanza los Dados a menudo, a veces tendrá un Golpe afortunado. Cuando uno de la Compañía había dicho, que yo había cuidado de los Ladrones, y el Cardenal se había ocupado de los Vagabundos, para que no quedara nada más que que algún publick Se podría hacer provisión para los Pobres, a quienes Enfermedad o Vejez había incapacitado del Trabajo: Déjeme eso a mí, dijo el tonto, y voy a tomar cuidar de ellos; porque no hay ningún tipo de Gente cuya vista aborrezco más, habiendo sido tan a menudo molestado con ellos, y con sus tristes Quejas; pero tan dolorosamente como me han dicho su Cuento, nunca pudieron prevalecer hasta el punto de sacar un Penny of Mony de mí: porque o no tenía intención de darles ninguna cosa, o cuando tenía una mente, no tenía nada que darles: y ahora me conocen tan bien, que no van a perder su trabajo sobre mí, sino dejarme pasar sin darme ningún problema, porque no esperan nada de mí, no más en la fe que si yo fuera sacerdote: Pero yo tendría una Ley hecha, por enviar a todos estos Mendigos a Monasterios, los Hombres a los Benedictinos para ser Hermanos Laicos, y las Mujeres a ser Monjas. El Cardenal sonrió, y lo aprobó en broma; pero al resto le gustó en serio. Había un presente Divino, quien aunque era un hombre grave y malhumorado, sin embargo, estaba tan complacido con esta Reflexión que se hizo sobre los Sacerdotes y los Monjes, que empezó a jugar con el Loco, y le dijo: Esto no te librará de todos los Mendigos, excepto que nos cuides Frailes. Eso ya está hecho, contestó el Loco, porque el Cardenal te ha proporcionado, por lo que propuso para los vagabundos restrictivos, y poniéndolos a trabajar, porque no conozco vagabundos como tú. Esto fue bien entretenido por toda la Compañía, quien mirando al Cardenal, percibió que no estaba mal complacido con ello; solo el mismo fraile estaba tan mordido, como se puede imaginar fácilmente, y cayó en tal pasión, que no podía dejar de asestar al tonto, y lo llamó Klave, Calumniador, Backbiter, y Hijo de Perdición, y citó algunas Amenazas espantosas de las Escrituras contra él. Ahora el Bufón pensó que estaba en su Elemento, y se acostó sobre él libremente: dijo: Buen Fraile no se enoje, porque está escrito, En paciencia posea tu Alma. Respondió el fraile: (porque te daré sus propias palabras) No me enojo, ahorcado; por lo menos no peco en ella, porque el salmista dice: Enfureced, y no peques. Sobre esto el cardenal lo amonestó gentilmente, y deseó que gobernara sus Pasiones. No, mi Señor, dijo, no hablo sino de un buen celo, que debería tener; porque los hombres santos han tenido un buen celo, como se dice: El celo de tu casa me ha devorado; y cantamos en nuestra Iglesia, que los que se burlaban de Eliseo mientras subía a la Casa de Dios, sintieron los Efectos de su celo; que ese Mocker, que Pícaro, ese sinvergüenza, tal vez se sienta. Haces esto quizás con una buena intención, dijo el Cardenal; pero en mi Opinión, fue más sabio en ti, no decir mejor para ti, no meterte en un Concurso tan ridículo con un tonto. No, mi Señor, le respondió, que no se hicieron sabiamente; porque Salomón, el más sabio de los hombres, dijo: Responde a un tonto según su locura; lo cual hago ahora, y le muestro la zanja en la que caerá, si no se da cuenta de ello; porque si los muchos burladores de Eliseo, que no era más que un hombre calvo, sintieron el Efecto de su celo, Qué será de un Mocker de tantos frailes, entre los que hay tantos hombres calvos? Tenemos igualmente un Toro, por el cual todos los que nos burlan son excomulgados. Cuando el Cardenal vio que no había fin de esta Materia, le hizo una señal al Loco para que se retirara, y giró el Discurso de otra manera; y poco después se levantó de la Mesa, y deshaciéndonos, fue a escuchar Causas.

    Así, señor More, me he quedado sin una tediosa Historia, de la longitud de la cual me había avergonzado, si, como usted me lo rogó fervientemente, no le hubiera observado que la escuchara, como si no tuviera intención de perder parte alguna de ella: podría haberla contraído, pero resolví dársela en general, para que pueda observar cómo los que habían despreciado lo que yo había propuesto, ni más pronto percibieron que al Cardenal no le disgustaba, sino que actualmente lo aprobaron, y lo adularon así sucesivamente, y lo halagaron a tal grado, que en buen grado aplaudieron esas cosas que sólo le gustaban en broma. Y a partir de ahí podrán reunir, cuán poco cortesanos valorarían a mí o a mis Consejeros.

    A esto le respondí: Me has hecho una gran amabilidad en esta Relación; porque como cada cosa ha sido relacionada por ti, tanto sabiamente como agradablemente, así me has hecho imaginar, que yo estaba en mi propio País, y volví a crecer joven, al recordar a ese buen Cardenal en mis pensamientos, en cuya Familia fui criado de mi Infancia: Y aunque tú eres por otras cuentas muy querido para mí, sin embargo eres el más querido, porque honras tanto a su Memoria: pero después de todo esto no puedo cambiar mi Opinión, pues sigo pensando que si pudieras superar esa aversión que tienes a las Cortes de Príncipes, podrías hacer mucho bien para La humanidad, por los Consejos que darías; y este es el Diseño principal que todo hombre bueno debería proponerse a sí mismo en la vida: porque mientras tu Amigo Platón piensa que entonces las Naciones serán felices, cuando los filósofos se conviertan en Reyes, o los Reyes se conviertan en Filósofos. No es de extrañar si estamos tan lejos de esa Felicidad, si los filósofos no van a pensar que les conviene asistir a los Reyes con sus Consejos. No tienen una mentalidad tan base, dijo él, sino que lo harían de buena gana: muchos de ellos ya lo han hecho por sus Libros, si estos que están en el Poder escucharían sus buenos Consejos. Pero Platón juzgó bien, que salvo que los propios Reyes se convirtieran en Filósofos, nunca se podría lograr, que aquellos que desde su Infancia son corrompidos con falsas Nociones, deberían caer íntimamente en los Consejos de Filósofos, que él mismo encontró cierto en la Persona de Dionisio.

    ¿No piensa usted, que si yo fuera por algún Rey, y le estuviera proponiendo buenas Leyes, y procurando enraizar de él todas las malditas Semillas del Mal que encontré en él, debería o ser sacado de su Corte, o al menos ser reído de mis dolores? Por ejemplo, ¿qué podría significar si yo fuera sobre el rey de Francia, y fueran llamados a su Cabinete-Consejo, donde varios sabios hacen en su audiencia proponer muchos expedientes; como por lo que Artes y Prácticas se puede guardar Milán; y Nápoles, que tan a menudo se les ha escapado de las manos, recuperado; y cómo el Venecianos, y después de ellos el resto de Italia puede ser sometido; y entonces cómo Flandes, Brabante, y todo Borgoña, y algunos otros Reinos que ya se ha tragado en sus Designios, pueden agregarse a su Imperio. Uno propone una Liga con los Venecianos, que se mantendrá siempre y cuando encuentre su cuenta en ella, y que deba comunicar los Consejos con ellos, y darles alguna parte del botín, hasta que su Éxito lo haga necesitar o temer menos, y luego se les sacará fácilmente de sus Manos. Otro propone la contratación de los alemanes, y el aseguramiento de los Switzers por Pensiones. Otro propone la obtención del Emperador por Mony, que es Omnipotente con él. Otro propone una Paz con el Rey de Arragón, y para que la cimentemos, la cesión de las Pretensiones del Rey de Navar. Otro piensa que el Príncipe de Castilla va a ser forjado, por la esperanza de una Alianza; y que algunos de sus cortesanos van a ser ganados a la Facción francesa por Pensiones. El punto más difícil de todo es, qué hacer con Inglaterra: un Tratado de Paz se va a poner a pie, y si no se debe depender de su Alianza, sin embargo, se debe hacer lo más firme posible; y deben llamarse Amigos, pero sospechados como Enemigos: Por lo tanto, los escoceses deben mantenerse listos, para ser soltados Inglaterra en todas las ocasiones; y algún Noble desterrado debe ser apoyado de sobra, (porque por la Liga no se puede hacer de manera expresa) quien tiene una pretensión a la Corona, por lo que se puede mantener asombrado a ese presunto Príncipe. Ahora, cuando las cosas están en tan grande una Fermentación, y tantos Hombres galantes se están uniendo a los Consejos, cómo continuar la Guerra, si es así significa que un Hombre como yo soy debería ponerse de pie, y desearles que cambien todos sus Consejos, a Letitaly solos, y quedarse en casa, ya que el Reino de Francia era efectivamente mayor que eso podría ser bien gobernado por un hombre; para que no se le ocurra añadir otros: Y si después de esto, debo proponerles las Resoluciones de los achorianos, un Pueblo que se acuesta contra la Isla de la Utopía al Sureste, que hace mucho tiempo se dedicaba a una Guerra, para que pudieran ganar otro Reino a su Rey, que le tenía una Pretensión por parte de una vieja Alianza, por la que había descendido a él; y habiéndola conquistado, cuando encontraron que la molestia de guardarla, era igual a la de ganarla; porque el pueblo conquistado seguiría siendo apto para rebelarse, o quedar expuesto a Invasiones Forreign, de manera que siempre deben estar en Guerra, ya sea para ellos, o contra ellos; y que por lo tanto nunca pudieron desmantelar su Ejército: Que mientras tanto los impuestos les ponían pesados, que Mony salió del Reino; que su Sangre fue sacrificada a la Gloria de su Rey, y que no eran nada mejor por ello, incluso en tiempo de Paz; sus modales siendo corrompidos por una Guerra larga; Robos y Asesinatos abundando en todas partes, y sus Leyes cayendo bajo desprecio, porque su Rey al estar distraído con los Cuidados del Reino, era menos capaz de aplicar su Mente a cualquiera de ellos; cuando vieron que no habría fin de esos Malos, ellos por Consejos conjuntos hicieron una humilde Discurso a su Rey, deseándole que chuse cuál de los dos Reinos tenía la mayor mente para conservar, ya que no podía sostener a ambos; porque eran un Pueblo demasiado grande para ser gobernado por un Rey dividido, ya que ningún Hombre tendría de buena gana un Novio que debiera estar en común entre él y otro. Sobre lo cual el buen Príncipe se vio obligado a renunciar a su nuevo Reino a uno de sus Amigos, (que poco después fue destronado) y a estar contento con su viejo Uno. A todo esto agregaría, que después de todos esos Intentos Guerreros, y las vastas Confusiones, con los Consumos tanto de Tesoro como de Gente, eso debe seguirlos; tal vez sobre alguna desgracia, podrían verse obligados a vomitar todos al fin; por lo tanto, parecía mucho más elegible que el Rey mejorara su antiguo Reino todo lo que pudo, y hacerlo florecer tanto como fuera posible; que amara a su Pueblo, y que fuera amado de ellos; que viviera entre ellos, y los gobernara gentilmente; y que dejara solo a otros Reinos, ya que lo que había caído a su parte era lo suficientemente grande, si no demasiado grande para él. Ora, ¿cómo crees que se escucharía un discurso como este? Confieso, dije, creo que no muy bien.

    Pero, ¿qué dijo él, si yo ordenara con otra clase de Ministros, cuyo jefe eran Contramaciones y Consultas, por qué Tesoro del Arte podría estar amontonado? Donde uno propone, el llanto de Mony, cuando el Rey tenía una gran Deuda con él, y el llanto tanto cuando sus Ingresos iban a entrar, para que así pudiera pagar mucho con un poco, y en un poco recibir mucho: Otro propone una pretensión de una Guerra, que así el Dinero podría ser recaudado para poder el llevarla a cabo, y que una Paz pudiera concluirse tan pronto como se hiciera; y esto se iba a conformar con tales apariencias de Religión que pudieran trabajar en el Pueblo, y hacer que la imputaran a la piedad de su Príncipe, y a su ternura de las Vidas de sus Sujetos. Un tercero ofrece algunas viejas Leyes mohosas, que han sido anticuadas por un largo desuso; y que, como habían sido olvidadas por todos los Sujetos, así también habían sido rotas por ellos; y que la imposición de las Penas de estas Leyes, como traería un vasto Tesoro, por lo que podría haber una muy buena Pretensión para ello, ya que parecería la ejecución de la Ley, y el hacer de Justicia. Un cuarto propone la prohibición de muchas cosas bajo severas Sanciones, especialmente las que estaban en contra del Interés del Pueblo, y luego la dispensación de estas Prohibiciones sobre grandes Composiciones, a quienes pudieran hacer Ventajas rompiéndolas. Esto serviría a dos fines, ambos aceptables para muchos; pues como aquellos cuya avaricia los llevó a transgredir, serían severamente multados; así que las Licencias vendedoras queridas, parecerían como si un Príncipe fuera tierno de su Pueblo, y no fácilmente, ni a Tarifas bajas, prescindiría de cualquier cosa que pudiera estar en contra de la Publick Bueno. Otro propone, que los Jueces deben estar seguros, que puedan declarar siempre a favor de la Prerrogativa, que a menudo deben ser enviados a la Corte, que el Rey los escuche argumentar esos Puntos en los que se refiere; ya que eso cuán injusta sea cualquiera de sus Pretensiones, sin embargo, todavía alguna u otra de ellos, ya sea por contradicción con los demás, o por el orgullo de la singularidad, o que puedan hacer su Corte, encontrarían alguna Pretensión u otra para darle al Rey un color claro para llevar el Punto: Porque si los Jueces pero difieren en Opinión, lo más claro del Mundo se hace por ese medio discutible, y Una vez puesta en tela de juicio la verdad, el Rey sobre eso puede aprovechar para exponer la Ley para su propio beneficio: los Jueces que se destacan serán traídos, ya sea por miedo o por modestia; y siendo así ganados, todos ellos podrán ser enviados a la Sala para dar Sentencia audazmente, como la tendría el Rey: porque Pretensiones justas nunca faltarán cuando la Sentencia se va a dar a Favor del Príncipe: o se dirá, que la Equidad está de su lado, o se encontrarán algunas palabras en la Ley que suenan de esa manera, o se les pondrá algún sentido forzado; y cuando todas las demás cosas fracasen, la prerrogativa indudable del Rey ser fingido, como aquello que es sobre todo Ley; y a lo que un Juez Religioso debe tener especial consideración. Así todo consiente a esa Maxim de Grassus, Que un Príncipe no puede tener suficiente Tesoro, ya que debe mantener a sus Ejércitos fuera de él: que un Rey, aunque lo haría, no puede hacer nada injustamente; que toda la Propiedad está en él, sin excepción de las mismas Personas de sus Sujetos: Y que ningún Hombre tiene otra Propiedad, sino que que el Rey por su bondad cree conveniente dejarlo: y piensan que es el Interés del Príncipe, que quede tan poco de esto como pueda ser, como si fuera su ventaja que su Pueblo no debería tener ni Riquezas ni Libertad; ya que estas cosas las hacen menos fáciles y dóciles a un cruel e injusto Gobierno; mientras que la Necesidad y la Pobreza los embotan, los hacen pacientes, los soporta, y rompe esa altura del Espíritu, que de otra manera los dispondría a rebelarse. Ahora y si después de que se hicieran todas estas Proposiciones, me levantara y afirmara, Que tales Consejeros eran a la vez impropios un Rey, y traviesos para él: y que no sólo su Honor sino su Seguridad consistía más en su Riqueza de los Pueblos, que en la suya; si tuviera que demostrar, que eligen un Rey por su propio bien, y no para el suyo; para que por sus cuidados y esfuerzos puedan ser fáciles y seguros: y que por lo tanto un Príncipe debe cuidar más de sus Pueblos La felicidad, que de la suya, como Pastor es cuidar más de su Rebaño que de sí mismo. También es cierto, que están muy equivocados, que piensan que la Pobreza de una Nación es un medio de la Seguridad Pública: ¿Quién pelea más que los mendigos? ¿quién anhela más fervientemente un cambio, que el que se siente inquieto en sus actuales Circunstancias? y que corren para crear Confusiones con una audacia tan desesperada, como aquellos que no tienen nada que perder, esperan ganar por ellos? Si un Rey cayera bajo tanto desprecio o envidia, que no pudiera mantener a sus Sujetos en su Deber, sino por Opresión y mal Uso, y empobrecerlos, ciertamente era mejor para él abandonar su Reino, que retenerlo por tales Métodos, por los cuales aunque guarda el Nombre de Autoridad, sin embargo pierde la Majestad debido a ello. Tampoco se está convirtiendo así en la Dignidad de un Rey reinar sobre los Mendigos, como reinar sobre los Sujetos ricos y felices. Y por lo tanto Fabritius, que era un Hombre de un temperamento noble y exaltado, dijo: Preferiría gobernar a los Hombres ricos, que ser rico él mismo; y que un Hombre abunde en Riqueza y Placer, cuando todo a su alrededor está de luto y gemido, es ser un Goaler y no un Rey. Es un Médico inhábil, que no puede curar una Enfermedad, sino echando a su Paciente en otro: Así el que no encuentra otra manera de corregir los Errores de su Pueblo, sino quitándoles las Conveniencias de la Vida, demuestra que no sabe lo que es gobernar una Nación libre. Él mismo debería más bien sacudirse a su Perezoso, o dejar su Orgullo; porque el Desprecio o el Odio que su Pueblo tiene por él, toma su ascenso de los Vicios en sí mismo. Que viva de lo que le pertenece a sí mismo, sin perjudicar a los demás, y acomodar su Gasto a sus Ingresos. Que castigue los Crímenes, y por su sabia Conducta que se esfuerce por prevenirlos, en lugar de ser severo cuando los ha padecido para que sean demasiado comunes: Que no reviva precipitadamente Leyes que son abbrogadas por el desuso, sobre todo si han sido olvidadas hace mucho tiempo, y nunca quisieron. Y que nunca tome ninguna Penalización por el incumplimiento de ellos, a lo que un Juez no cedería en un Hombre privado, sino que lo vería como una Persona astuta e injusta por fingirlo. A estas cosas añadiría, esa Ley entre los macarianos, que se encuentran no lejos de la Utopía, por la cual su Rey, en el día en que comienza a reinar, está atado por un Juramento confirmado por solemnes Sacrificios, de no tener nunca a la vez por encima de mil Libras de Oro en sus Tesoros, o tanta Plata como sea igual a la de valor. Esta Ley, como dicen, fue hecha por un excelente Rey, que tenía más respeto a las riquezas de su País, que a su propia Riqueza; y así se dispuso contra el amontonamiento de tanto Tesoro, como podría empobrecer al Pueblo: pensó que la suma moderada podría ser suficiente para cualquier Accidente; si o bien el Rey hubiera ocasión para ello contra Rebeldes, o el Reino contra la Invasión de un Enemigo, pero que no fue suficiente para alentar a un Príncipe a invadir otros Derechos del Hombre, que fue la causa principal de su elaboración de esa Ley. También pensó, que se trataba de una buena Disposición para una libre circulación de Mony, eso es necesario para el curso de Comercio y Cambio: Y cuando un Rey debe distribuir todas estas Adhesiones extraordinarias que encierran Tesoro más allá del debido tono, lo hace menos dispuesto a oprimir a sus Sujetos. Un Rey como éste, será el terror de los Hombres enfermos, y será amado de todos los Hombres buenos.

    Si, digo, debería hablar de estas o cosas semejantes, a Hombres que habían tomado su sesgo de otra manera, ¿qué tan sordos serían a todo eso? Sin duda, muy sordo, respondí yo; y no es de extrañar, porque uno nunca es ofrecer en Proposiciones o Consejos, que está seguro no se entretendrá. Discursos tanto fuera del camino no podían servir de nada, ni tener ningún efecto en los Hombres, cuyas Mentes estaban preposeídas de diferentes Sentimientos. Esta manera filosófica de especulación, no es desagradable entre Amigos en una Conversación libre; pero no hay lugar para ello en las Cortes de Príncipes, donde grandes Asuntos son llevados por la Autoridad. Eso es lo que estaba diciendo, respondió él, que no hay lugar para la Filosofía en las Cortes de Príncipes. Sí, la hay, dije yo, pero no por esta Filosofía Especulativa, que hace que cada cosa sea igual en todo momento: Pero hay otra Filosofía que es más flexible, que conoce su propia Escena, y se acomoda a ella; y que enseña a un Hombre a actuar esa parte que ha caído a su parte, de manera apropiada y decentemente. Si cuando una de las Comedias de Plautus está en el Escenario, y una Compañía de Siervos está actuando sus partes, deberías salir con el Atuendo de Filósofo, y repetir de Octavia, un Discurso de Séneca a Nerón, si no hubiera sido mejor para ti no haber dicho nada, que mezclando cosas de naturalezas tan diferentes, haber hecho una tragi-comedia tan impertinente? para que estropees y corrompes la Obra que está en la mano, cuando mezclas con ella las cosas que no están de acuerdo con ella, aunque fueran mejores de lo que es: por lo tanto, seguir adelante con la Obra que está actuando, lo mejor que puedas; y no la confundas, porque otra que sea más agradable entra en tus pensamientos. Es aún así en una Riqueza Común, y en los Concilios de Príncipes; si las opiniones enfermas no pueden ser del todo arraigadas; y si no puedes curar algunos Vicios recibidos según tus deseos, no debes, por tanto, abandonar la Riqueza Común; o abandonar la Nave en una Tormenta, porque no puedes mandar a los Vientos; ni deberías agredir a Personas con Discursos que están fuera de su Camino, cuando veas sus Nociones son tales que no les puedes hacer ninguna impresión: pero debes echar por ahí, y en la medida de lo posible manejar las cosas con destreza, que así si no puedes hacer que las Cosas salgan bien, pueden estar lo menos enfermas posible; porque excepto todos Los hombres eran buenos, todas las cosas no pueden salir bien; lo cual no espero ver en un buen rato. Con esto, respondió, todo lo que haré será preservar mi yo de estar loco, mientras me esfuerzo por curar la locura de otras Personas: porque si voy a decir la verdad, debo decir cosas como antes decía; y por mentir, si un Filósofo puede hacerlo o no, no puedo decir; estoy seguro que no puedo hacerlo. Pero aunque estos Discursos puedan resultarles intranquilos e ingratos, no veo por qué deberían parecer tontos o extravagantes: en efecto, si debo proponer cosas como Platón ha ideado en su Riqueza Común, o como practican los utopos en las suyas, aunque puedan parecer mejores, como ciertamente son, sin embargo lo son tan bastante diferente de nuestro Establecimiento, que se basa en la Propiedad, no habiendo tal cosa entre ellos, que no podía esperar que tuviera algún efecto sobre ellos: Pero Discursos como los míos, que sólo llaman a la mente a los males pasados, y dan aviso de lo que pueda seguir, no tienen nada en ellos que sea tan absurdo , que no pueden ser utilizados en ningún momento; porque sólo pueden ser desagradables para aquellos que están resueltos a correr de cabeza de la manera contraria: y si debemos dejar de menos cada cosa como absurda o extravagante, que por razón de las vidas malvadas de muchos puede parecer grosera, debemos, incluso entre los cristianos, ceder apremiando la mayor parte de esas cosas que Cristo nos ha enseñado: aunque nos ha mandado no ocultarlas, sino proclamar en las azoteas lo que enseñó en secreto. Las partes más grandes de sus Preceptos están más en desacuerdo con las Vidas de los Hombres de esta Era, que cualquier parte de mi Discurso ha sido: Pero los Predicadores parecen haber aprendido ese oficio al que me aconsejas; porque ellos observando que el Mundo no sutaría voluntariamente sus Vidas a las Reglas que Cristo ha dado, han ajustado su Doctrina, como si hubiera sido una Regla plomo, a sus Vidas; para que de alguna manera u otra pudieran estar de acuerdo entre sí. Pero no veo otro efecto de este cumplimiento, salvo que sea que los Hombres se vuelven más seguros en su maldad por ello. Y esto es todo el éxito que puedo tener en una Corte; porque siempre debo diferir del resto, y entonces no voy a significar nada; o si estoy de acuerdo con ellos, entonces sólo ayudaré a adelantar su locura. No comprendo lo que quiere decir con su casting sobre, o por el doblez y manejo de las cosas tan diestro, que si no van bien, pueden ir tan poco enfermos como puede ser: porque en los Tribunales no soportarán que un Hombre mantenga la paz, o connivando con ellos: un Hombre debe aprobar descaradamente los peores Consejos, y consentir a los Diseños más negros: Para que uno pasara por un Espía, o posiblemente por un Traidor, que sí pero aprobaba fríamente tales prácticas perversas: Y cuando un Hombre se dedica a tal Sociedad, estará tan lejos de poder reparar Materias por su casting sobre, como usted lo llama, que no encontrará ocasiones de hacer algún bien: la Compañía enferma pronto lo corromperá, que será mejor para él: o si a pesar de toda su Compañía enferma, sigue siendo íntegra e inocente, sin embargo se le imputarán sus Locuras y Knavery; y mezclando los Consejos con ellos, debe asumir su parte de toda la culpa de que pertenece totalmente a los demás.

    No estaba mal Simily, por lo que Platón expuso la irrazonabilidad de un filósofo entrometerse con Gobierno: Si uno, dice él, verá una gran compañía correr a la Lluvia todos los días, y deleitarse de estar mojado en ella; y si sabe que no va a ser de ningún propósito para él ir y perswadirlos para que entren en su Casas, y evitar la Lluvia; para que todo lo que se pueda esperar de su ir a hablarles, sea, que se moje con ellas; cuando sea así, hace lo mejor para mantenerse dentro de Puertas, y preservarse, ya que no puede prevalecer lo suficiente como para corregir a otros Pueblos Locura.

    Tho para hablar claramente cuál es mi Corazón, debo poseerte libremente, que mientras haya alguna Propiedad, y mientras Mony sea el Estándar de todas las demás cosas, no puedo pensar que una Nación pueda ser gobernada ni Justamente ni Felizmente: No Justamente, porque las mejores cosas caerán a la parte de lo peor de los Hombres: Ni Felizmente, porque todas las cosas se dividirán entre unas pocas, (e incluso estas no son en todos los aspectos felices) quedando el resto para ser absolutamente miserable. Por lo tanto, cuando reflexiono sobre las sabias y buenas Constituciones de los Utopos, entre los cuales todas las cosas están tan bien gobernadas, y con tan pocas Leyes; y entre quienes como Vertue tiene su debida recompensa, sin embargo existe tal igualdad, que todo Hombre vive en abundancia; y cuando comparo con ellas tantas otras Naciones que son aún haciendo nuevas Leyes, y sin embargo nunca podrán llevar su Constitución a un derecho Reglamento, entre los cuales aunque cada uno tenga su Propiedad; sin embargo, todas las Leyes que puedan inventar, no pueden prevalecer hasta el momento, que los Hombres pueden obtenerla o conservarla, o ser ciertamente capaces de distinguir lo que es propio, de lo que es otro Man›s; de los cuales los muchos Demandas de Ley que cada día estallan, y dependen sin fin alguno, dan una demostración demasiado clara: Cuando, digo, balazo todas estas cosas en mis pensamientos, me vuelvo más favorable a Platón, y no me pregunto que resolvió, no hacer ninguna Ley para tal que no se sometería a una comunidad de todas las cosas: Para que un Hombre tan sabio como era, no podía sino prever que el ajuste todo sobre el Nivel, era la única manera de hacer feliz a una Nación; lo cual no se puede obtener mientras haya Propiedad: porque cuando cada Hombre dibuja hacia sí todo lo que puede brújula, por un Título u otro, debe necesitar seguir, que cómo abundante cualquiera que sea una Nación, sin embargo, unos pocos dividiendo entre sí la Riqueza de ella, el resto debe caer bajo la Pobreza. Para que entre ellos haya dos tipos de Personas, que merecen que sus Fortunas sean intercambiadas; siendo la primera inútil, pero malvada y voraz; y la segunda, que por su constante industria sirven al Público más que a ellos mismos, siendo sinceros y modestos Hombres. De donde estoy perswaded, que hasta que se quite la Propiedad, no puede haber una distribución equitativa o justa hecha de las cosas, ni puede gobernarse felizmente el Mundo: mientras eso se mantenga, la mayor y la mejor parte de la Humanidad, seguirá oprimida con una carga de Cuidados y Ansiedades. Confieso, sin que se la quite del todo, esas Presiones que recaen sobre gran parte de la Humanidad, pueden hacerse más ligeras; pero nunca se pueden quitar del todo. Porque si se hicieran Leyes, determinando en qué medida en el Suelo, y en cuánto Mony debe parar todo Hombre, y limitando al Príncipe que puede que no crezca demasiado grande, y restringiendo al Pueblo que no se vuelva demasiado insolente, y que ninguno pueda aspirar fácticamente a publicar los Empleos; y que podrían ni se vendan, ni se hagan gravosos por un gran gasto; ya que de lo contrario los que sirven en ellos, se verán tentados a reembolsarse por Trucos y Violencia, y será necesario encontrar a Hombres ricos por someterse a esos Empleamientos para los que más bien habría que buscar a los sabios; estas Leyes, digo yo, puede tener tales Efectos, como una buena Dieta y Cuidado puede tener en un Hombre Enfermo, cuya recuperación es desesperada: pueden calmar y mitigar la Enfermedad, pero nunca se puede curar del todo, ni el Cuerpo Politick volver a ser llevado a un buen Hábito, siempre y cuando la Propiedad permanezca; y se caerá como en una complicación de Enfermedades, que al aplicar un Remedio a una Dolor, provocarás a otra; y aquello que elimina un síntoma enfermo, produce otros, mientras que el fortalecimiento de una parte del Cuerpo debilita al resto. Por el contrario, respondí yo, me parece que los Hombres no pueden vivir convenientemente, donde todas las cosas son comunes: ¿Cómo puede haber alguna Plenty, donde cada Hombre se excusará del Trabajo? Porque como la esperanza de Ganar no lo excita, así la confianza que tiene en otra Industria Mens, puede hacerlo perezoso: Y si la gente viene a ser pellizcada con Want, y sin embargo no puede disponer de ninguna cosa como propia; lo que puede seguir sobre esto, sino la sedición perpetua y el derramamiento de sangre, especialmente cuando la Reverencia y ¿Autoridad por Magistrados cae al Suelo? Porque no puedo imaginar cómo se puede mantener eso entre aquellos que en todas las cosas son iguales entre sí. No me pregunto, dijo él, que se te parezca así, ya que no tienes Noción, o al menos ninguna correcta, de tal Constitución: Pero si hubieras estado en Utopía conmigo, y hubieras visto sus Leyes y Reglas como yo, por el espacio de cinco Años, en los que viví entre ellos; y durante el cual estuve tan encantada con ellos, que efectivamente nunca los hubiera dejado, si no hubiera sido para hacer el descubrimiento de ese nuevo Mundo a los europeos; entonces confesarías que nunca habías visto a un Pueblo tan bien constituido como ellos. No me vas a dejar pasar fácilmente, dijo Pedro, que cualquier Nación en ese Nuevo Mundo, está mejor gobernada que las que están entre nosotros. Porque como nuestros Entendimientos no son peores que los suyos, entonces nuestro Gobierno, si no me equivoco, siendo antiguo, una larga práctica nos ha ayudado a descubrir muchas Conveniencias de la Vida: Y algunas felices Posibilidades nos han descubierto otras cosas, que ningún Entendimiento del Hombre podría haber inventado jamás. En cuanto a la Antigüedad, ya sea de su Gobierno, o del nuestro, dijo él, no se puede pasar un verdadero Juicio de ella, a menos que hubieras leído sus Historias; porque si hay que creerlas, tenían Pueblos entre ellos, antes de que estas partes fueran tanto como habitadas: Y en cuanto a estos Descubrimientos, que han sido golpeados por azar, o hecho por hombres ingeniosos, estos podrían haber cumplido tanto allí como aquí. No lo niego pero somos más ingeniosos de lo que son, pero nos superan mucho en Industria y Aplicación: Sabían poco de nosotros, antes de nuestra llegada entre ellos; nos llaman a todos por un Nombre general de las Naciones que se encuentran más allá de la Línea Equinoccial; para su Crónica menciona un Shipwrack que se hizo en su Costa hace 1200 Años; y que algunos romanos y egipcios que estaban en el Barco, consiguiendo a salvo una Orilla, pasaron el resto de sus días entre ellos; y tal fue su Ingenio, que a partir de esta única Oportunidad, sacaron la ventaja de Aprender de aquellos desapercibidos para Invitados, todas las artes útiles que estaban entonces entre los romanos, lo que esos Shipwrack›D Men sabían: Y por las Pistas que les dieron, ellos mismos descubrieron incluso algunas de esas Artes que no pudieron explicarles completamente; tan felizmente mejoraron ese Accidente, de tener a algunas de nuestras Personas arrojadas sobre su orilla: Pero si alguna tal Accidente han traído en cualquier momento alguno de allí a Europa, hemos estado tan lejos de mejorarlo, que no lo hacemos tanto como recordarlo; como en After Times quizá será olvidado por nuestro Pueblo que alguna vez estuve ahí. Porque aunque ellos de uno de esos Accidentes, se hicieron Maestros de todos los buenos Inventos que estaban entre nosotros; sin embargo, creo que pasaría mucho antes de que aprendiéramos o pusiéramos en práctica alguna de las buenas Instituciones que se encuentran entre ellas: Y esta es la verdadera Causa de que estén mejor gobernados, y vivan más felices que lo hacemos, aunque no nos quedamos cortos de ellos en punto de Comprensión, o Ventajas exteriores. Sobre esto le dije, le ruego fervientemente, que nos describa a esa Isla muy particularmente. No sea demasiado corto en ello, sino que exponga en orden todas las cosas relacionadas con su Suelo, sus Ríos, sus Pueblos, su Gente, sus Modales, Constitución, Leyes, y en una palabra, todo lo que imaginas deseamos saber: y bien puede imaginar que deseamos saber todo lo que les concierne, de lo que hasta ahora somos ignorante. Lo haré de buena gana, dijo él, porque he digerido toda la Materia con cuidado; pero va a tomar algún tiempo. Vayamos entonces, dije yo, primero y cenemos, y luego habremos arrendado lo suficiente. Sea así, dijo él. Entonces entramos y cenamos, y después de la cena volvimos, y nos sentamos en el mismo lugar. Ordené a mis Siervos que se encargaran de que nadie viniera y nos interrumpiera: y tanto Pedro como yo deseábamos que Rafael fuera tan bueno como su palabra: Así que cuando vio que estábamos muy empeñados en ello, se detuvo un poco para recordarse a sí mismo, y comenzó de esta manera.

    SEGUNDO LIBRO

    La Isla de la Utopía, en medio de ella, donde es más amplia, tiene 200 millas de ancho, y sostiene casi a la misma anchura sobre gran parte de ella; pero se estrecha hacia ambos extremos. Su Figura no es diferente a una Media Luna: entre sus Cuernos, el Mar viene en once millas de ancho, y se extiende a sí mismo en una gran Bahía, que se entorna con Tierra a la brújula de unas 500 millas, y está bien asegurada de Vientos: No hay gran Corriente en la Bahía, y toda la Costa es, por así decirlo, una continuada Puerto, que da a todo lo que vive en la Isla una gran comodidad para el Comercio mutuo: pero la entrada a la Bahía, lo que por Rocas por un lado, y Shallows por el otro, es muy peligroso. En medio de ella hay una sola Roca que aparece por encima del Agua, y así no es peligrosa; en la parte superior de la misma hay una Torre construida, en la que se guarda una Guarnición. Las otras Rocas yacen bajo el Agua, y son muy peligrosas. El Canal es conocido sólo por los Nativos, por lo que si algún Extraño entrara en la Bahía, sin uno de sus Pilates, correría un gran peligro de Shipwrack: porque ni siquiera ellos mismos podrían pasarlo a salvo, si algunas marcas que están en su Costa no se dirigieron su camino; y si éstas deberían ser pero un poco desplazado, cualquier Flota que pudiera venir contra ellos, cuán grande sea que fuera, ciertamente se perdería. Al otro lado de la Isla, también hay muchos Puertos; y la Costa está tan fortificada, tanto por la Naturaleza como por el Arte, que un pequeño número de Hombres puede entorpecer el descenso de un gran Ejército. Pero reportan (y quedan buenas marcas de ello para que sea creíble) que ésta no era una Isla al principio, sino una parte del Continente. Utopus que la conquistó (cuyo Nombre aún lleva, porque Abraxa era su primer Nombre) y trajo a los habitantes rudos e incivilizados a un Gobierno tan bueno, y a esa medida de cortesía, que ahora sobresalen con creces al resto de la humanidad; habiéndolos sometido pronto, diseñó separarlos de la Continente, y y para traer el Mar bastante sobre ellos, y para ello hizo un Canal profundo para ser cavado de quince millas de largo: No solo obligó a los Habitantes a trabajar en ello, sino también a sus propios Souldiers, que los Nativos tal vez no pensaran que los trataba como Esclavos; y habiendo puesto un vasto número de Hombres a trabajo, lo llevó a una rápida conclusión más allá de todas las expectativas de Mens: Con esto sus Vecinos, que al principio se rieron de la locura del Emprendimiento, fueron golpeados de admiración y terror, cuando lo vieron llevado a la perfección. Hay 54 Ciudades en la Isla, todas grandes y bien construidas: los Modales, Costumbres y Leyes de todas sus Ciudades son iguales, y todas están ideadas como cerca de la misma manera, ya que el Terreno sobre el que se paran permitirá: Las más cercanas se encuentran al menos a 24 millas de distancia una de otra, y las más remotas no están tan lejanos, pero que un Hombre pueda ir a pie en un día a partir de él, a lo que yace al lado de él. Cada Ciudad envía una vez al año a Amaurot a tres de sus senadores más sabios, para que consulten sobre sus Preocupaciones comunes; para ello es el cheif Pueblo de la Isla, al estar situado cerca del Centro de la misma, de manera que sea el lugar más conveniente para sus Asambleas. Cada Ciudad tiene tanto Terreno partió para su Jurisdicción, que hay veinte millas de Suelo a su alrededor, asignadas a ella: y donde los Pueblos yacen más anchos, tienen mucho más Terreno: ningún Pueblo desea ampliar sus límites, porque se consideran más bien como Inquilinos que Propietarios de su Suelo. Han construido sobre todo el País, Casas Rurales para Maridos, que están bien ideadas, y están amuebladas con todas las cosas necesarias para el Condado-mano de obra. Los habitantes son enviados por turnos desde las Ciudades para habitar en ellas; ninguna familia de campo tiene menos de cuarenta Hombres y Mujeres en ella, además de dos Esclavos. Hay un Maestro y una Maestra sobre cada Familia; y más de treinta Familias hay un Magistrado armado. Cada Año veinte de esta Familia regresan al Pueblo, después de que se hayan quedado fuera dos Años en el País: y en su habitación hay otros veinte enviados desde el Pueblo, para que aprendan el Trabajo de Campo, de los que ya han estado un Año en el País, a los que deben enseñar a los que vienen a ellos el el próximo año desde el Pueblo. Por este medio como habitar en esos País-Granjas, nunca ignoran la Agricultura, y así no cometerán Errores en ella, que de otro modo podrían ser fatales para ellos, y ponerlos bajo una escasez de maíz. Pero aunque hay cada Año tal desplazamiento de los Maridos, que ninguno puede verse obligado contra su mente a seguir ese duro curso de vida demasiado tiempo; sin embargo, muchos de ellos toman tanto placer en ello, que desean irse para continuar muchos Años en él. Estos labradores trabajan el Suelo, crían Cattel, tallan Madera, y lo transportan a los Pueblos, ya sea por Tierra o Agua, como es más conveniente. Crian multitud infinita de Pollos de una manera muy curiosa: para las Gallinas no se sientan y eclosionan, sino que ponen gran cantidad de Huevos en un calor suave e igual, en el que nacen; y ya no están más pronto fuera de la Concha, y capaces de revolverse, pero parecen considerar a los que los alimentan como sus Madres, y seguirlos como otros Pollos hacen la Gallina que los eclosionó. Crian muy pocos Caballos, pero los que tienen, están llenos de Mettle, y se guardan sólo para ejercer su Juventud en el Arte de sentarse y montar a caballo de ellos; porque no los ponen a ninguna Obra, ni de Arado ni de Carruaje, en la que implocan bueyes; porque aunque los Caballos son más fuertes, sin embargo encuentran que los bueyes pueden aguantar más tiempo; y como no están sujetos a tantas Enfermedades, así se mantienen con una carga menor, y con menos problemas: Y cuando están tan gastados, que ya no son aptos para el trabajo de parto, son buenos Carne al fin. No siembran Maíz, sino lo que va a ser su Pan; porque beben bien Vino, Sidra, o Perry, y muchas veces Agua, a veces pura, y a veces hervida con Hony o Liquorish, con la que abundan: y aunque saben exactamente cuánto Maíz va a servir a cada Pueblo, y todo ese tracto de País que pertenece a ello, sin embargo siembran mucho más, y crían más Cattel de los necesarios para su consumo: y dan ese sobreplus del que no hacen uso a sus Vecinos. Cuando quieren algo en el País que no produzca, lo van a buscar del Pueblo, sin llevar nada a cambio de ello: y los Magistrados del Pueblo se encargan de verlo dado: porque se reúnen generalmente en la Ciudad una vez al mes, en un día de fiesta. Cuando llegue el momento de la Cosecha, los Magistrados en el País envían a los de los Pueblos, y les hacen saber cuántas manos necesitarán para cosechar la Cosecha; y el número que llaman para que se les envíe, comúnmente lo despachan todo en un día.

    De sus Pueblos, particularmente de Amaurot

    El que conoce uno de sus Pueblos, los conoce a todos, son tan parecidos entre sí, excepto donde la cituación marca alguna diferencia. Por lo tanto, describiré a uno de ellos, y no importa cuál; pero ninguno es tan propio como Amaurot: porque como ninguno es más eminente, todo lo demás cediendo en precedencia a esto, porque es la Sede de su Consejo Supremo; así no había ninguno de ellos más conocido para mí, yo habiendo vivido cinco Años en conjunto en ella.

    Se encuentra sobre la ladera de una Colina, o más bien una Tierra ascendente: su Figura es casi cuadrada, pues desde un lado de la misma, que se dispara casi hasta la cima del Cerro, baja en un descenso por dos millas hasta el Río Anider; pero es un poco más ancho al otro lado que discurre por la orilla de ese río. El Anider se eleva a unas 80 millas por encima de Amaurot, en un pequeño manantial al principio; pero otros Brooks cayendo en él, de los cuales dos son más considerables, ya que corre por Amaurot, se cultiva media milla de ancho, pero aún crece cada vez más grande, hasta después de sesenta millas curso abajo, se entierra en el Océano. Entre el Pueblo y el Mar, y por algunos kilómetros sobre el Pueblo, refluye y fluye cada seis horas, con una fuerte Corriente. La Marea sube por unas treinta millas tan llenas, que no hay nada más que agua salada en el Río, siendo conducida el Agua dulce hacia atrás con su fuerza; y por encima de eso, por algunas millas, el Agua es salobre, pero un poco más alta, ya que corre por el Pueblo, es bastante fresca; y cuando la Marea rebaja, continúa fresca todo el tiempo hasta el mar. Hay un Bridg arrojado sobre el Río, no de Madera, sino de Piedra justa, que consiste en muchos arcos señoriales; se encuentra en esa parte de la Ciudad que está más alejada del Mar, de manera que Naves sin ningún obstáculo yacen a lo largo del costado de la Ciudad. También hay otro Río que corre por él, que aunque no es genial, sin embargo, corre gratamente, pues se levanta del mismo Cerro sobre el que se alza el Pueblo, y así corre hacia abajo tirarlo, y cae en el Anider. Los Habitantes han fortificado la Cabeza de Fuente de este Río, que brota un poco sin los Pueblos; que así si pasara a ser asediados, el Enemigo podría no ser capaz de detener o desviar el curso del Agua, ni envenenarlo; de ahí se lleva en Tuberías de tierra a las Calles inferiores: y para aquellos lugares del Pueblo a los que no se puede transportar el Agua de ese pequeño Río, tienen grandes Cisternas para recibir el Agua de Lluvia, que abastece la necesidad del otro. El Pueblo está compasido con un Muro alto y grueso, en el que hay muchas Torres y Fuertes; también hay una zanja ancha y profunda seca, engastada gruesa con Espinas, echada alrededor de tres lados de la Ciudad, y el Río es en lugar de una Zanja en el cuarto lado. Las Calles se hacen muy convenientes para todos los Carriage, y están bien resguardadas de los Vientos. Sus Edificios son buenos, y son tan uniformes, que todo un lado de una Calle se parece a una Casa. Las Calles son de veinte pies de ancho; hay Jardines detrás de todas sus Casas; estas son grandes, pero encerradas con Edificios, que en todas las Manos dan a las Calles; de manera que cada Casa tiene tanto una Puerta a la Calle como una Puerta Trasera al Jardín: sus Puertas tienen las dos Hojas, que como se abren fácilmente, por lo se cierran por su propia voluntad; y no habiendo entre ellos Propiedad, todo Hombre puede entrar libremente en cualquier Casa cualquiera. Cada diez años termina, cambian sus Casas por Lotes. Cultivan sus Jardines con mucho cuidado, para que tengan tanto Vides, Frutas, Hierbas y Flores en ellos; y todo está tan bien ordenado, y tan finamente guardado, que nunca vi Jardines en ningún lugar que fueran tanto tan fructíferos y tan hermosos como los suyos. Y este humor de ordenar tan bien sus Jardines, no sólo se mantiene al día por el placer que encuentran en él, sino también por una emulación entre los Habitantes de las varias Calles, que se enfrentan entre sí en esta Materia; y efectivamente no hay nada que pertenezca a todo el Pueblo, eso es a la vez más útil, y más agradable. Para que el que fundó el Pueblo, parece haber cuidado nada más que de sus Jardines; para ellos dicen, todo el Esquema del Pueblo fue diseñado en un principio por Utopus, pero dejó todo lo que pertenecía al Ornamento y Mejoramiento del mismo, para ser agregado por los que deberían venir después de él, eso siendo demasiado para un Hombre para llevar a la perfección. Sus Registros, que contienen la Historia de su Pueblo y Estado, se conservan con un cuidado exacto, y van hacia atrás 1760 Años. De estos parece, que sus Casas eran al principio bajas y malas, como Casas de cualquier tipo de Madera, y fueron construidas con muros de barro, y paja con paja: pero ahora sus Casas son de tres Historias de altura, los Frentes de ellos están enfrentados ya sea con Piedra, Plaistering, o Ladrillo; y entre los revestimientos de sus Muros, tiran su Basura; sus Techos son planos, y sobre ellos ponen una especie de Plaister que cuesta muy poco, y sin embargo es tan templado, que como no es apto para tomar Fuego, por lo que resiste el Tiempo más que el Plomo. Tienen abundancia de Vidrio entre ellos, con el que esmaltan sus Ventanas: usan también en sus Ventanas, una delgada Tela de lino, que está tan engrasada o engomada, que por ese medio deja entrar la Luz más libremente a ellos, y mantiene fuera el Viento mejor.

    De sus Magistrados

    Treinta familias chuse cada año a un Magistrado, que antiguamente se llamaba Sifogrant, pero ahora se llama el Filarca: y más de cada diez sifogrados, con las Familias sujetas a ellos, hay otro Magistrado, que antiguamente se llamaba Tranibore, pero últimamente el Arfilarca. Todos los Sifograntes, que están en el número 200, sacan al Príncipe de una Lista de cuatro, a quienes les nombra el Pueblo de las cuatro Divisiones de la Ciudad; pero hacen un Juramento antes de proceder a una Elección, que le van a chusar a quien piensen más encuentro para el Oficio: Dan sus Voces en secreto, para que sea no se sabe por quien cada uno da su Sufragio. El Príncipe es de por Vida, a menos que sea removido bajo sospecha de algún diseño para esclavizar al Pueblo. Los Tranibor son nuevos elegidos cada Año, pero sin embargo son en su mayor parte aún continuados: Todos sus demás Magistrados son solo Anuales. Los Tranibadores se reúnen cada tres días, y a menudo si es necesario, y consultan con el Príncipe, ya sea sobre los Asuntos del Estado en general, o las Diferencias privadas que puedan surgir a veces entre el Pueblo; aunque eso se cae pero rara vez. Siempre hay dos Sifograntes llamados al Consejo-Cámara, y estos se cambian todos los días. Es una Regla fundamental de su Gobierno, que no se puede hacer ninguna Conclusión en ninguna cosa que se relacione con el Público, hasta que se haya debatido primero tres días varios en su Consejo. Es Muerte que alguno se reúna y consulte concerniente al Estado, a menos que sea en su Consejo ordinario, o en la Asamblea de todo el Cuerpo del Pueblo.

    Estas cosas han sido tan provistas entre ellas, que el Príncipe y los Tranibor no pueden conspirar juntos para cambiar el Gobierno, y esclavizar al Pueblo; y por lo tanto cuando se pone a pie cualquier cosa de gran importancia, se envía a los Sifograntes; quienes después de haberla comunicado con las Familias que pertenecen a sus Divisiones, y lo han considerado entre ellas, hacen informe al Senado; y en grandes Ocasiones, la Materia es remitida al Consejo de toda la Isla. Una Regla observada en su Consejo, es, nunca debatir una cosa el mismo día en que se propone por primera vez; porque eso siempre se refiere a la siguiente reunión, que así los Hombres no pueden apresuradamente, y al calor del Discurso, se comprometan demasiado pronto, lo que puede sesgarlos tanto, que en vez de considerar el Bien de el Público, más bien estudiarán para mantener sus propias Nociones; y por una especie de vergüenza perversa y ridícula, arriesgar a su País, en lugar de poner en peligro su propia Reputación, o aventurarse el ser sospechoso de haber querido previsión en los Expedientes que propusieron al principio. Y por lo tanto para evitarlo, se encargan de que más bien sean deliberados, que repentinos en sus Mociones.

    De sus Oficios, y forma de Vida

    La agricultura es aquello que se entiende tan universalmente entre todos ellos, que ninguna Persona, ni Hombre ni Mujer, la ignora; desde su Infancia se les instruye en ella, en parte por lo que aprenden en la Escuela, y en parte por la práctica, siendo conducidos a menudo a los Campos, sobre el Pueblo, donde no sólo ver a otros en el trabajo, pero de igual manera se ejercen en él mismos. Además de la Agricultura, que es tan común a todos ellos, cada Hombre tiene algún Comercio peculiar al que se aplica, como la Fabricación de Lana, o Lino, Albañilería, Trabajo de Herreros, o Trabajo de Carpinteros; porque no hay otro tipo de Comercio que sea de gran estima entre ellos. En toda la Isla, visten el mismo tipo de Ropa sin ninguna otra distinción, excepto la que es necesaria para marcar la diferencia entre los dos Sexos, y el casado y el soltero. La moda nunca se altera; y como no es ingrata ni incómoda, por lo que se ajusta a su Clima, y se calcula tanto para sus Veranos como para sus Inviernos. Cada Familia hace su propia Ropa; pero todas entre ellas, tanto Mujeres como Hombres, aprenden uno u otro de los Oficios antes mencionados. Las mujeres, en su mayor parte, tratan en Lana y Lino, que sutan mejor con su debilidad, dejando los otros Oficios más rudos a los Varones. Generalmente el mismo Comercio pasa de Padre a Hijo, Inclinación a menudo siguiendo el Descenso: pero si algún Genio del Hombre yace de otra manera, es por Adopción traducido en una Familia que se ocupa del Comercio al que se inclina: Y cuando eso se va a hacer, se cuida, no sólo por su Padre, sino por el Magistrado, para que se le ponga a un hombre discreto y bueno. Y si después de que un Hombre ha aprendido un Comercio, desea adquirir otro, eso también está permitido, y se maneja de la misma manera que el primero. Cuando ha aprendido ambos, sigue lo que más le gusta, a menos que el Público tenga más ocasión para el otro.

    El jefe, y casi el único Negocio de los Sifograntes, es cuidar que ningún Hombre pueda vivir ocioso, sino que cada uno siga su oficio diligentemente: sin embargo, no se desgastan con Trabajo perpetuo, de Mañana a Noche, como si fueran Bestias de Carga; que como en efecto es una pesada esclavitud, por lo que es el curso común de Vida de todos los comerciantes en todas partes, excepto entre los utópicos: Pero dividiendo el Día y la Noche en veinticuatro horas, nombran seis de estos para el Trabajo, tres de ellos son antes de la Cena; y después de eso cenan, e interrumpen su Trabajo por dos horas, y luego vuelven a trabajar para otras tres horas; y después de eso cenan, y a las ocho un Reloj, contando desde el mediodía, se acuestan y duermen ocho horas: y para sus otras horas, además de las de Trabajo, y las que van a comer y dormir, se dejan a discreción de cada Hombre; sin embargo, no están para abusar de ese Intervalo al Lujo y La ociosidad, pero debe implocarla en algún Ejercicio adecuado de acuerdo a sus diversas Inclinaciones, que es en su mayor parte Lectura. Es ordinario tener Conferencias Publick todas las Mañanas antes del descanso del día; a las que ninguna está obligada a ir, sino las que están marcadas por Literatura; sin embargo, muchos, tanto Hombres como Mujeres de todos los Rangos, van a escuchar Conferencias de un tipo u otro, según la variedad de sus Inclinaciones. Pero si otros, que no están hechos para la Contemplación, más bien chuse implocarse en ese momento en su Comercio, como muchos de ellos lo hacen, no se ven obstaculizados, sino que son elogiados más bien, como Hombres que se encargan de servir a su País. Después de la Cena, pasan una hora en algún Desviación: En Verano está en sus Jardines, y en Invierno es en los Salones donde comen; y tú se entretienen en ellos, ya sea con Musick o Discourse. No tanto como saben Dice, o como juegos tontos y traviesos: Tienen dos tipos de Juegos no muy diferentes a los nuestros. [2 páginas faltantes].. oficios rentables; y si todo ese número que languidece su Vida en la pereza y la ociosidad, de los cuales cada uno consume tanto como dos cualesquiera de los Hombres que son en el trabajo hacer, se vieron obligados a trabajar, se puede imaginar fácilmente que una pequeña proporción de tiempo serviría para hacer todo lo que es necesario, rentable, o agradable a la Humanidad, siendo el placer aún mantenido dentro de sus límites debidos: Que aparece muy claramente en la utopía, porque ahí, en una gran ciudad, y en todos los Territorio que se encuentra a su alrededor, se puede encontrar escasos quinientos, ya sea Hombres o Mujeres, que por su Edad y Fuerza, sean capaces del Trabajo, que no se dediquen a ello; incluso los propios Sifograntes, aunque la Ley los exime, pero no se disculpen, que así por sus Ejemplos puedan excitar a la industria de el resto del Pueblo; se permite la exención similar a aquellos, que siendo recomendados al Pueblo por los Sacerdotes, son por los sufragios secretos de los Sifograntes, privilegiados del Trabajo, para que se apliquen totalmente al estudio; y si alguno de estos se queda a la altura de esas Esperanzas que parecía dar en primero, está obligado a ir a trabajar. Y a veces un Mechanick, que lo hace implogar sus horas de arrendamiento, que hace un avance considerable en el Aprendizaje, se le facilita de ser un Comerciante, y se ubica entre sus Hombres Aprendidos. De estos chocan a sus embajadores, a sus sacerdotes, a sus Tranibadores y al propio Príncipe; a quien antiguamente se llamaba sus barzenes, pero últimamente se le llama su Ademus. Y así de los grandes números entre ellos, que no se sufren por estar ociosos, ni para ser imploidos en ningún Trabajo infructuoso; se puede fácilmente hacer la estimación, cuánto bien se puede hacer el Trabajo en esas pocas horas en las que están obligados a trabajar. Pero además de todo lo que ya se ha dicho, hay que considerar esto, que esas artes necesarias que están entre ellas, se manejan con menos mano de obra que en cualquier otro lugar. El edificio, o la reparación de Casas entre nosotros, emplea muchas manos, porque muchas veces un Heredero sin ahorro sufre una Casa que su Padre construyó, para caer en decadencia, de manera que su Sucesor debe, a un gran costo, reparar lo que pudo haber mantenido al día con una pequeña carga: y muchas veces se cae, que la misma Casa que uno construido a un costo vasto, es descuidado por otro, que piensa que tiene un sentido más delicado de tales cosas; y sufriéndolo para caer a la ruina, construye otro a ninguna carga menor. Pero entre los utópicos, todas las cosas están tan reguladas, que los Hombres rara vez construyen sobre cualquier nuevo pedazo de Tierra; y no solo son muy rápidos en reparar sus Casas, sino que muestran su previsión para evitar su descomposición: Para que sus Edificios se conserven muy largos, con muy poco trabajo: Y así el Los artesanos a los que pertenece ese cuidado, a menudo se encuentran sin imploimento alguno, salvo que sea el tallado de Madera, y la cuadratura de Piedras, que así los Materiales pueden estar listos para levantar un Edificio muy repentinamente, cuando hay alguna ocasión para ello. En cuanto a sus ropas, observen lo poco que les va a trabajar: Mientras están en el trabajo de parto, son revestidos de Cuero y Pieles, echados con cuidado sobre ellos, que durará siete Años; y cuando aparecen en publick, se ponen una Prenda superior, que oculta la otra: y estas son todas de un color, y eso es el color natural de la Lana: y como necesitan menos Paño de Lana que se usa en cualquier otro lugar, por lo que lo que sí necesitan, es mucho menos costoso. Utilizan más la Tela de Lino; pero eso se prepara con menos trabajo, y valoran la Tela solo por la blancura del Lino, o la limpieza de la Lana, sin tener en cuenta la finura del Hilo; y mientras que en otros lugares, cuatro o cinco Prendas superiores de Tela de Lana, y de diferentes Colores, y como muchos Chalecos de Seda escasamente servirán a un Hombre; y los que son más agradables, piensen diez muy pocos; cada Hombre allí está contento con uno que muy a menudo le sirve dos Años. Tampoco hay nada que pueda tentar a un Hombre a desear más; porque si los tuviera, no sería ni el más cálido, ni haría una jota la mejor apariencia para ello. Y así como todos están imploidos en algún Trabajo útil; y como se contentan con menos cosas, se cae que hay una gran abundancia de todas las cosas entre ellas: Así que a menudo, por falta de otra Obra, si hay alguna necesidad de remendar sus Altas Vías en cualquier momento, verás maravillosas número de personas sacadas a trabajar en ellas; y cuando no hay ocasión de ninguna obra pública, las horas de trabajo son disminuidas por la Proclamación pública; porque los Magistrados no dedican al pueblo a ningún trabajo innecesario, ya que por su constitución apuntan principalmente a esto, que salvo en lo que respecta al publick la necesidad lo requiere, todas las personas pueden tener tanto tiempo libre para sí mismas como sea necesario para el mejoramiento de sus mentes, pues en esto piensan que consiste la felicidad de la Vida.

    De su Traffick

    Pero ahora es el momento de explicarte las relaciones mutuas de este Pueblo, su Comercio, y las Reglas por las que todas las cosas se distribuyen entre ellos. Como sus Ciudades están compuestas por Familias, por lo que sus Familias están conformadas por aquellas que están casi relacionadas entre sí. Sus Mujeres, cuando crecen, se casan; pero todos los Varones, tanto Hijos como Nietos, viven todavía en la misma Casa, en gran obediencia a su Padre común, a menos que Edad haya debilitado su Comprensión; y en ese caso el que está a su lado en Edad, entra en su habitación. Pero para que ninguna Ciudad se convierta fuera de medida grande, o caer bajo un despoblamiento por algún accidente, se prevé que ninguna de sus Ciudades pueda tener en ella más de seis mil Familias, además de las del País que la rodea; y que ninguna Familia pueda tener menos de diez, y más de dieciséis Personas en ella; pero no puede haber un número determinado para los Hijos menores de Edad: Y esta Regla se observa fácilmente, al retirar algunos de los Hijos de una Pareja más fructífera, a cualquier otra Familia que no abunda tanto en ellos. Por la misma Regla, abastecen Ciudades que no se arrugan tan rápido, por otras que se reproducen más rápido: Y si hay algún pliegue sobre toda la Isla, entonces sacan a varios de sus Ciudadanos de los varios Pueblos, y los envían al Continente Vecino; donde, si encuentran que los Habitantes tienen más Suelo del que bien pueden cultivar, arreglan una Colonia, llevando a los Habitantes a su Sociedad, si van a convivir con ellos; y donde lo hacen por su propia voluntad, rápidamente entran en su método de Vida, y a sus Reglas, y esto demuestra una felicidad para ambas Naciones: porque según su constitución, tanto cuidado se toma del Suelo, que se vuelve fructífero enogh para ambos, aunque de otra manera podría ser demasiado estrecho y estéril para cualquiera de ellos.

    Pero si los Nativos se niegan a conformarse a sus Leyes, los expulsan de esos límites que marcan por sí mismos, y usan la fuerza si se resisten. Para ellos lo cuentan una causa muy justa de Guerra, si alguna Nación impedirá que otros vengan y posean una parte de su Suelo, del que no hacen uso, sino que dejen que quede ociosa e inculta; ya que todo Hombre tiene por la Ley de la Naturaleza un derecho a tal desperdicio Porción de la Tierra, como es necesario para su subsistencia. Si algún Accidente ha disminuido así el número de los Habitantes de alguno de sus Pueblos, que no se puede conformar de los otros Pueblos de la Isla, sin disminuirlos demasiado, lo que se dice que se ha caído pero dos veces, ya que primero fueron un Pueblo, por dos Plagas que estaban entre ellas; entonces el número es llenaron, al recordar a tantos de sus Colonias, pues abandonarán sus Colonias, en lugar de sufrir que alguno de sus Pueblos se hunda demasiado bajo.

    Pero para volver a la manera de convivir; lo gobierna el Más Antiguo de toda Familia, como se ha dicho. Las esposas sirven a sus maridos, y los hijos a sus padres, y siempre el Joven sirve al Viejo. Cada Ciudad está dividida en cuatro Partes iguales, y en medio de cada parte hay un Mercado-lugar: lo que se lleva allá fabricado por las diversas Familias, es llevado de allí a Casas designadas para tal fin, en las que todas las cosas de una especie son puestas por sí mismas; y todo Padre de Familia va allá, y toma todo lo que él o su Familia estén necesitados, sin pagar por ello, ni poner en ninguna cosa en peón o cambio por ello. No hay razón para negarle nada a ninguna Persona, ya que hay tal abundancia de cada cosa entre ellas: y no hay peligro de que ningún Hombre pida más de lo que necesita; ¿por qué debería hacer que alguno haga eso, ya que todos están seguros de que siempre serán abastecidos? Es el miedo a la falta lo que convierte a cualquiera de toda la Raza de los Animales, ya sea codicioso o voraz; pero además del Miedo, hay en el Hombre un inmenso Orgullo, eso le hace imaginarlo una Gloria particular para él sobresalir a otros en Pompa y Exceso. Pero por las Leyes de los Utopos, no hay cabida para estas cosas entre ellas. Cerca de estos Mercados también hay otros para todo tipo de Victuales, donde no solo hay Hierbas, Frutas y Pan, sino también Pescado, Aves, y Cattel. También hay sin sus Pueblos, lugares designados cerca de alguna Agua corriente, por matar a sus Bestias, y por lavar su inmundicia; lo que hacen sus Esclavos, porque no sufren a ninguno de sus Ciudadanos para matar a su Cattel, porque piensan, que Piedad y buena Naturaleza, que están entre los mejores de esos Afectos que nacen con nosotros, se ven muy perjudicados por la carnicería de Animales: Tampoco sufren nada que sea asqueroso o impuro para ser traídos dentro de sus Pueblos, para que el Aire no se infecte por malos olores que puedan perjudicar su Salud. En cada Calle hay grandes Salones que se encuentran a igual distancia entre sí, los cuales están marcados por Nombres particulares. Los sifograntes habitan en estos, que se establecen sobre treinta Familias, quince tendidas a un lado de ella, y tantas en el otro. En estos sí todos se encuentran y comen. Los mayordomos de cada uno de ellos acuden al Mercadillo a una hora señalada; y según el número de los que pertenecen a su Salón, llevan a casa Provisiones. Pero cuidan más a sus Enfermos, que a cualquier otro, que son atendidos y alojados en Hospitales públicos: Tienen pertenecientes a cada Pueblo cuatro Hospitales, que se construyen sin sus Murallas, y son tan grandes, que pueden pasar por pequeños Pueblos: Por este medio, si alguna vez tuvieron tal número de enfermos Personas , podrían alojarlos convenientemente, y a tal distancia, que los que están enfermos de Enfermedades infecciosas, puedan mantenerse tan alejados del resto, que no pueda haber peligro de Contagio. Los Hospitales están tan amueblados y almacenados con todas las cosas que son convenientes para la facilidad y recuperación de sus Enfermos; y los que se ponen en ellos, son atendidos todos con una atención tan tierna y vigilante, y son tratados tan constantemente por sus hábiles Médicos; que como ninguno se les envía en contra de su voluntad , por lo que falta uno en todo un Pueblo, que si se enfermara, no chuse más bien ir allá, que mentir enfermo en su casa.

    Después de que el Mayordomo de los Hospitales haya tomado por ellos lo que el Médico prescriba en el Mercado, entonces las mejores cosas que quedan, se distribuyen equitativamente entre los Salones, en proporción a sus números, solo, en primer lugar, atienden al Príncipe, al Sacerdote principal, a los Tranibor y Embajadores, y Extraños, (si los hay, que efectivamente se cae pero rara vez, y para quienes hay Casas bien amuebladas, particularmente designadas cuando vienen entre ellas). A las horas de Cena y Cena, toda la Sifograntía siendo convocada por sonido de Trompeta, se reúne y come juntos, excepto solo como los que están en los Hospitales, o se encuentran enfermos en casa. Sin embargo, después de que se sirvan los Salones, ningún Hombre se ve obstaculizado a llevar provisiones a casa del Mercado; porque saben que ninguno hace eso sino por alguna buena razón para que cualquiera que pueda comer en casa, sin embargo ninguno lo hace de buena gana, ya que es a la vez algo indecente y tonto, para que cualquiera se dé la molestia de preparar una cena enferma en casa, cuando hay una mucho más abundante preparada para él tan cerca de la mano. Todos los Servicios incómodos y sórdidos sobre estos Salones, son realizados por sus Esclavos; pero el aderezo y cocción de su Carne, y el ordenar sus Mesas, pertenece únicamente a las Mujeres; que da vueltas por turnos a todas las Mujeres de toda Familia. Se sientan en tres o más Mesas, según sus números; los Hombres se sientan hacia el Muro, y las Mujeres se sientan al otro lado, que si alguna de ellas cae repentinamente enferma, lo cual es ordinario para Mujeres con Niño, ella podrá, sin molestar al resto, levantarse e ir al Salón de Enfermeras, quienes están ahí con el Niños lactantes; donde siempre hay Fuego, y Agua limpia a la mano, y algunas Cunas en las que puedan poner a los niños pequeños, si hay ocasión para ello, y que puedan cambiar y vestirlos ante el Fuego. Todo Niño es amamantado por su propia Madre, si la Muerte o la Enfermedad no interviene; y en ese caso las Esposas Sifograntes descubren rápidamente a una Enfermera, lo cual no es difícil de hacer; para cualquiera que pueda hacerlo, se ofrece con alegría: porque como están muy inclinadas a ese pedazo de Misericordia, así el Niño que ellos enfermera, considera a la Enfermera como su Madre. Todos los Niños menores de cinco Años, se sientan entre las Enfermeras, el resto del tipo más joven de ambos Sexos, hasta que estén aptos para el Matrimonio, o bien sirven a los que se sientan en la Mesa; o si no son lo suficientemente fuertes para eso, están a su lado en gran silencio, y comen lo que se les da, por los que se sientan en Mesa; ni tienen ninguna otra formalidad de comedor. En medio de la primera Mesa, que se encuentra en el extremo superior del Salón, a— [faltan 2 páginas].. trey, donde viven a mayor distancia, cada uno come en casa, y ninguna Familia quiere algún tipo de Provisión necesario, pues es de ellos que se envían provisiones a los que habitan en los Pueblos.

    Del viaje de los utópicos

    Si alguno de ellos tiene la mente de visitar a sus Amigos que viven en algún otro Pueblo, o desea viajar y ver el resto del País, obtiene salir muy fácilmente del Sifogrant y Tranibor para hacerlo, cuando no hay ocasión particular para él en su casa: como viajar, llevar consigo un Pasaporte del Prince, que tanto certifica la Licencia que se otorga para travvelling, como limita el Tiempo de su regreso. Están amuebladas con una carreta y una esclava, que conduce a los bueyes, y los cuida: pero a menos que haya Mujeres en la Compañía, el Carro es enviado de vuelta al final del Viaje como un problema innecesario: Mientras están en el Camino, no llevan provisiones con ellas; sin embargo, no quieren nada, pero están en todos los sentidos tratados como si estuvieran en su casa. Si permanecen en algún lugar más tiempo que una Noche, cada uno sigue su propia Ocupación, y es muy bien utilizado por los de su propio Comercio: pero si algún Hombre sale de la Ciudad a la que pertenece, sin permiso, y es encontrado circulando sin Pasaporte, es manejado aproximadamente, y es castigado como Fugitivo, y enviado a casa deshonradamente; y si vuelve a caer en la falla similar, está condenado a la esclavitud. Si algún Hombre tiene la intención de viajar sólo por el Recinto de su propia Ciudad, puede hacerlo libremente, obteniendo el Permiso de su Padre, y el Consentimiento de sus Esposas; pero cuando entra en alguna de las Casas de Condados, deberá trabajar con ellas de acuerdo con sus Reglas, si espera ser entretenido por ellas: y si hace esto, podrá transitar libremente por todo el Recinto, siendo así tan útil para la Ciudad a la que pertenece, como si todavía estuviera dentro de ella. Así se ve que entre ellas no hay Personas ociosas, ni pretextos de excusar a ninguna del Trabajo. No hay Tabernas, ni Alehouses, ni Guisos entre ellos; ni ninguna otra ocasión de corromperse, o de meterse en Esquinas, o de formarse en Partes: Todos los Hombres viven a la vista, de manera que todos están obligados, tanto a realizar su Tarea ordinaria, como a emplearse bien en sus horas libres. Y es cierto, que un Pueblo así ordenado, debe vivir en gran abundancia de todas las cosas; y estas siendo distribuidas equitativamente entre ellas, ningún Hombre puede querer nada, ni ser puesto a mendigar.

    En su gran Consejo de Amaurot, al que hay tres enviados desde cada Pueblo una vez al Año, examinan qué Pueblos abundan en Provisiones, y qué hay bajo alguna Escasez, para que el uno pueda ser amueblado del otro; y esto se hace libremente, sin ningún tipo de intercambio; porque según su Plenty o Escasez, abastecen, o se abastecen unos de otros; de manera que efectivamente toda la Isla es, por así decirlo, una Familia. Cuando así han cuidado de todo su País, y han puesto tiendas por dos Años, lo que hacen en caso de que llegue un Año enfermo, entonces ordenan una Exportación del Overplus, ambos de Maíz, Miel, Lana, Lino, Madera, Escarlata y Morado; Cera, Sebo, Cuero, y Cattel, que envían comúnmente en grandes cantidades a otros países. Ordenan que una séptima parte de todos estos Bienes sea entregada libremente a los Pobres de los Países a los que los envían, y venden el resto a Tarifas moderadas. Y por este intercambio, no sólo traen de vuelta esas pocas cosas que necesitan en casa, porque de hecho escasean necesitan otra cosa que no sea Hierro, sino también una gran cantidad de Oro y Plata; y al impulsar tanto tiempo este oficio, no es para imaginarse cuán vasto Tesoro tienen entre ellos: para que ahora lo hagan no le importa mucho si venden su Merchandize por Mony en la mano, o en confianza. Gran parte de su Tesoro está ahora en Bonos; pero en todos sus Contratos ningún Hombre privado se encuentra atado, sino que la Escritura corre en Nombre del Pueblo; y los Pueblos que les deben Mony, levantarlo de esas manos privadas que se lo deben, y lo ponen en su Cámara pública, o gocen del beneficio de ello hasta el Los utópicos lo piden; y más bien se quejan de dejar que la mayor parte de ella esté en sus manos, que aprovechan con ella, entonces para llamarla ellos mismos: pero si ven que alguno de sus otros Vecinos lo necesita más, entonces lo levantan y se lo prestan; o lo usan ellos mismos, si están comprometidos en una Guerra, que es la única ocasión que pueden tener por todo ese Tesoro que han guardado; que así ya sea en grandes Extremidades, o Accidentes repentinos, puedan servirse por ello; cheifly por contratar Souldiers Extranjeros, a quienes más voluntariamente exponen al peligro que los suyos propios Gente: Les dan gran paga, sabiendo bien que esto funcionará incluso en sus Enemigos, y los involucrará ya sea para traicionar su propio lado, o al menos para abandonarlo, o los pondrá en Facciones mutuas entre ellos: para ello tienen un Tesoro increíble; pero no lo guardan como Tesoro, sino de tal manera como yo soy casi temido de contarlo, para que no lo pienses tan extravagante, que apenas te lo puedes creer; lo cual tengo más razones para aprehender de los demás, porque si no lo hubiera visto yo mismo, no podría haber sido fácilmente perswaded para haberla creído sobre cualquier Informe de Hombre.

    Es cierto, que todas las cosas nos parecen hasta ahora increíbles, ya que difieren de nuestras propias Costumbres: pero uno que pueda juzgar bien, no se va a extrañar encontrar, que como sus otras Constituciones difieren tanto de las nuestras, su valor de Oro y Plata debe medirse, no por nuestra Norma, sino por una que es muy diferente a ella; pues como no tienen uso de Mony entre ellos, sino que la guardan para un accidente; que aunque, como posiblemente pueda caerse, puede tener grandes intervalos; la valoran no más lejos de lo que merece, o puede ser útil para ellos. Para que sea sencillo, que deben preferir el Hierro ya sea al Oro o a la Plata: para los Hombres no se puede vivir más sin Hierro, que sin Fuego o Agua; pero la Naturaleza tiene markt out ningún uso para los otros Metales, con lo que no podemos prescindir muy bien. La locura del Hombre ha potenciado el valor del Oro y la Plata, por su escasez: mientras que por el contrario razonan, que la Naturaleza, como Padre indulgente, nos ha dado todas las mejores cosas muy libremente, y en gran abundancia, como son el Agua y la Tierra, pero ha guardado y ocultado de nosotros las cosas que son vano e inútil. Si esos Metales estuvieran depositados en alguna Torre entre ellos, daría celos al Príncipe y al Senado, según esa desconfianza tonta en la que es propensa a caer la Chusma, como si pretendieran engañar al Pueblo, y hacerse ventajas para sí mismos por ello; o si lo trabajaran en Buques, o cualquier tipo de Plate, temen que el Pueblo le encariñe demasiado, y así no estén dispuestos a dejar que la Placa sea atropellada, si una Guerra hizo necesario pagar con ella a sus Souldiers: Por lo tanto, para evitar todos estos inconvenientes, han caído sobre un recurso, que como concuerda con su otra Política, así es muy diferente a la nuestra, y escasamente ganará la creencia entre nosotros, que valoran tanto el Oro, y lo depositan tan cuidadosamente: porque mientras comen y beben de los Vasos de la Tierra, o de Vidrio, que aunque se ven muy bonitos, pero son de materiales muy ligeros; hacen sus Chamberpots y Taburetes Cerrados de Oro y Plata; y que no sólo en sus salones públicos, sino en sus Casas privadas: De los mismos Mettales también hacen Cadenas y Grilletes para sus Esclavos; y como Insignia de la Infamia, cuelgan un Orey-ring de Oro a unos, y hacen que otros usen una Cadena o una Coroneta de Oro; y así cuidan, por todo tipo de formas, que El Oro y la Plata no pueden ser de ninguna estima entre ellos; Y de ahí es, que mientras otras naciones se separan con su Oro y su Plata, tan involuntariamente como si se arrancara sus entrañas, las de Utopía mirarían en su entrega en todo su Oro o Plata, cuando le sirviera de algo, pero como la separación con un Trifle, o como estimaríamos la pérdida de un Penny. Encuentran Perlas en su Costa; y Diamantes, y Carbuncles en sus Rocas: no las cuidan, pero si las encuentran por casualidad, las pulen, y con ellas adornan a sus Hijos, que están encantados con ellos, y se glorian en ellos durante su Infancia; pero cuando crecen a Años, y ven eso ninguno sino que los Niños usan tales Chucherías, ellos por su propia voluntad, sin ser pujados por sus Padres, los dejan a un lado; y estarían tan avergonzados de usarlos después, como Niños entre nosotros, cuando llegan a Años, son de sus Nueces, Marionetas, y otros Toies.

    Nunca vi una Instancia más clara de las diferentes impresiones que diferentes Aduanas hacen sobre la Gente, de lo que observé en los Embajadores de los Anemolianos que llegaron a Amaurot cuando yo estaba ahí: y porque vinieron a tratar de Asuntos de gran Consecuencia, los Diputados de los varios Pueblos se habían reunido para esperar su viniendo. Los Embajadores de las Naciones que yacen cerca de la Utopía, conociendo sus Costumbres, y que los Paños finos no tienen ninguna estima entre ellos; que la Seda es despreciada, y el Oro es un Badg de Infamia, solían venir muy modestamente vestidos; pero los Anemolianos que yacían más alejados, y así tenían poco comercio con ellos, cuando ellos entendieron que estaban bien vestidos, y todos de la misma manera, dieron por sentado que no tenían ninguna de esas cosas finas entre ellas de las que no hacían uso; y siendo un pueblo vano glorioso, más que un Pueblo sabio, resolvieron salir con tanta pompa, que se parecieran Dioses, y así golpean los Ojos de los pobres utópicos con su esplendor. Así tres Embajadores hicieron su entrada con un centenar de Asistentes, todos vestidos con Prendas de diferentes colores, y la mayor parte de Seda; los propios Embajadores, que eran de la Nobleza de su País, estaban en Tela de Oro, y adornados con Masisas Cadenas, Aretes y Anillos de Oro: Sus Las gorras se cubrieron con brazaletes engastados llenos de Perlas y otras Gemas: En una palabra, se establecieron con todas esas cosas, que entre los utópicos estaban o bien las Insignias de la Esclavitud, las Marcas de la Infamia, o Ratteles Infantiles. No fue desagradable ver por un lado cómo se veían grandes, cuando compararon sus ricos Hábitos con los paños llanos de los utopos, que salieron en grandes números para verlos hacer su Entrada: Y del otro lado, para observar lo mucho que se equivocaron en la Impresión que esperaban esta Pompa habrían hecho sobre ellos: Parecía tan ridículo un destello a todos los que nunca se habían agitado de su País, y así no habían visto las Aduanas de otras Naciones; que aunque le pagaban cierta reverencia a los que estaban los vestidos más mezquinos, como si hubieran sido los Embajadores, sin embargo, cuando vieron a los Embajadores ellos mismos, tan llenos de Cadenas de Oro, los miraban como Esclavos, no les hacían ninguna reverencia en absoluto. Podrías haber visto a sus Hijos, que crecieron hasta esa grandeza, que habían tirado sus Joyas, llamar a sus Madres, y empujarlos suavemente, y gritar: Mira a ese gran tonto que lleva Perlas y Gemas, como si todavía fuera un Niño. Y sus Madres les contestaron con buena seriedad: Mantengan la Paz, este es, creo, uno de los Tontos del Embajador. Otros censuraron la moda de sus Cadenas, y observaron que no servían de nada, pues eran demasiado leves para atar a sus Esclavos, quienes fácilmente podían romperlos; y los vieron colgados tan sueltos sobre ellos, que calculaban que fácilmente podían tirarlos, y así obtener de ellos. Pero después de que los Embajadores hubieran estado un día entre ellos, y vieron una cantidad tan vasta de Oro en sus Casas, que era tan despreciada por ellos, como se estimaba en otras Naciones, y que había más Oro y Plata en las Cadenas y Grilletes de un Esclavo, de lo que todos sus Adornos ascendían, sus Plumas cayeron , y se avergonzaban de toda esa Gloria por la que antes se habían valorado a sí mismos, y así la dejaron a un lado: a lo que estaban más decididos, cuando al dedicarse a algún Discurso libre con los utópicos, descubrieron su sentido de tales cosas, y sus otras Costumbres. Los utópicos se preguntan cómo debería llevarse tanto a cualquier Hombre con el deslumbrante lustre dudoso de una Joya o Piedra, que pueda admirar a una Estrella, o al Sol mismo; o cómo cualquiera debería valorarse a sí mismo, porque su Tela está hecha de un Hilo más fino: por lo fino que sea que sea ese Hilo, alguna vez no fue mejor que el Vellón de una Oveja, y esa Oveja era una Oveja todavía por todo su uso. Se preguntan mucho escuchar, ese Oro que él mismo es una cosa tan inútil, debería ser en todas partes tan estimado, que incluso a los Hombres para los que fue hecho, y por quien tiene su valor, aún se debe pensar en menos valor que lo que es: Para que un Hombre de Plomo, que no tiene más sentido que un Registro de Madera, y es tan malo como él tonto, debería tener muchos hombres sabios y buenos sirviéndole, solo porque tiene un gran montón de ese Metal; y si así sucediera, que por algún Accidente, o Truco de Ley, (que a veces produce tan grandes Cambios como la Oportunidad) toda esta Riqueza debería pasar del Maestro al Varlet más malo de su toda la Familia, él mismo muy pronto se convertiría en uno de sus Siervos, como si fuera una cosa que perteneciera a su Riqueza, y así estaban obligados a seguir su Fortuna. Pero ellos admiran mucho más y detestan su locura, que cuando ven a un hombre rico, aunque no le deben nada, ni son de ningún tipo odiosos con él, pero menos porque es rico, le dan poco menos que Honores Divinos; aunque sepan que es tan codicioso y de mente base, eso no obstante toda su Riqueza, no se separará de una Farthing de ella a ellos mientras viva. Estas y tales como Nociones tiene que La gente emborrachó, en parte de su Educación, siendo criada en un País, cuyas Costumbres y Constituciones son muy opuestas a todas esas Máximas tontas: y en parte de sus Aprendizajes y Estudios; porque aunque no hay más que pocos en cualquier Pueblo que se excusan del Trabajo, para que puedan se entregan íntegramente a sus Estudios, siendo éstos sólo tales Personas como descubren desde su Infancia una extraordinaria capacidad y disposición para las Letras, sin embargo a sus Hijos, y a gran parte de la Nación, tanto Hombres como Mujeres, se les enseña a pasar esas horas en las que no están obligados a trabajar, en Lectura: y esto lo hacen toda su vida larga. Tienen todo su Aprendizaje en su propia Lengua; que es a la vez un Lenguaje copioso y agradable, y en el que un Hombre puede expresar plenamente su Mente: Corre sobre un gran Tracto de muchos Países, pero no es igual de puro en todos los lugares: Nunca habían oído hablar de los Nombres de ninguno de esos Filósofos que son tan famosos en estas partes del Mundo, antes de que entráramos entre ellos: y sin embargo ellos habían hecho los mismos Descubrimientos que los griegos habían hecho, tanto en Musick, Logick, Arithmetick y Geometría. Pero como son iguales a los filósofos antiguos casi en todas las cosas, así superan con creces a nuestros Logísticos Modernos, pues nunca han caído todavía sobre las bárbaras Nicidades que nuestros Jóvenes se ven obligados a aprender en esas insignificantes Escuelas Lógicas que están entre nosotros; y están tan lejos de ocuparse de Quimera, y Imágenes fantásticas hechas en la Mente, que ninguno de ellos pudo comprender lo que nos referíamos, cuando les platicamos de un Hombre en lo Abstracto, tan común a todos los Hombres en particular, (de manera que aunque hablamos de él como una cosa que podríamos señalar con nuestros Dedos, sin embargo ninguno de ellos podía percibirlo) y sin embargo distinto de cada uno, como si fuera algún monstruoso Coloso o Gigante. Sin embargo, por toda esta ignorancia de estas Nociones vacías, conocían a la Astronomía, y todos los Movimientos de los Orbes exactamente; y tienen muchos Instrumentos, bien ideados y divididos, por los cuales sí calculan con mucha precisión el Curso y las Posiciones del Sol, la Luna y las Estrellas. Pero para el Truco, de adivinar por las Estrellas, y por sus Oposiciones o Conjunciones, no se ha metido tanto como en sus Pensamientos. Ellos.. [faltan 2 páginas].. esta cautela, que un Placer menor podría no interponerse en el camino de un mayor, y que ningún placer debe perseguirse, eso debe dibujar mucho dolor después de ello: porque piensan que es lo más loco del Mundo perseguir a Vertue, eso es algo agrio y difícil; y no sólo para renunciar a los placeres de la Vida, pero voluntariamente a sufrir mucho dolor y problemas, si un Hombre no tiene perspectiva de una Recompensa. Y ¿qué Recompensa puede haber, por uno que ha pasado toda su Vida, no sólo sin placer, sino con dolor, si no hay nada que esperar después de la muerte? Sin embargo, no colocan a la Felicidad en todo tipo de Placeres, sino solo en aquellos que en sí mismos son buenos y honestos: porque mientras entre ellos hay una Fiesta que coloca a la Felicidad en Vertue desnuda, otros piensan que nuestras Naturalezas son conducidas por Vertue a la Felicidad, como aquello que es el principal Bien del Hombre. Definen así Vertue, que es un vivir según la Naturaleza; y piensan que somos hechos por Dios para ese fin: Creen que un Hombre luego sigue los Dictados de la Naturaleza, cuando persigue o evita las cosas según la dirección de la Razón: dicen, que el primer dictado de la Razón es, el encendido en nosotros un amor y reverencia por la Divina Majestad, a quien debemos tanto todo lo que tenemos, como todo lo que siempre podemos esperar. En el siguiente lugar, la Razón nos dirige, a mantener nuestras Mentes tan libres de Pasión, y tan alegres como podamos; y que debemos considerarnos a nosotros mismos como atados por los lazos de la buena Naturaleza y Humanidad, para usar nuestros mayores esfuerzos para ayudar a avanzar la Felicidad de todas las demás Personas; porque nunca hubo un Hombre que fuera tal un perseguidor malhumorado y severo de Vertue, y tal Enemigo al Placer, que aunque fijó duras Reglas a los Hombres para que sufrieran, mucho dolor, muchas vigilias, y otros rigores, sin embargo, no les aconsejaba al mismo tiempo que hicieran todo lo posible para que las personas aliviaran y aliviaran tales como eran miserables; y no representaban como una marca de un temperamento loable, que era gentil y bondadoso: Y de ahí inferyen, que si un Hombre debía avanzar en el bienestar y la comodidad del resto de la Humanidad, no habiendo Vertue más propio y peculiar de nuestra Naturaleza, que aliviar las miserias de los demás, liberarlos de problemas & ansiedad, en dotarlos de las comodidades de la vida, que consisten en el Placer; la naturaleza hace mucho más vigorosamente lo lleva a hacer todo esto por sí mismo. Una Vida de Placer, o bien es un verdadero Mal; y en ese caso no sólo debemos, no ayudar a otros en su búsqueda de ella, sino por el contrario, para alejarlos de todo lo que podamos, como de lo que es hiriente y mortal para ellos; o si es algo bueno, para que no sólo podamos, sino que debemos ayudar a otros a ella, por qué entonces, ¿no debería un Hombre comenzar por sí mismo? ya que ningún hombre puede estar más obligado a cuidar el bien del otro, que al suyo propio: porque la naturaleza no puede dirigirnos a ser buenos y amables con los demás, y sin embargo a la vez a ser despiadados y crueles con nosotros mismos. Así como definen a Vertue como un ser vivo según la Naturaleza, así consideran que la Naturaleza pone a todas las Personas en buscar el Placer, como el fin de todo lo que hacen. También observan, que para apoyar a los Placeres de la Vida, la Naturaleza nos inclina a entrar en la Sociedad; porque no hay un Hombre tan elevado por encima del resto de la humanidad, que debería ser el único Favorito de la Naturaleza, que por el contrario parece haber nivelado a todos aquellos juntos que pertenecen a la misma Especie. Sobre esto inferyen, que ningún hombre debe buscar sus propias Conveniencias con tanto entusiasmo, que con ello debería perjudicar a los demás; y por lo tanto piensan, que no sólo deben observarse todos los Acuerdos entre particulares; sino también, que todas esas Leyes deben ser guardadas, que o bien un buen Príncipe tiene publicado en debida forma, o al que un Pueblo, que no está oprimido por la tiranía, ni eludido por el Fraude, haya consentido, para distribuir aquellas Conveniencias de la Vida que nos brindan todos nuestros Placeres. Piensan que es una evidencia de la verdadera Sabiduría, que un Hombre persiga sus propias Ventajas, en la medida en que las Leyes lo permitan. Lo cuentan Piedad, preferir el Bien Público a las Preocupaciones Privadas; pero piensan que es injusto, que un Hombre busque su propio Placer, arrebatándole los Placeres de otro Hombre. Y por el contrario, piensan que es un signo de un Alma gentil y buena, que un Hombre prescinda de su propia Ventaja para el bien de los demás; y que al hacerlo, un buen Hombre encuentra tanto placer de una manera, como parte de otra; porque como puede esperar similares de otros cuando puede llegar a necesitarlo, así que si eso le debe fallar, sin embargo el Sentido de una buena Acción, y las Reflexiones que uno hace sobre el Amor y Gratitud de aquellos a quienes tanto ha obligado, le da a la Mente más Placer, de lo que el Cuerpo podría haber encontrado en aquello de lo que se había reprimido: también son perswaded que Dios va a compensar la pérdida de aquellos pequeños Placeres, con una Alegría vasta e interminable, de la cual la Religión convence fácilmente a un buen Alma. Así, al indagar en toda la Materia, estiman que todas nuestras Acciones, e incluso todas nuestras Vertues terminan en Placer, como en nuestro principal Fin y mayor Felicidad; y llaman a todo Movimiento o Estado, ya sea de Cuerpo o Mente, en el que la Naturaleza nos enseña a deleitar, un Placer. Y así limitan con cautela el Placer, sólo a aquellos Appetitos a los que nos conduce la Naturaleza; pues ellos consideran que la Naturaleza nos lleva sólo a esas Delicias a las que la Razón así como el Sentido nos lleva, y por las cuales no lesionamos a ninguna otra Persona, ni dejamos ir mayores Placeres por ello; y que no dibujan problemas en nosotros después de ellos: pero miran esas Delicias que los Hombres, por un tonto aunque común Error, llaman Placer, como si pudieran cambiar la Naturaleza de las Cosas, así como el uso de las Palabras, como cosas que no solo no avanzan nuestra Felicidad, sino que la obstruyen mucho, porque lo hacen poseer completamente las Mentes de aquellos que alguna vez entran en ellos, con una falsa Noción de Placer, que no queda espacio para placeres más verdaderos y puros.

    Hay muchas cosas que en sí mismas no tienen nada que realmente deleite: Al contrario, tienen mucha amargura en ellas; y sin embargo, por nuestros perversos Appetitos tras Objetos prohibidos, no sólo se clasifican entre los Placeres, sino que se hacen incluso los más grandes Diseños de la Vida. Entre los que persiguen estos sofisticados Placeres, cuentan a los que mencioné antes, que se piensan realmente mejor por tener Ropa fina; en la que piensan que están doblemente equivocados, tanto en el Dictamen que tienen de su Ropa, como en el Dictamen que tienen de sí mismos; para si consideras el uso de Ropa, ¿por qué debería pensarse mejor un Hilo fino que uno de curso? Y sin embargo ese tipo de Hombres, como si tuvieran algunas Ventajas reales más allá de otras, y no se lo debían totalmente a sus Errores, se ven grandes, y parecen imaginarse a sí mismos como los más valiosos en ese sentido, e imaginan que se les debe un respeto por el bien de una Ropa rica, a la que no habrían fingido , si hubieran sido más mezquinos vestidos; y lo resentieron como una Affront, si no se les paga ese respeto. También es una gran locura ser tomado con estas Marcas de Respeto externas, que no significan nada: ¿Por qué verdadero o real Placer se puede encontrar en esto, que otro Hombre se quede desnudo, o le haga Piernas? ¿El doblez de los muslos de otro hombre le dará facilidad a los tuyos? ¿Y su Cabeza estará desnuda, curará la locura tuya? Y sin embargo, es maravilloso ver cómo esta falsa Noción de Placer hechiza a muchos, que se deleitan con la fantasía de su Nobleza, y se complacen con esta presunción, que descienden de Ancestros, que han sido retenidos por algunas Sucesiones ricas, y que han tenido grandes Posesiones; para esto es todo lo que hace a la nobleza en la actualidad; sin embargo, no se consideran pizca de lo menos noble, aunque sus Padres inmediatos no les han dejado nada de esta Riqueza; o aunque ellos mismos la han malgastado todo. Los utopos no tienen mejor Opinión de aquellos, que están muy tomados con Gemas y Piedras Preciosas, y que lo cuentan un grado de Felicidad, al lado de una Divina, si pueden adquirir una que sea muy extraordinaria; sobre todo si se trata de ese tipo de Piedras, eso es entonces en mayor pedido; para el mismo tipo es no en todo momento del mismo valor con todo tipo de Personas; ni los Hombres la comprarán, a menos que sea desmontada y sacada del Oro: Y entonces se hace al Joyero para dar buena Seguridad, y se requiere solemnemente jurar que la Piedra es verdadera, que por tan exacta Precaución, no se puede comprar una falsa en lugar de una true: Mientras que si lo examinaras, tu Ojo no podría encontrar diferencia entre lo que es falso, y lo que es cierto; para que todos sean uno para ti tanto como si estuvieras ciego: Y se puede pensar que ellos que amontonan una Masa inútil de Riqueza, no para ningún uso que sea traerlos, sino con cuidado para complacerse con la contemplación de la misma, ¿disfrutar de algún verdadero Placer en ella? El Deleite que encuentran, es solo una falsa sombra de Alegría: esos no son mejores, cuyo Error es algo distinto al primero, y que lo esconden, por su miedo a perderlo; por qué otro Nombre puede caber el esconderlo en la Tierra, o más bien el restaurarlo nuevamente, quedando así cortado de ser útil, ya sea a su Dueño, o al resto de la Humanidad? y sin embargo el Dueño habiéndolo ocultado cuidadosamente, se alegra, porque piensa que ahora está seguro de ello. Y en caso de que uno viniera a robarlo, el Dueño, aunque pudiera vivir quizás diez Años después de eso, todo eso mientras después del Robo, del que no sabía nada, no encontraría diferencia entre que lo tuviera, o que lo perdiera, para ambos sentidos le era igualmente inútil.

    Entre esos tontos perseguidores del Placer, cuentan todos aquellos que se deleitan en la Caza, o Birding, o Gaming: De cuya locura sólo han escuchado, porque no tienen tales cosas entre ellos: pero nos han preguntado; ¿Qué clase de Placer es el que los Hombres pueden encontrar en tirar los Dados? porque si hubiera algún placer en ello, piensan que hacerlo tan a menudo debería darle a uno un exceso de ello: ¿Y qué placer se puede encontrar al escuchar los ladridos y aullidos de Perros, que parecen bastante odiosos que agradables sonidos? Tampoco pueden comprender el placer de ver a Perros correr tras una Liebre, más que de ver a un Perro correr tras otro; porque tienes el mismo entretenimiento al Ojo en ambas Ocasiones; si el verlas correr es lo que da el placer, ya que eso es lo mismo en ambos casos: pero si el Placer radica en Al ver a la Liebre asesinada y desgarrada por los Perros, esto debería más bien despertar lástima, cuando una Liebre débil, inofensiva y temerosa, es devorada por un Perro fuerte, feroz y cruel. Por lo tanto todo este negocio de la caza, está entre los utópicos entregados a sus Carniceros; y esos son todos Esclavos, como antes se decía: y miran a la Caza, como una de las partes más bajas de una obra de Carnicero: porque lo dan cuenta tanto más rentable, como más decente matar a esas Bestias que son más necesario y útil para la Humanidad; mientras que la matanza y el desgarro de un Animal tan pequeño y miserable, que un Cazador se propone a sí mismo, sólo puede atraerlo con la falsa muestra de Placer; porque es de poca utilidad para él: miran el deseo del derramamiento de sangre, incluso de las Bestias, como marca de una Mente que es ya corrompido con crueldad, o que al menos por los frecuentes retornos de un placer tan brutal, degenere en él.

    Así, aunque la Chusma de la Humanidad mira estas, y todas las demás cosas de este tipo, que de hecho son innumerables, como Placeres; los utopos por el contrario observando, que no hay nada en su naturaleza que sea verdaderamente agradable, concluyen que no deben ser contados entre Placeres: porque estos las cosas pueden crear algunas cosquillas en los Sentidos, (lo que parece ser una verdadera Noción de Placer) sin embargo, consideran que esto no surge de lo que él mismo, sino de una costumbre depravada, que puede viciar tanto el gusto de un Hombre, que las cosas amargas pueden pasar por dulce; como las Mujeres con Niño piensan el sabor de tono o sebo más dulce que Hory; pero como Sentido del Hombre cuando está corrompido, ya sea por una Enfermedad, o algún hábito enfermo, no cambia la naturaleza de otras cosas, así que tampoco puede cambiar la naturaleza del Placer.

    Ellos cuentan varios tipos de estos Placeres, a los que llaman Verdaderos: Algunos pertenecen al Cuerpo, y otros a la Mente. Los Placeres de la Mente se encuentran en el Conocimiento, y en ese deleite que la contemplación de la Verdad lleva consigo; a lo que añaden las alegres Reflexiones sobre una Vida bien gastada, y las esperanzas aseguradas de una Felicidad futura. Dividen los Placeres del Cuerpo en dos tipos; el uno es el que da a nuestros Sentidos un verdadero deleite, y se realiza, ya sea por el reclutamiento de la Naturaleza, y suministrando aquellas partes de las que se alimenta el calor interno de la Vida; y eso se hace comiendo o bebiendo: O cuando la Naturaleza se alivia de cualquier recargo que lo oprime, como cuando vaciamos nuestras tripas, engendramos hijos, o liberamos alguna de las partes de nuestro Cuerpo de Dolores o Calores por fricción. Hay otro tipo de este tipo de Placer, que ni nos da nada que nuestros Cuerpos requieran, ni nos libera de ninguna cosa con la que nos sobrecarguen; y sin embargo, excita nuestros Sentidos por una Vertue secreta invisible, y por una generosa Impresión, los hace cosquillas y los afecta tanto, que los convierte interiormente sobre sí mismos; y este es el Placer engendrado por Murick. Otra suerte de Placer corporal es, aquel que consiste en una constitución tranquila y buena del Cuerpo, mediante la cual hay una salubridad entera repartida por todas las partes del Cuerpo, no disipada con ninguna Enfermedad. Esto, cuando está libre de toda mezcla de dolor, da un placer interior de sí mismo, aunque no debe ser excitado por ningún Objeto externo y deleitador; y aunque este Placer no afecta tan vigorosamente al Sentido, ni actúa tan fuertemente sobre él; sin embargo, como es el más grande de todos los Placeres, así que casi todos los Los utópicos lo consideran el fundamento y la base de todas las demás alegrías de la vida; ya que esto por sí solo hace que el estado de vida sea fácil y deseable; y cuando esto es querer, un Hombre es realmente capaz de ningún otro Placer. Miran la indolencia y la libertad del Dolor, si no se levanta de una Salud perfecta, para ser un estado de Estupidez más que de Placer. Ha habido una Controversia en esta Materia muy entrecortada entre ellos; ¿Si una Salud firme y entera podría llamarse Placer, o no? Algunos han pensado que no había Placer, sino aquello que estaba excitado por algún Sensible Movimiento en el Cuerpo. Pero este Dictamen ha sido hace mucho tiempo atropellado entre ellos, de manera que ahora lo hacen casi todos coinciden en esto, Que la Salud es el más grande de todos los Placeres corporales; y que como hay un Dolor en la Enfermedad, que es tan opuesto en su naturaleza al Placer, como la Enfermedad es yo a la Salud, por lo que sostienen que la Salud lleva un Placer junto con él: Y si alguno debería decir, que la Enfermedad no es realmente un Dolor, sino que solo lleva un Dolor junto con él, ven eso como una búsqueda de sutileza, eso no altera mucho la Materia. Entonces piensan que es todo uno, ya sea dicho, que la Salud es en sí mismo un Placer, o que engendra un Placer, como el Fuego da Calor; así se conceda, que todos aquellos cuya Salud es entera, tengan un verdadero placer en ello: Y razonan así, ¿Cuál es el Placer de comer, pero que la Salud de un Hombre que había sido debilitado, ¿con la ayuda de Alimentos, ahuyenta al Hambre, y así reclutarlo a sí mismo, recupera su antiguo Vigor? Y siendo así refrescado, encuentra un placer en ese Conflicto: y si el Conflicto es Placer, la Victoria aún debe engendrar un Placer mayor, excepto que nos imaginará que se vuelva estúpido tan pronto como haya obtenido lo que persiguió, y así no sabe ni se regocija en su propio bienestar. Si se dice, que la Salud no se puede sentir, niegan absolutamente que, por lo que es el Hombre en la Salud, ¿eso no lo percibe cuando está despierto? ¿Hay algún Hombre que sea tan aburrido y estúpido, como para no reconocer que siente un deleite en la Salud? Y ¿qué es Delight, sino otro nombre para Placer?

    Pero de todos los Placeres, estiman a los que son los más valiosos que yacen en la Mente; y los principales de éstos, son los que surgen de la verdadera Vertue, y el testigo de una buena Conciencia: Dan cuenta a la Salud el principal Placer que pertenece al Cuerpo; porque piensan que el placer de comer y beber, y todas las demás delicias del Cuerpo, solo son deseables hasta el momento, ya que dan o mantienen Salud: pero no son agradables en sí mismas, sino como resisten esas Impresiones que nuestra Enfermería natural sigue haciendo sobre nosotros: Y como hombre sabio desea más bien evitar Enfermedades, que tomar Física; y ser liberado del dolor, en lugar de encontrar la facilidad por Remedios: así que era un estado más deseable, no necesitar este tipo de Placer, que estar obligado a complacerlo: Y si algún Hombre imagina que hay una verdadera Felicidad en este Placer, entonces debe confesar que sería el más feliz de todos los Hombres, si fuera a llevar su vida en un perpetuo hambre, sed y comezón, y por consecuencia en perpetuos comer, beber y rascarse a sí mismo, que cualquiera puede ver fácilmente sería no sólo una base, sino un miserable estado de Vida. Estos son efectivamente el más bajo de los placeres, y los menos puros: porque nunca podremos saborearlos, sino cuando se mezclan con los dolores contrarios. El dolor del Hambre, debe darnos el placer de comer; y aquí el Dolor supera al Placer: y como el Dolor es más vehemente, así dura mucho más; porque como está sobre nosotros antes de que venga el Placer, así no cesa, sino con el Placer que lo extingue, y eso se vaya con él: Para que ellos piensa que ninguno de esos Placeres debe ser valorado, sino como son necesarios. Sin embargo, se regocijan en ellos, y con el debido agradecimiento reconociendo la ternura del gran Autor de la Naturaleza, quien ha plantado en nosotros apetitos, por los cuales también se hacen agradables para nosotros aquellas cosas que son necesarias para nuestra preservación. Porque ¿qué tan miserable sería la Vida, si esas Enfermedades diarias del Hambre y la Sed, fueran llevadas por Drogas tan amargas, como debemos usar para esas Enfermedades que rara vez regresan sobre nosotros? y así estos agradables, así como los propios Dones de la Naturaleza, sí mantienen la fuerza y la vivacidad de nuestros Cuerpos.

    También se entretienen con las otras Delicias que dejan entrar en sus Ojos, sus Orejas, y sus Fosas nasales, como los placenteros condimentos y condimentos de la Vida, que la Naturaleza parece haber marcado.. [Falta 2 páginas]. para ser visto un pliegue mayor, tanto de Maíz como de Cattel, ni hay ninguno donde se encuentran hombres más sanos, y más libres de Enfermedades que entre ellas: para uno se puede ver ahí, no sólo esas cosas puestas en práctica, que los labradores hacen comúnmente para agotar y mejorar un suelo enfermo, sino que en algunos lugares toda una Madera es arrancada por las Raíces, así como las enteras plantadas en otros lugares, donde antes no había ninguno: Al hacer de esto la consideración cheif que tienen es de carruaje, que su Madera pueda estar cerca de sus Pueblos, o tumbarse sobre el Mar, o algunos Ríos, para que se les pueda flotar; pues es un trabajo más duro llevar Madera a cualquier distancia sobre Tierra, luego Maíz. El Pueblo es trabajador, apto para aprender, además de alegre y agradable; y nadie puede soportar más trabajo, cuando es necesario, que ellos; pero salvo en ese caso aman su facilidad. Son incansables perseguidores del conocimiento; porque cuando les habíamos dado algunos indicios del Aprendizaje y Disciplina de los Griegos, respecto a los cuales sólo les instruimos, (porque sabemos que no había nada entre los romanos, excepto sus, Historiadores y sus Poetas, que ellos valorarían mucho) era extraño ver cuán ansiosos se pusieron a aprender eso Idioma: Empezamos a leerles un poco, más bien en cumplimiento de su importunidad, que por cualquier esperanza de que se beneficiaran mucho por ello: Pero después de un juicio muy corto, descubrimos que hicieron tal avance en ello, que vimos que nuestro trabajo era como ser más éxito de lo que podríamos haber esperado. Aprendieron a escribir sus Personajes, y a pronunciar su Lenguaje tan bien, y retomaron todo tan rápido, lo recordaron tan fielmente, y se volvieron tan listos y correctos en el uso de la misma, que hubiera parecido a un Milagro, si la mayor parte de los que enseñamos no hubiera sido Hombres, ambos de Extraordinaria Capacidad, y de un ajuste Edad para ello: Fueron en su mayor parte elegidos entre sus sabios Hombres, por su Consejo cheif, aunque algunos lo aprendieron por su propia voluntad. En tres Años se convirtieron en Maestros de toda la Lengua, de modo que leyeron lo mejor de los Autores Griegos muy exactamente. De hecho estoy apto a pensar, que aprendieron esa Lengua más fácilmente, porque parece ser de parientes propios: yo creo que eran una Colonia de los Griegos; porque aunque su Lengua se acerca más al persa, sin embargo, conservan muchos Nombres, tanto para sus Pueblos como para Magistrados, que son de origen griego. Había pasado que llevaba consigo muchos Libros, en lugar de Mercancía, cuando fallé mi cuarto Viaje; porque estaba tan lejos de pensar en volver pronto, que más bien pensé que nunca había regresado en absoluto, y les di todos mis Libros, entre los que estaban muchas de las obras de Platón y algunas de Aristóteles. Tenía también Teofrasto de las Plantas, que para mi gran pesar, era imperfecto; por haberla colocado descuidadamente, mientras estábamos en el mar, un Mono había caído sobre él y había arrancado hojas en muchos lugares. No tienen Libros de Gramática, sino Lascares, porque yo no llevé conmigo a Teodoro; ni tienen ningún Diccionarios sino Hesiquio y Dioscórides. Estiman mucho a Plutarco, y fueron muy cautivados con el ingenio de Lucian, y con su amena forma de escribir. En cuanto a los Poetas, tienen Aristófanes, Homero, Eurípides, y Sófocles de la Edición de Aldus; y para los Historiadores, tienen Tucidides, Herodoto y Herodiano. Uno de mis Compañeros, Thricio Apinatus, pasó a llevar consigo algunas de las Obras de Hipócrates, y Microtechne de Galeno, que tienen en gran estimación; porque aunque no hay Nación en el Mundo, que necesita de Física tan poco como ellos, sin embargo no hay ninguno que lo honre tanto: Consideran el conocimiento de que sea una de las partes más agradables y rentables de la Filosofía, por la cual, al buscar en los Secretos de la Naturaleza, por lo que no sólo encuentran un placer maravilloso en ella, sino que piensan que al hacer tales indagaciones, hacen lo más aceptable para el Autor de la Naturaleza; e imaginen que él, como todos los Inventadores de curiosos Motores, ha expuesto a nuestra opinión esta gran Máquina del Universo, siendo nosotros las únicas Criaturas capaces de contemplarla: y que por lo tanto un exacto y curioso Observador y Admirador de su Obra, es mucho más aceptable para él, que uno del Rebaño; quien como si fuera una Bestia, y no capaz de Razón, mira en toda esta gloriosa Escena, sólo como un Espectador aburrido y despreocupado.

    Las Mentes de los Utopianos, cuando alguna vez están emocionados por el Aprendizaje, son muy ingeniosas para descubrir todas las Artes como tienden a las comodidades de la Vida. Dos cosas que nos deben, que son el Arte de la Imprenta, y la Fabricación del Papel: sin embargo, no nos deben estas tan enteramente a nosotros, sino que gran parte de la invención era suya; porque después de que les habíamos mostrado algunos Papel-libros de Impresión de Aldus, y comenzamos a explicarles la forma de hacer Papel, y de imprenta, aunque hablamos pero muy crudamente de ambos, no practicándose en ninguno de ellos, actualmente retomaban todo el asunto a partir de las pistas que les dimos: y mientras que antes solo escribían sobre Pergamino, o sobre los Cortes de los Árboles, o Cañas; ahora han establecido la Fabricación de Papel, y la Impresión prensas: y aunque al principio no podían llegar a una perfección en ellas, sin embargo, al hacer muchos ensayos, al fin se enteraron, corrigieron todos sus Errores, y llevaron todo a la perfección; de manera que si no tuvieran más que un buen número de Autores Griegos, se les suministraría rápidamente muchos Copias de ellas: en presentes; aunque no tienen más de las que he mencionado, sin embargo por varias Impresiones, las han multiplicado en muchos miles. Si algún Hombre debía ir entre ellos, que tuviera algún Talento extraordinario, o que por mucho viajar hubiera observado las Costumbres de muchas Naciones, (lo que nos hizo ser tan bien recibidos) les sería muy bienvenido; porque están muy deseosos de conocer el estado del Mundo entero. Muy pocos van entre ellos por cuenta de Traffick, por lo que un Hombre puede llevarles sino Hierro, o Oro, o Plata, que los Comerciantes desean más bien exportar, que importar a cualquier País extraño: y en cuanto a su Exportación, piensan que es mejor manejarlo ellos mismos, que dejar que los Forraigners vengan y traten en ello, pues por este medio, como entienden mejor el estado de los Países vecinos, así mantienen el Arte de la Navegación, que no se puede mantener sino por mucha práctica en él.

    De sus esclavos, y de sus matrimonios

    No hacen Esclavos de Prisioneros de Guerra, excepto los que se llevan luchando contra ellos; ni de los Hijos de sus Esclavos, ni de los Esclavos de otras Naciones: los Esclavos entre ellos, son sólo tales que están condenados a ese estado de Vida por algún Delito que habían cometido, o que es más común, como sus Comerciantes encuentran condenados a morir en aquellas partes a las que comercian, a quienes rescatan a veces a precios bajos; y en otros lugares los tienen por nada; y así los van a buscar. Todos sus Esclavos son mantenidos en un trabajo perpetuo, y siempre están encadenados, pero con esta diferencia, que tratan a sus propios Nativos mucho peor, viéndolos como una especie de Gente más despilfarrada; a quienes no estar restringidos de Delitos, por las ventajas de tan excelente una Educación, son juzgados dignos de más duro uso que otros. Otro tipo de Esclavos, es, cuando algunos de los más pobres de los Países vecinos, ofrecen por su propia voluntad venir y servirles; los tratan mejor, y los usan en todos los demás aspectos, así como a sus propios Hombres de Campo, salvo que les impongan más trabajo, lo que no es tarea difícil para ellos que han estado acostumbrados a ello; y si alguno de estos tiene la mente de regresar a su propio País, que efectivamente se cae pero rara vez, ya que no los obligan a quedarse ▪ para que no los manden con las manos vacías.

    Ya te he dicho con qué cuidados cuidan a sus Enfermos, para que no quede nada deshecho que pueda contribuir ya sea a su Facilidad o Salud: y para quienes son llevados con Enfermedades fijas e incurables, utilizan todas las formas posibles para apreciarlos, y para hacer que su Vida sea lo más cómoda posible: ellos visitarlos a menudo, y hacer grandes esfuerzos para que su tiempo pase fácilmente: pero cuando alguno se toma con un dolor torturador y persistente, para que no haya esperanza, ni de recuperación ni de facilidad, los Sacerdotes y Magistrados vienen y los exhortan, a que como ahora no pueden continuar con el negocio de la Vida, y están se convierten en una carga para ellos mismos, y para todos a su alrededor, para que realmente se hayan superado a sí mismos, ya no alimentarían a un moquillo tan arraigado, sino que más bien chuse morir, ya que no pueden vivir, sino en mucha miseria: estar seguros, que si o se libran de su Cárcel y Tortura, o están dispuestos a que otros lo hagan, serán felices después de sus Muertes: Y como por su muerte así, no pierden ninguno de los Placeres, sino solo los Problemas de la Vida; piensan que actúan, no sólo razonablemente al hacerlo, sino religiosamente y piadosamente; porque siguen los Consejos que les son dados por los Sacerdotes, que son los Exponedores de la Voluntad de Dios para ellos. Tales como son forjados por estas perswasiones, o se mueren de hambre por su propia voluntad, o toman opio, y así mueren sin dolor. Pero ningún Hombre se ve obligado a esta manera de acabar con su Vida; y si no pueden ser perswaded a ella, por eso no fallan en su asistencia y cuidado de ellos: Pero como creen que una Muerte voluntaria, cuando es escogida sobre tal Autoridad, es muy honorable; así que si algún Hombre le quita su propia Vida, sin la aprobación de los Sacerdotes y del Senado, no le dan ninguno de los Honores de un Funeral decente, sino que tiran su Cuerpo a alguna zanja.

    Sus Mujeres no están casadas antes de los dieciocho años, ni sus Hombres antes de los dos y veinte; y si alguno de ellos se encuentra con Abrazos prohibidos antes de su Matrimonio, son severamente castigados, y se les niega el privilegio del Matrimonio, a menos que haya una Orden especial obtenida para ello posteriormente del Príncipe. Tales Trastornos echaron un gran reproche al Maestro y a la Señora de la Familia en el que caen; porque se supone, que han estado queriendo a su deber. El motivo de castigar esto tan severamente, es, porque piensan que si no estuvieran tan estrictamente restringidos de todos los apetitos vagabundos, muy pocos se dedicarían a un estado casado, en el que los Hombres aventuran la tranquilidad de toda su Vida, estando restringidos a una Persona; además de muchos otros Inconvenientes que sí acompañarlo. En la forma de chusing de sus Esposas, utilizan un método que nos parecería muy absurdo y ridículo, pero que se observa constantemente entre ellas, y contabilizó una Regla sabia y buena. Antes del matrimonio, alguna matrona grave presenta desnuda a la Novia, ya sea Virgen o Viuda, al Novio; y después de eso, algún hombre grave presenta al Novio desnudo a la Novia. De hecho ambos nos reímos de esto, y lo condenamos como algo muy indecente. Pero ellos, por otro lado, se preguntaban ante la locura de los Hombres de todas las demás Naciones; quienes si no son más que comprar un Caballo de poco valor, son tan cautelosos, que verán cada parte de él, y se quitarán tanto su Sadle, como todos sus otros Tackles, que puede que no haya ningún secreto Ulcera escondida debajo de cualquiera de ellos; y que sin embargo, en la elección de una Esposa, de la que depende la felicidad o infelicidad del resto de su Vida, un Hombre debe aventurarse en la confianza, y sólo ver alrededor de una pequeña amplitud del Rostro, todo el resto del Cuerpo siendo cubierto; bajo el cual puede estar escondido aquello que puede ser contagioso, así como repugnante. Todos los Hombres no son tan sabios, que chuse a una Mujer solo por sus buenas Cualidades; e incluso los Hombres sabios consideran el Cuerpo, como aquello que no agrega poco a la Mente: Y es cierto, puede haber alguna deformidad así cubierta con unos Ropa, como puede alejar totalmente a un Hombre de su Esposa, cuando es demasiado tarde para separarse con ella: porque si tal cosa se descubre después del matrimonio, un Hombre no tiene remedio que paciencia: Entonces piensan que es razonable, que se haga una buena disposición contra tales fraudes traviesos.

    Había tanto más razón para hacer una regulación en esta Materia, porque son las únicas Personas de esas partes que no permiten la Poligamia, ni de Divorcios, salvo en los casos de Adulterio, o Perversura insufrible: pues en estos Casos el Senado disuelve el Matrimonio, y otorga al lesionado Persona se va a casar de nuevo; pero los Culpables se hacen infames, y nunca se les permite el privilegio de un segundo Matrimonio. A ninguna se le sufre para encerrar a sus Esposas contra sus Testamentos, por cualquier gran Calamidad que pueda haber caído sobre su Persona; porque la ven como la altura de la Crueldad y la Traición abandonar a cualquiera de las Personas casadas, cuando más necesitan el tierno cuidado de su consorte; y eso principalmente en el caso de la vejez, que como lleva muchas Enfermedades junto con ella, por lo que es una Enfermedad de sí misma. Pero a menudo se cae, que cuando una Pareja casada no concuerda bien juntos, se separan por mutuo consentimiento, y descubren a otras Personas con las que esperan que convivan más felices: sin embargo esto no se hace, sin obtener permiso del Senado; que nunca admite un Divorcio, sino sobre una estricta indagación hecha, tanto de los Senadores como de sus Esposas, en los Motivos por los que procede: e incluso cuando están satisfechos con respecto a las Motivos de la misma, continúan pero lentamente, pues consideran que esa facilidad demasiado grande, al otorgar licencia para nuevos Matrimonios, sacudiría mucho la amabilidad de las Personas casadas. Sancionan severamente a quienes contaminan el Matrimonio-Cama: Si ambas Partes están casadas, están divorciadas, y las personas lesionadas pueden casarse entre sí, o con quien les plazca; pero el Adúltero, y la Adúltera están condenados a la esclavitud. Sin embargo, si alguna de las Personas lesionadas no puede sacudirse el Amor de la Persona casada, pueden vivir con ellos aún en ese estado; pero deben seguirlos a ese Trabajo al que están condenados los Esclavos; y a veces el Arrepentimiento de la Persona condenada, junto con la amabilidad inquebrantable de los inocentes y lesionado Persona, ha prevalecido hasta el momento con el Príncipe, que se ha quitado la Sentencia. Pero los que recaen, después de que alguna vez son perdonados, son castigados con la Muerte. Su Ley no determina el Castigo por otros Delitos; pero eso queda en manos del Senado, para templarlo según las Circunstancias del Hecho. Los esposos tienen el poder de corregir a sus Esposas, y a los Padres para corregir a sus Hijos, a menos que la Falla sea tan grande, que un publick El castigo se cree necesario para el terror impactante en los demás. En su mayor parte, la Esclavitud es el castigo incluso de los más grandes Crímenes; porque como eso no es menos terrible para los propios Criminales que la Muerte; así piensan que el conservarlos en estado de servidumbre, es más para el interés de la Commonwealth, que matarlos de plano; ya que como su Trabajo es un mayor beneficio para el Público, de lo que podría ser su Muerte; así que la visión de su Miseria es un terror más duradero para otros Hombres, que el que sería dado por su Muerte. Si sus Esclavos se rebelan, y no portarán su Yugo, y se someten al Trabajo que se les ordena, son tratados como Bestias salvajes que no pueden mantenerse en orden, ni por una Prisión, ni por sus Cadenas; y por fin son condenados a muerte. Pero los que soportan su Castigo pacientemente, y son tanto forzados por esa presión, que les miente tanto, que parece que realmente están más problemáticos por los Crímenes que han cometido, que por las Miserias que sufren, no son por esperanza, sino que al fin o bien el Príncipe lo hará, por su Prerrogativa, o el Pueblo por su intercesión los restaurará nuevamente a su libertad, o al menos mitigará mucho su esclavitud. El que tienta a una Mujer casada al Adulterio, no es menos severamente castigado, que el que lo comete; pues ellos consideran que un Diseño tendido y estudiado de cometer algún Delito, es igual al Hecho de sí mismo; ya que su no surtir efecto no hace que la Persona que hizo todo eso en él yacía para ello, una pizca menos culpable.

    Se complacen mucho en los tontos, y como se piensa una cosa base e impropia utilizarlos mal, así no piensan que está mal que la gente se desvíe con su locura: y piensan que esto es una gran ventaja para los propios Necios: Porque si los Hombres fueran tan hoscuros y severos, como para nada agradar ellos mismos con su comportamiento ridículo, y dichos tontos, que es todo lo que pueden hacer para recomendarse a los demás, no se podía esperar que estarían tan bien buscados, ni tan tiernamente utilizados como deben ser de otra manera. Si algún Hombre reprochara a otro su ser mal formado o imperfecto en alguna parte de su Cuerpo, no se pensaría en absoluto una reflexión sobre la Persona que así fue tratada, sino que se le contabilizaría una cosa muy indigna para él que había subido a otro con aquello que no pudo ayudar. Se piensa que es un signo de una Mente lenta y sórdida, no para preservar cuidadosamente la Belleza natural de uno; pero también es algo infame entre ellos usar Paint o Fard. Y todos ven que ninguna Belleza recomienda tanto una Esposa a su Esposo, como la probidad de su Vida, y su Obediencia: pues como unos pocos son capturados y retenidos sólo por la Belleza, así todas las Personas son sostenidas por las otras Excelencias que encantan a todo el Mundo.

    Como asustan a los Hombres de cometer Crímenes por Castigos, así los invitan al amor de Vertue, por publick Honores: por lo tanto erigen Estatuas en honor a los recuerdos de Hombres tan dignos que han merecido bien de su País, y las colocan en sus Mercados-lugares, tanto para perpetuar el recuerdo de sus Acciones, y ser una incitación a su posteridad a seguir su ejemplo.

    Si algún Hombre aspira a algún Oficio, está seguro que nunca lo complica: Viven fácilmente juntos, porque ninguno de los Magistrados es insolente o cruel con el Pueblo; sino que afectan más bien a llamarse Padres, y al ser realmente así, bien merecen ese Nombre; y el Pueblo les paga todas las marcas de Honor cuanto más libremente, porque ninguno es exigido de ellos. El propio Príncipe no tiene distinción, ni de Prendas, ni de una Corona; sino que sólo se le conoce por una Gavilla de Maíz que se lleva ante él, ya que al Sumo Sacerdote también se le conoce por una Luz de Cera que se lleva ante él.

    Tienen tan pocas Leyes, y tal es su Constitución, que no necesitan muchas. Condenan mucho a otras Naciones, cuyas Leyes, junto con los Comentarios sobre ellas, se hinchan hasta tantos Volúmenes; porque piensan que es algo irrazonable obligar a los Hombres a obedecer un Cuerpo de Leyes, que son ambas de tal volumen, y tan oscuras, que no pueden ser leídas ni entendidas por cada uno de los Sujetos.

    No tienen entre ellos Abogados, pues los consideran como una especie de Gente, cuya Profesión es disfrazar las Materias, así como arrebatar Leyes; y por lo tanto piensan que es mucho mejor que cada Hombre defienda su propia Causa, y confiarla al Judg, así como en otros lugares el Cliente lo hace a un Consejera. Por este medio ambos cortan muchas demoras, y descubren la Verdad con más certeza: porque después de que las Partes hayan abierto los méritos de su Causa, sin esos artificios que los Abogados son aptos para sugerir, el Judg examina toda la Materia, y apoya la simplicidad de esas Personas bien intencionadas, quienes de otra manera Los hombres astutos estarían seguros de atropellar: Y así evitan esos males, que aparecen muy notablemente entre todas esas Naciones que trabajan bajo una vasta carga de Leyes. Cada uno de ellos es hábil en su Ley, pues como se trata de un estudio muy breve, así el sentido más claro del que son capaces las palabras, es siempre el sentido de sus Leyes. Y argumentan así; para ello se promulgan Todas las Leyes, para que todo Hombre conozca su Deber; y por lo tanto, el sentido más claro y obvio de las palabras, es el que se les debe poner; ya que una Exposición más refinada no puede comprenderse fácilmente, y las Leyes se vuelven con ello inútiles para la mayor parte de La humanidad, que más necesita la dirección de ellos: porque para ellos es todo uno, no hacer una Ley en absoluto, y plasmarla en tales tearms, que sin una aprehensión rápida, y mucho estudio, un Hombre no puede averiguar el verdadero significado de la misma; y la generalidad de la Humanidad son ambas tan aburridas, y tanto implosionadas en sus varios Oficios, que no tienen ni el ocio ni la capacidad requerida para tal investigación.

    Algunos de sus Vecinos, que son Maestros de sus propias Libertades, teniendo hace mucho tiempo, por la ayuda de los utópicos, sacudieron el yugo de la tiranía; y siendo muy arrebatados con esas Vertues que observan entre ellos, han venido a ellos, y desearon que enviaran Magistrados entre ellos para gobernarlos; algunos los cambian cada Año, y otros cada cinco Años. Al término de su Gobierno, los traen de vuelta a la Utopía, con grandes expresiones de honor y estima, y se llevan a otros para gobernar en su lugar. En esto parecen haber caído sobre un muy buen Recurso para su propia felicidad y seguridad: Porque como la buena o mala Condición de una Nación depende tanto de sus Magistrados, no podrían haber hecho una mejor elección, que lanzando sobre Hombres a quienes ninguna Ventajas puede sesgar; porque la riqueza no les sirve, ya que deben regresar tan pronto a su propio País; y siendo extraños entre ellos, no se dedican a ninguno de sus Calores o Animosidades: Y es cierto, que cuando los Judicatorios Públicos son influidos, ya sea por Afecciones parciales, o por Avaricia, debe seguirla una disolución de toda Justicia, que es el tendón principal de la Sociedad.

    Los utópicos llaman a esas Naciones que vienen y les piden Magistrados, Vecinos; pero llaman a aquellos a quienes han estado asistiendo más particularmente, Amigos. Y mientras que todas las demás naciones están perpetuamente o haciendo Ligas, o rompiéndolas, nunca entran en ninguna Alianza con ningún otro Estado. Piensan que las Ligas son cosas inútiles, y cuentan, que si los Lazos comunes de la Naturaleza Humana no unen a los Hombres, la Fe de las Promesas no tendrá un gran efecto sobre ellos: Y son los más confirmados en esto, por lo que ven entre las Naciones alrededor de ellos, que no son observadores estrictos de Ligas y Tratados. Sabemos cuán religiosamente se observan en Europa; más particularmente donde se recibe la Doctrina Cristiana, entre los cuales son sagrados e inviolables. Lo cual se debe en parte a la Justicia y a la Bondad de los Príncipes mismos, y en parte a su Reverencia que pagan a los Papas: quienes como más religiosos observadores de sus propias Promesas, así exhortan a todos los demás Príncipes a realizar las suyas; y cuando los Métodos más tenues no prevalecen, los obligan a ello por la severidad de la Censura Pastoral; y pensar que sería lo más indecente posible, si los Hombres especialmente diseñados por el título de los Fieles, no guardaran religiosamente la Fe de sus Tratados. Pero en ese nuevo Mundo encontrado, que no está más distante de nosotros en Scituation, que no está de acuerdo de nosotros en sus Modales, y curso de Vida, no hay confianza en Ligas, aunque se hicieron con toda la pompa de las más Sagradas Ceremonias que es posible: Por el contrario, son las más pronto rotas para eso, se encuentra alguna leve Pretensión en las palabras de los Tratados, que se idean en términos tan ambiguos, y que sobre el diseño, que nunca pueden estar tan estrictamente vinculados, pero siempre encontrarán alguna laguna en la que escapar; y así rompen tanto sus Ligas como su Fe. Y esto se hace con esa descaro, que esos mismos Hombres que se valoran a sí mismos por haber sugerido estos Consejos a sus Príncipes, sin embargo, con un altivo desprecio, condenarían contra tal Artesanía, o para hablar más claro, tal Fraude y Engaño, si encontraran privado Los hombres la hacen uso en sus gangas; y fácilmente decir, que merecían ser ahorcados por ello.

    Por este medio es, que todo tipo de Justicia pasa en el Mundo, pero para una Vertue de espíritu humilde y vulgar, que está muy por debajo de la dignidad de la Grandeza Real O al menos, hay dos clases de Justicia establecidas: la una es mezquina, y se arrastra en el Suelo, y por lo tanto se convierte en nada más que en el tipo de Hombres más bajos, y así deben mantenerse severamente por muchas restricciones, para que no pueda estallar más allá de los límites que se le establecen. El otro es, la peculiar Vertue de Príncipes, que como es más majestick que la que se convierte en la, Chusma, así toma una brújula más libre; y lícita o ilegal, sólo se miden por Placer e Interés. Estas prácticas entre los Príncipes que mienten sobre la utopía, que tan poco dan cuenta de su Fe, parecen ser las Razones que los determinan a no participar en ninguna Confederación: tal vez cambiarían de opinión si vivieran entre nosotros: pero aun así, aunque los Tratados se observaban más religiosamente, aún no les gustarían la costumbre de hacerlos; ya que el Mundo ha retomado sobre él una falsa Maxim, como si no hubiera lazo de la Naturaleza tejiendo una Nación a otra, que sólo están separados quizás por una Montaña, o un Río, y que todos nacieron en un estado de Hostilidad, y así podrían legalmente hacer toda esa travesura a sus Vecinos , contra la cual no hay disposición que hagan los Tratados: Y que cuando se hacen Tratados, no cortan la Enmidad, ni restringen la Licencia de aprovecharse unos de otros, si por la falta de habilidad de redactarlos, no hay provisiones efectivas hechas en su contra. Ellos por otro lado juzgan, que ningún Hombre debe ser estimado nuestro Enemigo que nunca nos ha lastimado; y que la Asociación de la Naturaleza Humana, es decir entre todos los Hombres, es en lugar de una Liga. Y que la bondad y la buena Naturaleza unen a los Hombres de manera más efectiva, y con más fuerza que cualquier Acuerdo que sea; ya que con ello los Compromisos de Corazones Mens se hacen más fuertes, de lo que cualquier cosa puede ser a la que unas pocas palabras puedan vincularlos.

    De su Disciplina Militar

    Detestan la Guerra como algo muy brutal; y que, a reproche de la Naturaleza Humana, es practicada más por los Hombres, que por cualquier tipo de Bestias: y ellos, contra la costumbre de casi todas las demás naciones, piensan que no hay nada más glorioso que esa Gloria que se gana con la Guerra: Y por lo tanto aunque acostumbran ellos mismos diariamente a Ejercicios Militares, y a la Disciplina de la Guerra, en la que no solo sus Hombres, sino sus Mujeres igualmente, son entrenados, que así en casos de Necesidad, pueden no ser del todo inútiles: Sin embargo, no se involucran precipitadamente en la Guerra, a menos que sea para defenderse a sí mismos, o a sus Amigos, de cualquier injusto Los agresores; o por buena Naturaleza, o en compasión a una Nación oprimida, que les ayuden a sacudir la tiranía del yugo. Efectivamente ayudan a sus Amigos, no sólo en Defensiva, sino también en Guerras Ofensivas: pero nunca lo hacen, a menos que hayan sido consultados con ellos mientras la Materia aún estaba entera; y que al estar satisfechos con los Motivos por los que acudieron, habían encontrado que todas las Demandas de Reparación eran rechazadas, por lo que una Guerra era necesario: lo que no piensan que es sólo justo, cuando un Vecino hace un inrode en otro, por orden pública, y se lleva su botín; sino cuando los comerciantes de un País son oprimidos en otro, ya sea bajo el pretexto de algunas Leyes injustas, o por la lucha perversa de las buenas: esto ellos cuentan una causa justa de Guerra que la otra, porque esas Lesiones se hacen bajo algún color de Leyes. Esta fue la única Tierra de esa Guerra, en la que se comprometieron con los nefelogetes contra los aleopolitanos, un poco antes de nuestra época: porque los Comerciantes de la primera, habiendo, como pensaban, se encontraron con una gran injusticia entre los segundos, que, ya fuera en sí mismo bien o mal, sí se basaba en una guerra terrible, muchos de sus Vecinos se dedicaban a ella; y su agudeza en llevarlo adelante, apoyándose en su fuerza para mantenerla; no sólo sacudió a algunos Estados muy florecientes, y afligió mucho a otros; sino que después de una serie de muchas travesuras, terminó en toda la conquista y esclavitud del Aleopolitanos, que aunque antes de la Guerra, eran en todos los aspectos muy superiores a los nefelogetes, sin embargo por ello cayeron bajo su Imperio; Pero los utopos, aunque los habían ayudado en la Guerra, sin embargo, pretendían no compartir el botín.

    Pero aunque auxilian tan vigorosamente a sus Amigos, en tomar reparación por las Lesiones que se les hagan en tales Materias; sin embargo, si ellos mismos se encontraran con algún fraude de ese tipo, siempre que no se hiciera violencia a sus Personas, sólo la llevarían hasta el momento, que a menos que se hiciera satisfacción, darían sobre el comercio con un pueblo así. Esto no se hace, porque consideran a sus Vecinos más que a sus propios Ciudadanos; pero como sus Vecinos comercian cada uno por su propio Stock, el Fraude es una lesión más sensata para ellos, que para los utópicos, entre los que el Público sólo sufre en tal caso: Y como no esperan nada a cambio de el Merchandize que exportan; pero aquello en el que abundan tanto, y es de poca utilidad para ellos, la pérdida no les afecta mucho; por lo tanto piensan que sería algo demasiado severo para vengar una Pérdida que trae tan poco inconveniente con ella, ya sea a su Vida, o a su Vida, con la muerte de muchas Personas: pero si alguno de sus Pueblos es asesinado o herido injustamente, ya sea que lo haga la Autoridad Pública, o sólo por Hombres particulares, en cuanto se enteren de ello, envían Embajadores, y exigen, que los Culpables sean entregados a ellos; y si eso se niega, declaran Guerra; pero si eso se hace, condenan a los ya sea a la Muerte o a la Esclavitud.

    Estarían a la vez preocupados y avergonzados de una sangrienta Victoria sobre sus Enemigos; y pensarían que sería una Compra tan tonta, como comprar los Bienes más valiosos a una Tarifa demasiado alta. Y en ninguna Victoria se glorian tanto, como en lo que se gana por la destreza y la buena conducta, sin derramamiento de sangre. Nombren al publico Triunfos en tales Casos, y erigen Trofeos en honor de quienes han tenido éxito bien en ellos; porque entonces consideran que un Hombre actúa de manera sutilmente a su Naturaleza, cuando conquista a su Enemigo de tal manera, que ninguna otra Criatura sino un Hombre podría ser capaz de ello, y es decir, por la fuerza de su Comprensión. Osos, Leones, Jabalíes, Lobos, y Perros, y otros Animales, implocan su Fuerza corporal uno contra otro, en el que como muchos de ellos son superiores al Hombre, tanto en fuerza como en fiereza, por lo que todos están sometidos por la razón y comprensión que hay en él.

    El único Diseño de los Utopos en Guerra, es obtener eso por la Fuerza, que si se les hubiera concedido a tiempo, habría impedido la Guerra; o si eso no se puede hacer, tomar una Venganza tan severa de los que les han herido, que pueden estar aterrorizados de hacer lo similar en todos los tiempos venideros. Por estos Extremos miden todos sus Diseños, y los manejan así, que sea visible que el Apetito de la Fama o Vaina-gloria, no trabaja tanto en ellos, como un solo cuidado de su propia Seguridad.

    En cuanto declaran Guerra, se encargan de tener muchísimos Horarios, que estén sellados con su Sello Común, fijados en los lugares más conspicuos de su País Enemigos. Esto se lleva en secreto, y se hace en muchos lugares a la vez. En aquellos prometen grandes Recompensas a los que matarán al Príncipe, y menores en proporción a los que matarán a cualquier otra Persona, que son aquellos a quienes, junto al propio Príncipe, echan la mayor culpa de la Guerra. Y le doblan la suma, que en vez de matar a la Persona tan señalada, lo tomarán vivo, y lo pondrán en sus manos. Ofrecen no sólo Indemnización, sino Recompensas, a aquellas de las propias Personas que están tan marcadas, si van a actuar en contra de sus paisanos: Por este medio los que se nombran en sus Horarios, se vuelven no sólo desconfiados de sus conciudadanos, sino que están celosos unos de otros: y están muy distraídos por el Miedo y Peligro; porque muchas veces se ha caído, que muchos de ellos, e incluso el propio Príncipe, han sido traicionados por aquellos en quienes más han confiado: por las Recompensas que ofrecen los utópicos, son tan inconmensurablemente grandes, que no hay ningún tipo de Crimen al que los Hombres no puedan ser atraídos por ellos. Consideran el Risque que corren aquellos que realizan tales Servicios, y ofrecen una Recompensa proporcional al peligro; no sólo una gran cantidad de Oro, sino grandes Ingresos en Tierras que yacen entre otras Naciones que son sus Amigos, donde pueden ir y disfrutarlos de manera muy segura; y observan las Promesas que ellos hacer de este tipo lo más religiosamente. Aprueban mucho esta forma de corromper a sus Enemigos, aunque a los demás les parece una cosa base y cruel; pero lo ven como un curso sabio, para acabar con aquello que de otro modo sería una gran Guerra, sin tanto como arriesgar a un Battel para que lo decida. Piensan que también es un Acto de Misericordia y Amor a la Humanidad, para evitar la gran matanza de aquellos que de otro modo deben ser asesinados en el avance de la Guerra, tanto de su propio lado, como de sus Enemigos, por la muerte de unos pocos que son más culpables; y que al hacerlo, son amables incluso con sus Enemigos, y compadecerlos nada menos que su propio Pueblo, como sabiendo que la mayor parte de ellos no se involucra en la Guerra por su propia voluntad, sino que son impulsados a ella por las Pasiones de su Príncipe.

    Si este Método no logra con ellos, entonces siembran Semillas de Contienda entre sus Enemigos, y animan al Hermano del Príncipe, o a parte de la Nobleza, a aspirar a la Corona. Si no pueden desunirlos por Domestick Broils, entonces meten a sus Vecinos contra ellos, y les hacen poner a pie algunas viejas Pretensiones, que nunca están queriendo Príncipes, cuando tienen ocasión para ellos. Y les abastecen abundantemente con Mony, aunque pero muy escasamente, con alguna Tropa Auxiliar: porque son tan rendidos de su propio Pueblo, que no intercambiarían voluntariamente a uno de ellos, ni siquiera con el Príncipe de su País Enemigos. Pero como guardan su Oro y Plata sólo para tal ocasión, así que cuando eso se ofrece a sí mismo, fácilmente se desprenden de él, ya que no sería inconveniente para ellos, aunque no deberían reservarse nada de ello para sí mismos. Porque además de la Riqueza que tienen entre ellos en casa, tienen un vasto Tesoro en el extranjero; Muchas Naciones alrededor de ellas, estando profundas en su Deuda: para que contraten Souldiers de todos los Lugares para llevar a cabo sus Guerras; pero principalmente de los Zapolets, que se encuentran a quinientas millas de Utopía hacia el este. Son una Nación grosera, salvaje y feroz, que se deleitan con los Bosques y las Rocas, entre los que nacieron y se criaron. Están duros tanto contra el Calor, el Frío y el Trabajo, y no saben nada de los manjares de la Vida. No se aplican a la Agricultura, ni cuidan ni sus Casas ni su Ropa. Cattel es todo lo que cuidan; y en su mayor parte, viven ya sea de su Caza, o de Rapine; y están hechos, por así decirlo, sólo para la Guerra. Observan todas las oportunidades de participar en él, y abrazan muy fácilmente las que se les ofrecen. Un gran número de ellos suelen salir, y ofrecerse sobre una paga muy baja, para servir a cualquiera que los emplee: no conocen ninguna de las Artes de la Vida, sino las que llevan a quitársela; sirven a quienes los contratan, tanto con mucho coraje como con gran Fidelidad; pero no se comprometerán a servir para ninguna determinar el tiempo, y acordar dichos Términos, para que al día siguiente puedan pasar a los Enemigos de aquellos a quienes sirven, si les ofrecen una paga mayor: y tal vez regresen a ellos al día siguiente, con un anticipo mayor de su Pago. Son pocas las Guerras en las que no hacen una parte considerable de los Ejércitos de ambos bandos: así que muchas veces se cae, que ellos que son parientes unos de otros, y fueron contratados en el mismo País, y así han vivido larga y familiarmente juntos; sin embargo, olvidando tanto su Relación como su ex Amistad, matan a uno otro sobre ninguna otra consideración, sino porque son contratados para ello por un poco de Mony, por Príncipes de diferentes Intereses: y tan gran consideración tienen a Mony, que son fácilmente forjados por la diferencia de un Penny al Día, para cambiar de bando. Entonces enteramente su Avaricia los convierte, y sin embargo este Mony en el que tanto están establecidos, les sirve de poco; por lo que compran así con su Sangre, rápidamente la desperdician en Lujo, que entre ellos no es más que de una forma pobre y miserable.

    Esta Nación sirve a los utópicos contra todo Pueblo en absoluto, porque pagan más que cualquier otro. Los utópicos sostienen esto para un Maxim, que al buscar el mejor tipo de Hombres para su propio uso en casa, así hacen uso de este peor tipo de Hombres para el Consumo de la Guerra, y por lo tanto los contratan con las ofertas de vastas Recompensas, para exponerse a todo tipo de peligros, de los cuales la mayor parte nunca vuelve a reclamar sus Promesas. Sin embargo, los hacen buenos más religiosamente para como escapar. Y esto los anima a aventurarse de nuevo, cuando hay ocasión para ello; porque a los utópicos no les molesta en absoluto cuántos de ellos sean asesinados; y lo consideran un servicio hecho a la Humanidad, si pudieran ser un medio para librar al Mundo de tal leud y tipo de Gente viciosa, que parece haber corrido juntos, en cuanto al Drenaje de la Naturaleza Humana. Al lado de éstas se les sirve en sus Guerras, con aquellas por cuya cuenta las emprenden, y con las Tropas Auxiliares de sus otros Amigos, a quienes se unen a unos pocos de su propio Pueblo, y envían a algún Hombre de eminente y aprobado Vertue para comandar en jefe. Hay dos enviados con él, que durante su Comando, no son sino hombres privados, pero el primero es sucederle si le sucediera que le mataran o lo llevaran; y en caso de la desgracia similar para él, el tercero viene en su lugar; y así proveen contra de los malos Sucesos, que tales Accidentes que puedan ser debidos a su Generales, no pueden poner en peligro a sus Ejércitos. Cuando sacan Tropas de su propio Pueblo, sacan tales de cada Ciudad que se ofrecen libremente, porque ninguno se ve obligado a las Leyes del País, y su Aprendizaje, le agregan más vigor a sus Mentes: porque como no subvaloran la Vida al grado de tirarla demasiado prodigamente; así no lo son indecentemente aficionada a ella, que cuando vean deben sacrificarla honradamente, la preservarán por métodos base e impropios. En el mayor calor de Acción, los más valientes de su Juventud, que se han dedicado conjuntamente a esa pieza de Servicio, destacan al General de sus Enemigos, y se han puesto sobre él ya sea abiertamente, o le ponen una Ambuscade: si alguno de ellos se gasta y se cansa en el Intento, otros vienen en su lugar, de manera que nunca ceden persiguiéndolo, ya sea por cerca Armas, cuando pueden acercarse a él, o las que hieren a distancia, cuando otros se meten en el medio: así rara vez fallan en matarlo o llevarlo por fin, si no se asegura por vuelo. Cuando ganan el Día en cualquier Battel, matan a la menor cantidad posible que puedan; y están mucho más decididos a tomar muchos Prisioneros, que a matar a los que vuelan ante ellos: ni dejan nunca a sus Hombres tan sueltos en la persecución de sus Enemigos, que no retengan un Cuerpo entero todavía en orden; de modo que si ellos se han visto obligados a atacar al último de sus Batallones, antes de que pudieran ganar el día, preferirán dejar escapar a todos sus Enemigos que perseguirlos, cuando su propio Ejército está en desorden; recordando bien lo que muchas veces se les ha caído a sí mismos; que cuando el Cuerpo principal de su Ejército ha sido bastante derrotado y rotos, para que sus Enemigos calculando la Victoria estaba seguro y en sus manos, se han soltado en una persecución irregular, algunos de ellos que yacían por una reserva, esperando una oportunidad en forma, han caído sobre ellos mientras estaban en esta persecución, rezagados y en desorden, aprensivos de ningún peligro, pero contando el Día propio; y han convertido toda la Acción, y así arrebatando de sus manos una Victoria que parecía cierta e indudable, los vencidos tienen de repente se vuelven victoriosos.

    Es difícil saber si son más dextrosos en la colocación o en evitar Embosadas: a veces parecen volar cuando está lejos de sus pensamientos; y cuando pretenden dar Ground, lo hacen así, que es muy difícil averiguar su Diseño. Si ven que están mal publicados, o son como ser sobrecargados por números, entonces ellos. [faltan 2 páginas]. sus Amigos para reembolsarles su gasto en él; pero se lo quitan de los conquistados, ya sea en Mony que guardan para la próxima ocasión, o en Tierras, de las cuales un ingreso constante es para se les pague; por muchos aumentos, los Ingresos que extraen de varios Países en tales Ocasiones, ahora se eleva por encima de 700000 Ducados al Año. Envían a algunos de sus propios Pueblos para recibir estos Ingresos, que tienen órdenes de vivir magníficamente, y como Príncipes, y así consumen gran parte de ella sobre el lugar; y o bien traen el resto a la Utopía, o se la prestan a esa Nación en la que yace. Esto lo hacen más comúnmente, a menos que alguna gran ocasión que se caiga, pero muy raramente, les obligue a llamarlo todo. Es de estas Tierras a las que asignan esas Recompensas como animan a aventurarse en Intentos desesperados, lo que se mencionó anteriormente. Si algún Príncipe que se involucre en la Guerra con ellos, esté haciendo los preparativos para invadir su País, lo impiden, y hacen de su País la Sede de la Guerra; porque no sufren de buena gana ninguna Guerra para irrumpir en su Isla; y si eso sucediera, sólo se defenderían por su propio Pueblo; pero no llamarían en absoluto a las Tropas Auxiliares a su auxilio.

    De las religiones de los utópicos

    Hay varios tipos de Religiones, no solo en diferentes partes de la Isla, sino incluso en cada Pueblo; algunas adorando al Sol, otras a la Luna o a uno de los Planetas: algunas adoran a hombres como los que han sido eminentes en épocas anteriores para Vertue, o Gloria, no solo como Deidades ordinarias, sino como el Dios supremo: sin embargo, el más grandes y sabios no adoran a ninguno de estos, sino que adoran a una Deidad Eterna, Invisible, Infinita e Incomprensible; como un Ser que está muy por encima de todas nuestras aprehensiones, que se extiende por todo el Universo, no por su Granel, sino por su Poder y Vertue; a él llaman el Padre de todos, y reconociendo que los comienzos, el pliegue, el progreso, las vicisitudes, y el fin de todas las cosas vienen solo de él; ni ofrecen honores divinos a nadie más que a él solo. Y en efecto, aunque difieren respecto a otras cosas, sin embargo todos coinciden en esto; que piensan que hay un Ser supremo que hizo y gobierna el Mundo, a quien llaman en la Lengua de su País, Mitras. Se diferencian en esto, que uno piensa que el Dios a quien adora es este Ser Supremo, y otro piensa que su Ídolo es ese Dios; pero todos coinciden en un principio, que cualquiera que sea este Ser Supremo, es también esa Gran Esencia, a cuya Gloria y Majestad todos los honores son atribuidos por el consentimiento de todas las Naciones .

    Por grados, todos se desprenden de las diversas Supersticiones que se encuentran entre ellas, y crecen hasta esa religión que más se solicita, y es mucho la mejor: y no hay duda por hacer, pero que todas las demás habían desaparecido hace mucho tiempo, si no hubiera sucedido que algunos accidentes desafortunados, cayendo sobre los que estaban aconsejando el cambio de esas formas supersticiosas de Adoración; éstas se han atribuido no al Azar, sino a algo del Cielo; y así han levantado en ellas un temor, que el Dios, cuya Adoración era como ser abandonada, se haya interpuesto y se haya vengado de los que la diseñaron.

    Después de haber escuchado de nosotros, un relato de la Doctrina, del curso de la Vida, y de los Milagros de Cristo, y de la maravillosa constancia de tantos Mártires, cuya Sangre, tan voluntariamente ofrecida por ellos, fue la principal ocasión de difundir su Religión sobre un vasto número de Naciones; no debe ser imaginaban lo inclinados que estaban a recibirlo. No voy a determinar si esto procedía de alguna inspiración secreta de Dios, o si fue porque le pareció tan favorable a esa comunidad de Bienes, que es una opinión tan particular, así como tan querida para ellos; ya que percibieron que Cristo y sus Seguidores vivían de esa Regla; y que todavía era mantenido en algunas Comunidades entre el tipo de cristianos más sinceros, de donde cualquiera de estos Motivos pudiera ser cierto es, que muchos de ellos vinieron a nuestra Religión, y fueron iniciados en ella por el Bautismo. Pero como dos de nuestro número estaban muertos, entonces ninguno de los cuatro que sobrevivieron, estaba en las Órdenes de los Sacerdotes; por lo tanto, no podríamos hacer más que bautizarlos; para que a nuestro gran pesar, no pudieran participar de los otros Sacramentos, que sólo pueden ser administrados por los Sacerdotes: pero se les instruye respecto a ellos, y largo más vehementemente para ellos; y estaban disputando mucho entre ellos, si uno que fueron elegidos por ellos para ser Preist, no estaría con ello calificado para hacer todas las cosas que pertenecen a ese Carácter, aunque no tuviera Autoridad derivada del Papa; y parecían estar resueltos a chuse algunos para esa implosión, pero no lo habían hecho cuando los dejé.

    Aquellos entre ellos que no han recibido nuestra Religión, sin embargo, no asustan a ninguna de ella, y usan a ninguno enfermo que vaya a ella; de manera que todo el tiempo que estuve allí, un solo Hombre fue castigado en esta ocasión. Al ser recién bautizado, hizo, a pesar de todo lo que pudiéramos decir al contrario, disputó públicamente sobre la Religión Cristiana, con más celo que discreción; y con tanto calor, que no sólo prefirió nuestra Adoración a la suya, sino que condenó todos sus Ritos como profanos; y clamó contra todos que se adhirieron a ellos, como Personas impías y sacrílegas, que iban a ser condenadas a Quemaduras eternas. Sobre esto él, habiendo predicado estas cosas a menudo, fue incautado, y después de un Juicio, fue condenado al destierro, no por haber menospreciado su Religión, sino por su inflamar al Pueblo a la Sedición: porque esta es una de sus Leyes más antiguas, que ningún hombre debe ser castigado por su Religión. En la primera constitución de su Gobierno, Utopus habiendo entendido, que antes de su llegada entre ellos, los viejos Habitantes habían estado metidos en riñas grtat concernientes a la Religión, por las cuales estaban tan quebrantados entre ellos, que le resultaba fácil conquistarlos, ya que no unían sus Fuerzas contra él, pero cada partido diferente en la religión luchó por sí mismo: sobre eso, después de haberlos sometido, hizo una Ley para que todo Hombre pudiera ser de lo que Religión le agradaba, y se esforzara por atraer a otros a ella por la fuerza del Argumento, y por maneras amistosas y modestas, pero sin amargura contra aquellos de otros Dictámenes; sino que no debía usar otra Fuerza que la de Persuasión; y no era para mezclarlos ni la Violencia con ella; y como hacía otra cosa, iban a ser condenados al destierro o a la Esclavitud.

    Esta Ley fue hecha por Utopus, no sólo para preservar la Paz Pública, que vio sufrir mucho por Contenimientos diarios y Calores Irreconciliables en estas Materias, sino porque pensaba que el Interés de la Religión él mismo lo requería.

    Juzgó que no era adecuado determinar nada de manera precipitado en esa Materia; y parecía dudar de si esas diferentes Formas de Religión podrían no venir todas de Dios, quien podría inspirar a los Hombres de manera diferente, posiblemente estando complacido con una variedad en ella: y entonces pensó que era algo muy indecente e insensato para cualquier Hombre para asustar y amenazar a otros Hombres a creer cualquier cosa porque le pareciera cierta; y en caso de que una Religión fuera ciertamente cierta, y todo lo demás falso, calculó que la Fuerza nativa de la Verdad estallaría por fin, y brillaría brillante, si fuera manejada solo por la fuerza del Argumento, y con una gentileza ganadora; mientras que si tales Materias fueran llevadas a cabo por Violencia y Tumultos, entonces, como el tipo más malvado de Hombres es siempre el más obstinado, así que la Religión más santa y mejor del Mundo podría estar superpuesta con tanta superstición tonta, que estaría bastante ahogada con ella, como lo está el maíz con Briars y Espinas; por lo tanto dejó a los Hombres totalmente a su libertad en esta materia, para que pudieran ser libres de creer como deberían ver causa; sólo él hizo una Ley solemne y severa contra los que hasta ahora degenere de la dignidad de la naturaleza humana, como pensar que nuestras Almas murieron con nuestros Cuerpos, o que el Mundo estaba gobernado por el azar, sin una sabia providencia sobregobernante: pues todos creían antiguamente que había un estado de Recompensas y Castigos al Bien y al Malo después de esta Vida; y miran a aquellos que piensan lo contrario, como escasos aptos para ser contados Hombres, ya que degradan un Ser tan noble como nuestro El alma es, y consideran que no es mejor que la de una Bestia; hasta ahora son de mirar a esos Hombres como aptos para la sociedad humana, o para ser Ciudadanos de una Riqueza Común bien ordenada; ya que un Hombre de tales Principios debe necesitar, por muchas veces que se atreva a hacerlo, despreciar todas sus Leyes y Costumbres: porque no hay duda para hacerse, que un Hombre que no tiene miedo de nada más que la Ley, y no aprehende nada después de la muerte, no soportará romper todas las Leyes de su País, ya sea por fraude o por la fuerza, para que pueda satisfacer sus Appetitos. Nunca levantan a ninguno que sostenga a estas Maximas, ni a Honores u Oficios, ni los implosionan en ningún publick Confianza, sino que los desprecian, como Hombres de base y sórdidas Mentes: sin embargo, no los castigan, porque ponen a este doun por un suelo, que un Hombre no puede hacerse creer nada que le plazca; ni conducen cualquiera para disimular sus pensamientos por amenazas, para que los Hombres no se vean tentados a mentir o disfrazar sus Opiniones entre ellos; que al ser una especie de Fraude, es aborrecido por los utopos: se preocupan de hecho que no puedan argumentar a favor de estas Opiniones, sobre todo ante la gente común: Pero sí sufren, e incluso animarlos a disputar acerca de ellos en privado con sus Sacerdotes, y otros Hombres sepulcros, confiando en que serán curados de esas opiniones locas, al tener la razón puesta ante ellos. Hay muchos entre ellos que van lejos al otro extremo, aunque no se piensa que sea una Opinión enferma ni irrazonable, y por tanto no se desalienta en absoluto. Piensan que las Almas de las Bestias son inmortales, aunque muy inferiores a la dignidad del Alma humana, y no son capaces de una felicidad tan grande. Son casi todos ellos muy firmemente transpirados, que los hombres buenos serán infinitamente felices en otro estado; para que aunque sean compasivos con todos los que están enfermos, sin embargo no lamentan la Muerte del Hombre, excepto que lo ven parte de la Vida inquieto, y como si se viera obligado a ello; porque ven esto como un muy enfermo persage, como si el Alma siendo consciente a él mismo de la Culpa, y bastante desesperada, tuviera miedo de morir, a partir de algunos indicios secretos de acercarse a la miseria. Piensan que la aparición de tal Hombre ante Dios, no puede ser aceptable para él, que al ser llamado, no sale con alegría, sino que es atrasado y reacio, y es, por así decirlo, arrastrado a él. Son golpeados de horror, cuando ven a alguno morir de esta manera, y los llevan a cabo en silencio, y con tristeza, y rezando a Dios para que sea misericordioso con los Errores del Alma difunta, ponen el Cuerpo en la Tierra: pero cuando alguno muere con alegría, y lleno de esperanza, no lloran por ellos, sino cantan Himnos cuando llevan a cabo sus Cuerpos, y encomiando sus Almas muy fervientemente a Dios, de tal manera, que todo su comportamiento es más bien grave que triste, queman su Cuerpo, y levantan un Pilar donde se hizo la Pila, con una Inscripción en honor de tal memoria Mens; Y cuando vienen de la Funeral, hablan de su buena Vida, y acciones dignas, pero hablan de nada a menudo y con más. [faltan 2 páginas]. él mismo esa felicidad que viene después de la Muerte. Algunos de estos visitan a los enfermos; otros reparan caminos altos, limpian zanjas o reparan puentes, y cavan césped, grava o piedras. Otros cayeron y escinden Madera, y traen Madera, Maíz, y otros Necesarios, en Carros, a sus Pueblos. Tampoco estos solo sirven al Público, sino que sirven incluso a los Hombres Soldados, más que a los propios Esclavos: porque si hay alguno donde hay un trabajo rudo, duro y sórdido por hacer, del que muchos están asustados por el trabajo y la repugnancia de la misma, si no la desesperación de lograrlo, lo hacen con valentía, y por su propia voluntad, tomen eso a su parte; y por ese medio, como alivian mucho a los demás, así se afligen y pasan toda su vida en trabajos forzados; y sin embargo, no se valoran sobre eso, ni disminuyen el crédito de otros pueblos, para que al hacerlo puedan levantar los suyos; sino por su agachándose a tan seviles Empleamientos, están tan lejos de ser despreciados, que son tanto los más estimados por toda la Nación.

    De estos hay dos tipos: Algunos viven solteros y castos, y se abstienen de comer cualquier tipo de Carne; y así destetarse de todos los placeres de la Vida presente, que dan cuenta hiriente, persiguen, incluso por los métodos más duros y dolorosos posibles, esa bienaventuranza que esperan en lo sucesivo; y cuanto más se acercan a ella, son más alegres y fervientes en sus esfuerzos después de ella. Otro tipo de ellos está menos dispuesto a ponerse a mucho trabajo, y así prefieren un estado casado a uno solo; y como no se niegan a sí mismos el placer de ello, entonces piensan que la engendración de Hijos es una deuda que deben con la Naturaleza Humana, y a su País: ni evitan ningún Placer eso no entorpece al Trabajo; y por lo tanto comen Carne tanto más voluntariamente, porque se encuentran tanto más capaces de trabajar por ella: Los utópicos ven a éstos como la Secta más sabia, pero estiman a los demás como los santos. De hecho, se reirían de cualquier Hombre, que sobre los Principios de la Razón, preferiría un estado soltero a un casado, o una Vida de Trabajo a una Vida fácil: pero reverencian y admiran como lo hacen sobre un Motivo de Religión. No hay nada en lo que sean más cautelosos, que en dar su Opinión de manera positiva respecto a cualquier tipo de Religión. A los Hombres que llevan esas Vidas severas, se les llama en el Idioma de su País Brutheskas, que responde a los que llamamos Órdenes Religiosas.

    Sus Sacerdotes son Hombres de eminente Piedad, y por tanto no son más que pocos, porque solo hay trece en cada Pueblo, uno por cada Templo en él; pero cuando van a la Guerra, siete de éstos salen con sus Fuerzas, y otros siete son escogidos para abastecer su habitación en su ausencia; pero éstos vuelven a entrar sobre su Empleo cuando regresan; y los que sirvieron en su ausencia, atienden al Sumo Sacerdote, hasta que las Vacantes caigan por Muerte; pues hay una que se fija sobre todos los demás. Son elegidos por el Pueblo, como lo son los demás Magistrados, por Sufragios dados en secreto, para prevenir de Facciones: y cuando son elegidos, son consagrados por el Colegio de Sacerdotes. El cuidado de todas las Cosas Sagradas, y la Adoración de Dios, y una inspección en los Modales del Pueblo, está comprometido con ellas. Es un reproche a un Hombre ser enviado por cualquiera de ellos, o incluso ser hablado en secreto por ellos, porque eso siempre da algunas sospechas: todo lo que les corresponde, es sólo exhortar y amonestar a la Gente; por el poder de corregir y castigar a los Hombres enfermos, pertenece enteramente al Príncipe, y al otro Magistrados: Lo más severo que hace el Sacerdote, es excluir a los Hombres desesperadamente malvados de unirse a su Adoración: No hay ningún tipo de Castigo que sea más temido por ellos que esto, porque como los carga de Infamy, así los llena de Horrores secretos, tal es su reverencia a su Religión; ni sus Cuerpos estarán exentos durante mucho tiempo de su parte de problemas; porque si no satisfacen muy rápidamente a los Sacerdotes de la verdad de su Arrepentimiento, son incautados por el Senado, y castigados por su Impiedad. La crianza de los Jóvenes pertenece a los Sacerdotes, sin embargo, no se preocupan tanto de instruirlos en Letras, como de formar bien sus Mentes y Modales; y utilizan todos los Métodos posibles para infundir muy temprano en las Mentes tiernas y flexibles de los Niños, tales Opiniones como ambas son buenas en sí mismas, y serán útiles para su País: porque cuando se hacen profundas impresiones de estas cosas a esa Edad, siguen a los Hombres a lo largo de todo el curso de sus Vidas, de mucha Sangre a ambos lados; y cuando la Victoria se vuelve a su lado, corren entre sus propios Hombres para contener su Furia; y si alguno de sus Enemigos ve ellos, o llamarlos, son preservados por ese medio: y los que pueden acercarse tanto a ellos como para tocar sus Vestiduras, tienen no sólo sus Vidas, sino sus Fortunas aseguradas a ellos: Es por esta razón, que todas las Naciones alrededor las consideran tanto, y les pagan tanta reverencia, que tienen a menudo no han sido menos capaces de preservar a su propio Pueblo de la furia de sus Enemigos, que salvar a sus Enemigos de su rabia: porque a veces ha caído, que cuando sus Ejércitos han estado en desorden, y obligados a volar, para que sus Enemigos corrían sobre la matanza y el botín, los Sacerdotes por interponiendo, han detenido el derramamiento de más Sangre, y los han separado unos de otros; para que por su Mediación, se haya concluido una Paz en términos muy razonables; ni hay Nación alguna sobre ellos tan feroz, cruel o bárbara, que no vean a sus Personas como Sagradas e Inviolables La primera y el último día del Mes, y del Año, es un Festival: miden sus Meses por el transcurso de la Luna; y sus Años por el curso del Sol: Los primeros días se llaman en su Idioma los Cynemernes, y los últimos los Trapemernes, que responde en nuestra Lengua al Festival que comienza, o termina la Temporada.

    Tienen magníficos Templos, que no sólo están noblemente construidos, sino que son igualmente de gran Recepción: lo cual es necesario, ya que tienen muy pocos de ellos: Son un poco oscuros por dentro, lo que fluye no de ningún Error en su Arquitectura, sino que se hace en el diseño; para sus Sacerdotes piensan que se disipa demasiada luz los pensamientos, y que un grado más moderado de ello, tanto se acuerda de la Mente, como plantea la Devoción. Aunque entre ellas hay muchas Formas diferentes de Religión, sin embargo, todas estas, cuán diversas sean, concuerdan en el Punto Principal, que es el adorar a la Esencia Divina; y por lo tanto no hay nada que ver ni escuchar en sus Templos, en el que las diversas perswasiones entre ellas no estén de acuerdo; para cada Secta realiza esos Ritos que le son peculiares, en sus Casas privadas, ni hay nada en el Culto Público, que contradiga las formas particulares de esas diferentes Sectas. No hay Imágenes para Dios en sus Templos, para que cada uno lo represente a sus pensamientos, según el camino de su Religión; ni llaman a éste Dios por ningún otro Nombre, sino el de Mitras, que es el Nombre común por el que todos expresan la Esencia Divina, cualquiera que sea lo contrario lo piensen ser; ni hay oraciones entre ellas, sino como cada una de ellas podrá usar sin perjuicio de su propia Opinión.

    Se reúnen en sus Templos en la Tarde del Festival que concluye una Temporada: y aún no habiendo roto su ayuno, agradecen a Dios por su buen éxito durante ese Año o Mes, que está entonces en su fin: y al día siguiente, siendo el que inicia la nueva Temporada, se encuentran temprano en sus Templos, para orar por el feliz Progreso de todos sus Asuntos durante ese Periodo, al que luego ingresan. En el Festival que concluye el Periodo, antes de que vayan al Templo, tanto Esposas como Hijos caen de Rodillas ante sus Maridos o Padres, y confiesan todo lo en que se han equivocado o incumplido en su deber, y piden perdón por ello: Así se eliminan todos los pequeños Descontentos en las Familias, que para que ofrezcan sus Devociones con una mente pura y serena; porque tienen una gran impiedad entrar sobre ellos con pensamientos perturbados; o cuando son conscientes de sí mismos de que llevan Odio o Ira en sus Corazones a cualquier Persona; y piensan que deben llegar a ser sujetos a castigos severos, si presumieron ofrecer Sacrificios sin limpiar sus Corazones, y reconciliar todas sus Diferencias. En los Templos, los dos Sexos están separados, los Hombres van a la derecha, y las Mujeres a la izquierda: y los Hombres y las Hembras se colocan todos ante la Cabeza, y Maestro o Señora de esa Familia a la que pertenecen; para que quienes tengan el Gobierno de ellos en casa, puedan ver su deportación en publick: y los entremezclan así, para que los más jóvenes y los mayores puedan ser establecidos unos por otros; porque si los más jóvenes estuvieran todos juntos, tal vez se alejarían demasiado ese tiempo, en el que deberían engendrar en sí mismos un temor muy religioso del Ser Supremo, que es el más grande, y casi la única incitación a Vertue.

    No ofrecen ninguna Criatura viviente en Sacrificio, ni piensan que sea adecuada para el Ser Divino, de cuya generosidad es que estas Criaturas hayan derivado sus Vidas, para disfrutar de su Muerte, o la ofrenda de su Sangre. Queman Incienso, y otros Olores Dulces, y tienen una gran cantidad de Luces de Cera durante su Adoración; no por ninguna Imaginación que tales Oblaciones puedan agregar cualquier cosa a la Naturaleza Divina, porque incluso las Oraciones no hacen eso; sino como es una manera inofensiva y pura de adorar a Dios, así piensan esos dulces Sabores y Las luces, junto con algunas otras Ceremonias, hacen, por un Vertue secreto e irresponsable, elevar las Almas de los Hombres, e inflamarlas con más fuerza y alegría durante la Adoración Divina.

    El Pueblo aparece todo en los Templos en Prendas blancas; pero las Vestimentas del Sacerdote son particoloras; tanto la Obra como los Colores son maravillosos: están hechos de materiales no ricos, porque no están bordados, ni engastados con Piedras preciosas, sino que están compuestas por las Plumas de varios Pájaros, colocados juntos con tan mucho Arte, y tan pulcramente, que el verdadero valor de ellos va mucho más allá de los Materiales más costosos. Dicen, que en el orden y colocación de esas Plumas, se representan algunos Misterios oscuros, que pasan entre sus Sacerdotes en una Tradición secreta que les concierne; y que son como Jeroglíficos, poniéndolos en mente de las Bendiciones que han recibido de Dios, y de sus Deberes, tanto para él como a sus Vecinos. Tan pronto como aparece el Sacerdote en esos Adornos, todos caen postrados en el Suelo, con tanta reverencia y un silencio tan profundo, que como mirar, no puede dejar de ser golpeado con él, como si fuera el efecto de la aparición de una Deidad. Después de que llevan algún tiempo en esta postura, todos se ponen de pie, sobre una señal dada por el Sacerdote, y cantan algunos Himnos al honor de Dios, algunos Instrumentos musicales tocando todo el tiempo. Estas son de otra forma bastante distinta a las que se utilizan entre nosotros: pero, como muchas de ellas son mucho más dulces que las nuestras, así que otras no deben compararse con las que tenemos. Sin embargo, en una cosa nos superan mucho, es decir, que toda su música, tanto Vocal como Instrumental, lo hace imitar y expresar las Pasiones, y está tan ajustada a la presente ocasión, ya sea que el tema del Himno sea alegre, o hecho para apaciguar, o atribulado, doleful, o enojado; que el Musick hace un impresión de lo que está representado, por el cual entra profundamente en los Oyentes, y los afecta mucho y los enciende. Cuando esto se hace, tanto los Sacerdotes como las Personas ofrecen Oraciones muy solemnes a Dios en una Forma de Palabras establecidas; y éstas están compuestas de tal manera, que todo lo que pronuncie toda la Asamblea, puede ser igualmente aplicado por cada Hombre en particular a su propia condición; en estas reconocen que Dios es Autor y Gobernador del Mundo, y la Fuente de todo el Bien que reciben; por lo que le ofrecen sus Agradecimientos; y en particular, lo bendicen por su Bondad al ordenarlo así, que nazcan bajo un Gobierno que es el más feliz del Mundo, y sean de una Religión de la que esperan sea la más verdadera todos los demás: pero si se equivocan, y si hay o bien un mejor Gobierno, o una Religión más aceptable para Dios, imploran a su Bondad que se lo haga saber, jurando, que resuelven seguirlo a donde quiera que los lleve: pero si su Gobierno es el mejor, y su Religión la más verdadera, entonces ellos rezar para que los fortalezca en él, y traiga a todo el Mundo, tanto a las mismas Reglas de Vida, como a las mismas Opiniones concernientes a sí mismo; a menos que, según la inescrutabilidad de su Mente, esté complacido con una variedad de Religiones. Entonces rezan para que Dios les dé al fin un pasaje fácil para sí mismo; sin presumir de ponerle límites, cuán temprano o tarde debería ser; pero si se desea, sin menoscabar su Autoridad Suprema, más bien desean ser entregados rápidamente, e ir a Dios, aunque por el tipo más terrible de Muerte, que estar detenido mucho tiempo de verlo, en el curso más próspero de la Vida posible. Al terminar esta Oración, todos vuelven a caer al Suelo, y después de un rato se levantan, y se van a casa a la Cena; y pasan el resto del día en distracción o Ejercicios Militares. Así te he descrito, tan particularmente como pude, la Constitución de esa Riqueza Común, que no sólo pienso que es la mejor del Mundo, sino que es efectivamente la única Riqueza Común que realmente merece ese nombre. En todos los demás lugares, es visible, que mientras la gente habla de una Riqueza Común, cada Hombre solo busca su propia Riqueza; pero allí donde ningún Hombre tiene Propiedad, todos los Hombres persiguen celosamente el bien del Público: y de hecho, no es de extrañar ver a los hombres actuar de manera tan diferente, porque en otras riquezas comunes, todo hombre sabe , que a menos que se provea para sí mismo, cuán floreciente sea cual sea la Riqueza Común, debe morir de Hambre; para que vea la necesidad de preferir sus propias Preocupaciones al Público; pero en la Utopía, donde todo Hombre tiene derecho a cada cosa, todos saben, que si se tiene cuidado de mantener las Tiendas Públicas lleno, ningún hombre privado puede querer nada; porque entre ellos no hay distribución desigual, para que ningún hombre sea pobre, ni en ninguna necesidad; y aunque ningún hombre tiene nada, sin embargo, todos son ricos; por lo que puede hacer tan rico a un Hombre, como para llevar una Vida serena y alegre, libre de ansiedades; ni aprehender quiere él mismo, ni afligido con las interminables quejas de su Esposa? no le teme la miseria de sus Hijos, ni está ideando cómo levantar una Porción para sus Hijas, sino que está seguro en esto, que tanto él como su Esposa, sus Hijos y Nietos, a tantas Generaciones como pueda imaginar, vivirán todos, tanto abundante como felizmente, ya que entre ellos no hay menos cuidado de quienes alguna vez se dedicaron al Trabajo, pero crecen después incapaces de seguirlo, de lo que hay en otra parte para estos que siguen todavía en él. Con mucho gusto escucharía a cualquier Hombre comparar la Justicia que está entre ellos, con la que está entre todas las demás Naciones; entre las cuales, que yo perezca, si veo algo que se parezca a Justicia, o Equidad; por lo que la Justicia hay en esto, que un hombre noble, un orfebre, o un banquero, o cualquier otro Hombre, que o bien hace nada en absoluto, o en el mejor de los casos se imploye en cosas que no sirven para el Público, deben vivir en gran lujo y esplendor, sobre lo que está tan mal adquirido; y un hombre malo, un Carter, un Smith, o un arador, que trabaja más duro, incluso que las bestias mismas, y se imploye en Trabajos que son tan necesarios, que ninguna Común-Riqueza podría aguantar un Año hasta su fin sin ellos, aún puede ser capaz de ganarse un medio de vida tan pobre de ello, y debe llevar tan miserable una Vida en ella, eso.. [2 páginas que faltan]. Gente entera, entonces se les contabilizan Leyes: y sin embargo estos Hombres malvados después de que tienen, por un más insaciable la codicia, dividida aquella entre ellos, con la que todo lo demás pudo haber sido bien abastecido, están lejos de esa felicidad, que se disfruta entre los utopos: para el uso así como el deseo de que Mony se extinga, hay mucha ansiedad y grandes ocasiones de Travesuras cortadas con ella: y quien no ver que Fraudes, Robos, Robos, Peleas, Tumultos, Consecuencias, Sediciones, Asesinatos, Traiciones, y Brujas, que en efecto son más bien castigados que restringidos por las severidades de la Ley, ¿caerían todos, si Mony no fuera más valorado por el Mundo? Mens Fears, Solicitudes, Cares, Labores, y Vigilancias, perecerían todos en un mismo momento, que el valor de Mony sí se hundió: incluso Pobreza propia, para el alivio del cual Mony parece más necesario, caería, si no hubiera Mony en el Mundo. Y para el aprehender de este derecho, tomemos una instancia.

    Consideremos cualquier Año que haya sido tan infructuoso, que muchos miles han muerto de Hambre; y sin embargo, si al final de ese Año se hiciera una encuesta a los Graneros de todos los Hombres ricos, que han acaparado el Maíz, se encontraría que había suficiente entre ellos, para haber impedido todo ese consumo de Hombres que pereció en esa Miseria: y que si se hubiera distribuido entre ellos, ninguno hubiera sentido los terribles efectos de esa escasez; una cosa tan fácil sería suplir todas las necesidades de la Vida, si esa cosa bendita llamada Mony, que se pretende inventarse para obtenerla, no fuera realmente la única cosa que lo obstruyó.

    No dudo pero los hombres ricos son sensatos de esto, y que saben bien cuanta mayor felicidad era no querer nada que fuera necesario, que abundar en muchas superfluidades; y ser rescatados de tanta Miseria, que abundar en tanta Riqueza: y no puedo pensar sino el sentido de todo Hombre Interés, y la Autoridad de los Mandos de Cristo, quien como él era infinitamente sabio, y así sabía lo que era mejor, así no fue menos bueno en descubrirlo para nosotros, habría atraído a todo el Mundo a las Leyes de los Utopos, si Orgullo, esa plaga de la Naturaleza Humana, que es la fuente de tanta miseria, no se entorpece. . [faltan 2 páginas].. contar lo que le había dado en general; y así tomándolo de la mano, lo llevé a cenar, y le dije que buscaría algún otro momento para examinar ese asunto más particularmente, y para desanimar más copiosamente al respecto; para lo cual ojalá pueda encontrar una buena oportunidad. En la media mientras, aunque no puedo estar perfectamente de acuerdo con todo lo que estuvo relacionado por Rafael, sin embargo, hay muchas cosas en la Común-Riqueza de la Utopía, que más bien deseo deseo que esperar ver seguidas en nuestros Gobiernos; aunque hay que confesar, que él es a la vez un Hombre muy erudito, y ha tenido una gran práctica en el Mundo.

    FINIS


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