8.1.2: Vitaminas
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Las vitaminas son esenciales para ayudar a nuestro cuerpo a utilizar otros nutrientes que tomamos, y también ayudan a promover el crecimiento de los tejidos. Existen varios tipos de vitaminas, todas las cuales tienen un propósito específico y que necesitamos todos los días. A excepción de la Vitamina D y la Vitamina K, nuestro organismo necesita obtener vitaminas a través de nuestras dietas. Hacemos una cierta cantidad de Vitaminas D y K dentro de nuestros cuerpos. Si bien la mayoría de las personas que consumen una dieta bien balanceada no necesitan tomar suplementos vitamínicos, otras personas pueden necesitar un suplemento diario para satisfacer sus necesidades nutricionales. El médico del paciente discutirá los suplementos vitamínicos específicos que el paciente necesita, si los hubiera. Si el paciente tiene alguna pregunta sobre una vitamina, los Auxiliares de Salud en el Domicilio/Ayudantes de Cuidado Personal deben informar a su supervisor sobre la pregunta del paciente.
La vitamina A es necesaria para ayudar a mantener la piel en buen estado y también apoya la salud ocular. La vitamina A se puede encontrar en vegetales de color verde oscuro, amarillo y naranja.
La vitamina B es necesaria para ayudar a que los sistemas nervioso y digestivo funcionen correctamente. También es importante para el metabolismo de proteínas, carbohidratos y grasas. El metabolismo es el proceso por el cual el cuerpo convierte (cambia) lo que comemos y bebemos en energía utilizable. Los alimentos ricos en vitamina B son los que se encuentran en productos animales como la carne, la leche y los productos lácteos, las verduras de hoja verde y los productos de grano fortificado. Cuando los alimentos son fortificados, se les agregan nutrientes para hacerlos más nutritivos. Por ejemplo, muchos productos de grano o pan están fortificados, o enriquecidos con minerales y vitaminas extra para una nutrición extra.
La vitamina C ayuda a fortalecer las paredes de los vasos sanguíneos y ayuda en la curación de heridas y huesos. También ayuda al cuerpo a absorber el hierro. Los alimentos ricos en vitamina C incluyen frutas como naranjas, fresas, pomelo y verduras como el brócoli, las coles de Bruselas y la col verde.
La vitamina D es necesaria para que nuestro cuerpo construya huesos y dientes fuertes. Las fuentes de vitamina D incluyen leche, mantequilla, salmón, sardinas, atún, hígado, aceites de hígado de pescado y jugo de naranja fortificado. También sintetizamos (fabricamos) nuestra propia vitamina D cuando obtenemos luz solar en nuestra piel.
La vitamina E es un antioxidante, que es una sustancia utilizada para eliminar agentes potencialmente dañinos llamados radicales libres. Esto ayuda a promover un buen sistema inmunológico. Las fuentes de vitamina E son germen de trigo, pescado, frutas, verduras, cereales y nueces.