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18.6: Profecías autocumplidas

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    Una profecía autocumplida es la tendencia de que las expectativas de una persona sobre el futuro influyan en ese futuro de una manera que haga realidad las expectativas. A veces tenemos expectativas, la mayoría de las veces sobre otras personas, que nos llevan, sin saberlo, a tratarlas de cierta manera. Y tratarlos de esta manera puede, de hecho, llevarlos a comportarse de la manera que pensábamos que lo harían.

    Por ejemplo, si escuchas que Wilbur es hostil antes de conocerlo, es posible que tengas más probabilidades de ser hostil cuando lo conozcas (“Es hostil, así que será mejor que lo golpee hasta el puñetazo”). Y esto puede llevarlo a reaccionar con hostilidad, a pesar de que hubiera sido amable si tú mismo hubieras sido amigable. Tu predicción te lleva a actuar de una manera que hace realidad la predicción.

    El psicólogo Robert Rosenthal y sus compañeros de trabajo han estudiado profecías autocumplidas extensamente. En un famoso estudio realizado en 1968, Rosenthal y Lenore Jacobson dijeron a los maestros de primaria al comienzo del ciclo escolar que sus alumnos entrantes acababan de recibir una batería de pruebas. El veinte por ciento de estos estudiantes, se explicó, tenía un gran potencial y debería esperarse que florezcan académicamente en el próximo año. De hecho, los estudiantes de este grupo fueron seleccionados al azar. Sin embargo, estos veinte por ciento terminaron mejorando más que los demás estudiantes. ¿Qué pasó?

    Las posibilidades de escoger al azar el veinte por ciento que mejoraría son extremadamente pequeñas. De ahí que la explicación sea que las expectativas de los maestros influyeron en el desempeño de sus alumnos. Los maestros esperaban que floreceran los alumnos del grupo objetivo, lo que los llevó a actuar de manera que alentó a los alumnos a hacerlo. Por ejemplo, los maestros dieron a los alumnos del grupo de alto potencial más tiempo, más y mejor retroalimentación, y más aliento.

    En definitiva, las expectativas de los maestros los llevaron a comportarse de manera que sus expectativas se hicieran realidad. Este tipo de profecía autocumplida se llama a veces el efecto Pigmalión, después de la obra Pigmalión, en la que un profesor de lingüística transforma a una joven con poca educación y mala gramática en una persona sofisticada y bien hablada. Innumerables estudios desde entonces han demostrado que este efecto es muy real (aunque muchas veces es de tamaño modesto), tanto en el aula como en otros entornos.

    Los estereotipos también pueden servir como profecías autocumplidas. Si los maestros esperan que los alumnos de algunos grupos rindan mejor que otros, esto puede llevarlos a tratar a sus alumnos de manera que hagan realidad estas expectativas. En una sociedad donde la gente piensa que las mujeres son incapaces de realizar un trabajo exigente como ser doctora, es probable que las chicas jóvenes sean tratadas de una manera que sugiera que no pueden hacer ese trabajo. Además, se desalentará cualquier interés que puedan mostrar en la medicina, y se les animará a adoptar roles muy diferentes, como ser ama de casa. Años de tal tratamiento harán que sea mucho más difícil que una mujer se convierta en doctora. Entonces, la predicción de que no pueden ser médicos puede llevar a la gente a tratarlos de formas que hagan realidad la predicción.


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