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10.7: El azteca

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    Si bien los itzá fueron una de las últimas civilizaciones nativas inconquistadas en el Nuevo Mundo, otro reino posclásico llamó la mayor atención de los conquistadores españoles de México: el azteca. La capital azteca fue la magnífica ciudad de Tenochtitlán, fundada alrededor del 1325 d.C. por un grupo de habla náhuatl, anteriormente nómada llamada los mexica. Tenochtitlán estaba compuesto por una red de docenas de ciudades estados más pequeños que utilizaron el entorno lacustre para plantar huertos de humedales y utilizaron calzadas elevadas para separar los jardines y moverse por la ciudad. También se levantaron algunos campos, hazaña que los drenó y los ayudó a contribuir a apoyar a una población que sumaba alrededor de 300,000 personas (incluida la población de la vecina ciudad de Texcoco). Finalmente se creó una red de canales que drenaban los campos, alimentaban los cultivos y proporcionaban la navegación con canoas. Estos campos criados no solo eran una fuente de múltiples cultivos, sino que también el lago proporcionaba aves silvestres, salamandras y algas.

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    Figura\(\PageIndex{1}\): Mapa de Tenochtitlán y Golfo de México | Dibujado por miembro de la expedición Hernán Cortés, 1524. Autor: Usuario “Lupo” Fuente: Wikimedia Commons Licencia: Dominio público

    No obstante, a medida que la población crecía a más de un millón, se necesitaban otros medios de apoyo, por lo que la gente buscaba tributo exterior. A partir de 1428, los mexicas buscaron la independencia de sus mecenas Tepanec y se aliaron con otros pueblos periféricos para formar la Triple Alianza, que para 1431 dominaba la cuenca donde hicieron su hogar. El pueblo azteca unificado estaba encabezado por el gobernante mexica Itzcoatl y sus asesores. Al hacer una alianza con Texcoco, los aztecas pudieron construir una calzada entre las ciudades y ayudar a mejorar la infraestructura de Tenochtitlán. Luego comenzaron la construcción en el Gran Templo, un mercado central, y una red más grande de jardines o chinampas. El Gran Templo se convertiría en el punto de orientación de toda la ciudad y se convertiría en el sitio de miles de sacrificios humanos.

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    Mapa\(\PageIndex{1}\): Sitios Históricos Mesoamericanos Autor: Usuario “P Miles” Fuente: Wikimedia Commons Licencia: CC BY-SA 3.0

    Los aztecas son quizás los más conocidos, e incluso pueden haberse vuelto infames (como los toltecas y otros antes que ellos), por practicar el sacrificio humano. Sin embargo, el contexto en el que se llevan a cabo estos sacrificios revela que no se llevaron a cabo de manera desenfadada o aleatoria. En primer lugar, para los nuevos aztecas, había poca tradición y, por lo tanto, pocas oportunidades para aprovechar la construcción comunitaria. Su ascenso al poder tuvo que haber sido rápido y dramático. Además, poseían una cosmovisión que sostenía que a pesar de haber alcanzado la grandeza, el declive era inevitable. Esta visión estuvo presente en su filosofía y en sus ceremonias, incluidas las del sacrificio. Esta visión también fue importante para las víctimas rituales, pues a su muerte, creían que serían liberadas de las cargas de la incierta condición humana y se convertirían en un colibrí o mariposa despreocupado.

    Para el azteca, el ritual brindaba una especie de protección contra el exceso; había orden en él, aunque fuera violento. Los hombres no tenían poder independiente, y los dioses eran muy abstractos en su reparto de regalos. Por último, en la cosmovisión mexica, la tierra recibe en lugar de dar, al igual que lo hace en la tradición judeocristiana. A través de la fertilidad y la muerte, los humanos satisfacen ese hambre. El proceso de nacimiento y muerte no es “polvo a polvo” sino la transición de una forma de carne a otra. Todo lo que el hombre puede hacer es ordenar su parte de este ciclo natural.


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