3.3.2: La salida del sol
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(1633)
OCUPADO viejo tonto, sol rebelde,
¿Por qué haces así,
A través de ventanas, y a través de cortinas, ¿nos llaman?
¿A tus movimientos deben correr las temporadas de los amantes?
Desgraciado pedante picante, ve a reprender
Escolares tardíos y aprendices amargos,
Ve a decirle a los cazadores de la corte que el rey montará,
Llamar hormigas del país a oficinas de cosecha;
Amor, todos iguales, ninguna temporada sabe ni clima,
Ni horas, días, meses, que son los trapos del tiempo.
Sus rayos tan reverendo, y fuertes
¿Por qué debes pensar?
Podría eclipsarlos y nublarlos con un guiño,
Pero que no perdería la vista tanto tiempo.
Si sus ojos no han cegado el tuyo,
Mira, y mañana tarde dime,
Si tanto th' Indias de la especia y la mía
Estar donde los dejaste, o acuéstate aquí conmigo.
Pregunta por esos reyes a los que ayer has visto,
Y oirás: “Todos aquí en una cama yacen”.
Ella es todos los estados, y todos los príncipes yo;
Nada más lo es;
Los príncipes no nos juegan; comparado con esto,
Todo imitador de honor, alquimia de toda riqueza.
Tú, Sol, eres la mitad de feliz que nosotros,
En que el mundo se contrajo así;
Tu edad pide facilidad, y ya que tus deberes sean
Para calentar el mundo, eso se hace en calentarnos.
Resplandece aquí para nosotros, y tú estás en todas partes;
Esta cama es tu centro, estas paredes tu esfera.