12: Filosofías contemporáneas y teorías sociales
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La era moderna ha sido testigo de rápidos cambios que mejoraron la vida de muchos pero también crearon nuevos problemas sociales. Los siglos XVII al XIX incluyeron la Ilustración, la revolución científica y la Revolución Industrial. Durante este periodo, se produjeron grandes disturbios, con la teoría del contrato social generando revoluciones en Europa y América. El surgimiento del capitalismo sobre las ruinas del feudalismo alimentó el surgimiento de una mano de obra urbana mal remunerada y una avalancha de numerosos males sociales relacionados, como la pobreza y la delincuencia.
Filósofos de todo el mundo y a lo largo de la historia, incluidos Buda, Platón y Confucio, han propuesto sistemas de pensamiento para abordar los problemas sociales de su época. Tres grandes movimientos filosóficos surgieron para abordar los retos de la era moderna. En Europa, la Ilustración, que a menudo data de 1685 a 1815 y también llamada la Era de la Razón, inspiró a las sociedades a recurrir a la razón, la ciencia y la tecnología para lograr mejores vidas para los individuos y un progreso constante para la raza humana. Surgieron nuevos campos de las ciencias sociales, entre ellos la sociología, como un medio para estudiar imparcialmente y presentar soluciones a los problemas sociales. Se desarrollaron nuevas instituciones para implementar estas soluciones, muchas de las cuales aún existen hoy en día, entre ellas el gobierno democrático, los bancos nacionales y los programas de préstamos, y una amplia gama de organizaciones sin fines de lucro para atender a los necesitados.
El progreso económico de esta época se basó en el sistema del capitalismo, al que muchos pensadores a principios del siglo XIX culparon por producir la mayor parte del sufrimiento humano que presenciaron. Estos pensadores abrazaban cada vez más un tipo de socialismo llamado marxismo, que abogaba por una revolución comunista que pusiera a la clase obrera en control del gobierno y la economía. La ideología marxista predijo que las revoluciones comunistas se producirían inevitablemente a medida que el capitalismo avanzara dentro del mundo industrializado y que estas revoluciones crearían una sociedad desprovista de grandes problemas sociales. Ninguna de estas predicciones se realizó. En cambio, Rusia, China y muchos países de África, Asia y Sudamérica sufrieron revoluciones comunistas y socialistas pero no lograron la igualdad económica o política que Marx había imaginado.
Los teóricos marxistas comenzaron a rechazar tanto la inevitabilidad de la revolución como la creencia de la Ilustración de que la búsqueda del conocimiento conduciría al progreso. En cambio, vieron el conocimiento como reflejo de los sistemas de poder. Argumentaron que los filósofos deben asumir un nuevo papel. En lugar de ser observadores imparciales, los filósofos deben cambiar la forma en que las personas participan en el discurso público para arrojar luz sobre la opresión y finalmente lograr el objetivo de Marx de una sociedad igualitaria. Esta rama de la filosofía se conoció como teoría crítica. Actualmente, políticos, miembros de la junta escolar, maestros y padres de familia, entre otros, participan activamente en los debates sobre la inclusión de la teoría crítica de la raza en los planes de estudio educativos.
Este capítulo examina las filosofías de la teoría social de la Ilustración, la teoría marxista y la teoría crítica que informan tanto de la forma en que vivimos nuestras vidas hoy.