16: Desarrollo de la Buena Gobernanza
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Objetivos de aprendizaje
- Distinguir entre conflicto ambiental e inseguridad ambiental, utilizando ejemplos concretos.
- Describir cómo se puede incrementar la seguridad ambiental de una población, comunidad o país.
- Discutir cómo el pensamiento ecocéntrico puede ser útil en la búsqueda de la seguridad ambiental, aunque este último sea un concepto antropocéntrico.
- Criticar la interpretación convencional del desarrollo sustentable tal como se representa en el informe Brundtland.
- Dé algunos ejemplos de su propio país que ilustren la influencia de las débiles interpretaciones del desarrollo sustentable en la política gubernamental.
- Describir los principios de buena gobernanza ambiental utilizando ejemplos (reales o hipotéticos) de decisiones políticas.
- Describa cómo sus valores personales reflejan (o cómo podrían cambiarse para reflejar) a nivel personal y externo los ideales de la democracia terrestre.
- Explicar cómo los principales valores de la Carta de la Tierra apoyan el buen gobierno.
Las consecuencias del consumo excesivo y la explotación de recursos a nivel mundial son crecientes inequidad y degradación ambiental. Cada uno de estos dos factores amplifica al otro, lo que lleva a una 'doble exposición' de inseguridad en espiral. El refuerzo mutuo entre estas tendencias solo puede interrumpirse si se dan pasos activos hacia la seguridad ambiental.
El problema con las interpretaciones convencionales del desarrollo sustentable es que no promueven la seguridad ambiental. Las razones incluyen la separación en el espacio y el tiempo entre perpetradores y víctimas; la incapacidad de arbitrar entre agenda económica, social y ambiental en el enfoque popular de 'triple final'; y la afirmación indiscriminada de que todos los seres humanos, presentes y futuros, pueden 'tenerlo todo' sin atención los requisitos. Debajo de esa convención se encuentra un modelo débil de sustentabilidad que considera el medio natural como “el otro”. Por el contrario, las definiciones “fuertes” factibles de sustentabilidad y desarrollo sustentable deben apoyarse en la primacía de la integridad ecológica como requisito para la seguridad ambiental y, por ende, la seguridad humana.
Los modelos actuales de gobernanza descansan en el débil modelo de sustentabilidad, en la medida en que reconocen su importancia. Esto indica un fracaso de los estados y de los ciudadanos en el ejercicio de sus responsabilidades. La buena gobernanza ambiental se basaría en la fuerte noción de sustentabilidad y en una responsabilidad no antropocéntrica y en el cuidado de la comunidad de vida. Sus principios normativos incluyen el respeto a la integridad ecológica en la toma de decisiones; la equidad intra e intergeneracional; el principio de precaución; la internalización de los costos ambientales; y las responsabilidades de tutela. También emplea los principios del proceso de transparencia, participación y rendición de cuentas, y para lograr una buena gobernanza ambiental, la sociedad civil global (ONG) necesita extenderse desde las ONG para incluir electorados enteros y lograr que acepten su responsabilidad de garantizar la seguridad humana. Esto requiere un modelo de democracia terrestre que se base en un profundo cambio normativo.
La Carta de la Tierra describe un plan para la democracia de la Tierra y la gobernanza ambiental global (Iniciativa de la Carta de la Tierra 2000). Consta de cuatro temas que forman la base de una sociedad global sustentable: respeto y cuidado a la comunidad de vida; integridad ecológica; justicia social y económica; y democracia, no violencia y paz. No aborda metodologías y arbitraje de contradicciones. Los pasos posteriores incluyen una constitución global y el afianzamiento de la sustentabilidad en el derecho internacional.
